Para entender a la Virgen de Guadalupe sólo se encuentra la clave del misterio conociendo a la diosa Chicomecoatl.
Resumiendo:
Los
mexicanos se dirigen, puntualmente, cada
año, el 12 de diciembre, al mítico Chicomoztoc, en
su avatar, fenoménico, la Basílica de Guadalupe.
¿Qué
cantidad acude este día a la Basílica? La cifra nos da una idea de lo que esta
Virgen representa para los mexicanos. Nota tomada de Internet:
“CIUDAD DE MÉXICO.- El 12 de diciembre se
celebra en México el día de la Virgen de Guadalupe, que representa una de las
fechas más especiales para este país.
Durante
este día aproximadamente 7.2 millones de
personas visitan la Basílica de Guadalupe, una cifra equivalente a los
visitantes extranjeros al año de la Meca, la
ciudad sagrada del Islam, o los habitantes de Bulgaria.
Pero
no es la única fecha en que la Basílica recibe a los católicos, a lo largo del
año, el recinto recibe aproximadamente 18 millones de habitantes de acuerdo con
información de la Secretaría de Turismo del Distrito Federal, equivalente a la población de Chile. La cifra además
resulta sorprendente si se tiene en cuenta que supera el flujo de turistas
extranjeros en las principales ciudades del mundo: Londres, París o Nueva York,
de acuerdo con Euromonitor.”
Cinco
a ocho millones de católicos acuden en esta fecha a la Basílica de Guadalupe,
norte de la Ciudad de México.
Peregrino
solitario, entre las altas montañas (al fondo,el Popocatépetl 5, 426 m), se dirige a la Basílica.
Le faltan ochenta kilómetros para llegar.
Milenaria es la costumbre de los mexicanos de
llevar a la espalda “el bulto” que contiene la imagen de la divinidad (véase,
por ejemplo, Tezcatlipoca, obra excelente
de Guilhem Olivier, Fondo de Cultura
Económica, México, 2004)
Foto
de Cuarto Oscuro, tomada de Internet.
Es
una historia social y espiritual que
nada tiene de común con el Romanticismo
europeo, ni con su Reforma protestante del siglo dieciséis ni con la Ilustración. Nada con Rousseau y nada con San Ignacio de
la Loyola.
Antigüedad
del mito “guadalupano”:
Se
considera que la Ciudad Sagrada de Teotihuacán data de dos mil años su construcción material, por lo que su
concepción cosmogónica viene de remotas épocas cuando todo lo anteriormente mencionado no existía.
Códice Azcatitlan
Unos 35 siglos se considera que tienen los primeros grupos humanos que se asentaron en el Valle de México, pero estos ya eran poseedores de una larga tradición cultural:
“Las gentes que se asentaron a su alrededor (del Valle de México) hace unos 3,500 años, eran herederos de un largo proceso cultural durante el cual surgió la agricultura, se inventó la cerámica y se creó una tecnología”
(María
Antonieta Cervantes, Arte preclásico, editado por el Museo Nacional de
Antropología, INAH y SEP,1968)
Su
originalidad se puede considerar con la obra de Paul Rivet, Los orígenes del hombre americano, Fondo
de Cultura Económica, México, 1974)
Acaso
el largo proceso de su concepción cosmogónica sea contemporáneo de la gran cultura de los sumerios, allá entre
los ríos Éufrates y Tigris, unos quince siglos antes
que el Abraham bíblico, cuando tanto los egipcios como los griegos eran,
cada uno por su lado, apenas clanes en
proceso de unidad.
5 mil años, y un poco más, tiene de haberse fundado Ur, la ciudad formal más antigua que se conoce en aquella parte del Oriente Medio. Doscientos kilómetros al sur de Babilonia.
( Ver: Ur, la ciudad de los caldeos,
C.L. Woolley, Fondo de Cultura Económica, México, año 1975, Primera edición en
inglés 1929)
En
otras palabras, el pensamiento europeo llegó a México en el siglo dieciséis.
Soldados y frailes españoles inventaron, a partir de la conquista de México-Tenochtitlan, de un mundo que en América empezaba del cero.
Entre otras cosas las apariciones de la Virgen de Guadalupe.
Para más credibilidad trataron de borrar la
milenaria cultura indoamericana, principalmente a sus dioses, entre ellos a la Chicomecoatl,
El
mito de Chicomostoc, de la diosa Chicomecoatl, ha sido relativizado y deformado
tanto por el laicismo como por lo
religioso. Sendos trabajos se han escrito de un lado y de otro. Lo laico para
negar lo religioso del asunto y el
cristianismo para velar el pensamiento náhuatl.
