La función de la razón
A.N. Whitehead
Sin abuelos no habría
nietos.
Escolásticos es como decir eruditos. Se refiere a la filosofía medieval
del siglo XII al XIV y muy particularmente al pensamiento de Santo Tomás de
Aquino.
Corrió mucha agua por el río para poder llegar, en el mundo
occidental, a un cierto equilibrio entre la razón práctica y la razón
especulativa (aunque nunca faltará una mosca en el arroz).
En un tiempo los metafísicos de la Edad Media entorpecieron
el avance de la ciencia con su dogmatismo. Y en otro tiempo los científicos entorpecieron
el Humanismo con su dogmatismo.
De los primeros escribe Whitehead: “El antagonismo entre
ciencia y metafísica ha sido desastroso, como todos los pleitos familiares.
Fue provocado por el oscurantismo de los metafísicos de la Edad Media. Por
supuesto hubo muchas excepciones. Por ejemplo el famoso cardenal Nicolás de
Cusa ilustró el hecho de que podría haberse
dado un giro bastante diferente a la historia del pensamiento europeo.”
De los segundos: “El triunfo de la física newtoniana asentó la ciencia sobre una fundamentación dogmática que
perduró durante dos siglos.”
No obstante, aunque usted no lo crea, en la actualidad
perdura el resabio del viejo pleito, sobre todo
en algunas universidades de los pueblos llamados emergentes. Por eso son
emergentes. Desde el balcón de su edificio los humanistas le enseñan la lengua a los de la Facultad de Ingeniería
y viceversa.
Y, a la hora de asignar los presupuestos universitarios, a un área y a la otra, es cuando todo se vuelve una olla de grillos. Se trepan sobre las butacas argumentando y desvirtuando a los de enfrente y los grandes gesticuladores acaban con la corbata de lado.
Y, a la hora de asignar los presupuestos universitarios, a un área y a la otra, es cuando todo se vuelve una olla de grillos. Se trepan sobre las butacas argumentando y desvirtuando a los de enfrente y los grandes gesticuladores acaban con la corbata de lado.
Whitehead se refiere a un lugar donde cada quien vea por lo suyo y deja que los otros hagan lo propio. Cada pueblo ha tenido sus dioses que le indican el camino a seguir y cada grupo de dioses tiene su pueblo preferido. Así también hay un Destino Manifiesto marcado por átomos para todos los individuos de pensamiento laico.
Santo Tomás de Aquino
ha señalado qué mundo tan insoportablemente
monótono sería si todos pensáramos igual.
Whitedead continúa:
“La separación entre
filosofía y ciencia natural, debida al predominio del materialismo
newtoniano está indicada por la división de la ciencia en “ciencia moral” y “ciencia natural”. Por
ejemplo. La universidad de Cambridge ha heredado el término “ciencia moral”
para su departamento de estudios filosóficos. La idea subyacente es que la
filosofía atañe a tópicos relacionados con la mente, y la ciencia natural atiende a tópicos referentes a la materia.”
Para el siglo XI Europa
había desarrollado una enorme actividad especulativa, de lo que quedaba
de los grandes imperios de la antigüedad partiendo desde los súmeros, en
Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma y
Constantinopla.
Esta labor de acumulación, y a la vez desarrollo original, la
llevaron a cabo los que conocemos como escolásticos:
“Los escolásticos se limitaron a construir sistemas a partir
de un reducido repertorio de ideas. Los sistemas fueron construidos muy inteligentemente.
Fueron, en verdad, prodigios de genio arquitectónico.”
Empero, dice Whitehead, no fueron perfectos: “Pero en el
cielo y en la tierra hay más ideas que
las consideradas en su filosofía...Aun cuando se haga esta concesión a los
defectos del escolasticismo su éxito fue abrumador. Formó la base intelectual
de uno de los periodos de más rápido avance conocido por la historia.”
Los nuevos tiempos estaban por marcar otro rumbo que se
distanciaba de los escolásticos y dar paso al Renacimiento: “Nuevos intereses
se introdujeron sigilosamente, con
lentitud al principio y luego en avalancha. Literatura griega, arte griego,
matemáticas griegas, ciencia griega. Los hombres del Renacimiento utilizaron su
saber más alegremente de lo que lo
hicieron los escolásticos.”
No se trata de un parricidio intelectual, para después
justificar la muerte súbita o la generación espontánea de algo, como es
obsesión, renegar de la tradición.
En el mundo de la causalidad no hay ni principio ni fin,sólo un eterno devenir.
En el mundo de la causalidad no hay ni principio ni fin,sólo un eterno devenir.
Whitehead quiere ser claro: “Esta analogía es muy superficial.
La herencia medieval nunca se perdió. Después del primer periodo de
perplejidad, su penetración en el círculo
de las ideas escolásticas empezó a destacar. Los hombres de los siglos
XVI y XVII fundaron las diversas
ciencias modernas, ciencias naturales y morales, expresando sus primeros
principios en términos que los
escolásticos habrían entendido de un vistazo…La refundación de las ideas
medievales a fin de formar los fundamentos de las ciencias modernas fue uno de los triunfos intelectuales
universales.”
Alfred North Whitehead, OM (Ramsgate, 15 de
febrero de 1861
- Cambridge, Massachusetts, 30
de diciembre de 1947),
fue un matemático y filósofo
inglés.
Nació en Ramsgate,
(Kent, Inglaterra),
y falleció en Cambridge, Massachusetts, (Estados
Unidos). Publicó trabajos sobre álgebra, lógica,
fundamentos de las matemáticas, filosofía de la ciencia, física, metafísica,
epistemología
y educación.
El trabajo más conocido, del que es coautor con Bertrand
Russell, es Principia Mathematica. En ese tiempo
partiendo de una teoría relacionista (o más bien relativista)
del espacio centró su epistemología
en la naturaleza de las cosas. Mantuvo tal postura hasta la década de 1930. A partir de
entonces su obra tomó visos más metafísicos.Whitehead fue profesor en las universidades de Londres y de Cambridge, donde destacó por sus estudios lógico-matemáticos. Luego en Estados Unidos fue director de la cátedra de filosofía en la Universidad de Harvard, y tuvo entre sus discípulos a Quine.
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