MAX SCHELER Y LOS PREJUBILADOS


Era un viejo que  tomaba cerveza, en la taberna de Chico, un pueblo minero  en lo profundo de la sierra del Estado de Hidalgo, México. Me dijo que en el escalafón de la empresa donde labora, tiene la categoría de fotógrafo,  con una antigüedad de 30 años.

Es una rama de la fotografía tan especializada que, para conocerla, debió dedicarle tiempo oficial y extraoficial. Y, al igual que  la lente de máximo acercamiento del microscopio, que profundiza en el detalle dejando fuera a todo el conjunto, así fue con la familia, las amistades y la formación cultural. Todo quedó  fuera, “casi por completo”.

30 años repitiendo día tras día lo mismo. Ya ni siquiera  necesitaba la intuición ni la percepción, todo era una mecánica repetición que, como en la película El Día de la Marmota, el 2 de febrero, todo empezaba a las 6 de la mañana y el 3, todo se repetía como el día anterior. ¿Conoces el film de Harold Ramis, 1993?

Le dije que Max Scheler escribe, en su Ética, que “La persona existe exclusivamente en la realización de sus actos.”

En eso me había convertido, dijo, en una persona de actos mecánicos sin necesidad ya de intuición, casi sin familia y casi  sin cultura. Mis actos  consistían en observar en el microscopio al máximo acercamiento.

Sin embargo estos actos-agregué-, Scheler los ve a través de una escala de valores, una jerarquía de valores de conducta. Van de sensible (agradables o desagradables), vitales (de conducta) y, los valores más altos son  los del tipo religioso. Los valores para Scheler son inmutables (como las ideas de Platón), no cambian. El bien es siempre el mismo. Lo que cambia es cómo nosotros percibimos y cómo practicamos el bien.

A semejanza de la cumbre de una montaña (le puse un ejemplo del alpinismo) que fuera perenne. La diversidad es la manera cómo cada quien sube a ella.

De ahí la escala de valores de Scheler con los tres grados señalados, según el ámbito al que cada uno de nosotros nos sea accesible.

Los valores más altos para Scheler son los religiosos pero eso no quiere decir que en su escala de valores considere negativos a los valores sensibles. Si es cierto que no todos debamos ser religiosos, sí lo religioso se puede practicar en la vida cotidiana (a Scheler se le considera el Nietzsche católico).

Refiriéndose a este punto de la filosofía de Scheler, Ramón Xirau, en su Introducción a la historia de la filosofía, anota que “aun el menor de nuestros actos, si está realizado con conciencia de amor, es un acto superior.”

Y como el bien es perenne, el que realiza un acto de amor o caridad, dice Scheler, no es tanto (aunque sí lo es), que él sea bueno, sino que es el portador del bien.

¿El portador, y quién da esos valores de los que habla Scheler?

 De eso no tengo idea.

Bueno, como sea, en  el film del director Harold Ramis, Pil  Connors es el personaje, meteorólogo, que llega al pueblo de Punxsutawney, Pennsylvania y al que cada 3 de febrero le sucede lo que el día anterior, se repite el Día de la Marmota. Me parece que el film es una aplicación práctica de la aparentemente compleja teoría de los valores de Scheler.

30 años haciendo, solamente, fotografías, era yo una fotografía, ya no era una persona. “La persona existe exclusivamente en la realización de sus actos.”

¿Qué vas a hacer con tu Día de la Marmota del microscopio fotográfico? ¿Te jubilarás?

Tengo miedo pero más miedo  tengo cuando vuelva a amanecer y se dé otra vez el Día de la Marmota.

¿Cómo Pil Connors logró romper el círculo fatal?

Cuando conoce el amor… Después de todo lo que Scheler dice: “La persona existe exclusivamente en la realización de sus actos” deja la puerta abierta para romper con el Día de la Marmota.

Scheler


“Max Scheler (22 de agosto de 1874, Múnich – 19 de mayo de 1928, Fráncfort del Meno) fue un filósofo alemán, de gran importancia en el desarrollo de la fenomenología, la ética y la antropología filosófica, además de ser un clásico dentro de la filosofía de la religión” Wikipedia



































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