Son
los grandes negadores de la existencia de Dios los que más creen en él. Asegurar
a la nada es creer en su antinomia, el todo.
Al estilo de los católicos ortodoxos
que creen en los milagros por lo que “también creen en un curso regular de la naturaleza.”
En otras palabras, no tiene sentido
negar algo que se cree que no existe.
Levanto los hombros y sigo adelante sin
acordarme más del asunto. Pero escribir diez mil cuartillas tratando de
demostrar que no es cierto, se parece a las veinte hipérboles que san Agustín
tuvo que recorrer, entre neoplatónicos y maniqueos,
antes de aceptar...
Los hombres de fe tienen otra especie
de incredulidad, si es que puede hablarse así. Creen pero buscan pruebas y esta
duda es otra especie de incredulidad.
El mismo San Agustín dijo que no hay fe más duradera que la fe que duda.
El mismo San Agustín dijo que no hay fe más duradera que la fe que duda.
De hecho es el leit motiv de todas las filosofías que se han escrito desde los
Presocráticos, al menos para la cultura occidental: Es! ¡No es! Y si es, ¿cómo es?
Ardua labor porque se espera
encontrar esas pruebas en un mundo
fenomenológico, o material, de lo que es inmaterial, espiritual.
Las tres actitudes clásicas son A)
Tener plena confianza que mañana volverá a salir el sol, B) no creer en la
existencia del sol aunque éste siga apareciendo cada mañana y, C) creer que el
sol saldrá pero buscar las pruebas en que el sol existe.
Vistas por separado, cada una de ellas, parece una aporía o callejón
sin salida.
Kierkegaard, espíritu creyente, fue
el que dijo que buscar pruebas de la existencia de Dios es dudar de su
existencia:
“Según él, es una especie de impiedad
en nosotros el buscar pruebas de la existencia de Dios, porque hacerlo así es
como decir que dudamos de su existencia y necesitamos pruebas para persuadirnos
de ella.”
Jean Wahl. Introducción a la filosofía, Cap. XVII
Los filósofos fueron los que pusieron
el tema a discusión, sobre la existencia de Dios, antes que los teólogos. Sucedió en un tiempo cuando no se habían definido los
campos y los temas de la razón y la sinrazón
estaban revueltos.
En el principio de la discusión dialéctica Dios se llamaba Zeus o Júpiter y después Jesucristo.
El tema es uno solo pero para facilitarse su estudio lo filósofos optaron por
seccionarlo en fetichismo, politeísmo y monoteísmo. Lo mismo lo llamaron
teología y también metafísica.
Se tiene a la Biblia como un
imperativo categórico (en realidad diez imperativos categóricos) después de lo
cual nada hay que decir en materia del alma.
Se pasa por alto que grandes místicos
cristianos, como San Agustín de Hipona, Santo Tomás de Aquino, San Alberto
Magno, San Buenaventura, abrevaron mucho en la filosofía pagana, particularmente
de Platón y Aristóteles.
En el caso de San Agustín, en Platón,
Plotino y Porfirio.
Presocráticos: ¡Es! ¡No es!¿Cómo es? |
José Vasconcelos, uno de los pocos
grandes hombres cultos que ha dado México, católico conocedor de su religión,
sin duda, se decide por el neoplatonismo
y tienes algunas observaciones de la Biblia, que no gustan al católico medio.
Vasconcelos, a semejanza de Spinoza,
conocedores ambos a profundidad de la Biblia, llega un momento que se remiten a
la divinidad, en ocasiones más allá del texto sagrado al que, sin duda alguna, consideran de inspiración divina
pero, al fin y al cabo, escrito por humanos. Porque donde los humanos meten las
manos…
En 1925 la Universidad Nacional de
México (todavía no era Autónoma) y la Secretaría de Educación Pública, llevaron
a cabo la traducción e impresión de las Enéadas de Plotino, obra de singular
mérito editorial aun entre las obras de calidad de contenido de la Universidad.
Vasconcelos fue uno de sus traductores. En el
Libro Tercero, de la Eneada Primera, Vasconcelos anota:
“Encontramos en Plotino las más extraordinarias
y sublimes ideas acerca de la naturaleza del alma y su destino. ¿Qué ha hecho
después de él la humanidad mística, sino acogerse a las interpretaciones sombrías
deducidas de un libro bárbaro como la Biblia, cuya doctrina espiritual no
encuentro comparable con la de la
filosofía neoplatónica?”
Los creyentes y los agnósticos son
dos grupos que han encontrado gustillo de enredarse en el juego de qué fue
primero la Creación o la Evolución. Wahl, lo mismo que William James, dice que
es necesario parar y mejor pasar a los hechos:
“Si buscamos la causa de cualquier
movimiento real,y enseguida sucesivamente, necesitamos detenernos en algún
punto porque lo que mueve, según Aristóteles, es más bien por atracción
que por causalidad eficiente.”
Dibujo tomado de El País 14 Oct.2017 |
Otro modo de decirlo es que no son
las sendas teorías lo que ven los niños sino el comportamiento de los padres.
Los niños no están en los auditorios en medio de las grandes discusiones de la
Academia.
Lo que los niños ven en su hogar es a Jasón peleando
a muerte contra Medea, el bucólico y bello cuadro de María y José o a la heroica madre
soltera que educa a sus hijos.
Wahl anota que Platón, en La República, ya había visto con toda
claridad, como ahora piensa todo buen cristiano,” que debemos educar a los
niños en la idea de la bondad de Dios y
en las Leyes, casi en la misma forma que Dios es bueno.”
(En el momento que escribimos esta nota los medios dan la noticia del
asesinato, masivo, que un día antes, 1 de octubre de 2017, tuvo lugar en Las Vegas, Estados Unidos,
con 58 muertos y más de cuatro cientos heridos por, al parecer, un solo hombre)
Y para los camorristas de auditorio
que buscan y rebuscan pruebas de la existencia de Dios, cita el modo que Kant parece
haber encontrado más allá de toda lógica de la razón pura y también más allá de
todo apabullante imperativo categórico bíblico:
“Kant dijo que las cosas más sublimes
son el cielo estrellado sobre nuestra cabeza y la ley moral dentro de nuestro
corazón.”
Kierkegaard |
“Søren Aabye Kierkegaard (AFI: Acerca
de este sonido [ˈsœːɐn ˈkʰiɐ̯g̊əˌg̊ɒːˀ] (?•i)); (Copenhague, 5 de mayo de 1813
– ibídem, 11 de noviembre de 1855) fue un prolífico filósofo y teólogo danés
del siglo XIX. Se le considera el padre del existencialismo, por hacer
filosofía de la condición de la existencia humana, por centrar su filosofía en
el individuo y la subjetividad, en la libertad y la responsabilidad, en la
desesperación y la angustia,1 temas que retomarían Martin Heidegger, Jean-Paul
Sartre y otros filósofos del siglo XX. Criticó con dureza el hegelianismo de su
época y lo que él llamó formalidades vacías de la Iglesia danesa.” WIKIPEDIA
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