Carmen baila y a Eva no le gusta bailar.
Carmen no es como Eva ni Eva es como
Carmen.
El individuo es por lo que hace pero
también es por lo que no hace:
“Es por una especie de oposición a lo
que niega los valores como afirmamos los valores.”
Jean Wahl, Introducción a la filosofía, Fondo de Cultura Económica, México,
1988
Con sobre peso corporal Juan come de
todo. Luis procura el “plato
inteligente” y su peso corporal está bastante cerca de lo recomendado
por la ciencia médica. No es como Juan ni éste como Luis.
Juan relativiza: “todos comen de
todo”. “Todos roban”. “Todos flojean en el trabajo”. “Todos dejan novias
embarazadas”. “Todos tiran basura en las calles”.
Juan hace lo que “todos” hacen. Luis tiene sus
valores personales.
¿Quién está en lo cierto? ¿Quién
tiene la razón? Eso lo sabemos cuándo, en términos de salud, en el hospital nos
toman nuestros signos vitales de estatura,
peso y presión arterial, de uno en uno, es decir, de persona por persona.
La báscula, la escala métrica y el
esfigmomanómetro de mercurio, no son sinodales dados a relativizar.
El médico no relativiza al llamar a
todos juntos, pesarlos, medirlos, “presionarlos” y obtener los resultados
globales, como cuando en el mercado compramos un kilo de papas o de chiles
verdes: todos juntos en la báscula.
Es por nuestra individualidad por lo
que nos inclinamos a desarrollar nuestras potencialidades, nuestras creencias.
Cicerón cree que tenemos, en un solo individuo, de todo: individualista y
gregario.
“hemos de reflexionar que nos ha revestido,
por decirlo así, de dos personas la naturaleza; una común, que es por la que
todos participamos de la razón y de aquella nobleza conque excedemos a los
irracionales, de la cual resulta el conocimiento para hallar las obligaciones y
guardar el decoro.”
Los oficios,
Cap. XXX.
Sí, es cierto, yo puedo ser
futbolista o karateka o ajedrecista o el juego que hayan inventado los
ingleses. En cambio lo mío puede ser corredor en la llanura. Correr a campo
traviesa es lo que se hace en México desde
milenios.
Subir montañas es todavía muy anterior
que correr por el campo. No por motivos deportivos pero sí religiosos (la
conquista del Popocatépetl, 5,452 m.
tuvo lugar en el siglo trece d. C. Ver La
conquista del Popocatépetl, en este mismo blog. Clavijero anota que las
primeras ascensiones a la cumbre del monte Tlaloc,4,150 m, tuvieron lugar en el
periodo tolteca,200 a.C.-850.d. C.).
Con los siglos, y por esas volteretas que da
la historia, nos hicimos ajenos a las montañas y nuestra lucha al principio,
que agarramos la mochila en plan deportivo, y vamos a las montañas, consiste
en que nos sentimos un tanto, o un mucho, ajenos al ambiente lejos de la ciudad.
Somos lo que no hacemos, es decir que ahora somos
de la ciudad, pero, por deporte, queremos regresar a lo que naturalmente fuimos. Y nos encontramos que pertenecemos a
los dos mundos, el gregario y el solitario.
Es aquí donde empezamos a hacernos
preguntas acerca de la vida gregaria de
la ciudad y de la soledad que significa encontrarnos en las montañas. Aquí hay muchas estrellas y allá mucho semáforos.
Se aprecia más el silencio, del desierto nocturno, cuando se vive en la contaminación acústica de las ciudades.
Se aprecia más el silencio, del desierto nocturno, cuando se vive en la contaminación acústica de las ciudades.
Igual en el campo de las ideas puedo
ser esto o aquello, pero algo en particular será lo mío. Y lo ratificaré,
teniendo libertad de decisión, por lo
que no hago.
Wahl: “Jasper ha llamado la atención sobre
el hecho, ya percibido por Kierkegaard y Nietzsche, de que la existencia es elección.
Pero esta elección está determinada por el dato que soy yo. Yo estoy en cierto
sentido dado a mí mismo:”
En las historias que escriben los historiadores,
igual que sucede en los partidos
políticos, también se es lo que no se hace. Se es de izquierda porque no se es
de derecha y viceversa
(Aunque ahora con eso de las “alianzas”, con vía a las elecciones presidenciales,
quien sabe dónde quedó la Declaración de
Principios de cada partido. Güelfos y gibelinos, todos juntos y revueltos, por intereses, no por ideales,
furibundos anticlericales hombro con hombro con furibundos antimaterialistas).
Por ahora no aplica aquí lo que Copleston dice: es lo que no hace.
Jasper observa que es sano alejarse
del mono conocimiento histórico ( o leer la Declaración de Principios de los diferentes partidos políticos para saber en qué nos estamos metiendo), por decirlo de alguna manera:
“Es de aconsejar el leer siempre paralelamente
varias exposiciones de la historia, para
guardarse por anticipado de sucumbir a una interpretación como presuntamente comprensible
de suyo: Si se lee sólo una exposición, se impone involuntariamente su
esquema.”
Karl Jasper, La filosofía.
Karl Jasper, La filosofía.
La otra observación que Cicerón hace,
en la idea de contrastar lo individual, a lo común, que todos tenemos, se
refiere a la personalidad:
“y la otra particular, que es como el
distintivo de cada individuo. Porque al modo que observamos en los cuerpos
tanta diversidad que unos son a propósito por su ligereza para correr, otros por sus fuerzas
para luchar, y así mismo en los rostros: en unos hay gracia y en otros una
seriedad majestuosa.”
Copleston, en Historia de la filosofía, volumen 3, tomo VII, segunda sección,
capítulo XVII, también subraya el hecho de que el individuo tiene de todo, para
ser un demonio o un santo, un individuo solitario o un gregario.
“Es evidente que todo ser humano es
un individuo que se distingue de las
demás personas y de las cosas…Actúa como miembro de una colectividad
impersonal, no como un individuo. Pero, si me doy cuenta de esta situación anónima,
y empiezo a formar mis propios principios de conducta, y actuar decididamente
de acuerdo con ellos, aunque signifique ir en contra de los modos habituales de actuación de mi
contexto social en un determinado sentido, puede decirse que me he aproximado más
a ser un individuo, a pesar de que en
otro sentido no soy ni más ni menos individuo que antes.”
Copleston |
“Frederick Charles Copleston S.J.,
(10 de abril, 1907, Taunton, Somerset, Inglaterra – 3 de febrero, 1994,
Londres, Inglaterra) fue un sacerdote de la Compañía de Jesús y un escritor de
filosofía. Copleston se convirtió al catolicismo romano mientras asistía al
Marlborough College. Fue el autor de la influyente obra Historia de la
filosofía, publicada en once volúmenes. Es conocido además por el debate que
sostuvo con el famoso pensador inglés Bertrand Russell, transmitido en 1948 por
la BBC. El debate se centró en la existencia de Dios. El año siguiente debatió
con A. J. Ayer sobre el positivismo lógico y la significación del lenguaje
religioso.”
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