Cumplió 68 años la primera edición de La Filosofía Náhuatl del doctor Miguel León-Portilla.
Haber nacido
en México, mexicano de origen, o mexicano de adopción, y no haber leído esta
obra es como haber nacido, o estar viviendo, en cualquier otro lugar del mundo.
Ser musulmán y no tener ni idea de qué trata el Corán o ser griego y no haber leído a Sócrates (Platón) o haber nacido
argentino y no saber de la obra literaria de
Lucio V. Mansilla o ser terrícola y no conocer ni siquiera el nombre de
este planeta, ser español y no conocer a Cervantes. A los cristianos de Roma, como a los de fuera de ella, no les interesa conocer a las ideas de Confucio.
León- Portilla
Miguel Luis León Portilla (Ciudad de México, 22 de febrero de 1926-Ciudad de México, 1 de octubre de 2019)1 fue un historiador, filósofo, escritor, diplomático y académico mexicano, experto reconocido en materia del pensamiento y la literatura de la cultura náhuatl.2
Desde 1988, se desempeñó como investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, recibió la Medalla Belisario Domínguez en 1995, y desde el 23 de marzo de 1971 fue miembro del Colegio Nacional, institución para cuyo ingreso presentó la ponencia La historia y los historiadores en el México antiguo, y fue recibido con discurso de Agustín Yáñez. Wikipedia
Filosofía Náhuatl es la revelación que nos permite conocer las alturas alcanzadas del pensamiento lógico del “mexicano” de Nativoamerica. “La obra del investigador emérito significó una distinta y original visión del pasado indígena de México y la apertura de una nueva luz que iluminó, desde el alma profunda de este pueblo, el conocimiento de los hombres que hablaron lengua náhuatl”, dijo Mercedes de la Garza Camino, directora del Instituto de Investigaciones Filológicas,de la Universidad Nacional Autónoma de México, al celebrarse el medio siglo de la primera edición de esta magna obra.
Nosotros hemos puesto este “mexicano” entrecomillado
porque el mexica era una de tantas etnias. Pero ahora hasta los huicholes son
mexicanos, tlaxcaltecas otomíes y cincuenta etnias más… ¡qué cosa tan extraña! Los
vencedores del siglo dieciséis llevan el gentilicio de los que cayeron luchando¡
Y el colmo es que, si
acaso, hay mexicanos, es decir, aztecas.
Ellos cumplieron con su destino manifiesto y ahora son parte de la cauda solar.
A nosotros nada más nos dejaron su nombre! Pero esa es otra historia.
Quizá no
haya aztecas pero sí nahuas,
pensamiento náhuatl. Filosofía Náhuatl. Por eso no se llama Filosofía Azteca.
Creemos que para escribir La Filosofía Náhuatl el doctor León-
Portilla debió haberse preguntado: ¿los nahuas
se cuestionaban respecto del ser? ¿Podía
haber filosofía en los pueblos indios cuyo pensamiento es de orden
mitológico o cronológico, y se conducen
con categorías del pensamiento mítico?
Y ahí fue donde tuvo que
estudiar otra vez a Sahagún, Durán, Chimalphain, Cortés, Díaz del Castillo.
Toda una empresa intelectual. Sería hasta entonces cuando empezó el gran proyecto de escribir La
Filosofía Náhuatl.
Así como Virgilio nos va
relatando la epopeya del pueblo troyano, guiado por Eneas hasta Italia, así el
doctor León- Portilla nos va
describiendo la “Peregrinación” del pueblo náhuatl, pero en un horizonte de filosofía.
Tira de la Peregrinación
Desde tiempos inmemoriales los mexicanos conocen, en carne propia, lo que ahora se llama como "caravana de indocumentados". Durante trescientos años (antes de llegar a su isla, en medio del gran lago, que sería su asiento final de México- Tenochtitlán), fueron vejados, rechazados, esclavizados. Eso marcó su alma de abrir los brazos a todo aquel sin tierra y sin libertad.
El autor es de nuestro tiempo, estudia y viven en el mismo campus universitario en el que nosotros trabajamos todos los días ( el doctor Portilla falleció el 19 de octubre de 2019). Leer La Filosofía Náhuatl es el más grande reconocimiento que podemos hacer al pensamiento nahuatl y al doctor Miguel León- Portilla.
“Su tesis doctoral "La
filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes" escrita en 1956 bajo la
orientación de un notable nahuatlato (hablante de náhuatl), el padre Ángel María
Garibay. También logró reconocimiento a través de la traducción, interpretación
y publicación de varias recopilaciones de obras en náhuatl. León-Portilla ha
encabezado un movimiento para entender y revaluar la literatura náhuatl, no
sólo de la era Nativoamérica, sino también la actual, ya que el náhuatl sigue
siendo la lengua materna de 1,5 millones de personas. Ha contribuido a
establecer la educación bilingüe rural en México.
León-Portilla también ha
contribuido a descubrir las obras de fray Bernardino de Sahagún, fuente
primaria sobre la civilización azteca, a quien polémicamente declaró primer
antropólogo de los nahuas.
Sahagún registró el
conocimiento de los sabios nahuas (tlamatinimê) en lengua vernácula. A
solicitud de las autoridades españolas, escribió en castellano una versión de
dicho conocimiento en su Historia general
de las cosas de la Nueva España, pero su obra original, el Códice
Florentino, nunca se publicó.
¿Qué caso tiene el haber nacido?
Lejos de esta pregunta decadente, los mexicanos de Nativoamerica tiene desde incontables siglos su feliz Tlalocan, donde no hay tiempo ni espacio.
En Nativoamerica todo mortal que nace entra al Tlalocan. En el pensamiento náhuatl no hay caída ni pecado primordial universal. Infierno, Purgatorio y Cielo es propio de un pensamiento clasista. En el Tlalocan no hay clases.
Desde muy, muy, lejos viene el Articulo Segundo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917: "Con el sólo hecho de pisar suelo mexicano, todo esclavo será libre y protegido de las leyes".
Textualmente: " Art. 2o.—Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional, alcanzarán, por ese solo hecho, su libertad y la protección de las leyes".
Y esto rige en el territorio mexicano, en todo el mundo, o planeta, donde haya una embajada mexicana.
Tlalocan, Mural de Tepantitla, noreste dentro de la Ciudad de los Dioses, Teotihuacán.
Antes de León-Portilla, el códice había sido traducido sólo una vez (al alemán), y aún esa versión era incompleta. En noviembre de 1998, la asociación Juchimanes de Plata, A.C. le otorgó el Premio Juchimán de Plata a través de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
Vendrían también traducciones
al ruso, al ingles…
“Como historiador,
León-Portilla nos brinda una comprensión de la figura de Tlacaélel.
Originalmente nombre turbio en algunas crónicas, hoy se ve a Tlacaélel como
arquitecto del Imperio azteca. Su discípulo más destacado es el
mexicano-francés Patrick Johansson K., autor de La palabra de los Azteca”
(Wikipedia)
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