Todo mito, como toda religión, se funda en un artículo de fe, por lo mismo está por encima de toda investigación racional. De tal manera que si desacreditamos el mito de la Chicomecoatl, en automático se desacredita el mito en el que se funda esta o aquella religión.
En todo caso, cada quien con su subjetivismo. Este arranca de las raíces profundas de su etnia y son los tiempos de respeto para todos.
Vital conocer el modo de pensar de los otros,pues eso es la cultura universal, que nutre nuestro propio modo de vivir.
Pero invadir el pensamiento del otro es un declarado colonialismo,tan reprobable como sucedió en México el siglo dieciséis, impuesto con la cruz y la espada.
A partir de esta fecha,siglo dieciséis, el niño mexicano que nace en la ciudad, es hijo del pecado.
Para las cincuenta etnias mexicanas, que siguen viendo en la actualidad a la tierra, la Madre Tierra (la Chicomecoatl), no se la creyeron.
El
terreno cultural del laicismo es la filosofía y la búsqueda de la
esencia del mundo para tratar de ser
explicada en conceptos
racionales, por lo que meterse con mitos y artículos de fe está fuera de lugar.
Como si los futbolistas quisieran jugar con reglas de los beisbolistas.
Y,
sin embargo, puntualmente, frente a todo eso,
el consciente y el inconsciente colectivo de los mexicanos buscan, con fervor, llegar hasta el pie de la sierra
del Tepeyac, donde está la Virgen de Guadalupe.
500 kilómetros, 1000, 2 mil kilómetros de peregrinaciones a pie (mayormente), también en vehículos, en bicicleta, en motocicleta, hasta en avión, todos, hombres, mujeres, niños, ancianos, se dirigen, con anticipación de semanas, hacia las montañas del Tepeyac.
Van al encuentro del mito, de su mito, tan tenazmente negado y deformado.
Al
encuentro de su mito.
En
las altas montañas (al fondo la Iztaccihuatl: 5,230 m.), para descender a Valle de México, lugar
de la Basílica. Todavía deben recorrer a pie ochenta kilómetros.
El
“bulto” en la espalda del peregrino en el primer plano.
Foto
Cuarto Oscuro, tomada de Internet.
Para las 10 de la mañana del 10 de diciembre del 2021 (dos días antes de la fiesta) ya había llegado medio millón de peregrinos a la Basílica:
Nota de Internet del 10/12/2021/ 10:00 a.m.
La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, informó que la policía
capitalina desplegó 2 mil 900 efectivos y 220 vehículos, ante la llegada de
miles de peregrinos.”
Llegada a la Basílica. La asistencia a la Basílica en esta ocasión ( 12/12/ 2021) fue virtual, por lo del coronavirus, y sólo 3 millones de peregrinos, de manera presencial, se estimaban para un día antes de la festividad.
“El secretario de Gobierno, Martí Batres, recorrió el santuario mariano y anunció que se mantenía el saldo blanco y que se esperaba la asistencia de unos tres millones de peregrinos, tomando como referencia del 1 de diciembre y hasta el sábado 11, muy lejos de los 10 millones de asistentes que se calculaban para el mismo periodo en años previos a la pandemia...Fue un operativo muy exitoso, se logró el objetivo de que no se quedaran a pernoctar millones de peregrinos y algunas personas descansaron después de muchas horas de caminar, pero no tuvimos ningún problema al respecto…la gente jaló muy bien con el operativo, participó muy bien” agregó en entrevista en el atrio de la Basílica. Y es que en años pasados llegaban a la Basílica hasta 4 millones de personas e incluso más, pero este año el gobierno de la Ciudad de México pidió a los peregrinos que no pernoctaran en la zona, como una estrategia para evitar mayores aglomeraciones y reducir el riesgo de contagio de covid-19.
Estas caminatas son una practica ancestral de los mexicanos. 1) Es la idea que un encuentro con la Divinidad es mejor si se realiza caminando,2) Antes del siglo dieciséis no existían animales de monta en México. Todo era caminando. El destino de las peregrinaciones ya se dirigían hacia el cerro del Tepeyac, a los pies de la diosa Tonantzin, (antecesora inmediata de la Guadalupana).
