LA AMISTAD DE SCHOPENHAUER

 Entre más conozco a los humanos más quiero a mi perro. Es la idea que corre por el mundo llevando la intención del escepticismo respecto de la amistad. Hasta donde conocemos parece ser que fue Epicteto el que la dijo primero.

 Por desgracia este pensamiento sólo se puede valorar en todo su peso cuando se ha vivido más allá de sesenta años, pongamos por caso, y se ha tenido conciencia de los acontecimientos de la vida. Los diarios y persistentes llamados a la solidaridad, que salen de las iglesias, los sindicatos y los bellos y bien intencionados libros de autoayuda, son porque la solidaridad siempre está en entredicho.

 Se anteponen el interés económico, político, de poder y el sexual. Estos intereses, dice, “Se elevan por encima de las relaciones de todos los días. Estas son a decir verdad, de tal naturaleza, que no dirigiríamos la palabra a la mayoría de nuestros conocidos si oyéramos cómo hablan de nosotros en nuestra ausencia”.

 El versículo 33 de su obra La sabiduría de la vida ilustra que lo que se tiene por escepticismo en Schopenhauer sólo es un desnudo objetivismo. Porque creemos que la vida, o muchas cosas de la vida, son de una manera pero en este versículo nos dice que no, que son de otra manera: “Del mismo modo que el papel moneda circula en vez de plata”, pone como ejemplo. Pide a un gobierno que demuestre las reservas de su tesoro en las que se apoya su moneda y estas deberán ser en metálico, no en papel.

 Mostrar este tipo de realidades, y aparentes realidades, es lo que ha llevado a que se tenga la curiosa, o manida idea, del escepticismo en este filósofo (sobre todo que en el trascurso del tiempo ha habido prologuistas de sus obras que parece que nos están diciendo “mejor ni lo lean”). Y como sabe que de todas maneras no le vamos a creer, Schopenhauer se apoya en este versículo en Goethe y en Rochefoucauld, que piensan exactamente lo mismo que él respecto a la amistad.

 El antiguo, pero no viejo, pensamiento, al que nos hemos referido, Schopenhauer lo dice de esta manera: “Verdad es que se pudiera preguntar si hay verdaderamente personas que merezcan el aprecio y la amistad sincera. Sea como quiera, tengo más confianza en un perro leal, cuando mueve la cola, que en todas esas demostraciones y fórmulas.”


Ojalá que las cosas,o que los humanos, fueramos de otra manera,al estilo como lo imaginó Hegel.Hegel racionalizó de tal manera la vida que pareciera que el mal no cabe en ella.Y esto ni el mismo Jesús lo creyó.La realidad que nos presentan Epicteto,Schopenhauer,Jesús y Darwin es otra.

El mundo está lleno de egoismo y también de bondad. Los instintos de un mismo individuo son de lobo o de cordero y no puede cambiarlos como no puede cambiar la forma de sus orejas

.La esperanza es que la cultura pueda hacer algo al respecto.Por eso los estoicos llaman a la virtud y Jesús a la justicia. Pero en los países donde se leen dos libros al año promedio, por individuo, y los gobiernos le escatiman presupuesto a la universidad pública...

Epicteto (55-135 d C) lo dice de esta manera: " ¿Ves esos perros que están jugando?Diríase que son los mejores amigos del mundo,a juzgar por sus fiestas,sus caricias, su bullicio y sus lametones, ¿verdad? Pues echa en medio de ellos un hueso y verás lo que ocurre. Esta suele ser la amistad entre padres,hijos y hermanos.En cuanto se ofrece un motivo de disputa:dinero, tierras,una querida,bienes de cualquier clase,ya no hay padre,ni hijo, ni hermano"(Epicteto,Manual y Máximas)





 





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