Pico de Orizaba (norte) Glaciar Jamapa



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 Pico de Orizaba(norte) Glaciar Jamapa



Título: Ascensión al Glaciar Jampa
Autor: Armando Altamira Gallardo
Segunda impresión
Publicación de la Secretaría de Prensa y Propaganda del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México  (STUNAM)
México, D. F. Mayo 1993
23 páginas

Presentación

El relato lírico de esta publicación  es una experiencia personal del autor pero los dibujos, estoy seguro, son de un aprovechamiento general para todo aquel que tenga planeado ir a esta montaña, especialmente por el lado norte (para el lado sur, o para la circunvalación, consultar las fichas correspondientes en este mismo blog).

Tomando en cuenta que el lector de Internet es un lector apresurado, ofrecemos al principio los "datos duros"necesarios para la ascensión y evitar así el relato subjetivo.



Toda esta región se llemaba Poyauhtlán, en la antigüedad precristiana. Mucho antes de las civilizaciones teotihuacana, tolteca y azteca.
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 Este volcán es el avatar,la representación geológica del dios  Poyauhtecatl
.Por eso el nombre original del volcán es Poyautecatl






 
Tiene varias literas amplias, de madera basta.El cupo total es para unos cuarenta individuos
El trasporte particular, contratado ya se en Tlalchichuca, o en Orizaba,, deja hasta la puerta del albergue..

En esta vertiente, lado este, la montaña se llama propiamente "Pico de Orizaba"

Lo que está en el primer tramo inferior,a partir del albergue, es una amplia morrena.
Todavía se puede encontrar en sus cercanías agua de deshielo..


Es la ruta de acercamiento al Pico, saliendo de la ciudad de Orizaba.
Sus contrafuertes quedan del lado del Golfo de México.Esto le da una humedad que hace una vertiente muy bella..


Dos de las más bellas travesías de alta montaña de México

1-Jacal-Miguel Hidalgo: se realiza en el límite del bosque.
Pensada para varios días se necesitan tiendas para acampar.
En caso de mal tiempo siempre se tiene a la mano ascender al refugio.

2-Jacal-refugio Piedra Grande Una estancia en el refugio sugiere
estancias prolongadas.


En un punto ambas travesías descienden la cañada Jamapa  para volver a remontarla
en el otro borde.

Puede hacerse en sentido inverso al señalado. Todo depende del
 transporte al que se pueda recurrir.

 



Al fondo el Pico de Orizaba,visto desde el caserío El Jacal, en los 3 mil.


En la ladera norte del monte Chichimeco.

Este sendero empieza en el caserío
de Jacal y conduce hasta el albergue de
Piedra Grande. Se trata de una ascensión
ardua de unos 1200 metros de desnivel ( 3 mil -4200 m.)

Varias ocasiones hemos hecho la travesía
Jacal (en el noreste del Pico de Orizaba)
-albergue de Piedra Grande-
Hidalgo (en el noroeste).
Dos días y una noche en el albergue.

Pocas travesías alpinas hay en México tan
bellas como esta.

Dos veces al modo sólo para filósofos:
Primer  día subir al Albergue, permanencia
en el albergue tres días (sin ascenso al Pico), cuarto día descenso
a Hidalgo.





 




Por esta vía de acercamiento se llega directamente desde la ciudad de México.
En Tlalchichuca es donde se puede contratar el trasporte para ir al albergue de Piedra Grande.

Es el lado oeste del volcán, el lado poblano y, en rigor, se llama "Citlaltépetl".



Pico de Orizaba visto desde el noreste

La mayoría de las cordadas suben por el norte, a partir del refugio de Piedra Grande, siguiendo  la línea marcada con las letras B..
precisamente  por donde fluye el hielo del glaciar Jamapa hacia abajo  y donde las grietas son más profundas.
Por
lo general cubiertas de nieve no se ven.
Al quedar bajo la zona de acumulación de  nieve de este glaciar, quedan exactamente  en la línea de caída y a merced de los aludes.
Es la línea donde se  dan la mayoría de accidentes mortales.
Los extremos de las grietas, en cambio,  son someras y presentan el menor riesgo en caso de caída en una de ellas.
Por ejemplo la línea marcada con las letras A.
Y en caso de alud están alejados del centro.
Lo mismo vale para el glaciar noroeste y su línea de letras C.

