KHAYYAM, CON UNA COPA DE VINO EN LA MANO, QUERE ECHARNOS A PERDER LO BONITO DE ESTE FIN DE AÑO

 


La filosofía se ocupa de la vida del ser humano y la religión de su alma. Pero tanto aquella como ésta lo presumen enfermo.

Convencido de su antropocentrismo, amo y señor del universo, pero está enfermo. No está enfermo, pero él se siente enfermo. Humanidad urgida del auxilio de las ciencias de psicología y psiquiatría.



 

                               OMAR KHAYYAM


Desde la niñez vive en tensión por la figura de un final del mundo apocalíptico lleno de brujas y demonios que lo precipitan en el abismo ardiente atizado siempre por Dite. Se pregunta ¿Por qué tuvo que nacer y ahora se pregunta por qué tiene que morir?

¿Esceptico? Ahora casi todos hablan de la virtud. En el Fedón, Sócrates, horas antes de morir, platica en grande con sus amigos filósofos sobre al virtud. Si la virtud se enseña es de este mundo. Si no se enseña habrá que buscar su origen entre las nubes. Si se enseña es una cuestión elitista ya que pocos pueden pagar el maestro. Si viene del cielo es una selección injusta porque no llega a todos.

 En un caso o en otro ¿son culpables, los culpables, de no haber tenido la oportunidad que los otros sí tuvieron? Nick Carraway, el amigo del Gran Gatsby, recuerda  las palabras que su padre le  dijo: Cuando te sientas tentado a criticar a alguien recuerda que no todos tuvieron la oportunidad que tú tuviste en la vida.



Tomado de El Pais 

Los que estudian estas cuestiones tienen por cierto que  el infierno es  estar impedido del amor de Dios. ¿Por qué no alcanzó él también ese amor de Dios? ¡Necesita un abogado que hable por él en el cielo!

La intención que antecede a la idea de la salvación es que el hombre está perdido, enfermo del cuerpo y del  alma.

Por la tarde el merolico en la plaza, teléfono portátil a todo volumen, enumera al menos diez enfermedades que padecemos, empezando por el mal sabor de boca al despertarnos por la mañana, el cáncer de colon, callos en los pies… No que están en potencia, sino que ya padecemos.

Felizmente él tiene el remedio con unas pildoras, en combinación con un ungüento que hay que dejar serenar por las noches. Píldoras que tan solo cuestan 15 pesos ( “menos de la mitad de un euro”, dice).

Dueño  de una elocuencia, digna de estar  ocupando un lugar en la Cámara de Legisladores, convence a la mitad de la concurrencia que se apresura a comprar las píldoras salvadoras. 

Aristóteles, a semejanza del merólico de la plaza, desacredita a idealistas y matemáticos para poder vender sus sistema que sí salva de una  existencia doliente (Metafísica).

Religiones y filosofías quieren curar al hombre tanto en su cuerpo como en su alma.  Religiones altamente espirituales en el pasado ahora ya casi racionalismo puro y filosofías audazmente espirituales.

Hombres estresados que han dejado de reír porque  creencias angustiosas llenan su pensamiento aun estando dormidos. Se despiertan sudando en el silencio de la noche buscando con desesperación el fármaco relajante. O el fentanilo.

Con una copa de vino en la mano al amanecer, observando cómo el viento se lleva las arenas del desierto, Khayyam compone una  de sus rubaiyat, en la que considera la incongruencia del llamado pecado  que tanto mueve la conciencia:

Pretender que el humilde devuelva en oro el plomo

que a él le han arrojado, exigirle que pague

Una deuda que nunca con nadie ha contraído

Es comercio de usura al que nadie está obligado

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