Teocuicani visto desde la población Tetela del Volcán, Estado de México. La cumbre de la
izquierda, oeste, es donde se localiza el adoratorio precristiano.En primer lugar Víctor Torres biólogo y escalador
Teocuicani es la montaña sagrada que se le había perdido a la arqueología.
Encontrarla llevó más de un
siglo, a partir de mediados del diecinueve hasta entrado el veinte. Se
necesitaron tres generaciones, empezando por el francés Charnay, siguió José
Luis Lorenzo y al final nosotros.
Después de buscarla durante diez años (en el norte y oeste), la encontramos, en el sur, cerca del pueblo de Tetela del Volcán, estado de Morelos. Años más tarde volvimos a subirla.
De ambas
ocasiones hicimos reseñas que fueron
publicadas en la revista Jueves de Excelsior número 2612 (10, VIII, 1972)
paginas 14 y15 y Los Universitarios (periódico quincenal publicado por la
Dirección General de Difusión Cutural de la UNAM) número 149-150, 1979 páginas
30 y 31.
Si Charnay y los que lo seguimos hubiéramos empezado la búsqueda por Tetela del Volcán, se habría necesitado medio día para localizarla.
Empezamos por el norte y nos llevó más de cien años.
Considerábamos el asunto con mentalidad de alpinistas ya que Durán dice que el
Teocuicani es una cumbre del Popocatépetl tan alta que con frecuencia se forman
en ella tormentas y se cubre
nieve. Todos pensamos en el
Abanico o Ventorrillo, cumbre de los 5 mil
metros de la ladera norte del Popocatépetl.
“Diego Durán (Sevilla, España.
15 de junio de 1537–Ciudad de México, Virreinato de Nueva España. c. 1588),
también conocido como Fray Diego Durán, fue un historiador y fraile dominico
español. Es el autor de Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra
Firme, una de las primeras obras sobre diversos aspectos de la sociedad mexica,
la cual realizó tras el estudio de un número importantes de testimonios
originales, tanto orales como escritos, en lengua náhuatl.”
Hasta donde conocemos, solamente Durán hace la valiosa mención del monte Teocuicani ( en su Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra Firme), que no hemos encontrado ni siquiera en Sahagún.
Finalmente la encontramos Jorge Rivera (del club alpino Los Quetzales de la ciudad de México) y yo, el 3 de mayo de 1971.
Según la mentalidad mágica del mexicano étnico el haberla encontrado, precisamente un 3 de mayo, haría pensar en una situación muy especial, nada fenomenológica...
Foto de Armando Altamira G.
La etimología de la palabra
Teocuicani lleva a Dios cantor o cantor de los dioses.
Por alguna causa, geológica o geográfica, lo ignoramos, este lugar es una especie de epicentro del relámpago, precursor de tormenta y su consecuente trueno. El principal camino (ladera este) por el que la población asciende a sus cumbre, para realizar la ceremonia de “pedir agua”, se ven numerosas cruces de gente que ha matado el rayo.
En nuestra segunda
ascensión, años después de la primera, escuchamos de viva voz de uno de los
celebrantes, que entre ellos existe una organización que le llaman “rayistas”.
Se refieren a los que han muerto por el rayo o bien de los que fueron tocados
por la descarga eléctrica y no murieron.
El Popocatépetl y su cumbre
secundaria del sur, el Teocuicani, son consideradas montañas sagradas, al
estilo como se considera, de presencia especial un templo cristiano. Al grado
que se personaliza: Dios Popocatépetl y Dios Teocuicani. Pero el numen,
personaje central de todo esto, es Tezcatlipoca.
Como queda dicho por Durán, Tezcatlipoca estaba representado por un ídolo hermosamente tallado que el
religioso describe como del tamaño de un muchacho de ocho años. Está
la idea de juventud en la mencionada expresión. Juventud es uno de los
atributos de Tezcatlipoca.
Unos 60 kilómetros al este del pueblo de Tetela del Volcán se encuentra la población de San Juan Tianquizmanalco. Todo esto en el sur del volcán Popocatépetl. Tetela en el suroeste y Tianquizmanalco en el sureste.
En Tianquizmanalco se adoraba al dios Telpochtli, en el mes de Toxcatl, que va, en el calendario gregoriano, del 5 al 24 de mayo. Era tan abrumadoramente visitado el dios Telpochtli que incluso llegaba gente desde Guatemala a su santuario en Tianquizmanalco.
