MARCO AURELIO, ALGO PARA MEDITAR

 


 

para meditar, no para alarmarse

 

¿Le pones columnas con varillas de media, en lugar de castillos con varillas de un cuarto a tu casa? ¡Sí, para que dure ochocientos años, al menos!

¿Piensas que ese tiempo durarás con vida? Tú que ingieres comidas con grasas asesinas o súper asesinas como la de las  ovejas, y eres sedentario crónico.

En el mejor de los casos, con alimentación inteligente y ejercicios de los llamados aeróbicos…

La vida como la ve Marco Aurelio es la metáfora del reloj: siempre en movimiento repitiéndose eternamente. Del 12 “baja” al 6 y de este otra vez “sube” al 12.

 


Marco Aurelio


Miríadas de seres humanos desde los remotos siglos, tan decisivos para el individuo y para su comunidad de su tiempo, pero de los que no quedó nada ni en el espacio ni en el tiempo ni en la memoria de la gente.

Las estatuas de los famosos con el tiempo las derribaron e hicieron relleno de mamposteo para una nueva casa, si de metal las fundieron para hacer cucharas o bisagras para las puertas

“Absolutamente será bueno que te acuerdes que, dentro de brevísimo tiempo, tanto tú como esos otros morirán, y que poco después ni aun de su nombre quedará memoria…Como sucedió con Adriano y Augusto”.

Sólo en el terreno de la filosofía, según Marco Aurelio, hay trascendencia:

“Viviste, pues, distraído, de modo que en lo porvenir no te será fácil adquirir la gloria del filósofo, a lo cual también se opone tu manera de vivir”.

La respuesta a esa pregunta que te estás haciendo es sencilla:  estadistas y políticos  son del poder y contar con apologistas. El número de apologistas da una idea del poder del individuo.

El filósofo (no el sofista), en cambio, procura restar apologistas por la boruca que distrae en el camino de la búsqueda de la libertad y la verdad.

De ahí que Marco Aurelio se pregunte:

“Alejandro, Cesar, y Pompeyo, ¿qué tienen que ver, comparados con Diógenes, Heráclito y Sócrates? Porque estos filósofos eran de un espíritu tal y tan excelente, que penetraban bien las cosas, sus formas y materias. Pero aquellos príncipes, de todo esto ignorantes, ¿a cuántos cuidados se vieron sujetos y a cuánta servidumbre obligados?”

Vivir del pasado, pero no vivir en el pasado, parece ser la idea de Marco Aurelio. Y construir un castillo para ochocientos años en tanto que las arterias se llenan de colesterol a paso acelerado…

Otros deportes sugerirán lo propio. En alpinismo es agarrar la mochila y remontar la cuesta de los altos bosques, bajo condiciones climatológicas que harán funcionar nuestros sistemas de adaptación al medio, tanto tiempo adormecidas en el sofá del sedentarismo.

 


A prueba nuestros sistemas de adaptación al medio.

Héctor García recompone el campamento (en los 4,000m) luego de una noche de tormenta.

Vertiente oeste del monte Tláloc.

Edo. de México, México.

Foto de Armando Altamira G.

 

¿Es todo, puro yo? Marco Aurelio dice, para cuando se descienda al valle:

“…di siempre lo que te parezca más justo, con intención sana y la mayor modestia, sin que haya doblez”.

Una de sus frases es:

“Realiza cada una de tus acciones como si fuera la última de tu vida.”

 

“Marco Aurelio reinó como emperador romano desde el 161 al 180 EC, y es mejor conocido como el último de los Cinco Emperadores Buenos de Roma (después de Nerva, Trajano, Adriano y Antonino Pío) y como el autor de la obra filosófica Meditaciones. Durante mucho tiempo ha sido respetado por encarnar el concepto platónico del rey filósofo tal como se articula en la República de Platón: un gobernante que no busca el poder para sí mismo, sino para ayudar a su pueblo.”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario