LA DECISIÓN DE ORFEO
No fue imposición de los dioses,
respetuosos de la decisión de Orfeo
Un golpe de buena suerte en ocasiones
es lo peor que nos puede suceder, reza
el dicho.
La otra idea que corre por el mundo
es que tomar el tren equivocado puede llevarnos a felices valles.
Esta antinomia, este contraste, es lo
que da sustento a la creencia en el
azar. Lo que se sale de lo lógico pensado.
El azar, el caos, que irrumpe en lo
regular de nuestras vidas, en ocasiones para traernos felicidad donde menos lo
esperábamos, o para darnos una severa noticia cuando todo parecía ir sobre ruedas.
Es una misteriosa dialéctica sobre la
que todavía los filósofos están bregando. Los teólogos también interrogan a los
arcanos. Y así ambas corrientes seguirán por los siglos de los siglos.
La mordida de una víbora ocasionó la
muerte de Eurídice. Arrebata la felicidad de ella y la de a su esposo Orfeo cuando recién habían unido
sus vidas.
Píndaro, el poeta tebano de campeones
olímpicos, lo dijo de esta manera cinco siglos antes de nuestra era:
“Exento de reveses nadie ha sido
Ni lo será jamás”
Parecerá entonces que estamos libres
dentro de una pecera. Predeterminados a vivir de cierta manera aun en contra de
nuestra voluntad, de nuestra libertad.
A semejanza del que escala montañas.
Amo y señor sobre los horizontes verticales. Pero llegado a cierta cota será
brutalmente detenido, golpeado por lo que se conoce como “mal de montaña” o “puna”.
Roca El Conejo. Región Los Frailes de Actopan,
Estado de Hidalgo, México
Foto de Armando
Altamira
Esta impotencia,pero a la vez ese afán de superar sus propios límites,Píndaro lo observó precisamente en la juventud de los juegos olímpicos,tan diestros y osados atletas,que sin más,algunos llegaron a creerse semidioses pero:
"Avanzar más allá no puede el hombre
Y la barrera en vano
Pretender saltar,cuerdo o insano"
Alquiles tenía su (marcado su hasta aquí) punto débil en el talón. Dorian Grey llegó a su limite cuando levantó el cuchillo para destrozar su retrato. Gussfeldt, a un paso de ser el conquistador del monte Aconcagua, hasta entonces vedado al humano,es detenido por la puna a doscientos metros de la cima...
Filósofos hay que piensan al revés, lo inesperado modifica lo que hemos pensado para nuestro futuro inmediato. Para nuestro bien a largo plazo, pero inexplicable en lo inmediato.
El azar viene siendo entonces algo
didáctico que nos da oportunidad para estar conscientes de nuestra libertad.
Jean Wahl observa, en su obra Introducción a la filosofía, que el tychismo es un sistema con lo que el
filósofo norteamericano, Pierce, refiere
que en el fondo de las cosas hay un elemento de azar.
Más adelante otro filósofo, James, sostuvo que “la libertad no
sería posible en un universo en que no hubiera un elemento o reino del azar.”
Otros, como Schopenhauer, y su hijo intelectual Nietzsche, aseguran que
si conociéramos todos los antecedentes de la vida de un individuo, podríamos
predecir su futuro inmediato, como lo hacían los oráculos de Grecia antigua.
Son los fenomenólogos de la causa y el efecto. Los pioneros de la psiquiatría
moderna.
Más no conocemos el casi invisible reborde del paño
de la mesa de billar, es por lo que el efecto esperado no se realiza y la bola
toma una dirección que se sale de lo pensado.
De Fritz Redlich
Bergson: Hay ideas corrientemente aceptadas, ante tesis que parecían
evidentes, afirmaciones que habían pasado hasta entonces como científicas,
sopla al oído del filósofo la palabra
¡imposible! Imposible hasta cuando los
hechos y las razones parecieran invitar a creer que ello es posible, real y
cierto. Imposible, porque cierta experiencia confusa acaso pero decisiva, dice
que eso es incompatible con los hechos que se alegan y las razones que se dan,
por lo que esos hechos deben haber sido
mal observados y esos razonamientos falsos.
La Naturaleza puros átomos, como
dicen Epicuro y Lucrecio, o sólo noúmenos, según Plotino, es un controversia
sin fin.
No todos los filósofos ven a la Naturaleza con una concepción
materialista, como d´Holbach en sus Sistema
de la Naturaleza. “Más tarde, escribe Wahl, se consideró a la Naturaleza
benévola, como ya lo había considerado
Montaigne…Para Rousseau todo lo que procede de la mano de la Naturaleza es
bueno.”
¿Dónde quedó lo que se llama mi
voluntad, si alguien o algo ajeno modifica mis planes?
La clave que explica el misterio es que puedo intentarlo de nuevo. Orfeo no aceptó
haber perdido a su Eurídice y fue hasta lo profundo del mismo infierno para
traerla de nuevo a su vida.
No lo logró y se hizo lo que estaba
dicho por los dioses. No fue imposición de los dioses, respetuosos de la
libertad de Orfeo.
Su libertad lo perdió. “Cuando salgas no mires hacia atrás”, fue la
condición del cielo para que se llevara a su esposa. No quiso acatar y volteó…
Pero quedó el hecho que Orfeo no aceptó sin más, lo que estaba
fuera de él, lo decretado, y lo intentó porque tenía libertad para hacerlo.
Que el cielo mueva las piezas del
ajedrez en la dimensión de tiempo metafísico, si es que se puede
hablar de tiempo en la dimensión
metafísica.
Lo invaluable del humano es que él
puede hacer este día lo que le parece razonable, lo que para él es lo
razonable, dentro del contexto de su espacio y de su tiempo individual y
social.
El mundo, con sus leyes no distorsionadas del siglo, se lo reconocerá o se lo cobrará.
Y si es tan astuto que logre burlarlas, el metafísico bacilo de Koch le estará
carcomiendo el alma.
No sobra insistir que lo invaluable
del humano es que él puede hacer este día lo que le parece razonable, lo que
para él es lo razonable, dentro del contexto de su espacio y de su tiempo
individual y social.
Después de eso puede limpiarse, con
el dorso de la mano, la espuma de cerveza que quedó colgando de sus bigotes,
dejar la semioscuridad del bar y salir a la calle, donde todo lo llena el sol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario