MEMORABILIS ENCUENTRO EPICURO – PLATÓN

 

Epicteto pregunta...

De pronto los peces gordos de las finanzas convierten la pregunta en “El encuentro del siglo”, No, dicen, mejor:  “El encuentro de los siglos”

 Epicteto  es del siglo uno d. C. La propaganda del Encuentro  dice así:   Platón (el del Bien como origen de las Ideas) y  Epicuro (el que no le tiene miedo a los dioses). Vivieron cinco siglos a C.

La pregunta que Epicteto hace al juez, al jurado hipotético y a la sala, indica que su pregunta está en su libro recién salido de la imprenta con título de Máximas.  Esta explicita la respuesta, pero de todas maneras hace la pregunta. Lee:

“¿Qué ocurriría en una ciudad regida de acuerdo con las máximas de Epicuro? Pues que todo en ella andaría al revés: no habría sociedad propiamente dicha, ni casamientos, ni magistrados, ni colegios, ni policía, ni urbanización. En ella todos sustentarían opiniones que ahora ni las mujerzuelas más descocadas se atreverían a sostener. Por el contrario (lo de Platón).en una ciudad donde imperen  las máximas que dicta la razón, reinará la decencia y el orden. Todo el mundo obrará guiado por opiniones sanas; veránse honradas todas las virtudes; La justicia florecerá por sí sola, la policía estará bien reglamentada; los ciudadanos se casarán, tendrán hijos, los educarán y todos se esforzarán en servir a los dioses. El marido se contentará con su mujer, sin codiciar la del prójimo; con sus bienes, sin ambicionar los ajenos. En una palabra: todos los deberes serán cumplidos y todas las relaciones sociales debidamente cumplidas” Fin del texto, dice Epicteto.

Para Nietzsche no habrá duda de quién es el ganador pero también tiene claro que se trata de una pelea inconclusa: 

"Los valores contrapuestos "bueno y malo", "bueno y malvado", han sostenido en la Tierra una lucha terrible que ha durado milenios, y aunque es muy cierto que el segundo valor hace mucho tiempo que ha prevalecido, sin embargo, tampoco faltan ahora lugares donde se continúa librando esa lucha, no decidida aun".



                                                       Teatro griego

El teatro está lleno. La plebe (así se le decía en Roma al populacho) se ha organizado y ha reunido una respetable cantidad de dinero para apostar por su gallo, es decir, Epicuro.

Inicialmente el Encuentro estaba programado para una sala normal de debates, pero fue tal cantidad de boletos vendidos que se cambió de sede para un teatro.  

 


                                 Plebe y filósofos pronto llenaron el teatro

Los filósofos platónicos son pocos y como su  leit motiv en la vida es el  ser, no el tener, no tienen dinero y la apuesta no se lleva a cabo.

Epicuro está en la primera grada del teatro, pues es  el que ha hecho la pregunta.

El jurado no necesitó más de cinco minutos para ponerse de acuerdo, por unanimidad. Un esclavo lleva el resultado al juez.

“De pie” ordena alguien, el juez va a leer la decisión del jurado. Todos se levantan de sus asientos.

El juez se dispone a leer el veredicto en voz alta, muy alta pues el teatro es enorme. Se sorprende al no encontrar el nombre del ganador, sólo una palabra aparece en el rollo: “¡Obvio!”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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