Pero el santuario más visitado era el gran adoratorio de Tláloc, dios del agua, en la cumbre de la montaña del mismo nombre (4,150m). Algunas fuentes, entre ellas Francisco Javier Clavijero, dicen que a este santuario llegaban aun desde Centroamérica, unos 2 mil kilómetros, y otros 2 mil de regreso).De manera que a la larga marcha de aproximación, al final era necesario emprender la pesada ascensión hasta su cumbre.Mujeres, hombres,niños y ancianos la llevaban a cabo, ya en condiciones propiamente alpinas de terreno y episodios atmosféricos,muy bajas temperaturas, y lo que en alpinismo se conoce como "mal de Montaña" debido a los estragos de la altitud en el organismo humano.
Fue cuando españoles y tlaxcaltecas destruyeron ese sitio que las peregrinaciones no se suspendieron sino que se dirigieron, ya masivamente, hacia el Tepeyac. Ante tan impresionante flujo de peregrinos, fue que se dio el suceso de las apariciones de la Virgen...
La montaña nevada del fondo es el Telapón ( 4,000m).
Los vándalos del siglo dieciséis (unos intentando acabar con lo religioso original de los mexicanos y otros buscando el oro), las violentas condiciones atmosféricas de alta montaña, y otros buscadores de tesoros de los siglos posteriores a la conquista , destruyeron el gran adoratorio.
En los años setentas del siglo pasado subí con Hector Garcia, alpinista de la Ciudad de México, a tomar las medidas del lugar que a la sazón estaba completamente en el abandono. En un centenario abandono. Las medidas son aproximadas por el estado caótico del lugar como se puede ver en al foto.
Recientemente la arqueología ha empezado su reconstrucción.
Cerca del adoratorio, y aproximadamente en la misma altitud, se extrajeron miles de toneladas de cantera para su edificación. Muy antigua, quizá (muy someras) desde las épocas olmecas, teotihuacana y tolteca, se empezó a construir el adoratorio y ya finalizada en la civilización azteca.
Hay aquí un formidable tema de investigación académica a desarrollar.
Todo alpinista que ha llegado caminando a los 4 mil, sabe que una construcción de estas proporciones, a esa altitud, es una empresa humana,por su esfuerzo, que hace palidecer a las grandes construcciones conocidas de la antigüedad que hay en el planeta.
Sabe que trabajar en los mil metros de altitud, que hacerlo a los 4 mil, es algo muy difícil de entender por los habitantes de las ciudades del valle.
Los peregrinos actuales que se dirigen a la Basílica de Guadalupe entienden que toda teología nace del alma, no del cerebro. Por lo que su teísmo mexicano es algo que está más allá del principio de razón.
Lleva en la espalda el "bulto sagrado" de Huitzilopochtli
Códice Azcatitlán
La
Nota publicada en Internet el 9 de diciembre del 2019, a las 2:00 pm también nos da idea del fervor del que estamos hablando
“12
de diciembre de 2019. La llegada de más de ocho millones de peregrinos a la
Ciudad de México contará con un dispositivo de seguridad y vialidad que ya
prepara la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la capital.
La
Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México implementó el
operativo "Bienvenido Peregrino 2019" con la participación de 3,134
efectivos, que se encargarán de resguardar la integridad física y patrimonial
de los más de 8 millones de devotos que se esperan este año.
Y, a
partir de Chicomecoatl, a Coatlicue, a Coyolxauhqui, Tonantzin, y Guadalupe.
Es demostrable, sin dificultad, sin forzar tesis, el
ADN que une a estas diosas, con Chicomecoatl, y son las siete cuentas
del cuello cercenado.
Coyolxauhqui. Se ven las 7 cuentas en su cuello cercenado y se repite el 7 en la cinta entre la nariz y los ojos. En el extremo de los miembros cercenados, igualmente se repite el siete. Tiene la boca abierta. En el fondo, los centzonhuitznahua, sus hermanos, brillan en el firmamento.
Chicomecoatl es la madre tierra, la tierra nutricia, la que da vida, mismo acto que anuncia ya desde el nacimiento el fin de esa vida (todo lo que tiene principio tiene fin, junto a los senos está la calavera), de ahí la presencia de la muerte, del cráneo descarnado, que siempre acompaña las representaciones de la diosa, en sus diversas etapas.
De
ahí que es necesario conocer el mito de la diosa cuyo nombre significa: siete
serpiente.
Serpiente
(la interpretación occidental) presentada por los frailes de la conquista como
una cosa horripilante y demoníaca, porque tal es en el cristianismo.
Chicomecoatl=
7 serpiente (serpiente en singular, no plural)
Y volverán a Chicomostoc, dice la leyenda,
pero ya como estrellas, bajo el nombre de centzonhuitznahua.
Chicomecoatl y las 7 mazorcas en el penacho. En los extremos, el sol.
