Mi yo no quiere aceptar que la Tierra es un planeta vivo ( o que tiene su propia dinámica) y que necesitamos conocerlo para organizar nuestra existencia conforme sus estructuras. La atmósfera, la actividad tectónica y volcánica, el campo magnético. Surgen montañas, desaparecen, se abra el piso e incluso los continentes vayan para allá o para acá. Algunos de estos fenómenos pueden percibirse en la escala de lo humano y otros en el tiempo geológico del que sólo podemos conocer sus huellas.
El problema consiste en que queremos que suceda al revés. Que el planeta se ajuste a nuestras necesidades o gustos o intereses políticos. Se fundan pueblos en zonas volcánicas y un día los habitantes deben emigrar. Se edifican casas a la orilla del mar por lo hermoso del lugar e idílico de la playa y sus palmeras y cuando llega el tsunami media hora después todo ha sido brutalmente barrido.
Aparece un asentamiento humano en la ladera de la cañada y el agua de las lluvias reblandece ese terreno. En algún momento toda esa ladera se desplaza hacia el fondo del valle llevándose a las personas, sus perros, gatos, casas y automóviles. ¿Cuántos socavones se han abierto en las calles de Iztapalapa (sur de la ciudad de México) cayendo hasta el fondo las personas dentro de su automóvil?
En las primeras semanas del mes de julio, de 2010, por lo menos tres estados de la república mexicana han sido golpeados por el huracán Alex:Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas. Después le siguieron los estados de San Luis Potosí, Veracruz, Chiapas, Oaxaca e Hidalgo.Ríos irrumpiendo brutalmente por el centro de las ciudades, levantando carreteras, derribando grandes y modernos puentes. Desapareciendo miles de viviendas con la consecuente afectación de centenares de miles de familias que, de una hora para la otra, quedaron literalmente en la calle perdiendo propiedades, trabajo, escuelas y vidas. En America del sur, Estados Unidos, y ciudades de Europa igualmente han sido afectadas.
Por necesidad de vivienda, trabajo o estudios, la gente se establece en esos lugares. Haití, Chile, México y quien sabe cuantos países más han sido devastados recientemente por los temblores. Ciudad Universitaria de la ciudad de México se edificó sobre la lava de los volcanes Xitle y Ajusco.
Con casi siete mil kilómetros de espesor de la superficie al centro del planeta, no hay modo de meter mano y manipular a nuestro antojo o necesidad el asunto. Salvo que se quiera vivir en la ciencia -ficción. “Los procesos internos producen buena parte de los fenómenos superficiales, incluyendo la tectónica de placas, actividad volcánica, sismos y el campo geomagnético” se comentó en un reportaje publicado en El Faro UNAM de julio- agoto del 2007.
Este es el país en el que nos tocó vivir, con dos placas tectónicas bajo nuestros zapatos, por así decirlo, la Americana y la Cocos, sacudiéndonos en el momento menos pensado, con una superficie nacional llena de volcanes que no hay ni para donde hacerse. La actividad humana abarca muy pocos kilómetros de la superficie hacia abajo.
Es con la extracción indiscriminada de agua de los acuíferos que a la postre van a aparecer los socavones en el subsuelo. Y para acabarla de amolar hay delegaciones políticas de la ciudad capital que al componer sus calles les echan recubrimiento de cemento y sobre esto el asfalto y con eso están enviando el agua de lluvia, no a los acuíferos, sino a las alcantarillas y de aquí hasta el mar. Con el resultado que los acuíferos siguen sin esperanza de recargarse en cantidad suficiente.
Al menos eso estaría de nuestra parte remediar. O técnicas de construcción más ad hoc para suelos sísmicos…
Y, sin embargo, cuando regresa el estío, vuelvo a levantar mi palapa en la orilla de la playa, viendo hacia el oriente, por donde saldrá el sol. O a construir mi casa en la ladera del volcán Chichonal...
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