EMERSON, EN LOS BOSQUES COMO UNA CULEBRA QUE SE QUITA SU CAMISA

 


 

Referencias:

R.W. Emerson, Ensayos

Gertrud Mander, George Bernard Shaw

 

“Incluso en los bosques, se despoja uno de los años, como una culebra de su camisa, y en cualquiera periodo de la vida en que se encuentre, es siempre un niño.”

Hubo una vez un gran norteamericano que escribió estas palabras. Vivió de 1803 a 1882 y se llamó Ralph Waldo Emerson.

Muy mal aplicado el pretérito pues en tanto aletea en esta dimensión el “animal divino que nos lleva a través del mundo”, según él mismo escribió, Emerson vivirá  en ese eterno presente.

En esa Phtia en la que Sócrates dialoga con otros no ya de cantidades mensurables sino de calidades inefables.

 


                            En los bosques volvemos a la razón y a la fe

               Sierra de Pachuca, Hidalgo, México. Al fondo la norte de Las Ventanas,vista desde el grupo rocoso Los Panales.

                                       Foto de Armando Altamira

Poetas y novelistas, por fortuna, siempre los hay. Su mérito es que nos revelan que la vida tiene colores sobre el gris de la cultura industrial.

Las tuercas y los tornillos y el 2 + 3 son cosa útiles de la fenomenología, de la economía de mercado, al servicio de la humanidad. Pero no  al revés. 

El punto es, como escribió ese gran burlón del sistema,  Bernard, Shaw, “ser o parecer”.

En las ciudades viven los  solitarios filósofos. Al abrigo de las multitudes y las comodidades de la ciudad moderna.

Al parecer estas yuxtaposiciones se han mundializado desde hace bastante tiempo.

Al estilo de los críticos de la democracia que son fuertes en la medida en que esa democracia es fuerte. En los países donde no hay democracia los críticos están en la cárcel, en el panteón o ya cruzaron la frontera.

Tarde y mañana los medios nos comunican las “realidades” en la que vivimos..

Todo en el valle, o casi todo, es una atropellada carrera por parecer.  En otras palabras, la instantaneidad. Es cuando se niega   el ser.

Shaw no se queda  en la envoltura sino que busca lo que va envuelto.

La búsqueda de la realidad verdadera, es lo que anima la filosofía de Emerson, la encuentra el hombre en la Naturaleza, más allá de la última calle de la ciudad.

 


                                              

“A decir verdad, hay muy pocas personas adultas que sepan ver la naturaleza”

Esos afanes de ver quién llega primero a parecer,  pierden de vista a la naturaleza, que tanto nos llamaba durante nuestra niñez:

“A decir verdad, hay muy pocas personas adultas que sepan ver la naturaleza. Muchas personas no ven ni el sol.”

En la carrera por parecer, se pierde de vista la coherencia social y se difunde la desesperanza. Por eso Emerson se apresura a decir:

“En los bosques volvemos a la razón y a la fe…La naturaleza nunca llega a ser un juguete del hombre sabio. Las flores, los animales y las montañas reflejan la sabiduría de su mejor hora, lo mismo que deleitaron la sencillez de su infancia.”

“Incluso en los bosques, se despoja uno de los años, como una culebra de su camisa…”

SAHAGÚN, MUY PLATICADO PERO POCO LEÍDO

 


Referencias:

Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las Cosas de Nueva España.

Mauricio Magdaleno, Suma Indiana, Introducción y selección (Universidad Nacional Autónoma de México, 1992).

William H. Prescott, Historia de la conquista de México, 1843.

Norman Mailer,Pontificaciones.

 

 

Conocerse como mexicano sólo hay un modo de lograrlo, leyendo  la obra de Fray Bernardino de Sahagún,  un libro muy visto pero poco leído.

Esta nota la envió Kiva, nuestra compañera de escaladas, que es reportera de un diario de la capital. Ha descendido de  nuestro campamento en la Sierra de Pachuca, Hidalgo, México, esta mañana de Navidad del 2020, para entregar su aportación a la página cultural en la que publica cada domingo:

“Instalados cómodamente en su mundo calcopiritico, muy pocos mexicanos se han visto en el espejo que Sahagún dejó para nosotros.

Cuesta trabajo creer que haya existido, y exista, a detalle,  retrato de un pueblo como el que escribió este fraile franciscano.

Hubo en su siglo, el dieciséis, otros preclaros cronistas contemporáneos de Sahagún tales como Fray Diego de Durán. En otros ámbitos  Werner  W. Jaeger nos relata a detalle,  en el siglo veinte, en su monumental Paideia,  el pensamiento y el diario vivir del pueblo griego de la antigüedad. Pero Sahagún no deja de asombrarnos. Parece un trabajo que sobre pasa los límites humanos. 

Resplandece más Sahagún dado que en el siglo de la conquista, y los que le siguieron, menudearon historiadores que nunca conocieron México y llenaron sus  libros con barbaridades. 

El título mismo de la obra del gran Bernal Díaz del Castillo, es un denuncia contra  tantas sandeces que al respecto se escribieron: Historia verdadera de la conquista de la Nueva España.

Por lo que recordamos lo que Mailer dice al respecto de algunos historiadores:  "Cuando uno conoce los vacíos y arreglos con los cuales los historiadores escriben su historia,trabajan sobre diez mil hechos  y seleccionan trescientos que les parecen bastantes para ilustrar las cosas, por mucho que a eso se le llame historia  todos sabemos que es ficción." 

