M.G.MORENTE Y LA LIBERTAD PARA EXPRESARSE





Lecciones preliminares de filosofía
Manuel García Morente
 Editorial Época S. A. México, 1974

A los futbolistas no se les puede impedir que jueguen su futbol. Por lo mismo los futbolistas no pueden impedir que los beisbolistas jueguen su beisbol.

 En otras palabras, cada quien su juego. Si no se pueden sumar peras con manzanas, entonces las manzanas aparte y las peras aparte. Ya llegará el tiempo en el que un preclaro cocinero haga un nutritivo licuado de peras y manzanas.

En el campo de las ideologías esto, tan obvio, no se acepta. Se entiende pero no se acepta. Hay la tendencia que se piense de una sola manera. Sócrates-Platón proponen las ideas y Demócrito-Parménides proponen el atomismo. Los libros que se han escrito sobre estos dos principios llenarían el Pacífico, el Índico y el Atlántico, empezando por el mar Tirreno.

No se puede imaginar una universidad  en la que sólo se enseñe y se investigue el humanismo y se prohíban las ciencias. O en la que sólo se desarrollen las ciencias y se prohíban las humanidades.

Sería lo mismo que a una universidad, con autonomía, se le impusieran, desde fuera, programas de investigación y docencia.

 Manuel García Morente, filósofo español, se refiere a esa patológica inclinación que suelen mostrar algunas sociedades, o la sociedad en su conjunto en alguna etapa de su existencia:

 ¡Ahora todos a pensar más allá de la física!

 ¡Basta de eso, ahora todos a pensar como atomistas!

 Morente se pregunta ¿por qué no pensar cada quien como quiera y deja que el otro piense también como quiera o pueda?

En todo caso se vale el ejercicio  llamado dialéctica, que es la cancha donde juegan los deportistas que creen tener más vitaminas culturales. Si bien, esto sólo puede darse en un contexto de libertad.

Morente lo dice de esta manera: “la dialéctica trascendental elimina la metafísica como conocimiento teorético; pero elimina también los ataques que el conocimiento teorético científico pueda hacer  a otra metafísica que no esté basada en la actividad cognoscitiva de la razón, sino en otras actitudes”.

En seguida cita algo de Kant: “Dicho de otro modo: Kant concede a los físicos que no tienen para qué ocuparse en afirmar el alma, ni Dios ni el universo…Hace ver  que la cosa en sí es absolutamente inaccesible a ningún conocimiento teorético. Por consiguiente, la metafísica no podrá ser nunca objeto de un conocimiento racional.”

 
Manuel García Morente
Manuel García Morente (Arjonilla, Jaén, 22 de abril de 1886Madrid, 7 de diciembre de 1942) fue un filósofo español y, converso católico, en sus últimos años de vida fue sacerdote. Fue un gran divulgador, traductor de obras del pensamiento europeo, filósofo de cuño original, y gracias a su magisterio oral y escrito se iniciaron en la filosofía, y aún hoy día lo siguen haciendo, multitud de promociones universitarias….En 1912 obtiene la cátedra de Ética de la Universidad de Madrid. Su pensamiento oscila en este momento entre el kantismo —tesis doctoral sobre La estética de Kant (1912); monografía sobre La filosofía de Kant, Una introducción a la filosofía (1917); traducciones de la Crítica del juicio (1914), de la Crítica de la razón práctica (1918) y de la Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1921) kantianas— y el bergsonismoLa filosofía de Bergson (1917)—. Durante los años veinte inciden sobre su mente el biologismo histórico de Spengler (tradujo la famosa Decadencia de Occidente del citado filósofo de la historia alemán), Rickert, Simmel, y la axiología, merced a la incorporación que se hizo de la obra de Scheler y Hartmann a través de la Revista de Occidente. En las postrimerías de este decenio termina las traducciones de las Investigaciones lógicas de Husserl (1929), junto con José Gaos, y del Origen del conocimiento moral de Brentano: el método fenomenológico será utilizado en adelante con singular destreza en su indagación filosófica.





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