CICERON, GRAN PONTIFICADOR


 

Los actores en el teatro prefieren el “papel” a representar en la escena que mejor cuadra con su modo de ser predominante. Si, llevados por las circunstancias, debe representar otros “papeles”, ya es una elaboración profesional, no desempeño natural.

De esta manera Cicerón nos está diciendo, con su modo de guía de la juventud, o como ahora se dice, pontificador, que la felicidad consiste en actuar como es. La doble moral, aparentar ser virtuoso el bucanero, no garantiza felices sueños.

Irónico pero, el diablo,   Mefistófeles, nos dio una lección de probidad al presentarse a Fausto, de Goethe, como Mefistófeles, no como ángel alguno.

Pontificar tiene ahora una connotación displicente. Con eso estamos rechazando de alguna manera la experiencia de los que nos precedieron en el tiempo o en el terreno de la experiencia. Somos de la generación espontánea y llegamos a este mundo con un letrero en la frente que dice: “conmigo empieza la posteridad.”

No se puede decir que algo, una técnica de escribir o una escalada a la montaña, es nuevo sino se refiere a lo conocido. La cara norte del Matterhorn se escaló, por primera vez, en 1931.Antes  se había subido comúnmente, desde 1865,  por la arista Hornli.

 
Dibujo tomado del libro
La psiquiatría en la vida diaria
de Fritz Redlich,1968
 Se cree que el estilo de escribir de Hemingway es nuevo por sus frases cortas y porque hacía una descripción, sólo implícita, del carácter de sus personajes.

 “El espíritu humano es de tal índole que sólo comienza a comprender lo nuevo cuando ha procurado referirlo a lo antiguo.”)H. Bergson, Introducción a la metafísica)

Cicerón  reitera (en Los oficios)  que guardemos una conducta uniforme. Algo así que no estemos en el templo rezando a la diosa Tonantzin y en el Palacio Legislativo, como escribió Scott Fitzgerald pensando en Hemingway: “Trataré de ser un animal correcto, y sí me tiran un hueso con bastante carne, hasta puede que les lama la mano.”(Scott Donaldson, Hemingway contra Fitzgerald)

Pero en el juego de mi yo, y mis otros yos, fácil es el autoengaño de conveniencia. A la naturaleza es a la que no puedo engañar. Por eso Cicerón recomienda que:



 “En nada nos engañemos contra el orden general de la naturaleza….Conozca, pues, el hombre su genio, y sea censor severo de sus buenas disposiciones y de sus defectos, porque no parezcan que muestran los comediantes en la escena más discernimiento y prudencia; los cuales no se apropian los personajes mejores, sino aquellos que dicen más bien con su genio.”


CICERÓN


“Marco Tulio Cicerón, en latín Marcus Tullius Cicero1 (pronunciado ['mar.kʊs 'tul.liʊs ˈkɪkɛroː]), (Arpino, 3 de enero de 106 a. C. - Formia, 7 de diciembre de 43 a. C.) fue un jurista, político, filósofo, escritor y orador romano. Es considerado uno de los más grandes retóricos y estilistas de la prosa en latín de la República romana.WIKIPEDIA

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