 Sahagún  escribió lo que le decían los tlamacazquis o sacerdotes aztecas que sobre vivieron a la matanza de la guerra de la conquista.

Al estilo de la técnica periodística Sahagún interrogaba a los sacerdotes: ¿quiénes, cuándo, dónde, por qué?

Un equipo de sacerdotes escribía lo que Sahagún autorizaba después de una celosa comprobación sometida al parecer de los tlamacazquis de otra región desconocida a la que había preguntado. Como ahora hacen los académicos que someten a la consideración su trabajo de investigación a académicos de otros países.

El nuevo orden político español, contemporáneo a este fraile, de hecho conoció poco o nada la obra, pues esta se desarrollaba en el silencio de los conventos a lo largo de más de medio siglo.

Cuando estuvo terminada se silenció tanto por autoridades civiles como por las religiosas. Las primeras temiendo un resurgimiento del pueblo fundado en sus principios culturales. La Iglesia por su parte cometió el pecado de omisión al estorbar la publicación de esta obra.

Estamos en un contrasentido que este monumental trabajo se desarrollara en el seno mismo de la Iglesia y con conocimiento y autorización de la misma, y luego se ocultara.

Sabios sacerdotes católicos, con poder, no sólo vieron con buenos ojos el desarrollo de esta obra sino que la alentaron desde el principio. Y luego otros sacerdotes, de la misma Iglesia,  también con poder,  casi lograron llevar al potro de la Inquisición a Sahagún por haberla escrito.

Es para conocer el fingimiento que los naturales hacen rezando a Cristo, dijo Sahagún, pero en realidad lo continúan haciendo a sus dioses que quedaron sepultados entre los escombros y cimientos de la Iglesia de Cristo, fue el argumento que en principio convenció a todos.

Sahagún así lo creyó también pero, en algún momento, la religión de Nanahuatzin-Tezcatlipoca se le fue metiendo hasta los huesos en el sentido de seguir investigando ¿por qué, para qué, cómo y cuándo?

Los innumerables rollos originales de esta obra anduvieron por algún  tiempo en las bibliotecas de los conventos hasta que desparecieron. Otros rollos le  fueron exigidos por sus superiores y terminaron en la hoguera.

 Con previsión, Sahagún hizo escribir una copia, al tiempo que se iba pasando a papel el original. Esta copia fue llevada España por un jerarca de la Iglesia y con el tiempo, ¡muy largo tiempo!, llegó por fin a la imprenta.

Muchos indígenas hicieron, en el siglo dieciséis, por destruir su gran cultura indígena. Ayunos de luces filosóficas y religiosas, desconocían  lo que estaban destruyendo.

Sahagún, sin siquiera una gota de sangre indígena, es exactamente el caso contrario:

Mauricio Magdaleno: “Sin llevar en las venas una gota de la sustancia indígena, hizo por el viejo mundo indígena algo definitivo: lo salvó de perecer en la borrasca de las pasiones destructoras y lo proyectó hacia el futuro exaltado  de una rara categoría  emotiva y moral.”

Magdaleno agrega refiriéndose a la obra de Prescott en la que el historiador norteamericano (Salem, Massachusetts, 4 de mayo de 1796 - Boston, 29 de enero de 1859), no escatima  expresiones de reconocimiento para Hernán Cortes  y para la cultura náhuatl y en especial para Cuauhtemotzin: “Integras, transcribe Prescott esas páginas en su Historia  de la Conquista de México, como una manera de honrar  las excelencias  éticas del viejo pueblo pagano de Anáhuac.”

Procedente de una gran cultura, la occidental, y poseedor del suficiente acervo de la misma, Sahagún entendió que se encontraba con otra gran cultura pero que ésta estaba siendo destruida y podía desaparecer para siempre.

                                                             Sahagún,

Fraile franciscano, llegó a México en 1529,cuando contaba con veintinueve años A ocho años de la toma de México-Tenochtitlán alcanzo a conocer, de primera mano, el universo azteca,heredero de la gran cultura indígena del Altiplano Mexicano. Rescatarla del olvido fue el afán de  toda su vida. Murió en 1590, a los ochenta y nueve años,

Otros sacerdotes, de la misma Iglesia,  también con poder,  casi lograron llevar al potro de la Inquisición a Sahagún por lo que de la cultura nahuatl escribió. 

Es cuando siente el llamado. En el nivel de los superlativos de mexicanos que lucharon por la organización de la nación mexicana, es harto difícil  encontrar un parangón para Sahagún, incluidos Hidalgo e Iturbide.

Como no sea Cuauhtemotzin, el último tlatoani azteca que organizó la defensa de México-Tenochtitlán (y con ello la defensa de todo el pasado y presente de la cultura náhuatl y, según Prescott), hasta el nivel de la leyenda.

Los insurgentes luchaban, dentro de la política y la guerra, para un futuro de los mexicanos.

Cuauhtemotzin y Sahagún porque no se perdiera el valioso pretérito que le daba sentido a ese  futuro.

De los varios preclaros cronistas franciscanos del siglo dieciséis, sólo Sahagún le dice cabalmente al mexicano cómo es el mexicano.

No leerlo equivale a seguir viviendo en el mundo calcopiritico, de la cultura industrial, y no verse nunca en el espejo”.

“Te has ganado por lo menos el premio Príncipe de Asturias”, le contestamos a Kiva en otro correo, “por este magnífico trabajo para tu página cultural”.

