Referencia:
G.K.Chesterton,
Ensayos, Editorial Porrúa, México,
1997.
Henry
Bergson, Introducción a la metafísica, Editorial Porrúa, México, 2009, Sepan
cuantos…Número 491,
En
el mundo anterior había costumbres, no
modas, dice Chesterton.
Duración,
no instantaneidad, dice Bergson.
Un
pantalón se usaba hasta que ya no servía, es
decir, cuando las rodillas se rompían y ya ni los indigentes lo buscaban
en el basurero.
Un matrimonio
era para siempre, hasta que uno de los cónyuges, o los dos, morían.
En
los tiempos modernos la moda en el vestir duraba un lustro, después dos años,
luego seis meses. Igual la duración del
matrimonio en los tiempos del liberalismo moderno.
Ese relativismo
Chesterton lo refiere de la siguiente manera en el plano de la intelectualidad:
“Se
ha producido una reacción contra la Edad de la Razón en la que podemos perder inclusive
las partes de ella que eran realmente razonables. Cualquier cosa que podamos
decir de nuestro siglo, para bien o para mal, no es probable que nadie lo
llame un Siglo de la Razón. Los últimos
panteístas franceses llamaban bárbaro a Voltaire, exactamente lo mismo que Voltaire había llamado bárbaro a
Shakespeare. Y del mismo modo hasta la
Decadencia y caída ha decaído y caído ya”.
Concretamente
Chesterton se refiere a las ancestrales costumbres que han quedado fijadas en
la mente de la Humanidad como son la fiesta de los Reyes Magos para los países
meridionales de Europa y San Nicolás Santaclos, o Santaclause, para los países
teutones del norte.
Ambos
con sus repercusiones positivas para la gente, en especial para los niños. La
gente adulta, como el proyectista del cinematógrafo, participa activamente
desde el anonimato.
Los
Reyes Magos llevaron sus regalos para el Niño. Milenios tiene esa tradición,
sabido es.
El
espíritu relativizador del neoliberalismo no logra fijar una costumbre. No está
en su modo de ser. Personajes fantásticos se inventan para los niños pero
pronto son substituidos por otros personajes igualmente fantásticos. Negar el
pretérito y partir siempre de cero.
Lo
que Chesterton llama moda, Bergson lo señala instantaneidad:
“La
duración interior es la vida continua de una memoria que prolonga el pasado en
el presente, sea que el presente contenga distintamente la imagen siempre
presente del pasado…Sin esta supervivencia del pasado en el presente, no habría
duración, sino solamente instantaneidad.”
Paradójicamente
esta moda de videojuegos, para niños, impacta
a la población adulta. Está la permanencia en el trabajo hasta la jubilación o
el outsorcing. El matrimonio “hasta
que la muerte los separe” o el divorcio
exprés.
La “cita
ciega” y el “matrimonio exprés” son propios de la civilización industrial. Son
el outsorcing llevados al plano
sentimental. Paradójicamente una conquista del mundo femenino que beneficia al
hombre, al no tener éste compromiso con nadie.
Las
estadísticas dicen que en el mundo hay
millones de madres solteras. Véase un dato desde México. Nota publicada
en Internet por NOTIMEX 2008-05-12:
“Un
estudio de la Cámara de Diputados reveló que en México existen 4.5 millones de
madres solteras, separadas o viudas, quienes al igual que sus hijos son sujetos
de discriminación. Esas mujeres son segregadas cuando solicitan servicios
médicos, de vivienda y seguridad social; incluso se les prohíbe la entrada a
eventos artísticos y culturales. Cifras del Consejo Nacional de Población
(Conapo) apuntan que sólo 880 mil mujeres se consideran madres solteras, de las
cuales nueve de cada 10 tienen hijos menores de 18 años, mientras que seis de
cada 10 viven con su padre o madre. Además 71.8 por ciento de ellas trabaja,
aunque la tercera parte vive en condiciones de pobreza. Esta proporción es
ligeramente menor al promedio nacional de madres con hijos en el hogar, que es
de 35.4 por ciento. El diputado Pablo Trejo Pérez expuso que se pretende
legislar en favor de ese sector de la población, que con frecuencia es
discriminado y agredido con calificativos despectivos. “Se recurre al término
de madre soltera de forma ofensiva, sobre todo contra aquellas mujeres,
especialmente jóvenes, que sin el papel o acta del matrimonio ni el apoyo de un
hombre entran al mundo de la maternidad”, dijo el legislador de la fracción del
PRD.” (Para datos en un área más amplia los proporciona el estadounidense
National Center for Heath Statistics)
La
cifra debe ser mucho mayor, diríamos inmensurable, pues la nota se refiere a
mujeres “separadas o viudas”, y no menciona a las que creyeron en una promesa
del galán, que en breve desapareció, es decir, que nunca se llegó a concretar
un compromiso.