D-cumbre mayor
E-borde sur del cráter
F-glaciar lado este.

 
Otro ejemplo del comportamiento del descenso de un glaciar.
Con sus grietas profundas en el centro (letras a negras y sus bordes de baja profundidad (letras a blancas))

Las vías de ascenso  del lado norte,a partir del albergue de Piedra Grande.
Se marcan las tres vías de ascenso..En la del centro, y principalmente en la de la derecha, es donde se dan 
los accidentes debido a la proximidad  con la zona de grietas. Es por donde casi todos prefieren subir.
Con mentalidad de escalador ( en rigor no hay nada que escalar) y conocimiento de la estructura del glaciar, la más segura es la de la izquierda,marcada en la foto de abajo con la letra A. Es la Arista de las golondrinas.
Se avanza por una ruta de nieve y hielo pero festoneada con rocas que dan seguridad  porque se puede asegurar en ellas  con la  cuerda y además queda retirada de la grietas.
Extrañamente es poco frecuentada,
 








 








Fuimos al Pico de Orizaba en un tiempo en el que se carecía de itinerario, publicado, que indicara cómo llegar hasta ese lugar. Las referencias, orales, no podían ser más empíricas: “pasando la ciudad de Puebla, como quien va a Tehuacán, más adelante hay que agarrar hacia la izquierda y mucho antes de llegar a Xalapa se da vuelta a la derecha hasta topar con Tlalchichuca...”



Nosotros tuvimos la fortuna de conocer el trabajo de José Luis Lorenzo: Los glaciares en México. En él se publica un itinerario. Pero es un trabajo de geología, no de alpinismo. Debido a esa carencia de información propia, en cuanto tuvimos oportunidad de hacerlo nos apresuramos a incluir, acompañando el relato lírico de nuestra ascensión (nuestro monólogo interior), los dibujos en los que el alpinista pudiera encontrar al menos la información básica. Eso es lo que el lector hallará en la presente publicación.

Ascensión al Glaciar Jamapa ofrece varios itinerarios de acercamiento por carretera al Pico de Orizaba, desde la ciudad de México. También información técnica  para subir su cara norte a partir  de los albergues de Piedra Grande, situados en los 4,260 m sobre el nivel del mar. Aquí podemos agregar que, tanto para los alpinistas nacionales como para los que proceden de otros países,  en la ciudad de Orizaba  hay servicio de  transporte particular dirigido por el ingeniero Ricardo Rodríguez Demeneghi  que lleva a los montañistas, en su camioneta “La Mula”, desde esta población, hasta   Piedra Grande y de la misma manera, mediante acuerdo, va por ellos. Naturalmente, conforme pasa el tiempo, es necesario verificar la vigencia de este servicio. Demenghi es Secretario Técnico del Fondo Ambiental Pico de Orizaba y Director de la Escuela de Alta Montaña de la Cruz Roja de la localidad.
Albergue de Piedra Grande desde el oeste (NW del Pico de Orizaba).



Para subir por el noroeste, es decir, por Tlalchichuca, que es la vía de acercamiento tradicional llegando desde la ciudad de México, se puede contactar con el Sr. Reyes ( domicilio facilmente localizable).Ofrece trasporte con servicio muy profesional además de habitaciones para estancia.
Cerca del albergue de Piedra Grande aun se puede conseguir agua del deshielo.
 Dic. 2010.En la foto Armando Altamira Areyán. 



invierno de 1990 nos propusimos subir esta montaña partiendo en vehículo desde la ciudad de Orizaba. Ignorábamos entonces hasta dónde podíamos acercarnos por este medio y a partir de ahí empezar a caminar. Carecíamos de noticias de ascensión desde el este y nos preparamos, en tiempo, equipo y víveres, para una empresa desconocida y prolongada, imaginando que subiríamos a pie por lo menos un desnivel de cuatro mil metros con una distancia de unos veinte kilómetros, a partir de la ciudad de Orizaba. Más que en  una ascensión, estábamos pensando en una incursión expedicionaria.
Ciudad de Orizaba, Veracruz. Desde aquí se sale para subir al Pico de Orizaba por el lado este, vía Coscomatepec, Excola, Jacal...


