SPINOZA, UN FILÓSOFO INCÓMODO


Incómodos son los filósofos desde Sócrates, Plotino…Buscan siempre, como Alicia, saber qué hay del otro lado del espejo.

El “mundo” suele decir cosas que no siempre corresponden a los hechos. Eso tiene que ver con lo que se conoce como idea operante.

Idea operante es a semejanza de  un “conductómetro” que consideran los filósofos para sabe si alguien es sincero consigo mismo haciendo lo que dice. 

Como el “alcoholímetro” utilizado por la policía para  medir la cantidad de alcohol ingerido por el que conduce un automóvil. Ambos modos son reales, y exactos, por carecer de subjetivismos.

Un día Spinoza se paró frente al espejo y lo que vio fue a Spinoza. Miró del otro lado del espejo, buscando a Dios, y lo encontró. Lo vio cara a cara.

No de manera antropomorfa, como esperamos verlo, sino en su verdadera y única manera de manifestarse.

Rabinos, teólogos ortodoxos y heterodoxos cristianos, no sólo evitaron su trato sino  que lo expulsaron de sus comunidades. ¡A Dios nadie lo ha visto y ahora Spinoza salía con que  sí se le puede ver!

No fue una ocurrencia. Es cierto lo que dice la Escritura, lo afirma el mismo Spinoza, sólo que,  no se ha entendido eso de a Dios nadie lo ha visto.

Spinoza buscaba lo infinito con tal intensidad que casi negaba lo finito. No pensaba en Dios desde afuera viendo al mundo  sino que, como Fichte también creía, el mundo es Dios. La naturaleza no es su clon, ni su gemelo ni su alter ego, es Dios. Dios  se revela en la naturaleza.

Esto lo  enfrentó con las religiones judía y cristiana. No es el caso reproducir aquí   las anatemas que recibió en su vida  este filósofo, de origen judío, y las siguió recibiendo aun después de haber fallecido, en 1677.

A Dios nadie lo ha visto parece más un reproche que una aseveración: ¿será que el mundo no conoce la caridad y la justicia? Habla de caridad y de justicia pero, ¿la practica?

Es cuando Spinoza entra de lleno a lo que posteriormente los filósofos, y sobre todo Bergson, llamarán idea operante. Hacer lo que se dice, no decir una cosa y hacer otra.

Como las mujeres (no todas) que ponen la direccional del automóvil anunciando que van a dar vuelta a la derecha y la dan a la izquierda. Esa es la idea operante. La acción descubre  la intención.

Spinoza va más allá (en su Tratado Teológico- Político) al decir que la caridad y la justicia son las que verdaderamente hacen fuerte a un Estado. De otra manera: “el edifico entero no puede menos de derrumbarse”, escribió en el Capitulo XVI. Los países que van en descenso es un síntoma  que ahí falta la justicia. La evidencia descubre la conducta, según dice  el método de la idea operante.

Fue cuando muchos del poder laico se sumaron al rechazo que el mundo religioso tenía hacia Spinoza. Porque precisamente en el mundo de la política la idea operante es donde menos se practica o donde más se evidencian las verdaderas intenciones. Las promesas de campaña pronto quedan relegadas  cuando ya se ha tomado posesión del asiento en el Parlamento.

Schopenhauer, con su modo directo de decir las cosas, escribe, a propósito de la idea operante: “Tales obras son espejos. Si un mono se mirase en ellas, no ha de ver un apóstol” (El arte de tener siempre la razón)

Y Bergson anota, en varias partes de su obra, Las dos fuentes de la moral y de la religión: “Ahora bien, trátese de salvajes o de civilizados, si se quiere saber  el fondo de lo que un hombre piensa, hay que tener en cuenta  lo que hace y no lo que dice.”

En contraste de todo el rechazo que sufrió en vida, a Spinoza se le aprecia toda su valía como filosofo por gente de la cultura de la calidad de Goethe, Novalis, etc. Y se le considera de la estatura filosófica  de Descartes y Leibniz.

La conclusión de Spinoza es que todos los días se ve a Dios cara a cara. Porque no se puede negar que en el mundo hay gente que, efectivamente, practica la caridad y la justicia.
 
BENITO SPINOZA
“Baruch Spinoza (conocido como Baruch de Spinoza o Benedict/Benito/Benedicto (de) Spinoza, según las distintas traducciones de su nombre, basadas en distintas hipótesis sobre su origen) (Ámsterdam, 24 de noviembre de 1632 - La Haya, 21 de febrero de 1677) fue un filósofo neerlandés de origen sefardí portugués, heredero crítico del cartesianismo, considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés René Descartes y el alemán Gottfried Leibniz.”

























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