Autor:M.D.Roland-Gosselin
Editorial: América
México
1943
La pregunta es por qué tendríamos que leer a Aristóteles, un pensador tan antiguo. Ya cuando el imperio romano su obra era vieja, en sentido cronológico.
Aristóteles |
En el siglo diecinueve Ralph Waldo Emerson escribió que la moral es la base de toda legislación. Un Estado puede haber logrado, hasta ese momento, la más perfecta ley general, o constitución, humanamente posible pero, sin moral que la sustente, es sólo basura que llena de letras muertas los volúmenes de la biblioteca de la Facultad de Leyes.
Aristóteles, el más lógico de la tríada con Sócrates y Platón, era un moralista. Gosselin, uno de sus biógrafos, dice: “Aristóteles no hubiera pertenecido al linaje filosófico de Sócrates y Platón sino hubiese concedido a la moral una atención privilegiada.”
Es un mundo seglar, laico, que para los pelos de punta cuando se habla de moral porque se cree que se pisa el terreno de las cuestiones abstractas. Aquí Gosselin sigue diciendo que la moral es cuestión practica: “la moral es ciencia practica. Estudia la acción humana no solamente para conocerla, sino para dirigirla eficazmente.”
La moral tiende al bien pero, ¿qué es el bien? Y Aristóteles responde: “Es dirigir por la razón toda nuestra vida…vayamos más lejos. Debe ser un bien que convenga a nuestra naturaleza de hombres. No somos plantas ni simples animales. La planta y el animal tienen cada uno su naturaleza, Su bien, su perfección. Igualmente el hombre. Entonces, sabemos qué bien, qué perfección, nos corresponde, si sabemos lo que somos.”
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