“¿El Premio? ¡Otro poco y me corren del periódico!- nos contestó-Me dijeron: “¡Esto no vende!”

P:D:

"Si quería seguir como colaboradora de la página cultural, me dieron una tarea: que investigara cuántos zapatos de tacón alto tiene en su closet la siguiente primera dama de los Estados Unidos. “Esto antes que Joe Biden tome posesión, sino  la investigación pierde impacto, no favorece el rating del periódico!”

 

 EMERSON Y LOS FAROS DEL FIN DEL MUNDO

Referencia:

R.W.Emerson, Ensayos.


 -Julio Verne orientaba, hacia tierra firme, las naves que en alta mar y bajo tormentas, se encontraban en peligro de zozobrar, en su novela El faro del fin del mundo-dice Juan

Las bajas temperaturas de la alta montaña no nos son ajenas pero el frente frio número 22, que ha entrado al país, nos cala en los 3 mil de la Sierra de Pachuca, Hidalgo, México.

Días despejados y al regresar a nuestra cabaña, luego de escalar, sin grandes pretensiones, en Llano Grande, arriba de El Batán, nos apresuramos a encender el fuego en la chimenea. Queso, trozos de pan negro, remojados con tragos de vino tino, es nuestra magra cena.

Sin el ejercicio físico de caminar por los bosques bajos y los altos, el efecto terapéutico de la lectura no funcionará a plenitud. Emerson y Thoreau estarían de acuerdo con esto.

Ladera norte del  Monte Chichimeco (en los 4, mil), sobre la cañada Jamapa, camino del Pico de Orizaba, procedentes  del pueblo Jacal, en el NE. Foto de Armando Altamira G.

Kiva:

-La metáfora con una tormenta llamada pandemia Emerson nos recuerda a los faros del fin del mundo que, a través de los siglos, han iluminado a la humanidad cuando ésta parece estar a punto de sucumbir bajo la noche de la horrible tormenta. Cuando  el timón se ha descompuesto y, pese a los esfuerzos del capitán, la nave boga en la noche tempestuosa sin rumbo cierto, Emerson enciende los faros del fin del mundo.

Yo:

 -Es su manera de decirnos: “¡Viviremos!”

Yuma:

-Para los requerimientos apremiantes del diario vivir esperamos que los políticos y los economistas resuelvan, a la brevedad, lo conducente. Para eso lucharon en llegar a ocupar una curul, ahora que lo hagan realidad.

Juan:

-Pero el encierro obligado, que ya va para nueve meses, por la enfermedad mundial, eso que llamamos pandemia, enloquece al más sereno. El cerebro y el cuerpo se atrofian.

Kiva:

-El experimento por excelencia para probar al  aspirante a formar parte de una expedición alpina es que permanezca en una habitación exenta de toda distracción. Nada de televisión ni hojas ni lápiz donde escribir. Porque así puede requerirlo estar en un campamento ya sobre la montaña. Permanecer inactivo en su tienda de campaña en tanto dure la tormenta. Pocos pasan la prueba. Los demás encuentran absurda la idea. Abandona el experimento.

Yuma:

-Pero en la pandemia no se puede abandonar el encierro. Un micro demonio flota en el aire inficionando,  todo.

Juan:

-El pánico puede matar aun  a individuos perfectamente sanos que se creyeron infestados. La mente suele hacer esa clase de construcciones.

Kiva:

-La contratesis de esta horrible realidad es la imaginación, dice Emerson.

-¿Cómo está eso?-pregunta Juan

-Una imaginación que tienda hacia lo positivo. Y la mejor manera de ir al encuentro de ella, de la imaginación, tanto para el autor como para el lector, es la novela. Dice:

“La novela es el alimento y la alegría  que encuentra la imaginación. Todo lo demás lo sujeta  al suelo. De ahí que los hombres vuelen a resarcirse a Byron, Scott, Disraeli, Dumás, Sand, Balzac, Dickens, Thackeray, y Reade.”

Yuma:

-Coincido. La novela se nutre de la vida vivida, en otras palabras, del diario vivir. Pero en especial ( aunque no se mencionen sus fuentes de inspiración, pues no es el caso que en la novela se citen autores como en el ensayo),  es del pensamiento filosófico. Estos son algunos  faros del fin del mundo que Emerson nos señala:

“Cito una clase de libros que son los mejores: me refiero a las Biblias del mundo, a los sagrados libros de cada nación, que compendian los sublimes resultados de cada una de ellas. Después de las Escrituras hebreas y griegas, que constituyen los libros sagrados de la cristiandad, tenemos los libros de los persas y los oráculos  de Zoroastro, los Vedas y las leyes del Manú, los Puranas de los indios, los libros de los budistas, los cuatro libros  Clásicos chinos que encierran la sabiduría  de Confucio y de Mencio. Existen además otros libros que han adquirido en el mundo una autoridad casi canónica y que expresan  los más altos  sentimientos  y las más elevadas esperanzas de las naciones; como son el Hermes Trimegisto, que se cree encierra los recuerdos egipcios,  las Sentencias de Epicteto y las de Marco Antonio; el Vishnú Sarma de los indios, el Gulistán, de Saadi, la Imitación de Cristo, de Tomás Kempis, y los Pensamientos de Pascal.”

Yuma:

-Los sagrados libros de cada nación, como lo menciona  Emerson, para los “nativos americanos” son, al menos para Mesoamérica, La Leyenda de los Soles teotihuacanos y el Popol Vuh.

