SÉNECA, TRES PROPUESTAS

 


 

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¿Quieres matar a tu enemigo, para qué? ¡de todos modos se tiene que morir!:

“No pienses en dársela que ella ha de venir…Qué poco durarán sus penas y sus goces!”

 Si la humanidad leyera a Seneca las cárceles y los hospitales en este día no estarían en sobrecupo.

 


Séneca: El hombre que es esclavo, aunque sea de una pasión; ¿puede llamarse libre?


 ¿Cosas de egos? Acuérdate de Sócrates que dice que el que gana en un pleito es el que pierde. Lo dejó de tarea. La conciencia es la que se hace presente en el momento menos esperado, aún más allá del Alzheimer.

Si llevas a cabo tu idea tú eres el que va a sufrir el castigo. Te espera la cárcel, o serás un fugitivo. O si eres tan listo y poderoso y logras evadir “legalmente” a la justicia, de ti no podrás evadirte. El recuerdo de este acto pasará a ser parte de tus pensamientos y te acompañará siempre, de día y de noche. ¡Déjalo que ría, ríe porque tiene miedo de él!

"...escoge antes el daño que el lucro torpe-dice Quilón-,porque el primero se siente por una vez, lo segundo para siempre".

Se trata, en todo caso, de la libertad. Séneca redondea su pensamiento:

“El hombre que es esclavo, aunque sea de una pasión; ¿puede llamarse libre?”

                                       

 

 

 

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Ante la pobreza material y cultural del pueblo, y que carece de libertad, es preciso sentir vergüenza, no por el pueblo sino por los responsables de esa miseria.

Sentir vergüenza por los gobiernos del mundo que no abren el camino para sus juventudes, sanas y vigorosas, llenas de potencialidades constructivas, pero que ni estudian ni trabajan.

Así relata Séneca la escena en la que un personaje griego, honrado, es injustamente llevado a la muerte:

“En Atenas, cuando llevaban a Arístides al suplicio, todos bajaban los ojos compadeciendo, no al hombre condenado, sino a la justicia” (Séneca, Tratados filosóficos).

 

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Ocio terapéutico vs aburrimiento patológico

"Ama la soledad"- dice Quilón-, no que huyas hacia la soledad.

Quilón, de Esparta, uno de lo Siete Sabios de Grecia, vivió VI a.C.

El ocio positivo no se conoce en las ciudades. Todavía es algo familiar en las comunidades rurales. Aquí se sigue observando la salida del sol, la lluvia, las estaciones del año por eso de las siembras y cosechas, la fauna y la flora de la localidad, al menos veinte vecinos se saludan con sus nombres. ¡Todavía se saludan!  Increíble pero no es raro ir a dormir en cuanto se oscurece y levantarse a las cinco o seis  de la mañana…

El síndrome de Burnout (exceso de actividades) flagela la vida de las ciudades industriales hasta en los días de descanso de las labores o estudio.

 


¿De qué sirven innumerables libros y librerías?

                            Dibujo tomado de El País, 11 de junio 2016

 

En la esquina de la calle está la tienda de cadena mundial de autoservicio en la que se puede conseguir prácticamente todo.

 ¿Llueve? es un fastidio pues se mojan los zapatos. ¿Es verano y calienta mucho el sol? ¡Qué fastidio, ahora hay que cargar con la “sombrilla”!

El aburrimiento o el tedio muerde y es el padre de las más inocuas ocurrencias, así como de fatales decisiones. Ver programas inanes durante horas, relaciones ilícitas, hábitos más o menos patológicos…

El aburrimiento está allí, moviendo, pero pocos sospechan de su existencia. No es un juego. El aburrimiento persistente se cuenta entre las varias causas que llevan al suicidio. Véase la nota tomada de Internet:

 

“Cada año, un millón de personas se quita la vida en el mundo, mientras que una de cada 20 que intentan suicidarse por día lo consigue, advirtieron la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organizacin Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP, por sus siglas en inglés), en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que tiene lugar el 10 de septiembre.”

Al final de su día, a día, Séneca hace una reflexión de su ocio positivo. Lo hace   una persona “vieja” que ha pasado por las tormentas de las diferentes etapas de la vida del humano y por eso debía de llamar a reflexión a los jóvenes. Algo así como un curso propedéutico para la vida.

“El de hoy ha sido un día completo; nadie me ha sustraído nada; he compartido el tiempo entre la cama y la lectura; apenas he consagrado algunos cortos momentos a los ejercicios corporales. Imposición de la vejez, pues el menor movimiento me fatiga; lo mismo le sucede a todos los más ancianos, aún a los más robustos”.

En otras palabras, ejercicio para el cuerpo y para la mente.

¿Libros? Son para Séneca, donde no puede el aburrimiento. Pero los libros que se leen, no los que adornan.

Séneca:

“¿De qué sirven innumerables libros y librerías, cuyo dueño apenas leyó en toda su vida los índices?...Téngase, pues, la suficiente cantidad de libros, sin que ninguno sirva para la sola ostentación”.

 

 

 

 

 

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