La boca
abierta
Del
cuerpo informe, sin cabeza, de la Tierra, va a brotar la cabeza, la planta del
maíz, en forma de serpiente. Y en eso va
a girar todo el mito.
En cualquier maceta que tenga usted en su casa, en el invernadero de la colonia donde vive o en la planta silvestre que crece en el camellón de su calle, en los lejanos bosques montañosos o en el jardín de su colonia, ahí está dándose el mito de la diosa Chicomecoatl, en este momento, mañana y siempre, mientras haya tierra, agua y sol que la caliente.
El
glifo por excelencia de Chicomecoatl.
La
serpiente rodeada por 7 cuentas.
Aun
aquí se representa con la
boca
abierta.
Es un mito que se representa una y otra vez.
Es
el olin, el movimiento espiritual. El ser mediante el hacer. Recuérdese que en
la cultura occidental también se es mediante el hacer.
El
criterio de los estudiosos consiste en
que la decapitación es propio en los
dioses mexicanos que tienen que ver con la generación del maíz y en general de
las mieses. Tal es el caso de Coatlicue y de Coyolxauhqui. Ambas, madre e hija,
sin cabeza, porque ambas representan la tierra generatriz. De ahí que la
decapitación en los sacrificios de los prisioneros de guerra fuera cosa ritual,
habitual.
En
tiempos ya del cristianismo en México, en muchas regiones de tradiciones
agrícolas, se repite este rito de la decapitación degollando un ave, y regando
su sangre en la tierra, para esperar una buena cosecha. La sangre hace la tarea
del líquido generatriz, el semen, el agua, Tláloc.
La serpiente en la cosmovisión náhuatl es el nagual de Quetzalcóatl. Quetzalcóatl es el dios de la religión náhuatl asociado con la sabiduría, la cultura y lo espiritual. Lo mismo vale para el Altiplano Mexicano, para el sureste de México, para Mayapán y el centro de América.
El
nagual en México, el avatar en la India, es una cosa o animal que representa el
espíritu de un sujeto. Por ejemplo, la paloma en el Espíritu Santo del
cristianismo. El perro de San Juan Bosco de los salesianos. El colibrí de
Huitzilopochtli. El coyote, en Tezcatlipoca, etc.
Y la Coyolxauhqui, así como todas las diosas, sus equivalencias mitológicas, con la tierra: Coatlicue, Chantico, Mictlancihuatl, Xilonen… Tierra Madre Nutricia de plantas, animales y humanos.
Coatlicue
Museo Nacional de Antropología e Historia, ciudad de México..
Foto
de Omar Altamira Areyán
Acercamiento del cuello de la Coatlicue y sus siete cuentas,
Originalmente la escultura de Coatlicue estaba colocada en la esquina S-W del coatepantli de México -Tenochtitlán (Zócalo. Hay una placa de latón en el piso de asfalto indicando el sitio exacto). Derribada en el siglo dieciséis, por españoles y tlaxcaltecas, en ese sitio permaneció enterrada entre el escombro por varios siglos.
El
guadalupanismo, con raíces en
Chicomostoc, no
es una religión atea, ni tampoco una filosofía teísta,Grandes peregrinaciones demuestran, cada 12 de diciembre, que creen en
lo indemostrable racionalmente: que con la
muerte no acaba todo. El milenario mural de Tepantitla, en Teotihuacán, lo dice. Contiene
escenas del Tlalocan paraíso espiritual.
Así
es con las diferentes diosas náhuatl del proceso generatriz. Todas son Chicomecoatl
(Coatlicue-Coyolxauhqui-Tonantzin-Guadalupe).Las cuentas (siete) en su cuello
decapitado traza una línea de unidad entre ellas.
Las
ciudades mexicanas se llenan de peregrinos en el momento de partir para la lejana
Basílica.30 kilómetros, 500, 700,1000…
Las
ciudades de Chihuahua, Coahuila y
Sonora, en el norte, se ubican a 2 mil kilómetros de distancia de la
Basílica, aproximadamente, las del sur-sureste, Yucatán, Chiapas, Quintana Roo,
a otros 2 mil.
Foto tomada de Internet
"Cuidemos a la Madre Tierra de todos", dijo el Papa Francisco, el mes de julio del 2015, en el Encuentro con las Comunidades Populares, en Bolivia.
El mito es, como queda asentado, que en la tierra (Coyolxauhqui) brota el maíz (la serpiente).Pero para que eso tenga lugar se necesita el calor, el fuego. Por eso en este mito interviene la Xiucihuatl, mujer de Xiuhtecuhtli, dios del fuego y, más exactamente, la Xiuahcoatl, serpiente de fuego, cuya impresionante escultura se encuentra en el Museo Nacional de Antropología, de la Ciudad de México.