Juan:

Pero, agregamos nosotros, sin el ejercicio físico de caminar por los bosques bajos y los altos, el efecto terapéutico de la lectura no funcionará a plenitud. Como el medico que, al extendernos la receta con las medicinas anotadas, nos recomienda: “Beba agua y haga ejercicio.”

-Mi médico, dice Kiva- es más específico, recomienda: coma bien, duerma lo suficiente, tome agua y haga ejercicio.”

 

 

 

 

 

UNA NOCHE DE PANDEMIA EN LA MONTAÑA

 

 

 


 

Referencias:

Jean Whal: Dios, Cap. XVII, Introducción a la

Filosofía

Tito Lucrecio Caro: De la naturaleza de las cosas

Enrique Jardiel Poncela, La Tournée de Dios,1932

Graham Greene, Desde el otro lado del puente(cuento)

 Armando Altamira Gallardo. Escalando con Schopenhauer. Edición: Secretaría de Prensa del  Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México. Serie: Cuadernos de Comunicación Sindical número 9, 7 Abril 2010, 95 páginas

 

 

La pandemia sigue y hemos vuelto a remontar la montaña.

 El semáforo que pulsa la intensidad del contagio ha recorrido todos los colores menos el verde. De rojo a naranja y amarillo y otra vez a rojo, amarillo, naranja y otra vez el rojo…

 La ciudad de México que dejamos  atrás ha entrado en el imparable frenesí de la ya próxima Navidad.

 Pocos creen en la  realidad de la pandemia (no usan cubrebocas), no obstante que se anuncia en los medios  que en el país a la fecha va  cerca de un cuarto de millón de personas que ha muerto por el coronavirus. Las vacunas tan anunciadas por las farmacéutica internacional no acaban de llegar.

La mayoría no sólo lleva cubrebocas sino también careta y procura guardar la sana distancia. Arbolitos de Navidad, series multicolores, cubre bocas con Santa en el estampado, saludos afectuosos (perdón por la tautología) y gorritos rojos con blanco y borla colgando de lado. 

“La gente sigue creyendo que nacimos para vivir, no para morir”, comentó Kiva.

Los valles altos de la Sierra de Pachuca, en el Estado de Hidalgo, se han flexibilizado un poco, con las debidas precauciones, y han abierto sus  puertas.

Nos instalamos en una cabaña y por las mañanas, cuando el tiempo lo permite con ausencia de la lluvia, vamos a escalar en una roca entre la Cueva del Muerto y la roca los Panales.

De treinta metros de alto y apenas unos cincuenta grados de pendiente, con salientes grandes y firmes, nos sirve para mantenernos en forma y practicar el rappel. Se anuncia el invierno y las temperaturas empiezan a bajar.

Rappel en doble cuerda y caminando en la Sierra de Hidalgo

Por hábito, por exceso de confianza o por exhibición, se baja con un cuerda. Pero que sea habito no quiere decir que sea el correcto.Hay hábitos patológicos. Cualquiera que sea el modo que se utilice para descender es necesario realizarlo con dos cuerdas. Por la que se desciende y con la de seguro (de menor grueso, si se quiere). Poner toda nuestra existencia, y comprometer a los que   de nosotros dependen, en una sola cuerda, es jugar a los dados con la dueña de la casa, donde no hay necesidad. (una cuerda en mal estado, un roce inapropiado con la roca, una caída de roca sobre la cuerda,una contingencia psicofisica del escalador en tanto desciende,etc.). Jugarse  el todo por el todo se deja para otras áreas de la escalada en las que  habrá que lanzarse a fondo. En rappel lo correcto es doble cuerda y caminando,no saltando para evitar castigar a la cuerda.Muchos accidentes mortales  han tenido lugar por descender por una cuerda.

En ocasiones la niebla es tan cerrada que perdemos de vista cuando el que va en rappel ha llegado a la base. Enseguida sube escalando y lo vemos emerger de entre la nube.

No estamos practicando escalada en la burbuja artificial de los gimnasios de la ciudad.Nos mojamos, pega el viento helado y en ratos sentimos frío hasta en los huesos.

Al caer la tarde regresamos a la cabaña, hacemos fuego en  la chimenea, cenamos y charlamos cosas baladíes. Cosas de aquí y de allá. Las salchichas y los bombones en el asador. Juan con su tarro cervecero y los demás tomamos café negro de olla soluble en jarros de barro.

Fue Kiva, la muchacha montañista (entre sus escaladas se cuenta la ascensión a la pared oeste de la Torre Negra con enlace a la directa de la norte del Abanico, en el Popocatépetl que hicimos hace tiempo, con reseña en este mismo blog que lleva por título: Escalando con Schopenhauer), que quiso apartarse de las opiniones de banqueta y propuso un tema.

 Casi nos  reímos. Es un tema tan obsoleto en estos tiempos de la cultura industrial que ya nadie, o casi, se ocupa de él: Dios.

-Sólo Jardiel Poncela-me atrevo a decir pero entiendo que los otros no están para bromas.

En lo particular soy reacio  a hablar de religión, de política y de fútbol. Pero con estos no hay modo de escabullirse…

Kiva es originaria de la meseta toluqueña y Yuma es de los hopis de Norteamérica. Juan nació en el barrio de Tepito. Mi corto acervo religioso se lo escuché a  José Ángel Rubio, montañista que estuvo presente el día en el que abrimos la directa a la norte de la Rosendo de la Peña, en el grupo de Las Monjas, arriba del pueblo de Chico, Hidalgo, y presenció la caída mortal de Eulalio Rivera que se desprendió a la altura de la repisa. Rubio era (ya falleció) una persona conocedora y muy ortodoxa en eso del cristianismo. Yo le “pesqué “sólo  una o dos cosas

Kiva es la que empieza:

-Teo y ateo son los dos ejes en los que se ha desarrollado el pensamiento occidental.

