PASCAL, DIVERSIÓN NECESARIA


 

“Nosotros no buscamos jamás las cosas, sino la investigación de las cosas”.

Este pensamiento de Pascal no busca ponderar el espíritu de investigación, sino señalar el pavor que el hombre tiene de caer en el tedio.

No en la ataraxia que supone una quietud feliz, sino en la inmovilidad patológica.

Para todos esos inconformes con la vida Pascal sugiere lo que considera el peor castigo: que no hagan cosa alguna: “Cuando un soldado se queja de la fatiga que tiene, o un labrador, etc., póngasele sin hacer nada.”

Con la inactividad física, dice Plotino, puede llegar la modorra intelectual:” si no dirige su acción sobre nada, descansará y, si descansa, no pensará.”

 Como estar en la cárcel por treinta años en un espacio de dos por tres, impedidos en el hospital, ser jubilado  sin tener un proyecto de vida (proyecto para la vejez) o, como injustamente se ha condenado a millones y más millones de jóvenes en todo el planeta, hombres y mujeres, a no poder estudiar y tampoco poder trabajar. No entran a la universidad o cuando salen de ella no hay trabajo.

 El tedio es el que va a impedir que las mejores potencialidades que tiene el humano no lleguen al acto.

 El tedio es el que enloquece a las mujeres cuando su marido se queda, los domingos, viendo el partido de futbol, en la televisión, en lugar de llevarla a pasear como cuando eran novios.

“Nuestra naturaleza está en el movimiento: el reposo completo es la muerte”, agrega Pascal.

Los grandes tratados de filosofía, las grandes investigaciones científicas, las mejores obras de literatura, de historia, de poesía, parecen no llegar a nada  definitivo (el medicamento X es magnífico para aliviar mi dolencia pero al precio de tener que navegar en el tenebroso río  de al menos cinco peligrosas contraindicaciones, sino es que veinte).

Dos personajes de Suave es la noche, novela de F. S. Fitzgerald, hablando de la amistad, que puede tener visos  de cosa duradera, prefiere la inestabilidad y uno de ellos dice: “Estoy cansado de los amigos. Lo que hay que tener es aduladores.”

Y por eso se sigue haciendo con tal de no llegar al fatídico momento de decir: “! Por fin lo hemos logrado!” Como el escalador cuando al fin alcanza la cumbre de la montaña.

En esta deliberadamente  buscada incertidumbre, para evitar el tedio, Pascal ha encontrado que lo más firme es la creencia en la existencia del alma de cada individuo. Pero, seguramente pensando en las extensas y profundas Enéadas de Plotino, respecto del alma, dice que también hay ahí un campo amplio para investigar…

Es decir, todo vuelve a quedar en movimiento. Como el escalador que ya le está echando el ojo a otra montaña para emprender su escalada. O como el doctor Robert, en la novela  La ruta del doctor Shannon,de A. J. Cronin, que no le llamaba estudiar las opsoninas sino que iba por el Bacilo C. O como Medea que evitó a toda costa caer en la inmovilidad, después de haber asesinado a sus hijos, sino que de inmediato se traslada a otro reino para casarse con el soberano de aquel lugar, según la versión de Carlyle.

Pascal anota en su subcapítulo titulado La diversión, de su libro: Pensamientos:

“Nada es tan insoportable para el hombre como estar en pleno reposo, sin pasiones, sin quehacer, sin diversión, sin cuidado. Siente entonces su nada, su abandono, su insuficiencia, su dependencia, su impotencia, su vacío. Al punto saldrá del fondo de su alma el tedio, el entenebrecimiento, la tristeza, el mal humor, el despecho, el desespero.”

Cuando ha expuesto su punto de vista sobre el tedio, parecen más claras sus palabras: ““Nosotros no buscamos jamás las cosas, sino la investigación de las cosas”.

PASCAL
“Blaise Pascal fue un polímata, matemático, físico, filósofo cristiano y escritor francés. Sus contribuciones a la matemática y a la historia natural incluyen el diseño y construcción de calculadoras mecánicas” WIKIPEDIA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario