J.WAHL, BINOMIO CAUSA Y VERDAD


 

Por esa vagancia que muchos tuvimos en la juventud conocemos el efecto que hace una bola de billar sobre otra bola.

La primera sería la causa y la segunda el efecto. Corresponde a la técnica del golpe. Lo que aquí nos interesa  es cuando el asunto se considera en retrospectiva.

 El taco le pegó a la bola primera, el que movió el taco, ¿por qué éste individuo se metió al billar, no a otro lado? Así podemos retroceder hasta la segunda o tercera generación en la genealogía del individuo del taco.

Igual planteamiento en los que esta semana dispararon el arma en las matanzas masivas de población civil de Ohio, Texas y Chicago, Estados Unidos.

¿O porque me dio por escalar montañas y no pegarle a una pelota en el campo de futbol?

¿La verdad? En la charla de café nos mandamos un soliloquio de media hora cuando se trata del  asunto de la verdad. Hasta quedar en un nudo gordiano y ya no sabemos para dónde tirar.

Pilatos preguntó a Jesús qué es la verdad. Mal planteada la pregunta. De haber  dicho ¿Cuál es tu verdad, o qué enseñas? De seguro Jesús habría contestado “Yo soy la Verdad, el Camino y la Vida”.

Pero le pregunto qué es la verdad.  Jesús, que veía en gran angular,  de seguro se quedó pensando ¿a cuál verdad se estará refiriendo?

Pero trátese de fenómeno o trátese de verdad, debemos estar, dice Wahl, a cierto nivel en la observación del tema. Y como estamos en un nivel, en nuestro nivel, no conocemos lo que se mueve en los otros niveles.

Observamos  a través del microscopio lo que no podemos a simple vista. Cambiamos el objetivo (el lente o la serie de lentes que tiene cada objetivo) a mayor acercamiento y vemos cosas que con los anteriores no percibíamos.

Así con lo material, el reino de la causalidad, como con lo ininteligible, el reino del espíritu. Si a cada una de estas  escalas, o aumentos de microscopio, le llamamos verdad, ya podemos entender que hay realidades, verdaderas, que están fuera de nuestro alcance percibir.

Todos hemos oído de los millones de ácaros microscópicos que viven en la cama donde dormimos todos los días pero, ¿quién ha visto un acaro de esos? Los que han tenido posibilidad tecnológica de ver un ácaro, pero nosotros no.

Todo esto para decir, con Jean Wahl, que hay una causalidad que vemos a nuestro nivel, pero que hay otras causalidades.

Incluimos algunas observaciones sólo para no hacer tediosa esta nota.

Un comerciante al observar cierta calle de la ciudad consideraría  el potencial de mercado para vender su producto. Un policía en la misma calle buscaría detectar la presencia de los presuntos delincuentes. Un ambientalista los grados IMECAS con sólo ver la contaminación atmosférica de los detalles a distancia de los edificios o de la invisibilidad de las montañas. Uno que regresa del desierto buscaría una cervecería. Un político la probable cantidad de votos para su campaña  camino a la presidencia de la república. Un predicador las almas que puede rescatar de las garras del maligno. Un geólogo vería en el socavón que se produjo en esa calle con un automóvil caído en el fondo, que los acuíferos allá en el subsuelo ya no se recargan lo suficiente. El malabarista en el crucero cuántas monedas puede captar. Un sastre del siglo veinte los pantalones rotos de la moda   que cuestan más que un traje de tres piezas.Un filósofo la loca prisa de la gente por adquirir cosas, poder, dinero y problemas, y no valores. El editor  se preguntaría por qué la gente compra chetos y no libros..… Causalidades  al nivel de cada uno de estos personajes.



Ella tiene una verdad, los otros piensan diferente. 
Dibujo tomado de
La psiquiatría en la vida diaria
de Fritz Redlich 1968
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 “La idea de la causalidad es verdadera para nosotros porque es verdadera a nuestro nivel. Lo que no quiere decir que sea falsa. O quiere decir exclusiva y rigurosamente que es verdadera a  nuestro nivel. Y como está nuestro nivel, es para nosotros verdadera”.

Jean Wahl, Introducción a la filosofía.

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