Juan:

En el terreno de las abstracciones eso ha propiciado felicidad a cada uno de los modos de pensar. El religioso y su moral, y por el otro el ateo y su laicismo.

Yuma:

-Estamos convencidos que hay quien vive su ideología en lo que humanamente se llamaría de manera  suficiente, o a la perfección.

Kiva

-¿Quieres decir no  como está en  el texto, lleno de  imperativos categóricos, que parecería un instructivo para robots, sino eso, sólo humanamente?

Yuma

-Es correcto. Esta manera diferente de pensar ha enriquecido a la filosofía occidental en el terreno de la dialéctica o hipótesis contradictorias. Se le llama de varios modos como  realismo e idealismo, etc.

Juan:

- El tema  tomado por los políticos es cuando la Humanidad sufre dolores sin fin.Le enseñan la lengua a los de enfrente y después sacan la pistola.Los de enfrente de inmediato hacen lo mismo.

Kiva.

-La literatura del pensamiento filosófico se circunscribe a dos o tres  obras básicas: Platón, Lucrecio, Epicuro, Plotino…La “filosofía política” en cambio llenaría de libros la cuenca del Mediterráneo.

Yo:

 -Prefiero sólo el tema  de los teos. O cómo los diferentes modos  conciben a la divinidad. Iríamos muy lejos, o nos haríamos bolas, si mezclamos laicismo con teología. Y de seguro acabaremos como los diferentes fans al terminar el partido de fútbol...

Juan:

-Esta “discusión”  de los teos y los ateos es también muy occidental.

 

Yuma:

-En lo que se refiere a los pueblos “nativo americanos” u originales de América, no hay duda. La Humanidad apareció por un acto de creación divina (Soles teotihuacanos, Popol Vuh) y lo que siguió fue una evolución a cargo ya del hombre, a través de permanecer cuidando la Naturaleza que los dioses dejaron para el sustento de los humanos.

Kiva:

-Ya en Lucrecio, el atomista, encontramos un vislumbrar de esta creación. Dice que nuestros huesos no se desarrollaron a través de desempeñar tal o cual función, sino que fue al revés: los huesos ya estaban ahí y hubo que emplearlos para satisfacer las necesidades…

Juan:

-¿Dónde leíste eso?

 

-En Lucrecio, libro cuarto-IX).Es probable que Darwin haya leído a Lucrecio y pensado en desarrollar la tesis contraria, no sabemos.

Yuma:

-Es a partir del siglo dieciséis que en América llegó el modo de pensar occidental, que es el europeo y,  con él, felizmente, una columna casi interminable de pensadores de primera línea que empezó en la Hélade y su Paideia griega.

Kiva es la que tiene más información del tema y le damos tribuna libre. Dice:

-      Tales es el del politeísmo al decir que todo está lleno de dioses.Jenófanes cree que hay un solo Dios por lo que figura en los primeros lugares del monoteísmo…Aún pervive abundantemente lo que es anterior a estas dos posiciones y es el fetichismo. Hasta en la manera de anudarnos la corbata suele haber fetichismo.

                                                       Venus helenística

                                                 Foto tomada de Internet

Cleanto, otro personaje de la Hélade con el panteísmo tiene la idea muy familiar de un ser superior rigiendo diversas  creaturas celestes como  dioses y diosas. La misión es que el universo mantenga un equilibrio en donde pueda existir el bien al decir: “Nada es vil en la casa de Zeus”.

Con los tiempos pensadores modernos tratan de entender los modos en los que el cielo se comunica con los hombres.

-¿Por ejemplo?

-El milagro existe pero sólo es visible para los ojos de la fe. Pero aquí hay más que eso. Pascal (escritor  católico) y Kierkegaard (escritor protestante) aseguran que la fe en los milagros es ella misma un milagro. Y aún hay más: Para ellos el milagro confirma que la Naturaleza vive y conserva un curso regular.

Platón llama Demiurgo a Dios y Wahl nos amplía más esta idea: “En La Republica nos dice éste  que debemos educar a los niños en la idea de la bondad de Dios y en Las Leyes nos dice casi en la misma forma que Dios es bueno.”

Este mismo autor, Wahl, hace notar que en el fondo es muy difícil  hacer una separación completa entre el politeísmo, el monoteísmo y aun el panteísmo.

En la Hélade Zeus tiene múltiples creaturas divinas, de  ambos sexos, que le ayudan en la tarea de mantener un equilibrio en los acontecimientos favorable a los hombres.

En la religión de Nanahuatzin-Tezcatlipoca hay un Dios encargado de manifestarse en la Naturaleza según su especialidad, no sólo fenoménica sino también moral.

La manera en que  se hace presente, para ayudar a la Humanidad, es adoptando la figura de un coyote (nagual),que los católicos del siglo dieciséis buscaron satanizar.

En el cristianismo Dios cuenta con ángeles y arcángeles y él mismo, si así  conviene para el bien de los humanos, suele presentarse como paloma o, como creía San Juan Bosco, en la forma de un perro.