Como dejamos consignado en el relato, nos sucedió como aquel que durante toda la noche, en el baile de disfraces, corteja a una dama y al amanecer se da cuenta que la misteriosa mujer es nada menos que su esposa. Ese fue el descubrimiento que hicimos.

Armando Altamira Areyán.Se aprecia el acceso al albergue de Piedra Grande, modificado. Foto Dic. 2010


Un gran descubrimiento. En el lado orizabeño se practica un alpinismo vigoroso y desde mucho tiempo. No sabríamos decir desde cuando pero es ancestral. Cuando se escriba la historia detallada del alpinismo de la región se tendrá que partir desde los remotos tiempos preteotihuacanos.
La ciudad de Orizaba
Otra vista de la travesía
Jacal-albergue Piedra
Grande.
Más adelante es necesario bajar
hacia la cañada arbolada
que se ve al fondo (esta cañada es propiamente
la Cañada Jamapa,alimenta
da por el glaciar del mismo nombre
que nace en la ladera norte del Pico.

El albergue de Piedra Grande está al pie
de la cumbre negra que se ve al fondo.
Esta cumbre es ya propiamente
la ladera norte del Pico. Se le
conoce como "El Hombro".

Es una caminata para andarines resistentes.
 

 Lado noreste del Pico de Orizaba, subiendo desde el pueblo de Jacal. El grupo avanza por las laderas del monte Chichimeco.



 Decimos vigoroso por que aquí todavía se camina mucho. No se ha abandonado el romántico y terapéutico arte de caminar por las laderas subyacentes, lejanas al destino que se persigue, a pesar de que hay manera de transporte. Muchos suben a pie desde el pueblo de Excola, que era hasta donde se terminaba, en ese entonces, la carretera asfaltada. Esas largas caminatas hasta el albergue de Piedra Grande mantienen resistente al alpinismo veracruzano.

Ibamos a descubrir y resultó que acabamos aprendiendo del alpinismo veracruzano.



Y esto porque nosotros creeemos que la biología tiene un plan secreto para eliminarnos (y dar cabida a las nuevas generaciones). Nos hace creer que con la ley del menor esfuerzo  nos protegemos acumulando energías para ocasiones especiales. Eso estaría bien para cuando eramos recolectores- cazadores. En la ciudad exageramos esa economía de esfuerzo y resulta al revés. Al sedentarismo pernicioso la medicina ahora le llama "patología de la inmovilidad". Como decimos, en ese año todavía se subía caminando desde Excola y eso se ajustaba muy bien a nuestra idea de caminar.

La entrada  fue modificada para evitar que el viento se introduzca en el albergue. Foto de Dic. 2010

Sobra decir que (Poyahutecatl -Citlaltepetl) el Pico de Orizaba es una montaña  bella. Tiene un pie en tierra caliente y el otro en la meseta central de los altos valles arriba de los dos mil metros. Decir lado este significa subir una cumbre nevada arriba de los cinco mil partiendo desde tierra una tierra   llena de perfumes (sobre todo de gardenias) y temperaturas cálidas.  Una montaña que encierra problemas alpinos aun no resueltos de tal magnitud que por el momento los escaladores mexicanos prefieren ver hacia otros lados. El ochenta por ciento de sus problemas alpinos no han sido abordados hasta el momento en que escribimos esta introducción.

En primer plano el glaciar Jamapa y el principio de la cañada del mismo nombre


 Cuantas veces hemos subido por su lado norte, en temporada alpina (invierno de México) de cien habitantes circunstanciales del albergue de Piedra Grande ochenta son extranjeros. Y hubo una ocasión que los tres  de nuestra cordada y el encargado del trasporte éramos los únicos mexicanos con un albergue lleno. Esto es así debido a las nieves y hielos del lado norte.
Vista aérea desde el NE. ( foto propiedad del Sr. Reyes, de Tlalchichuca).
Situación que contrasta enormemente con su ascensión del lado sur. Esta ladera es bañada todo el día por el sol y las nevadas son prontamente fundidas. En consecuencia sus  cañadas del SSE, S y SSW carecen de agua de deshielo. En el NNE el N y el NNW las cañadas abundan en agua. Más aun, en la cañada Ojo del Salado, del este,  hay una cascada de un largo de cuerda de alto que, llegado el invierno, se congela y puede practicarse en ella escalada en hielo.

