“No sería la esencia, esencia, si no
existiesen las cualidades no esenciales”
J.W.
La oratoria revuelve gatopardismo
político con antinomia filosófica.
En tiempo de elecciones, a puestos de
dirección popular, todo deja de existir y se dedica la sociedad, o encausan a
la sociedad, en un solo punto: las elecciones.
Mimetizarse, del color de la conveniencia
política, no es lo mismo que el argumento
dialéctico opuesto de tesis y contra tesis filosófico.
En éste, se dice, hay siempre un
movimiento, un Devenir en todas partes, y nada estable. Es el argumento de
algunos pensadores como Nietzsche y Bergson, para negar lo espiritual, lo esencial,
lo estable.
En el mundo de las antinomias esto no
es posible. Es como señalar que el río que corre montañas abajo no tiene cauce por donde el agua desciende.
El cauce es lo estable y el agua el movimiento que deviene, dicho
tautológicamente.
Las antinomias llenan nuestro mundo
con las muy conocidas figuras calor y frío, seco y húmedo, arriba y abajo. Pero
que considerados con amplitud no es más que una misma cosa en etapas diferentes.
La gota de mercurio que encierra el termómetro es la misma aunque la gradación
del termómetro marque arriba o abajo del cero.
El agua se considera una roca en
estado líquido cuando La temperatura es cálida y el hielo se licúa. Pero aparte
de la diferencia posible de temperatura el agua es el agua, es lo estable. Lo
mismo el hombre es como es, hasta la muerte, no obstante los vaivenes que tenga en la vida. Ya sea por
la circunstancia o por la pedagogía.
Dibujo tomado del libro La psiquiatría en la vida diaria de Fritz Redlich,1968 |
Se nos dificulta aceptar que sucede
lo mismo con el binomio espíritu-materia, lo estable y lo que pasa o deviene,
respectivamente.
Nuestros lugares comunes de no morimos,
sólo nos trasformamos o de esta vida pasamos a una vida mejor, dicen a diario
lo que forman la cultura occidental: lo fenoménico y lo espiritual.
De hecho todas las culturas que vienen
desde la antigüedad, y no importa de qué contiene se esté hablando, se apoyan
en el binomio materia- espíritu.
La espiritualidad está presente, como
referencia, de lo no espiritual en la teoría atómica de Demócrito. Es la
antinomia clásica que se menciona a través de los siglos.
Desde luego que algunos son honrados
consigo mismo al creer, y manifestar, solo en lo que ven. Y en eso se basa la
democracia ideológica.
No el contradecir patológico o el encubierto
sofisma, sino en disentir. De tesis y contra tesis es por lo que la vida es
bella, en los países de la libertad. Y si hay síntesis, tanto mejor:
“La belleza y la verdad son, en
último terreno, uno”, anota Frederick Copleston en su Historia de la filosofía.
Lo frecuente es la bipolaridad que
juega, al mismo tiempo, en los dos lados de la cancha de futbol. Algunos por
candidez y otros por trapacería. No necesitamos cifras o estadísticas de cuántos honrados y
cuántos bipolares hay en el planeta.
Se pone en evidencia, a la luz del sol,
y es registrado por las casillas de votar en tiempo de elecciones, cuando se
trata de democracia. Los de un partido
suelen votar a favor del partido antagónico.
Es siempre un panorama político caliente
que nos arrastra a los hombres de banqueta, faltos de luces culturales. Pero
igual arrastra a los intelectuales. Dante era católico y pertenecía a la
tercera orden de san Francisco y, sin embargo, militaba en el partido de los
Blancos, de los güelfos, anti Iglesia, y por lo mismo era contario de los gibelinos,
partido pro Iglesia.
En México, y seguramente en otras
partes, sucede con frecuencia, que se
vota para allá en lugar de votar para acá.
Arrastrados por la oratoria del momento,
no porque la Declaración de Principios de sus partidos lo permita. En realidad
pocos conocen la Declaración de Principios de su respectivo partido. ¡Y menos
las de los otros partidos! Lo que nos informarían cuáles son sus metas.
Esta bipolaridad siempre es
sospechosa de trapacería o de ingenuidad. Furibundos “progresistas” que durante
veinticinco años trinaron en la tribuna
del mitin, contra el partido en el poder, luego forman parte de ese
mismo partido en el poder. Militantes del partido en el poder, por lustros y
más lustros, y después son “progresistas”. En el siglo pasado a esto se le
llamaba, en literatura, gatopardismo. En la actualidad "efecto cucaracha".
Esa bipolaridad, ese gatopardismo, esa
falta de honradez, no es lo que persigue la antinomia legítima de que se habla
en filosofía.
En filosofía de lo que se trata es que esa antinomia, esa dualidad,
en realidad es unidad. Como el mercurio en el termómetro.
En la Asamblea General lo que se busca es repartirse el poder terrenal. En
filosofía, y en teología, lo que se busca es la equidad en lo inmediato y,
quizá, la eternidad del cuerpo- espíritu a través del incesante devenir.
La cita completa de Wahl, que
mencionamos al principio, es: “En Hegel vemos por primera vez un critica de la
separación entre la esencia y las cualidades no esenciales. Según él, no sería
la esencia, esencia, si no existiesen
las cualidades no esenciales a que está vinculada, de suerte que lo no
esencial es esencial a la esencia.”
Jean Wahl, Introducción a la filosofía, Fondo de Cultura Económica, México,
1988,Cap.V.Wahl |
“Jean Wahl nació en Marsella, en 1888. Falleció en París en 1974. Filósofo francés. Tras ejercer como profesor en EE UU, regresó a Francia (1945) para enseñar en la Sorbona y fundó el Colegio Filosófico de París. Es recordado, sobre todo, por su estudio sobre La desdicha de la conciencia en la filosofía de Hegel (1929). Otras obras a destacar son, entre otros títulos, Filosofías pluralistas de Inglaterra y América (1920), Hacia lo concreto (1932) e Introducción a la filosofía (1948).”WIKIPEDIA
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