Graham Greene recurre también a la figura del perro  en la transformación, para bien, de un estafador  de accionistas. Lo dice en su cuento Del otro lado del puente.

Cristo no es el príncipe de Las Mil y una Noche que permanece allá en lo alto de su palacio sino que se mezcla con gente del mercado para conocer de primera mano las necesidades del pueblo.

A las nueve me meto en mi sleeping. Los otros han interrumpido el viejo y  etéreo tema  porque algo muy importante está por suceder. Va a dar comienzo el partido de futbol Pumas Vs Cruz Azul. Recientemente Cruz Azul goleó  cuatro cero al Pumas y ahora éste va por la revancha. Juan es escéptico. Dice: “Solo un milagro podría hacer que Pumas remontara la derrota”.

Lo último que recuerdo, antes de quedar dormido,  les dije: “Siguen pensando en  los milagros.”

 

 

 

 

 

 

 

RETRATO DE DOS ALPINISMOS

 


Referencias:


Don Francisco de San Antón Muñon Chimalpahin Cuauhtlehuanitzin, Relaciones originales  de Chalco Amaquemecan, Fondo de Cultura Económica, México- Buenos Aires, 1965.( RCHA))

 Altamira Gallardo, Armando, 2004. La conquista del Pico de Orizaba. Serie: Cuaderno de Comunicación Sindical número 75, Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM). México, D. F. México. ( LCPO)

Armando Altamira Gallardo, Los mexicanos en la ruta de los polacos (edición particular) (LMRP)

Enrique Elizaga, Los Órganos de Actopan,Revista Sierra Club,México, D. F. octubre 1934 (LOA)


Lento para revisar mi correo, he encontrado una pregunta que se me hace con respecto a la práctica del alpinismo, es del 16 de agosto de 2015.No dispongo del nombre completo de la persona que la formula, la inquietud es la siguiente: “…qué vida o qué se aporta al montañismo de México cuando  los que se pretenden  alpinistas no aportan nuevas rutas o vías al alpinismo de México.”   

 Espero que la nota que ahora incluyo en mi blog dé alguna respuesta:

 

Dos modos son de practicar el alpinismo y ambos por demás meritorios.

Uno es de seguir los pasos que otros abrieron en montañas hasta entonces ajenas a todo humano, en el aspecto deportivo (aquí no tocamos el tema del Paleomontañismo religioso en América anterior, con mucho tiempo, al siglo dieciséis).

Así aprendimos a subir por escabrosas vertientes de  roca y otras recubiertas de nieve y hielo.

Escaladores diestros de antaño  resolvieron problemas que pondrían  a prueba nuestras limitaciones deportivas del principio, físicas y psicológicas, con respecto a los panoramas  naturales abiertos  que hasta entonces sólo veíamos semáforos en las calles de la ciudad.

¡Cosa de no creer!  ¡Existían en realidad las montañas y los bosques que  sólo conocíamos en las películas y los desiertos en las películas del oeste!

La aguja de El Fraile, en lo alto de la sierra hidalguense, arriba del pueblo de  Actopan, nos impresionó. Tratamos de imaginar la fuerza de voluntad que requirió en los hombres (y mujeres) que acometieron su conquista. Más cuando nos enteramos que esa primera escalada tuvo lugar  cuando aún no nacíamos. (LOA)

Si queríamos seguir adelante necesitábamos ser tan diestros como ellos lo fueron al “abrir” semejantes rutas.

Ya metidos en esa dinámica con el tiempo llegamos a hacerlo mejor. Contribuyeron los nuevos materiales como cuerdas, piolets de diferente aleación metálica, diseño, y cada vez más resistentes a la dureza del hielo mexicano (casi con la consistencia del vidrio, para decir de alguna manera su compactación con pocas burbujas de aire) y más ligeros.

La ropa de abrigo con la que al principio tiritábamos de frío en los 3 mil, después lo sleeping fueron diseñados para dormir en solo camiseta a las bajísimas temperaturas de los  8 mil.

Lo que a los pioneros les había llevado  años, o meses, para lograr la “primera” en otras montañas, nosotros acabamos por establecer records de tiempo. En pocas horas, o en minutos, hicimos lo que en sus momentos hasta pareció imposible de ser escalado.

¡Así es la cara del alpinismo en todo el mundo!

Finalmente conocimos los secretos de esas las vías de ascenso y emprendimos con éxito las escaladas solitarias.

¡Caímos en la cuenta! ¡Hasta aquí solo fue una evolución personal. Muy valiosas pues aprendimos a estar, y a subir, en ambientes por demás diversos. Rocas casi calientes en los 3 mil, superar pasos en los 4 mil y pasar  problemas ( siempre ya superados por otros con anterioridad) en cotas heladas de roca, nieve y hielo envueltas en vientos de muy bajas temperaturas y donde los factores de erosión volvieron inestables las rocas.

No sólo ya no podíamos hacer desplantes de agilidad dada la consistencia del material de cotas bajas sino que ahora por la inestabilidad del terreno apenas podíamos permanecer adheridos a la pendiente.

Todo lo anterior enriqueció nuestro dossier o expediente personal. Pero estábamos conscientes de algo: hasta ahí no se habían movido las manecillas históricas del alpinismo, todo era personal. ¿Qué aportamos de nuevo a las generaciones por venir?

¡Nada! ¿Subir a la montaña más alta del continente? ¡Ya cientos lo habían hecho!