Mucho son los alpinistas que han muerto por el afán de subir precisamente por la ruta del centro, la ruta donde  se está más expuesto no sólo a la caída  en las grietas sino también, y sobre todo, a al desprendimiento de algún alud.

No se crea  que sólo alpinistas mexicanos han muerto en esa zona, lo que pudiera interpretarse como resultado de una experiencia no tan amplia en trabajos de alta montaña con glaciares y zonas de desprendimiento, como sería el caso de gente de los Alpes, por ejemplo. Sus grieta han guardado, por años, alpinistas japoneses, suizos, franceses, rusos, etc..
A decir verdad los aludes no son tan frecuentes en la norte del Pico de Orizaba debido a que la zona de acumulación de nieve en su parte superior es somera. ¡Pero que se dan, de eso no hay duda!

A manera de ejemplo ofrecemos la nota de un accidente que se dio hace medio siglo,en la norte del Pico, y salió publicada recientemente en Internet:





NOTA PUBLICADA EN INTERNET EL 14 DENOVIEMBRE DEL 2018
"HuffPost138x40 - HuffPost   
59 años enterrados en el Pico de Orizaba, la cima más alta de México
  59 años enterrados en el Pico de Orizaba, la cima más alta de México© huffingtonpost.com.mx 59 años enterrados en el Pico de Orizaba, la cima más alta de México 
Tres alpinistas mexicanos desaparecieron en el Pico de Orizaba en 1959. Sus cuerpos fueron hallados más de medio siglo después. Pero fue apenas este martes 13 cuando el Ejército Mexicano logró desenterrarlos y recuperarlos. Estuvieron 59 años bajo la nieve en la cima más alta de México.
Este surreal caso cobró relevancia el 1 de marzo de 2015, cuando el grupo de montañistas de Chalchicomula de Sesma halló por casualidad los cuerpos momificados cerca de la cima del Citlaltépetl, el popularmente conocido como Pico de Orizaba.
El alpinista retirado Luis Espinoza, entonces de 78 años, sobreviviente de una avalancha en el Pico de Orizaba en 1959, en el que murió un escalador y desaparecieron otros tres, muestra un periódico que salvó desde noviembre de 1959 con el titular: "Muerte y drama en el Pico de Orizaba" durante una entrevista con AP en Tlachichuca, Puebla, el martes 10 de marzo de 2015. En aquella ocasión, Espinoza estaba convencido de que los cuerpos momificados descubiertos días antes eran los restos de sus compañeros escaladores desaparecidos.© Proporcionado por Invent MX S.A.P.I. de C.V. El alpinista retirado Luis Espinoza, entonces de 78 años, sobreviviente de una avalancha en el Pico de Orizaba en 1959, en el que murió un escalador y desaparecieron otros tres, muestra un periódico que salvó desde noviembre de 1959 con el titular: "Muerte y drama en el Pico de Orizaba" durante una entrevista con AP en Tlachichuca, Puebla, el martes 10 de marzo de 2015. En aquella ocasión, Espinoza estaba convencido de que los cuerpos momificados descubiertos días antes eran los restos de sus compañeros escaladores desaparecidos. 
Luis Espinosa, alpinista que ahora tiene 81 años, fue uno de los primeros en hablar hace tres años sobre el hallazgo de los cadáveres momificados, al asegurar que se trataría de tres compañeros perdidos casi seis décadas atrás a 5,610 metros de altura.
"Sabíamos dónde estaban los cuerpos, en 2016 mandé una expedición especializada, verificamos que eran tres cuerpos y por un anillo supimos que eran mis tres compañeros, por un anillo con las iniciales de Juan Espinosa Camargo".
-Luis Espinosa en entrevista con AFP este martes
El alpinista retirado Luis Espinosa, a la derecha, muestra a Gerardo Reyes una de sus viejas fotos de una expedición cuando abandona el albergue familiar Reyes, que se usó como punto de partida para su expedición de 1959 al Pico de Orizaba.© Proporcionado por Invent MX S.A.P.I. de C.V. El alpinista retirado Luis Espinosa, a la derecha, muestra a Gerardo Reyes una de sus viejas fotos de una expedición cuando abandona el albergue familiar Reyes, que se usó como punto de partida para su expedición de 1959 al Pico de Orizaba. 
Según Espinosa, esos cuerpos son los del ingeniero Enrique García Romero, el Calavera, de 24 años de edad; Juan Espinoza Camargo, de 17 años de edad; y el experto de montaña Manuel Campos Pérez, el Indio Verde.
Los tres, junto con un grupo de 16 montañistas, iniciaron el ascenso al volcán a través del municipio de Tlalchihuaca el 1 de noviembre en 1959. Al día siguiente se dividieron en dos grupos con la intención de llegar a la cima del Pico de Orizaba, de acuerdo con MTP Noticias.
Pero mientras subían, un glaciar en la montaña se desplazó más de 5 mil metros y sepultó a cuatro de los alpinistas. Solo se recuperó el cuerpo de Alberto Rodríguez, agrega el sitio noticioso.
A 59 años de esa tragedia, la recuperación de los cuerpos se logró tras abortar expediciones en otros años. Se requirieron semanas de planeación y las buenas condiciones climáticas también facilitaron llegar a la parte más alta del Citlaltépetl.
"Nos sentimos satisfechos con cumplir la misión", dijo a Foro TV José Luis Pablo, comandante del Escuadrón 303, encargado de la maniobra, citado por la AFP.
Pero el rescate de ahora también tuvo su riesgo y fue hasta un segundo intento en la misma jornada, pues las condiciones cambiantes en la cima complicaban el descenso de un helicóptero del ejército mexicano.
Ahora, con exámenes de ADN, se hará una identificación oficial. Posibles familiares de dos de ellos ya están al tanto.
"Es un descanso porque ese sentimiento de no poderlos salvar y recuperar era para mí una continua preocupación que hoy me liberé de ella, que descansen ya".
-Luis Espinosa."