Algo así como 1,500 kilómetros de venida a pie (no había animales de monta y carga) y otros 1,500 de regreso. Un inmenso territorio plagado de tribus enemigas. Pero establecidas bandas o corredores por los que se podía transitar a la sola mención de los santuarios mencionados del Altiplano: Ya fuera a Tezcatlipoca, a Tláloc o a Chicomecoatl( ahora Guadalupe). Igual para las belicosas tribus del Mictlampa, como se le conocía al árido norte de México.
Sin dejar de mencionar a la población de Tlalmanalco,
en el noroeste del Popocatépetl en el que se erigió, en la conquista, un
convento, señal que en ese sitio se encontraba un importante centro de
adoración a Tezcatlipoca.
Se menciona al dios Telpochtli con las características de "joven" y "mancebo".
Ahora bien, Telpochtli es otro nombre de Tezcatlipoca. Y Toxcatl es el mes de Tezcatlipoca. Y en el Teocuicani se veneraba y se le sigue venerando ( en el lugar y forma) en los primeros días de mayo pero, ya sin mencionar ni a Telpochtli ni a Tezcatlipoca. Estos nombre lograron ser borrados por los frailes de la conquista. Asimismo, el nombre original de Teocuicani.
Teocuicani (sin nombre desde la colonia española) de 3,125m.En algunos mapas tiene 3,084m.No confundirlo con otra cumbre cercana, del mismo sistema orográfico, llamada Tlaxcanquiauac, de 2,991m, en el sureste inmediato al Teocuicani.
.A la llegada del Dios andrógino de occidente se prohibió, bajo pena de muerte, toda mención politeísta pero el inconsciente colectivo del mexicano nunca pudo ser desterrado y la muestra está en nuestros días precisamente en el monte Teocuicani.
En su
libro Tezcatlipoca en el mundo náhuatl,
Doris Hayden señala algunos de sus nombres.
TLOQUE'
NAHUAQUE' - El que posee lo cercano, el que posee lo que (nos) rodea.
TITLACAHUAN'
Aquel de quien somos esclavos.
TEIMATINI
- El sabio, el que entiende a la gente.
TLAZOPILLI
- El noble precioso, el hijo precioso.
TEYOCOYANI
- El creador (de gente). YÁOTL, YAOTZIN - El enemigo.
ICNOACATZINTLI
- El misericordioso.
IPALNEMOHUANI
- Por quien todos viven.
ILHUICAHUA'
TLALTICPAQUE' - Poseedor del cielo, poseedor de la tierra.
MONENEQUI
- El arbitrario, el que pretende. PILHOACATZINTLl - Padre reverenciado,
poseedor de los niños.
TLACATLÉ
TOTECUÉ - Oh, amo, nuestro señor.
YOUALLI
EHECATL - Noche, viento; por extensión, invisible, impalpable.
MONANTZIN,
MOTATZIN - Su madre, su padre.
TELPOCHTLI
- El joven.
MOYOCOANI
- El que se crea a sí mismo.
TITLACAHUAN'
Aquel de quien somos esclavos.
TEIMATINI
- El sabio, el que entiende a la gente.
TLAZOPILLI
- El noble precioso, el hijo precioso.
TEYOCOYANI
- El creador (de gente).
YÁOTL,
YAOTZIN - El enemigo.
ICNOACATZINTLI
- El misericordioso.
IPALNEMOANI
- Por quien todos viven.
ILHUICAHUA'
TLALTICPAQUE' - Poseedor del cielo, poseedor de la tierra.
MONENEQUI
- El arbitrario, el que pretende.
PILHOACATZINTLl
- Padre reverenciado, poseedor de los niños. TLACATLÉ TOTECUÉ - Oh, amo,
nuestro señor.
YOUALLI
EHECATL - Noche, viento; por extensión, invisible, impalpable.
MONANTZIN,
MOTATZIN - Su madre, su padre.
OME ACATL
- 2 caña, su nombre calendárico. Se concibe como otro dios, Omácatl, el de
tules, el patrón de los banquetes.
TEPEYOLLOTL,
el jaguar relacionado con el eco y las cuevas, lleva el espejo humeante y el
anauatl o pectoral diagnósticos de Tezcatlipoca, por eso se le considera un
aspecto de éL
Tezcatlipoca, por lo demás, es el dios de la
guerra. En los colegios conocidos como
Telpochcalli (Casa de los sacerdotes de la orden del dios Telpochtli), se
enseñaba a los jovenes el arte de la guerra.
Es a semejanza de lo que ahora sucede con las diferentes iconografías de
Jesucristo: Señor de los milagros, Sagrado corazón de Jesús, Jesús
sacramentado…
Ofrenda de copal en dirección al Popocatépetl.
Ahora a los pedidores de agua en las montañas se les llama "graniceros" pero su nombre original es teciuhtlazqui: "que hecha granizo", es decir, no que pide sino que lo provoca. Sahagún escribe: "nombre de ciertos magos que se preciaban de producir granizo".