Subimos  al Popocatépetl siguiendo las huellas místicas de  Chalchiuhtzin qué dejó  7 siglo   atrás, año 1287, al efectuar la “primera” ascensión histórica (RCHA).Subimos la norte de la Benito Ramírez por donde Raúl Revilla trazó la ruta medio siglo atrás, ¿la montaña más alta del país? ¡Ya había en el fondo de sus grietas cadáveres de alpinistas arrastrados por el alud desde hacía casi un siglo!

También tuvimos conciencia que para ser feliz, dentro de la Naturaleza natural, se necesita menos que todo eso.

                                                  Leopoldo Nava en el valle feliz

                                  Pared norte Las Goteras, Sierra de Pachuca, Hidalgo,México

                                                   Foto de Armando Altamira G

Con alcanzar, caminando tres o cuatro horas, el valle feliz de los 3 mil, acampar y dialogar con el viento, el sol, el frío, la lluvia y otra vez el amanecer rojo de sol, no se requiere más para estar en armonía con la vida.

No sólo la condición volitiva, sino los factores filosóficos y hasta místicos encuentran ahí el lugar incomparable para soñar (pues en la ciudad hemos olvidado soñar, solo estresarnos viendo noticias nada halagüeñas, que acaban por hacer perder  la confianza en la humanidad. Ahora la puerta tiene cuatro o cinco chapas, cámara de vigilancia  y perros guardianes).

 Aparte del ensueño romántico se trata de una caminata por el bosque que, realizada con cierta frecuencia, mantiene lejos los fantasmas de las grasas asesinas que tanto disfrutamos en los deliciosos platillos de la ciudad. El dietista advierte y advierte pero… ¿Quién le hace caso al dietista más allá de dos o tres semanas?

También nuestros sistemas fisiológicos de adaptación al medio vuelven a funcionar en contacto con el paso de los vientos libres y altos.

¡Eso no es poco! Lo vemos en la inmovilidad obligada en los meses de la pandemia: caminar por ejercicio es exactamente negarse a morir. Otros  que se quedaron quietos sufrieron   trastornos psicológicos que no serán superados hasta varias generaciones más adelante.

En ese sentido en la ciudad todo es chato. La misma temperatura artificial, los edificios que estorban el paso libre del viento, la sombrilla para protegernos del sol y de la lluvia, el trasporte para ir  dos o tres kilómetros más allá, cuando no a la tienda  de la esquina.

Nos apresuramos a reconocer que hay en la ciudad una interesante antinomia que es vivir dentro de la tecnología que nos facilita las cosas pero, sobre todo, nos hace ver lo invaluable que es vivir entre la gente.

¡Ni los filósofos solitarios viven en la soledad sino en el seno de la multitud!

No obstante lo rojo persistente de los noticieros nos aferramos a la idea  que llegamos a esta vida para vivir, no para morir. ¿Qué caso tendría la carrera de velocidad de los espermatozoides por llegar primero al óvulo?

La sugerencia es que los  lobos solitarios de la ciudad deberían ir al valle feliz de los 3 mil para apreciar mejor el contraste que implica eso que llamamos soledad personal. Verían si se trata de un autentico vuelo o sólo una  patología para ser tratada en el sillín del psiquiatra? No es un imperativo categórico sino solo una reflexión.

Pero la raza que hace el mundillo alpino quiere ir más allá del valle feliz. Más allá de las huellas dejadas por los sacerdotes de Nanahuatzin-Tezcatlipoca-Tláloc en las montañas, más allá de los incrédulos escaladores del llamado siglo de las luces. Más allá del orden mecanicista y aun del orden vital.

Insistimos: establecimos records de tiempo y ya realizamos algunas escaladas en solitario. ¡Pero la historia del alpinismo, sigue sin moverse.

Es aquí donde empieza la historia del alpinismo o el alpinismo como historia: la apertura de nuevos horizontes.

¡Una primera escalada de diez metros de alto es noticia  sobre una ascensión  famosa de hace dos o tres  siglos! La primera tiene connotaciones sociales y la segunda sólo personales. 

Dueños del acervo que nos dejaron los que nos antecedieron, en experiencia y en equipo, quedamos parados ante el verdadero problema del alpinismo.

No es la conquista de la montaña sino la conquista de  mí mismo como escalador. El verdadero asunto ahora es de orden subjetivo, más que material. Pocos dan el brinco de ortodoxos a innovadores.

Estábamos parados frente la única llave que da acceso para hacer que la historia se mueva: Trazar una ruta nueva.

Ahora vemos  a Mario Campos Borges, en la cordada de Salvador Alonso Medina  y Roland Hildel, elevarse con éxito por la cara este del Pecho de la Iztaccihuatl (5 mil), hasta entonces inabordable (LMRP). Salvador  Alonso Medina y yo trazamos la Transversal Nido de Palomas- Repisa Oeste  del Abanico, en la vertiente norte del Popocatépetl ( 4,900) (LMRP). Los escaladores del Club Exploraciones de México, entre ellos Manuel García, se abren paso en la pared norte del La Cabeza de la Iztaccihuatl (5 mil), hasta entonces considerada como inescalables, por eso ese flanco se llama así: Inescalables. Trazamos la primera  circunvalación al Pico de Orizaba en la cota de los 4,200 (LCPO).

¿La Transversal del Abanico? ¡La escalada de alta montaña más bella del país!

Es un lugar común. Para todo escalador, que logra una primera, se trata de la más difícil y bella del mundo.




