Es considerado el más trágico de los poetas de su tiempo. La leyenda dice, para acentuar el lugar señalado que este poeta tenía ya en la remota antigüedad, que leerlo era en ocasiones una especie de salvo conducto si se estaba en peligro: “ Se cuenta que siete mil atenienses habían caído prisioneros en Siracusa después de la derrota, y que muchos habían obtenido la libertad sólo por ser capaces de recitar de memoria fragmentos y coros de Eurípides”.
Se hilaba mucho en la sociedad griega del tiempo de Eurípides con temas como la sabiduría, la libertad y la democracia. No hay que olvidar que Eurípides, Sófocles, Esquilo y Aristófanes fueron contemporáneos de una pléyade de grandes filósofos.
Portada de la Editorial Concepto S.A,México.
De ellos conocían los pensamientos, los procesaban dentro del terreno de la praxis, los “bajaban” hasta el pueblo y el resultado era de tanta calidad que de los cuatro comediógrafos mencionados, aun veinticinco siglos más tarde, los seguimos de cerca. El psicoanálisis en el siglo diecinueve, la novela, la poesía, la política y la sociología han encontrado en estos pensadores incontables temas para desarrollar.
Eurípides es uno de esos escritores de los que una corriente de pensadores se apropia, lo idealiza, lo venera y acto seguido lo agarra como ariete en contra de otros pareceres. Gilbert Murray, en su obra Eurípides y su tiempo (Fondo de Cultura Económica, México- Buenos Aires, 1966, dice: “lo han defendido, idealizado y aun transformado hasta hacerlo irreconocible, algunos campeones de la rebeldía y el libre pensamiento”.
Murray dice que Eurípides es considerado como un rebelde de su sociedad porque en esa sociedad existía una tradición bien establecida. ¿Sino contra qué se iba a rebelar?: “es un rebelde contra semejante tradición. Y la mejor tradición crea a los mejores rebeldes” Y como ninguna tradición es perfecta, por buena que sea, siempre hay rebeldes desde la época de Eurípides. Y a su vez los rebeldes no permiten que los tradicionales se queden en la completa inmovilidad: “Los conformistas más completos se encuentran acaso más a gusto cuando se ven obligados a luchar por sus ideales contra las fuerzas encontradas”.Este juego dialéctico no pasa desapercibido para Eurípides y mete en él a sus personajes: “mero choque entre convenciones artificiosas y violento realismo.Para otros,ésta es precisamente la condición por la cual merece la eminencia que le concede Goethe, y Aristóteles en un sentido más limitado, y por la cual se mantiene, desde hace más de dos mil años,como el más trágico de los poetas”.
Para los intelectuales que creen en la generación espontánea de las ideas o de las corrientes políticas y sociológicas, dice Murray que frente a la tradición no se pueden cerrar los ojos porque es el resultado de la acción humana. Si se hace de noche y vuelve a salir el sol es una cosa. Pero en cuanto a producto humano la cosa va de una generación a otra: “El arte implica el mensaje de un hombre a otro”.
Para Aristóteles es “el más grande de los poetas”.Goethe diría de Eurípides: “¿Acaso hay en todo el mundo otra nación que haya producido un dramaturgo digno de ponerle la pantuflas?” Diecinueve piezas suyas se han salvado de la destrucción del tiempo y de los hombres. Para Murray Las Bacantes merecen lugar aparte: “ Las Bacantes es la más formal de las tragedias griegas conocidas; su Coro es el alma de la obra, y sus tiradas líricas son tan extensas como magníficas”.
Por lo demás en su vida Eurípides era un solitario: “Averiguamos que usaba una barba larga y que tenía lunares en la cara. Vivía muy solitario, y le aburrían las fiestas y las reuniones. Tenía algunos libros, y detestaba las mujeres…Era un filósofo, y muy aficionado a encerrarse a leer”.
Eurípides nació 484 a C.
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