Bibliografía:
Séneca, Cartas a Lucilio
Jean Wahl, Introducción a la filosofía
San Agustín,Confesiones
Sabemos que el tiempo es la única
moneda que no regresa. ¿Sabemos? ¿En realidad me pongo a pensar en esas cosas?
¿El tiempo? ¡Son asuntos del
Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad!¿Yo qué tengo que
ver con esas cosas tan enredadas? ¡Nada me atañe!
¿No regresa? Nanahuatzin volverá a
pintar de rojo cada amanecer y
Tecuciztecalt, el Sol nocturno, alumbrará la noche cada doce horas siguiendo al
Sol de día. Repetirán ese alumbramiento y ese ocaso por los siglos de
los siglos.
Pero Huehueteotl no volverá a ser
joven. Su rostro seguirá llenándose de arrugas y su espalda se doblará más cada
año.
Aquiauhtzin,
poeta náhuatl de Ayapanco, que vivió en Amecameca durante el siglo XV, dejó
plasmado en un pensamiento la antinomia que ilustra la manera en la que la divinidad,
eterna e inmóvil, en el tiempo, se manifiesta todos los días en lo perecedero:
“El dador de vida se hace presente en
las flores y en los cantos”
Es un
mensaje, una lección, un ejemplo, que está en los milenarios cimientos filosóficos
mismos de la Ciudad Sagrada donde los dioses se sacrificaron por los humanos.
Pero yo sigo despilfarrando el tiempo
de la pandemia en adquirir cosas que pronto serán cachivaches y en actividades
que para esta tarde ya nada significarán. Tres horas de ver programas inanes y
otras dos en escuchar comentaristas que
sólo buscan llenar espacios para incrementar el porcentaje de audiencia, o rating. Políticos, actrices y actores de la farándula, que hacen hasta lo imposible por no perder la imagen ante el público llenan las
pantallas.
Lo anteriormente anotado sería un tesoro si llegara a
concientizar que todo eso era necesario
para yo adquirir lo que el mundo llama “experiencia”. Por contraste, haría lo
contrario y el tiempo, mi tiempo, tendría calidad.
Wahl:
“Es de las cosas yuxtapuestas,
pospuestas y antepuestas, de donde se derivan las ideas del tiempo y espacio.”
Tal como lo plasmó Aquiauhtzin.
Pero el tiempo pasa y sigo
tomando el efecto por la causa y el
complemento por el sujeto.
Más se entiende la introducción de
esta nota allende a nuestra fronteras. Un porcentaje alto de mexicanos jamás ha
pisado la Calzada de los Muertos ni leído de los tiempos en que todo era oscuridad.
Cuando el dios Nanahuatzin se arrojó
a la hoguera sacrificante para que los humanos pudiéramos tener luz y calor.
Anhelo para toda la Humanidad. El contraste con los soles teotihuacanos que
estallan, para dar lugar a otro, está el viejo dios del tiempo, Huehueteotl.
Erróneamente Huehueteotl es
considerado como dios del fuego por el cenicero en forma de sombrero.
Xiuhtecuhtli es el dios del fuego, no Huehueteotl.
Hay señales de lo anterior, de la
realidad del tiempo, y utilización que los humanos hacemos del tiempo, por todos lados del planeta.
San Agustín, platónico, se extiende ampliamente en sus Confesiones, en las consideraciones del tiempo.
Dibujo tomado del libroLa psiquiatría en la vida diaria
de Fritz Redlich 1968
Cuatro años antes de nacer Jesús
nació Séneca el cual, ya adulto, alertó a su amigo Lucilio sobre la importancia
del tiempo:
“Sí, mi querido Lucilio, devuélvete a
ti mismo, y el tiempo que hasta aquí se te quitaba y se te hacia perder,
aprende a aprovecharlo. Puedes estar convencido: nuestros momentos preciosos, o
nos los quitan o nosotros mismos los dejamos escapar.”
Agrega recurriendo a la fenomenología
:
“Dueño del presente, dependerás menos
del porvenir.”
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