Nacer, crecer, comer, reproducirse, engordar,
perder la figura, el pastillero y morir. ¿Es todo?
Eso lo decía el liberalismo moderno
con su carta de presentación: el relativismo. El moderno relativismo agrega:
“No, también tenemos el futbol (“hoy ganamos el partido”), las carreras de
caballos, el celular de mano y los costocísimos pantalones rotos. “¿Qué más se le
puede pedir a la vida para ser feliz?
Mil millones de cristianos católicos
apostólicos romanos en el mundo llegaron a la cumbre de la montaña en
helicóptero. Alguien pagó caro para que esto sea así.
Pero nosotros queremos llegar a esa
cumbre de la montaña a lo antigüito, es decir, mediante el razonamiento puro. Y
si no puro, al menos el razonamiento empírico. ¡O ambos!
Por eso nos preguntamos cómo Jim, el negro esclavo,
fugitivo compañero de aventuras de Huckleberry Finn: “Yo soy yo, o quién soy?
¿Estoy aquí, o quién es el que está aquí? Eso es lo que quiero saber.”
En busca de la cumbre como causa final alpina Dibujo tomado del libro Excursionismo de José Ma.Có. de Triola,1916 |
Y henos aquí remontando la cuesta de
la montaña cargando la pesada mochila. En el primer descanso, luego de dos
horas de subir sudando la gota gorda, llegamos al paraje que se llama Reminiscencia.
Reminiscencia le llaman los griegos a
esa transmisión de conocimientos, por medio del alma, de valores esenciales y empíricos, que permanecen sobre
las generaciones de humanos que van pasando en el tiempo.
Como el símil de la universidad, perenne,
de institución de enseñanza, investigación y difusión de conocimientos, que ve
pasar por sus recintos a generaciones y más generaciones. Lo estable y lo
pasajero.
¿La van pasando? ¿Para qué? ¿A dónde
van?
Whitehead quiere decir que hay una causa
final que seguir. Porque aun donde no hay cumbres que seguir, como en el
desierto, hay una meta a alcanzar. ¡Todo positivo, se entiende!
¡Buscamos una causa final!
Mil tesis ingeniosas niegan que ni los animales irracionales tienen causa final. Esa es la otra cara del
relativismo. Los mexicanos tenemos varias
maneras de llamar al relativismo: “Hay se va”, “Da lo mismo Chana que
Juana”, ¡Me vale!” Y otras que no se
pueden publicar.
Razón especulativa y razón práctica
metódica, llama Whitehead a lo eterno y a lo perecedero.
Va en busca de la causa final de su existencia Dibujo tomado del libro La psiquiatría en la vida diaria de Fritz Redlich, 1968 |
En todo caso se trata de lo que es y
de lo que pasa. Para el pensamiento griego un alma es un noúmeno, como le llama
Leibniz. Una criatura celeste de Zeus, antropomorfa y eterna.
Plotino coincide en el alma antropomorfa, e inmortal, del humano dentro del cristianismo.
Plotino coincide en el alma antropomorfa, e inmortal, del humano dentro del cristianismo.
¡Así como están objetivadas las
almas, antropomorfas, de los mexicanos, en Tepantitla, el Tlalocan, lado
noroeste de la Ciudad de los Dioses, Teotihuacán! ¡Desde antes que Plotino
naciera!
Guthrie dice (en Los filósofos griegos, Fondo de Cultura Económica, México) que “el
objeto del conocimiento tiene que ser inmutable y eterno, libre del tiempo y
del cambio, en tanto que los sentidos sólo nos ponen en contacto con lo mudable
y perecedero”.
El “Juego” entonces, es una meta a
seguir pero, ¿una vez conseguida esa meta? Esa es la pregunta que se hace el
escalador que llega a la cumbre. Y se dice: “otra cumbre”. Y empieza de cero,
como hace todo novelista que ha puesto punto final a su novela. ¡Empieza otra
novela!
Haces la caridad al necesitado, sí
pero más adelante hay otro necesitado. Y no estamos hablando necesitado de sólo dinero.
La otra es quedarse quieto, llenarse
de cucarachas subjetivas, de moho, y
darle la bienvenida al Alzheimer, antes que las cucarachas subjetivas me
devoren.
El tedio es importantísimo en la vida
del humano. Es una palanca que nos arroja a la acción. Necesitamos dejar que el
tedio nos muerda un poco (sólo un poco, nada de cadenas perpetuas) para empezar a preparar la mochila y de nuevo emprender la ascensión.
Quedarse quieto es dejar que las
cucarachas lleguen y nos invadan. Whitehead lo dice de esta manera:
“ El método
original entra ahora en una prolongada vejez en la que el bienestar se
degrada a simple estar.”
A. N. Whitehead La función de la razón.
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