Las despiadadas persecuciones católica y civil durante la colonia española, la sociedad tecnológica presente, y las sectas protestantes, no pudieron borrar el ritual de la religión de Tezcatlipoca.
Y no hay que perder de vista
que bajo el monte Teocuicani siempre había guerras. Guerras floridas, esto
también lo dice Durán. Al menos una vez al año se acercaban al lugar los
ejércitos del Valle de México. Lo propio hacían los ejércitos, enemigos, del
lado este del volcán Popocatépetl. La idea era bajar al ídolo
del adoratorio de la Montaña Teocuicani y llevárselo para su bando.
Dibujo de Luis Burgos Peraita.
Había incontables muertes y centenares de
prisioneros eran llevados para ser sacrificados a los avatares de los dioses.
Pero nadie nunca se llevaba la preciosa
escultura del lugar. Al año siguiente volvía a darse otra guerra....Era la
guerra hecha deporte a la que se le llamó Atlachinolli o Agua Quemada.
La otra guerra, la de conquista, seguía el interés del botín y la exigencia del tributo. La "guerra florida", en cambio, era para capturar prisioneros para el sacrificio.
En la
primera los ejércitos aztecas eran
temibles. Pero en la florida era cosa de batalla personalizada en la que se
buscaba inmovilizar al contrario. Ahí todos tenían las mismas oportunidades de
capturar guerreros.
En el formidable trabajo de Gilhem Olivier, titulado Tezcatlipoca (FCE), diciembre de 2004, se encuentra más información de estos dos nombres (Telpochtli y Tezcatlipoca) del mismo dios relacionado con el pueblo de San Juan Tianquizmanalco.
La Cumbre del monte Teocuicani nunca dejó de ser un lugar de oración, según se muestra en esta foto nuestra. Igual desde los milenios del politeísmo que con la llegada a México del Dios andrógino.
En el calendario Tonalamatl,
del año 1973, y siguiendo a una multitud de historiadores españoles e
indígenas que han escrito del mes Toxcatl, a lo largo de los
siglos, dice ilustrando la importancia de Tezcatlipoca: " Toxcatl es el quinto mes del calendario azteca.Y que
corresponde a mayo.En el primer día de este mes
se hacían grandes fiestas en homenaje
al dios llamado Titlacauan, conocido por otros investigadores con el
nombre de Tezcatlipoca,el cual era considerado dios de dioses".
Ayauhcalli es el nombre que recibían los adoratorios edificados en las montañas arriba de los 3 mil metros s.n.m. La ciudad de México se encuentra situada en los 2,200 metros de altitud.
Obsérvese el copal y los bastimentos que la gente deposita en el piso del adoratorio, en agradecimiento de la buena cosecha. Es exactamente como lo describe Durán en el siglo dieciséis. En el lugar que ahora ocupa la capilla cristiana del fondo, debió ser el lugar en el que se encontraba la escultura de Tezcatlipoca. Hipotéticamente consideramos que se entraría por esta puerta, la del sur, y se saldría por la puerta del suroeste (ver dibujo).
Cada 3 de mayo, día de Tezcatlipoca, suben una grande cruz para reafirmar que se conmemora el día de la Santa Cruz.
La estrategia de los religiosos del siglo
dieciséis, para evangelizar a los
indios, era procurar encimar fechas de santos del cristianismo con las
celebraciones de la religión mexica. De ahí que la fiesta en la cumbre del monte Teocuicani se celebre
el día de la Santa Cruz, es decir, el 3 de mayo o el domingo más cercano a esta
celebración cristiana, ya dentro del mes Toxcatl.
Las crónicas no dicen el día
exacto, dentro del mes Toxcatl, que tiene lugar, en Iztapalapa, el sacrificio del
hombre-dios representante de
Tezcatlipoca y la ceremonia para señalar
su nueva encarnación o representante en México-Tenochtitlán.
Es la Iglesia que nos da una
pista segura para conocer tal fecha. Hay numerosas explicaciones de por qué la
Iglesia católica festeja el día de la Santa Cruz en varios países del mundo.
Por lo general el 14 de mayo, pero en México es el 3 de mayo.
Siendo Tezcatlipoca el “dios
más grande de todos los dioses”, según constan en las crónicas, era necesario
hacer que en esa misma fecha se festejara en México, al avatar sagrado más
grande del cristianismo que es la cruz. Ni siquiera San Miguel Arcángel,
el general de los ejércitos cristianos, era suficientemente poderoso para
anteponerlo a Tezcatlipoca, a los ojos
de los indígenas.