Nuestro relato:





































 
Una última consideración (exclusivamente para novatos, los expertos no la necesitan) es la relativa a la aclimatación a las alturas. Este aspecto es algo  que golpea  y,  con tal fuerza, que el montañista debe dar marcha atrás (después de vomitar o desmayarse) y en ocasiones morir ahí mismo o en breve tiempo a consecuencias de lo mismo. En México ese asunto se le conoce como “mal de montaña”.Es el precio que pagamos por subir en pocas horas lo que debería llevarnos días.
Lo más propio es consultar a la ciencia médica del deporte respecto de este tema. Aquí damos una noticia sucinta del asunto. La intención es despertar el interés para que el individuo se documente más sobre este tema del mal de montaña.
Adolf Mokrejs, en su Guía practica del excursionismo II, (ediciones Roca, México, 1986, Pág. 112) dice que “El “mal de montaña o altura no es una enfermedad sino un indicio de que la aclimatación no ha tenido lugar”. Da enseguida unos datos. Se pueden dividir las diversas zonas de aclimatación. Abarcando cada una de ellas 1,500 metros de altura. Y exigiendo una semana de adaptación. Para la zona entre los 3,000 y los 4,500 se requiere una semana. Para la situada entre los 4,500 y los 6,000, dos semanas.
Es decir que para ir, de la Ciudad de México (2,200m.s, n. m.), a la cumbre del  Pico de Orizaba, necesitaríamos  ir subiendo, acercándonos,  gradualmente, de población en población, dos semanas. Como lo hacemos es en dos días. Uno de acercamiento y el otro para subir a su cumbre. Imagínese la tremenda deficiencia en nuestro modo de subir altas montañas. ¿Qué de raro tienen todos esos dramas originados por el mal de montañas que vemos con frecuencia?

