Solo los
hombres libres son muy agradecidos los unos respecto de los otros
En tanto
estén los hombres dominados por
afecciones que son pasiones, pueden ser contrarios los unos a los otros
Obrar absolutamente
por virtud no es otra cosa que obrar por las leyes de la propia
naturaleza.
Llamo servidumbre
a la impotencia del hombre para gobernar y reducir sus afecciones; en
efecto, el hombre, sometido a las afecciones, no depende de sí mismo, sino de
la fortuna, cuyo poder sobre él es tan grande que le obliga a menudo a que, viendo
lo mejor, haga lo peor.
Dios no
tiene izquierda ni diestra.
B. Spinoza,
de su obra: Ética, terminada de componer, en su versión
definitiva, en el año de 1675
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