EN DEFENSA DEL HALLOWEEN


 

Viene de Europa, no de Estados Unidos.

El fundamento cultural del Halloween está, entre los pueblos indoamericanos, desde el siglo dieciséis, cuando  el país Estados Unidos de Norteamérica no existía.

De la Helade conocemos las criaturas malévolas femeninas con muchas cabezas, y las mujeres supercelosas que matan a sus hijos para hacer sufrir a su infiel marido, hasta quedar convertidas, por el remordimiento moral, en arpías.

Las cihuateteotl, mujeres aztecas divinizadas que morían en el parto.
De Virgilio viene que Orfeo, armado de  su flauta divina, bajó a los infiernos a buscar a su amada. De Dante los ángeles negros que llenan los rincones del Tártaro. De Goethe, autor de uno de los Faustos, conocemos los aquelarres de brujas voladoras y demás criaturas tenebrosas de la noche, incluidos desde luego su patrón de todos ellos, Mefistófeles. De Vámbéry-Stoker los hombres y mujeres vampiros. De Mary Shelley Frankstein.

Personajes hipostasiados, sombras, que son parte de las grandes luces de la cultura occidental.

La nata política es la que ha convertido al halloween en una especie de antagonismo racial, particularmente anti gringo. Si esto cae en pueblos con promedio de dos libros de lectura cultural cabeza  al año, ya tenemos un caldo de cultivo en plena fermentación…

Sobre el cielo de Walpurguis
 En el plan cultural todo lo contrario, el halloween es eclecticismo integrador que se suma  a la gran cultura universal, misma que se enriquece con las culturas regionales y  continentales.

Una metáfora: no se puede criticar al dólar por ser más fuerte que el peso. Al peso es al que hay que criticar por ser más débil que el dólar.

En otras palabras ¿Cuánto conozco de la cultura occidental y cuánto del Popol Vuh y la  diosa fundamental tolteca Chicomecoatl?

Frankstein buscando a su pareja
El Halloween no llegó a México en 1847 con el ejército norteamericano. El Halloween ya estaba entre nosotros desde el siglo dieciséis.

Con el catolicismo, esa gran religión espiritual, también llegaron demonios, ángeles caídos, brujas y lo que después fue surgiendo en la literatura de los siglos posteriores.

Moderno vampiro
No conozco mucho de Chicomecoatl, el Mictlán y el Tlalocan, pero de todas maneras  este 1 y 2 de noviembre ya puse mi ofrenda para recibir a los familiares que en la cultura náhuatl se llaman descarnados.

 Como antes, comeremos y beberemos haciendo un gran ruido de alegría familiar, tocando la guitarra, el violín, el tololoche y bebiendo tragos de pulque, cerveza y tequila, entre humo de copal, hasta el amanecer.

En la madrugada del 3 se marcharán. El año que viene regresarán y volveremos a festejar en grande. O, tal vez ya seamos de los que regresan a convivir con los encarnados…

La Catrina
En la “Catrina”, de Posada, convergen las dos culturas, del Mictlán nahua, con su esqueleto, y vestida con ropaje estilo francés siglo diecinueve.

Los países indoamericanos tenemos el privilegio de dos grandes culturas, como pocos países en el planeta lo tienen. La propia y la europea. Pero sino las conozco es como el que está punto de morir, por desnutrido, llevando en la bolsa de su pantalón dos frascos de multivitaminas...

Como sea, los 40 millones de mexicanos que de una manera u otra han cruzado la frontera norte, ahora vivirán más en el halloween que en el Mictlán.

Si sus vitaminas culturales son fuertes, también volverán a México cada 1 y 2 de noviembre a convivir con los descarnados, o ya descarnados, con los encarnados…

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