A.CARREL Y LA RESPIRACIÓN EN EL ALPINISMO


RESUMEN:

El proceso metabólico del Oxígeno deja peligrosos residuos celulares cuando respiramos, llamados “radicales libres”, en especial cuando hacemos ejercicio. La vitamina C se tiene como uno de los grandes antioxidantes que neutralizan los efectos negativos de la oxidación celular.

El automóvil necesita gasolina para “caminar”, pero al final ese combustible deja residuos que deterioran el buen funcionamiento del vehículo, y es necesario eliminarlos.

Así es nuestro organismo, con respecto al oxigeno, y sus residuos malos conocidos como “radicales libres”.

Respirar y arrojar el aire por nariz y boca lo hacemos instintivamente  desde el nacimiento. Pero por más que estemos “acostumbrados” a respirar poco somos conscientes de ello. Como muchas cosas en la vida que se nos dan de manera natural para vivir en plenitud, no las aparecíamos. Es hasta que tenemos dificultad con alguna parte de nuestro cuerpo o con alguna función del mismo, que tenemos claridad de lo que estába funcionando bien, pero que ya lo hemos perdido.

 Carrel, Premio Nobel en medicina, a principios del siglo veinte, se refiere así al proceso de la respiración: “La cantidad de oxigeno trasportada por la sangre a los pulmones se debe a un proceso fisiológico. La actividad de los músculos respiratorios, que dan al tórax un movimiento más o menos rápido y rigen la penetración del aire en los pulmones, depende de células nerviosas situadas en la parte superior de  la médula espinal. La actividad de este centro está regulada por la tensión de ácido carbónico en la sangre. Y asimismo por la temperatura del cuerpo y por el exceso de insuficiencia de oxigeno en la circulación.” (Alexis Carrel. La incógnita del hombre, capítulo VI)

El fenómeno de la respiración lo apreciamos con nitidez cuando hacemos deporte, corremos o subimos montañas. Jalamos aire para llenar nuestros pulmones. O cuando paramos de correr también estamos conscientes que la respiración se normaliza en nuestro organismo.

En alpinismo es donde el fenómeno, o metabolismo del oxigeno, se manifiesta de manera tan obvia, tan nítida, que puede acabar con la vida del individuo en el lapso de pocas horas en lo que se conoce como “mal de montaña”. “sueño blanco” o “puna”, debido a la escasez de oxigeno según nos vamos adentrando a mayores altitudes o alturas sobre el nivel del mar.

Lo que no sabemos los corredores y alpinistas y población en general, porque no somos médicos, es lo que se relaciona con el lado negativo del metabolismo del oxígeno, lo que se señala como oxidación. Escuchamos en la calle de “radicales libres” pero como cuando oímos hablar de la Constelación Toro…

Los radicales libres se tienen como un proceso natural de la respiración y el metabolismo, ésta, para producir energía. Se sabe que en pequeñísimas cantidades los tan temidos radicales libres nos benefician al destruir virus y microorganismo de nuestro cuerpo 
que podrían causar enfermedades.

El problema, y grande, es con el exceso de radicales libres que producen  deteriores en nuestro organismo y, lo que es más sorprendente (ojo) es que  con el ejercicio aumentan los radicales libres. A mayor consumo de oxigeno mayor cantidad de residuos.
Dibujo tomado del libro La psiquiatría en la vida diaria,
 de Fritz Redlich,1968

Aquí es donde puede empezar un proceso de oxidación que tiende a descontrolarse al buscar, los radicales libres, convertirse en moléculas y empezara conectarse con otras moléculas de radicales libres. El resultado final  es que la ciencia médica considera esos radicales libres como causa de varias patologías graves, entre los que se destaca el cáncer.

Al fenómeno de la oxidación por el ejercicio le agregamos las condiciones que causan  la oxidación celular tales como el smog, el metabolismo, el humo del cigarro y todas esas condiciones perturbadoras del ambiente propio de la ciudad industrial.

Tres décadas atrás los alpinistas nos sentíamos a salvo en las montañas y su “aire puro”. En la actualidad hasta los puertos o collados más elevados son desbordados por la nata negra del smog.

El conocido fenómeno de la globalización también se aplica a la contaminación del ambiente. El aire que se ensucia en Europa los vientos lo traen para América y viceversa y después de dar vuelta por Japón regresa a América...

En especial las montañas que están situadas entre dos o tres ciudades  industriales, como es el caso de México. El Popocatépetl (5,452m.s. n. m) y la Iztaccíhuatl (5,286m.s.n.m.) se elevan sobre el Valle de Puebla, en el este, donde hay una ciudad industrial, en el norte (Ciudad Sahagún) otra ciudad industrial y, en el oeste, el Valle de México, con millones de automóviles y unidades del trasporte público. Y muchas fábricas. Y muchos que fuman. Si usted entra al Valle de México, en avión, verá una densa bruma negra y más abajo los edificios. Con frecuencia aquí se da la alerta de "contingencias ambientales".

Vivaqueando en las  paredes de estas grandes montañas de roca, nieve y hielo, o pernoctando en sus refugios alpinos, los alpinistas son alcanzados por la nata sucia de gasolinas y polvo.

¿Qué hacer ante este cuadro francamente patológico de las oxidaciones endógenas, en las células de nuestro organismo debido al ejercicio, y la oxidación exógena por  el medio ambiente?

La medicina del deporte recomienda tomar vitamina C, que se tiene como uno de los súper oxidantes.

Como en el fenómeno de la respiración estamos los individuos  de todas las edades, es necesario consultar al médico para saber qué cantidades de vitamina C, y por cuánto tiempo requerimos  por persona, según la edad, actividad, sedentarismo, estatura, complexión, etc.
 
A.CARREL
Alexis Carrel (Sainte-Foy-lés-Lyon, Francia, 28 de junio de 1873 - París, 5 de noviembre de 1944). Biólogo, médico, investigador científico y escritor francés. Por sus contribuciones a las ciencias médicas fue galardonado con el premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1912. Julius H. Comroe, profesor emérito del Cardiovascular Research Institute (University of California at San Francisco) escribió: "Carrel ganó el Premio Nobel en Fisiología o Medicina en 1912, y no lo ganó por alguna investigación oscura y esotérica, sino «en reconocimiento a su trabajo acerca de sutura vascular, y trasplante de vasos sanguíneos y de órganos». Entre 1901 y 1910, Alexis Carrel, utilizando animales de experimento, efectuó todas las acciones y desarrolló todas las técnicas conocidas hoy en cirugía vascular (...)"1 En Francia, fue honrado con la Ordre national de la Légion d'honneur (Orden de la Legión de Honor). Fue miembro de la Accademia de Lincei (Pontificia Academia de Ciencias). En 1912 fue testigo ocular de una curación extraordinaria en el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, lo cual significó el comienzo de un cambio progresivo en su vida, que lo llevó del escepticismo a la fe. Hoy es considerado uno de los conversos más famosos del Lourdes. Wikipedia.






























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