LEIBNIZ, WAHL Y MONOJO HACIA EL ECUMENISMO FILOSÓFICO





Introducción a la filosofía
Jean Wahl
Fondo de Cultura Económica, México,1988
Primera edición en inglés año 1948

La ciudad es tan grande que hay lugar para todos.

Ortega y Gasset, Santayana, Séneca y Monojo son cuatro españoles que lo han dicho a través de los siglos. Y también Wahl, el marsellés. Y Leibniz, el alemán.
Saben lo que dicen. Sus ciudades en escombros les han dejado esta verdad.

Superar las abstracciones filosóficas y dar paso a  ese hombre nuevo, que tanto bosquejan los intelectuales, es el punto.

No se construye una casa moderna, durable y funcional, con modos limitados y obsoletos de concepción arquitectónica.

Es la aspiración de un pensamiento integral, igual material que inmaterial. Con los átomos de Demócrito - Epicuro  y las ideas de Platón-Sócrates. El humano está potencialmente dotado para vivir una síntesis de ambas cuestiones. Si se reconstruye a sí mismo, él es la síntesis. Caso contrario queda en la abstracción.

La filosofía va a la zaga de los cristianismos que trabajan en la perspectiva del ecumenismo. Del integrar. La siempre deseable libertad de pensar  en laico ha llevado con mucha frecuencia al mecanismo de secta donde todo se atomiza y  marca al individuo hasta el solipsismo que  nada  de  positivo tiene para la sociedad.


Tal empresa exige un cambio intelectual, personal, considerable. La idea operante (hacer, no sólo decir) sería la prueba de fuego. O el cigüeñizar, como   Pitágoras llamaba al acto de enseñar con el ejemplo, porque decía que así la cigüeña enseña a sus críos.

Lo contario es lo que sucede cuando se dice pero no se hace. Muchos empedernidos fumadores escriben (cada año en el Día del No Fumar) bellos y bien documentados artículos sobre los peligros mortales que tiene el habito de fumar…Nadie les cree. O los que tiene el diagnóstico exacto  de por qué el incremento de la temperatura local y global, pero tienen veinte focos de los antiguos en su casa…

Jean Wahl, filosofo marsellés, del siglo veinte, se opone a las abstracciones en filosofía cuando dice: “No hay términos más peligrosos para el pensar filosófico que “realismo”, “idealismo”, “racionalismo”, “empirismo”, etc.” (Introducción a la filosofía)

Leibniz, filosofó alemán del siglo diecisiete, también está contra las abstracciones:
“nos inclinamos a las personas, a las lecturas  y a las consideraciones favorables a cierto partido; no prestamos atención a lo que procede  del partido contrario, y por estos medios y otros muchos que  se emplean frecuentemente    sin propósito formal y sin pensar en ello, llegamos a engañarnos o por lo menos  a cambiarnos y a convertirnos o pervertirnos, según las circunstancias…

“Se sabe también que las abstracciones son las que crean más dificultades cuando se las quiere concretar…Nuestras opiniones  están condicionadas  con el partido o secta  a que pertenecemos en filosofía, en la religión y en la política…

“Me inclino a creer que muchas veces  se originan grandes disputas  y se introducen muchos galimatías  en los discursos por no meditar sobre esto. Esas célebres fruslerías  que tanto ruido meten en las escuelas, proceden de que no se ha meditado en esta diferencia de las ideas… cada uno piensa en los caballos que se crían en su país.” (Nuevo tratado  sobre el entendimiento humano)

W. Stekel, psiquiatra alemán del primer tercio del siglo veinte, dice que el psiquiatra va a desempeñarse profesionalmente como él es. Los recursos cognitivos con los que lo dotó la academia se van a utilizar de manera positiva o perversamente, según la pasta con la que está hecho el médico.

Si quiere ser positivo para la sociedad tiene que reestructurarse a sí mismo. De otro modo va a seguir enturbiando a la humanidad desde su parcela ideológica. 

Hasta ahora los renacentistas platónicos,los escolásticos aristotélicos y los atómicos epicuros, han originado tormentas más fuertes que los huracanes que en mayo se levantan en el Atlántico.

Paula Monojo Torrente lo acaba de decir desde Madrid, al modo contemporáneo, en una ciudad donde hace casi un siglo las abstracciones de pensamiento acabaron con miles de vidas de todas partes del planeta, y en especial españolas:

“Yo he tenido la suerte o la desgracia de rodearme de las dos partes. Izquierda y derecha  en idénticas dosis para contrastar y, sobre todo, comprender que ninguna situación política es buena si la gente es mala…hablamos de violencia cegados por el “ojo por ojo “cuando en realidad más de uno debería luchar por reestructurarse  a sí mismo antes que pensar en reestructurar el país.”(Reestructurarse a uno  mismo, periódico El País, de España, sábado 29 de junio de 2013, Pág 20).











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