En
México hay dos canciones, tan antiguas como populares, que idealizan esa morbosa irresponsabilidad
del macho (no del hombre) que va por el mundo “dejando hijos por todas partes”,
y entre más hijos abandonados más macho, son: “Gabino Barrera” y “Juan
Charrasqueado”.
El
cine mexicano, mediados del siglo veinte,
los ha idealizado un tanto como luchadores sociales, en el contexto de
la revolución mexicana. En la realidad de la letra de la canción sólo se trata
de borrachos mujeriegos.
No
confundir con el ilustre educador Gabino Barreda, médico, filósofo positivista
y político mexicano y primer director de la Escuela Nacional Preparatoria en el
país.
Solveig,
ese personaje femenino de Ibsen permaneció medio siglo esperando a que su
querido Peer Gynt regresara de sus correrías por el mundo. Solveig es la
contratesis de Norma, del mismo
autor. Y Norman Mailer, novelista estadounidense, declaró en una entrevista: “¿No
veo por qué un matrimonio no debe durar al menos ochenta años?
Todo
se reduce a vivir en la Paideia griega y las tradiciones indias americanas, o
en la cultura industrial de consumo y deshecho. Ambas con sus noblezas y sus contras. Estamos en el mundo finito, no
en el de los ángeles.
Ligeramente
le podemos decir yugo a uno y libertinaje al otro.
En
la disyuntiva, cada quien es dueño de su propio destino. Caso contrario sería
atentar contra la libertad del individuo. Aunque no hay que perder de vista que
la conducta del individuo tiene repercusiones en la sociedad.
Que
lo digan al menos 4 millones de madres solteras viviendo en la precariedad que,
por la necesidad, muchas caen en la abyección. Y ésta con el tiempo, por el
resentimiento que proyecta en sus hijos,
mina los cimientos del Estado de Derecho.
Hay
que decir que la cultura industrial sí tiene su personaje fantástico que ya
dura décadas: el platillo volador de los extraterrestres. Propio del
individualismo de la era moderna. Pero éste no trae regalos para los niños.
La
cultura industrial sí tiene su personaje fantástico que ya dura décadas: el
platillo volador de los extraterrestres…
Dibujo
tomado de El País,1 de julio del 2017
En
un esfuerzo supremo por fabricarse una tradición, los extraterrestres, se
dice, construyeron las pirámides de
Teotihuacán, Tula, Egipto, Machu Pichu.
Las etnias, al menos las etnias americanas, no
se la creen. Sus virtudes y sus creencias milenarias van de acuerdo a la
arquitectura mesoamericana.
Esas
viejas civilizaciones nos dan la sensación de que están siempre al comienzo de
las cosas…
Pirámide
del Sol, Teotihuacán, desde la Calzada de los Muertos. Primer día de la
primavera, antes de la pandemia, un millón de visitantes.
Foto
de Armando Altamira.
Chesterton:
“Esas
viejas civilizaciones nos dan la sensación de que están siempre al comienzo de
las cosas, en tanto que la mera innovación moderna nos da la impresión, hasta
en su novedad, de que nos acerca cada vez más al final.”
Los
niños se divierten más con los videojuegos, con Los Ocho Fantásticos, que con
los platillos voladores.
Chesterton:
“Lo
que quiero saber con respecto a la civilización moderna, que de muchos modos se
preocupa tanto por la belleza, es por qué no puede producir esas cosas bellas…¿Por
qué no puede inventar nada propio? He esperado demasiado tiempo la respuesta.”
Con
el tiempo, intuyen los niños, y luego se hace certeza, que es necesario
aprender a manejar la cámara del
cinematógrafo porque trae calidez humana
al grupo para ver qué les trajeron los Reyes Magos y San Nicolás.
El
escepticismo neoliberal intenta relativizar esa gran tradición con el dicho:
“¿Todavía crees en los Reyes Magos?”
La
actitud salvadora, de la sociedad, con respecto a esta “fabula de niños”, va hasta una filosofía franciscana
pues extiende su amor a otras criaturas de la naturaleza, dice Chesterton:
“En
la última noche, cuando se supone que llegan a través del tiempo los extraños
viajeros, los niños ponen cuidadosamente agua y pienso para los camellos de esa
cabalgata sobrehumana procedente de las
lejanías de Oriente. Hasta el hecho de poner agua, tan necesaria para los
animales puramente orientales, hasta para sugerir ese alcance de la imaginación
hasta los extremos de la Tierra.”
Conceder
que los Reyes Magos y San Nicolás son una fantasía, pero una fantasía que protesta contra la bestialidad, esa otra
faceta, que también posee el humano, y
que suele manifestarse de cuando en cuando (cada vez más seguido) en todos los
paralelos y meridianos del planeta.
Esa
noche de la fiesta de los regalos hasta los seguidores de la razón pura
participan en abrir los regalos, o al menos, son envueltos por una atmosfera de
alegría y solidaridad humana.
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