En
la boda azteca se encendía un gran fuego en la casa de la novia. El ritual era
que la esposa, al llegar a la fiesta,
diera 7 vueltas a la hoguera...La mujer es la tierra de la que brotarán
los nuevos frutos de la humanidad. Es la diosa Chicomecoatl que se presenta en
el mundo fenoménico como mujer mortal.
Una borla, una pelusa, cae dentro de su pecho y queda embarazada. Coatlicue tenía muchos hijos, conocidos como los centzonhuitznahua, entre ellos una hija llamada Coyolxauhqui. Se sienten humillados por el embarazo de su madre, que creen de relaciones ilícitas, y traman su muerte.
Sólo
que el niño que Coatlicue trae en su vientre es el dios Huitzilopochtli. Se da
cuenta de lo que traman sus hermanos contra su madre y al nacer, ya armado con
escudo y flechas, da muerte a todos
los centzonhuitznahua.
Esto
tan extraño, en el mismo mito, algunos
estudiosos del tema lo explican como el Sol (Huitzilopochtli) que a la hora del
alba, hace palidecer, hasta propiamente “desaparecer“, a las estrellas, a los
centzonhuitznahua.
Coyolxauhqui
tiene otro destino. Huitzilopochtli ordena a un guerrero, llamado Tochancalqui,
que la decapite.
De
ahí que, llevados de manera consciente, en tiempos precristianos, y ahora de modo que sólo está en el inconsciente, los mexicanos seguimos viendo los
símbolos de la diosa Chicomecoatl, en la iconografía de la Virgen de Guadalupe.
Para los católicos mexicanos que tiene miedo
de esta su realidad, mítica histórica, recordamos las palabras del Papa
Francisco expresadas en Ciudad Juárez, México, el 17 de febrero del 2016:
"México
no se entiende sin la Virgen de Guadalupe".
Las
estrellas del manto azul de la Virgen de Guadalupe, de México, son los centzonhuitznahua, el oro del fondo
de toda la figura, es propio de los círculos de oro de la Coyolxauhqui que,
como se dijo, simbolizan el amarillo de las mazorcas del maíz, de igual manera
su broche dorado con una cruz, también muy propio de la Coyolxauhqui. En el
cuello la Virgen de Guadalupe tiene un listón blanco, como se dijo, distintivo de los decapitados, y
7 cuentas apenas distinguibles. Y sobre la falda blanca las borlas
algodonosas simbolizadas por las flores. Las manos en actitud propiciatoria. El
águila solar, sobre la que está parada, es la que calienta a la tierra y hace
germinar la planta del maíz.
La
virgen de Guadalupe, España.
El desconocimiento de las iconografías sagradas ha sostenido la creencia que la Virgen de Guadalupe de España patrona de Extremadura, venerada por la Iglesia católica, y cuya festividad es el 8 de septiembre, es la misma que la Virgen de Guadalupe de México. Esta imagen sagrada de los españoles, como se ve, carece de la simbología de la Diosa Chicomecoatl. Entre otras cosas, carece de corona y en su lugar el simple manto.
La corona con la que aparece en alguna representaciones la guadalupana se la pusieron siglos más adelante,cuando la coronaron como "emperatriz de América".
La
Virgen de Guadalupe de México.
En este sentido debe verse la aparente incongruencia de Huitzilopochtli, dios de la guerra, que ve por la vida de sus hijos. Y su madre Chicomecoatl (o Coatlicue o Coyolxauhqui o Tonantzin o Guadalupe), siguen permitiendo que se cumpla el ciclo morir (la calavera que Chicomecoatl, Coyolxauhqui y Coatlicue llevan en la espalda) para volver a nacer, no reencarnar, sino seguir viviendo, como Sócrates lo creía, pero ahora ya en la Ptia donde ya no hay tiempo ni espacio, que en México no se llama Ptia sino Chicomostoc (7 cuevas) de donde una vez salieron las tribus mexicanas.
El ADN de la Virgen de Guadalupe, que la identifica con Chicomecoatl: las siete cuentas del cuello.
Para facilidad en su localización hemos puesto un punto
rojo debajo de cada cuenta.
Otra
vez, resumiendo:
Los
mexicanos cada año, puntualmente, el 12
de diciembre, se dirigen al mítico
Chicomostoc, en su avatar fenoménico, la
Basílica de Guadalupe.
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