Poyauhtecatl-Citlaltépetl-Pico de Orizaba (5,700), visto desde el norte

Trazar la primera circunvalación (4,200) como queda señalado, nos llevó cinco días.Participantes:Laura Rosales Lagarde,Armando Altamira Areyán,Pedro Arredondo Guerrero, Armando Altamira Gallardo.

La letra A marca la ubicación del albergue Piedra Grande(4,260m).De ahí partimos en el sentido de las manecillas del reloj

 Ver relato en este mismo blog.

Foto tomada de Internet

Ensoberbecidos por nuestros triunfos sobre rutas ya conocidas, y nuestras escaladas en solitario, justo es confesarlo, llegamos a subestimar la labor de los escaladores pioneros. Esto es un pecado de soberbia muy común en el alpinismo.

En el valle feliz hay cerca una cabaña que eventualmente ocupan los pastores para resguardar sus ovejas en el invierno.

Los que acampan en el valle feliz suelen dejar  víveres que ya no necesitan al regresar a la ciudad. También alguna revista de alpinismo para el que le interese leerla y cargársela en su mochila.

En ese lugar encontramos un viejo libro mexicano de escalada que siempre nos pareció de contenido deficiente y  además obsoleto para los tiempos que corren.

Tiene  una nota en el prólogo que reza: “¡Para escaladores! ¿Pero si crees que este libro puede ser superado? ¡Escribe uno mejor! Sólo hay un sinodal que puede calificarlo: la historia.”

SÉNECA, EL EMPLEO DEL TIEMPO

 


Bibliografía:

Séneca, Cartas a Lucilio

Jean Wahl, Introducción a la filosofía

San Agustín,Confesiones

 

Sabemos que el tiempo es la única moneda que no regresa. ¿Sabemos? ¿En realidad me pongo a  pensar en esas cosas?

¿El tiempo? ¡Son asuntos del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad!¿Yo qué tengo que ver con esas cosas tan enredadas? ¡Nada  me atañe!

¿No regresa? Nanahuatzin volverá a pintar  de rojo cada amanecer y Tecuciztecalt, el Sol nocturno, alumbrará la noche cada doce horas siguiendo al Sol de día. Repetirán ese alumbramiento y ese ocaso por los siglos de los siglos.

Pero Huehueteotl no volverá a ser joven. Su rostro seguirá llenándose de arrugas y su espalda se doblará más cada año.

Aquiauhtzin, poeta náhuatl de Ayapanco, que vivió en Amecameca durante el siglo XV, dejó plasmado en un pensamiento la antinomia que ilustra la manera en la que la divinidad, eterna e inmóvil, en el tiempo, se manifiesta todos los días en lo perecedero:

“El dador de vida se hace presente en las flores  y en los cantos”

Es un  mensaje, una lección, un ejemplo, que está en los milenarios cimientos filosóficos mismos de la Ciudad Sagrada donde los dioses se sacrificaron por los humanos.

Pero yo sigo despilfarrando el tiempo de la pandemia en adquirir cosas que pronto serán cachivaches y en actividades que para esta tarde ya nada significarán. Tres horas de ver programas inanes y otras dos en  escuchar comentaristas que sólo buscan llenar espacios para incrementar el porcentaje de audiencia, o rating. Políticos, actrices y actores de la farándula, que hacen hasta lo imposible por no perder la imagen ante el público llenan las pantallas.

Lo anteriormente  anotado sería un tesoro si llegara a concientizar que todo eso  era necesario para yo adquirir lo que el mundo llama “experiencia”. Por contraste, haría lo contrario y el tiempo, mi tiempo, tendría calidad.

Wahl:

“Es de las cosas yuxtapuestas, pospuestas y antepuestas, de donde se derivan las ideas del tiempo y espacio.”

Tal como lo plasmó Aquiauhtzin.

Pero el tiempo pasa y sigo tomando  el efecto por la causa y el complemento por el sujeto.

Más se entiende la introducción de esta nota allende a nuestra fronteras. Un porcentaje alto de mexicanos jamás ha pisado la Calzada de los Muertos ni leído de los tiempos en que todo era oscuridad.

Cuando el dios Nanahuatzin se arrojó a la hoguera sacrificante para que los humanos pudiéramos tener luz y calor. Anhelo para toda la Humanidad. El contraste con los soles teotihuacanos que estallan, para dar lugar a otro, está el viejo dios del tiempo, Huehueteotl.

Erróneamente Huehueteotl es considerado como dios del fuego por el cenicero en forma de sombrero. Xiuhtecuhtli es el dios del fuego, no Huehueteotl.

Hay señales de lo anterior, de la realidad del tiempo, y utilización que los humanos hacemos del tiempo,  por todos lados del planeta.

San Agustín, platónico, se extiende ampliamente en sus Confesiones, en las consideraciones  del tiempo.

                                                Dibujo tomado del libro

                                         La psiquiatría en la vida diaria

                                              de Fritz Redlich 1968

Cuatro años antes de nacer Jesús nació Séneca el cual, ya adulto, alertó a su amigo Lucilio sobre la importancia del tiempo:

“Sí, mi querido Lucilio, devuélvete a ti mismo, y el tiempo que hasta aquí se te quitaba y se te hacia perder, aprende a aprovecharlo. Puedes estar convencido: nuestros momentos preciosos, o nos los quitan o nosotros mismos los dejamos escapar.”

Agrega recurriendo a la fenomenología :

“Dueño del presente, dependerás menos del porvenir.”

Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

Seguidores