ALPINISMO AMERICANO PRECRISTIANO-LAS T'ORTOLAS



Montaña Las Tórtolas, 6,330m, provincia de Coquimbo, Chile



El hombre autóctono de América ha buscado la razón vital desde tiempos muy anteriores a la conquista europea del siglo dieciséis.

Su idea operante, su razón práctica, con la que se puede testimoniar esta actividad, es con el ejercicio de subir montañas, y sus testimonios que en ellas han dejado. En la antigüedad con el montañismo religioso y en la actualidad con el montañismo deportivo.

En el sur de América para adora a la diosa Pachamama. En el centro  mexicano para adorar a Tlaloc, dios de la lluvia. Nunca, hasta donde va del siglo veintiuno, se abandonó el montañismo religioso por los grupos étnicos.

El montañismo deportivo de la actualidad es esencialmente antropocéntrico. Lo que busca es conocer sus límites físicos y de voluntad. La gente de montaña sigue siendo religiosa y ahora también laica. Pero ya nadie batalla por llegar a la cumbre en busca de Tlaloc, la Pachamama ni Cristo. Su motivación, como queda apuntado, es fenoménica: la mayor dificultad, el menor tiempo, la escalada solitaria, etc.

En México, en el centro del país, propiamente en el paralelo diecinueve, todas las cumbres, bajas y altas, fueron conquistadas por los sacerdotes de Tlaloc. En términos generales se incluyen las cumbres nevadas de la Iztaccihuatl (5,286m), el Popocatepetl (5,452m) y el Citlaltepetl (5,700m) ahora llamado Pico de Orizaba, monte Tlaloc, (4,150). Hay aquí las ruinas de un gran santuario al dios del agua.
 Su testimonio documentado se encuentra en las obras de Fray Bernardino de Sahagún (Historia general de las cosas de Nueva España)  y de Fray Diego Durán,  (Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra Firme, a veces referida como Códice Durán ), ambos cronistas de los años de la conquista española. José Luis Lorenzo, Zonas Arqueológicas  de los Volcanes  Iztaccihuatl y Popocatepetl (Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, 1957.

En estas tres montañas la arqueología ha encontrado (siguiendo las referencias de Sahagún y de Durán) restos de adoratorios prehispánicos. La conquista del Popocatepetl, en tiempos prehispánicos, es la que está puntualmente documentada.   La primera ascensión  al Popocatépetl fue en el año de 1287. Este dato está consignado en Relaciones Originales de Chalco Amaquemecan. Fueron escritas por Don Domingo  Francisco de San Antón Muñon Chimalphain Cuauhtlehuanitzin, nacido el 27 de mayo de1579, en Amecameca.

En el montañismo religioso suramericano, según el material de que disponemos, hay testimonios de la conquista del monte Chañí.de 6,100m.en el norte de la República Argentina (ver Un mundo que se vaEn Förgangen Värld, de Eric, von Rosen, Stockolm, 1916).

Las Tórtolas 6,330msnm

En la cumbre de la montaña Las Tórtolas, de 6,330 m. en la provincia de Coquimbo, Chile (Revista Andina, Santiago de Chile, número 90, julio de 1968), según se consigna en esta publicación, que la primera ascensión, ya dentro del andinismo deportivo, tuvo lugar el 19 de enero de 1952, por Heinz Koch y Edgar Kausel, del Club de Excursionismo Alemán, de Valparaíso. Ellos fueron los que dieron a conocer  el hallazgo prehispánico. En seguida ofrecemos el relato mimeografiado como apareció en la referida revista.
























En este relato de Las Tórtolas se habla de una actividad incaica que se desarrolló en otras altas montañas de esa región del continente. Y que en Las Tórtolas mismas requirió de  4,500 subidas de material.

Los mismo puede decirse de la construcción del monte Tlaloc. Las ruinas de su adoratorio hablan de un trabajo que  requirió años de trabajo.

Dicho así esto parece decir algo común.

Todo montañista que ha rebasado los 4 mil metros sobre el nivel del mar sabe que el humano tiene que verselas con la disminución del oxigeno que a su vez se traduce en disminución de glóbulos rojos en la sangre. Y cualquier esfuerzo se duplica o triplica en cuanto al gasto de energías.

Para los que no han experimentado este fenómeno ponemos dos ejemplos con el ánimo que se den una idea del esfuerzo que todo eso requiere a esa altitud.


Imagine alguien que lleva una mochila de 20 kilos con lo necesario para acampar. Ahora imagine que en lugar de cargar 20 kilos lleva el peso de 40 kilos...


Otra idea, más accesible para gente del valle que nunca ha ido a la montaña y desconoce el efecto de las   cotas tan elevadas provocan en el cuerpo humano: trate de imaginar que con el esfuerzo que se requirió tanto en Las Tortolas, como en el monte Tlaloc, fue el mismo que se necesitó para construir la piramide más alta de Egipto...



Nota:
Con la observación que en la actualidad mucho de la práctica del andinismo (marchas de aproximación,  trasporte de material alpino y víveres )se hace sobre lomo de mula (en tiempo de las construcciones de las pirámides en asnos y camellos) o alguna clase de vehículo. En épocas precristianas no había en el continente americano animales de monta y carga y todo tenía que hacerse a pie y cargando
sobre hombros y  espaldas.




    


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