 Lado norte y descenso a la cañada Jamapa.

Para subir al Popocatépetl, partiendo de la Ciudad de México, necesitaríamos una marcha de aproximación- aclimatación de  al menos una semana.  Lejos de eso,no es raro que salgamos en la mañana en automóvil de la ciudad, dos horas después estamos en Tlamacazcalco y tres horas más tarde en la cumbre del volcán. Cinco horas lo que necesitó una semana…

Si alguien quiere tener una idea real de lo dramatico que puede ser el mal de montaña vea el video donde se muestra la muerte de un joven andinista argentino llamado Federico Campanini. Murió por esta causa en el Glaciar de los Polacos, filo noreste del Aconcagua, el 19 de febrero del 2009.Está en Geoogle Internet            

En los 5,500 metros de flanco norte.Se ve al fondo el sendero marcado por otras cordadas.No hay problema de escalada.Los accidentes en este lugar se dan por un deficiente trabajo de piolet y crampones.Y por subir y bajar más de prisa de lo sensato.

El Pico de Orizaba, la temperatura global  y el oficio del alpinismo
En el invierno de 1994, con motivo de nuestro primer intento de realizar la circunvalación al Pico de Orizaba, acampamos en el lado oeste de la montaña, en un lugar que se llama, Alpinahua, al borde de un arroyo de agua de deshielo. En la cota de los 4,200. El agua dejaba de correr a las 5 de la tarde y se descongelaba hacia las 10 de la mañana.  
En el invierno de 2003, cuando logramos la primera vuelta al Pico de Orizaba, en la cota de los 4,200 metros, volvimos  a acampar  en el mismo lugar pero  ya no había tal flujo de agua. El glaciar había retrocedido. El lecho del arroyo estaba completamente seco.
En el invierno de 2010, en ocasión de efectuar un recorrido en el flanco oeste del Citlaltepetl (en el este, veracruzano, es Pico de Orizaba y en el oeste, poblano, es Citlaltepetl). El arroyo Alpinahua seguía seco y las nieves de las cotas superiores de ese flanco habían retrocedido aun más.
Con base en estos datos podemos adelantar que, cuando esto suceda (no es una posibliddad sino que el proceso ya está en marcha) debido al calentamiento local y global, un día, tal vez no muy lejano, el flanco norte de esta montaña se quedará sin hielos permanentes, como ha sucedido ya en la montaña Iztaccihuatl, también mexicana. Sólo contará con ocasionales tormentas que volverán a cubrir sus laderas de nieve. Nieve que en pocos días se funden con el sol y desaparecen.
Cuando esto suceda, la infraestructura que existe para  turismo alpino, sobre todo en Tlalchichuca, y también en la ciudad de Orizaba, y los numerosos guías alpinos    de alta montaña de la ciudad de México, estará en riesgo de desparecer. En la actualidad  se trata de  disciplinados grupos de gente profesional   que vive del oficio de conducir gente a la alta  montaña.
Pero esto va también para todos los guías alpinos del mundo, trátese de los Alpes europeos, los andinistas de Suramérica, la gran industria alpina y sus cuantiosas cuotas que los gobiernos del Himalaya cobran por otorgar permiso para poder entrar en sus montañas (25 mil dólares por persona para  obtener el permiso para el Everest), así como los miles de sherpas que viven de su oficio de guías –cargadores de alta montaña.
Es obvio, entonces, que es hora de dejar los cómodos lugares y empezara protestar, junto con los grupos ambientalistas. Se trata de defender la materia prima del alpinismo de alta montaña. La materia prima del alpinismo de alta montaña  es la nieve. O se protesta contra el incremento de la temperatura local y  global o bien habrá que cambiar de oficio…
Estamos pensando en las industrias contaminantes y también en los millones de automoviles particulares que llenan las calles y las carreteras...



Hay más peligro en cruzar la calle de la ciudad que en escalar montañas(hacer click en video)


1 comentario:

  1. Narración muy interesante y sobre todo inspiradora.


    Gracias por compartir con todos esta valiosa información.

    Que estes muy bien.

    ResponderEliminar

Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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