Epicteto: regla placer-dolor




Manual y Máximas
Epicteto (50-130 d C)

Epicteto va por la vida caminando en sentido contrario que Epicuro. Los dos coinciden, empero, en el punto que la vida es breve. Es tan breve, dice Epicteto, que sólo se puede vivir en plenitud con la sobriedad de las costumbres. En cambio Epicuro cree que esa brevedad sólo es posible vivirla apurando  copas de vino, besando cuantas bocas sean posibles y comiendo hasta reventar.

Lo anterior, respecto de Epicuro, es la versión común que corre por el mundo pero está lejos de ser verdad y, por el contrario, Diógenes Laercio dice que llevaba una vida sobria. Este punto lo hemos tratado con más detenimiento en otra parte de este mismo blog (ver "Epicuro no era así").

Lo anterior serían encantadores pareceres si tales actitudes no tuvieran consecuencias. Estas consecuencias es lo que Epicteto nos llama a considerar. Todo enmarcado en la más pura causalidad. Nada de moral, nada de sermones de autoayuda. Sólo causa y efecto.

Epicteto pertenece a la escuela de los estoicos fundada por Zenón tres siglos antes de Cristo. La manera  en que consignó su modo de pensar es una  premisa, apenas unos brochazos. Frases por demás sintéticas que, en especial en los últimos dos siglos, siguen tan valederas que diferentes disciplinas académicas como la medicina, la sociología, etc. recurren a esos principios.

A cierta edad el hombre y la mujer se ponen la primera borrachera de su vida. Sigue un efecto doloroso de recuperación biológica y mental que se conoce en México como “cruda” y en Argentina como “curda”. El Sol ahora es amarillo y el planeta y el mundo se han llenado de desolación, el sistema nervioso brinca hasta cuando pasa volando  una mosca…Lo mismo, pero aumentado N veces, sucede con otro tipo de drogas. Está el tiempo de la euforia y la alegría desbordada. Todo en este mundo está tan mal hecho pero ahora él tiene la solución… Le sigue el tiempo del sufrir las consecuencias. No hay modo de escapar a esta regla. Intentar el remedio  por otros recursos químicos es aumentar las consecuencias.

Lo que Epicteto señala  es que se tenga en cuenta el tiempo del placer y el tiempo de pagar las consecuencias por ello: “Considera después la diferencia que hay del tiempo  en que gozarás de ese placer  y de aquel que, después de haberle gozado, te arrepentirás y te aborrecerás a ti mismo.”

Si todo quedara en función de recuperación biológica, la bioquímica podría decirnos cuánto tiempo nos llevaría para que pasara esa resaca. Lo que no va poder decir  son las consecuencias cometidas bajo los efectos del alcohol. Insultos, choques por manejar ebrio, atropellamientos, embarazos no pensados, pleitos…
Epicteto (50-130 d C)

Aquí el tiempo de recuperación (si es posible la recuperación) al que Epicteto se refiere es más prolongado. La borrachera duró una noche pero las consecuencias pueden durar más tiempo. Hay reos que purgan vente años de cárcel por sólo una noche que se emborracharon...

Lo del alcohol es sólo un ejemplo de cien que hay. Otro sería el placer de la comida. O cuando la necesidad de comer se vuelve placer. México está señalado por la ciencia médica de los propios mexicanos, y de la Organización Mundial de la Salud, como el país número uno del planeta de gente que anda en el sobrepeso corporal. Y con ello todo un rosario de enfermedades de alto riesgo.

Es cuando el pensamiento sintético de Epicteto se deja oír de nuevo: "Considera después la diferencia que hay del tiempo  en que gozarás de ese placer  y de aquel que, después de haberle gozado, te arrepentirás y te aborrecerás a ti mismo.”









 

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