Gran cultura la occidental,
con su religión el cristianismo, pero no es lo nuestro en México.
Llegó a México y al continente
de manera punitiva en el siglo dieciséis.
Lo nuestro es la Leyenda de
los Soles Teotihuacanos y el Popol Vuh de la región centroamericana.
Siempre abiertos a los pueblos
y sus maneras de pensar, los mexicanos les damos la bienvenida. Las eternas migraciones
que van para allá y para acá a través de los meridianos y paralelos, y el consecuente intercambio
de ideas siempre es ilustrativo para todos.
El antiguo, milenario,
festival celta en el que Halloween significaba algo así como “ la víspera (o
noche) de todos los santos”. Se parece a nuestro pensamiento mexicano étnico
que considera el inicio del invierno y el final de a la cosecha.
Nada que ver con los diablos y brujas con que el Halloween se presenta en la actualidad.
Feliz y en convivencia es como los mexicanos se imaginan la vida después de esta vida.
Izquierda: mural de Tepantitla, Teotihuacán México, con unos dieciséis siglos de antigüedad.
Existencia en tinieblas hasta que se presenta la figura central del mural que es el salvador.
Capilla Sixtina, Vaticano.
Con el triunfo del cristianismo en Europa ( igual pasó en México), todo eso empezó a oler a azufre. Recordar que Dante lo explica al detalle.
Una lectura ideográfica de nuestras representaciones, de la vida
después de la muerte, dice lo que mil páginas.
Dicho lo anterior, también el Halloween ya es parte de nuestro bagaje cultural. Pero
siempre será una presencia putativa. Nativoamerica nada tiene que ver con la
caída y la consecuente salvación, piedra angular del cristianismo.
Ya el tipo platónico y el de Demócrito
planteaban una sucesión o alternativa que tenía
la perspectiva del buen vivir dialectico, cielo y tierra, con espíritu
indagador.
Pronto, al principio de la edad media, fue convertido en una yuxtaposición
irreconciliable. A partir de ahí sólo fue todo cosa de “opuestos”
“contrarios”, materialismo o idealismo.
“Existe una diferencia
esencial entre la concepción religiosa del universo, y la filosófica; y, por
ende, entre religión y la filosofía”, escribió Johannes Hessen en Teoría
General del Conocimiento.
Consecuentemente la lectura
que se le dio a los códices mexicas fue en el sentido que los soles
teotihuacanos pasaron a ser enemigos, la victoria eterna del sol y
alternativamente la de la luna.
Fray Bernardino de Sahagún en
su portentosa obra sobre el Méxiconativo, acomodó mucho de manera magistral de
acuerdo con el texto bíblico.
Eso dijeron las grandes
cronistas del siglo dieciséis, ajustándolo al combate bíblico del bien y del
mal. La ciencia académica relacionada de entonces siguió el decir de los
frailes.
Cabe hacer la distinción,
entre mexicanos. Las 50 etnias y las zonas rurales están en, o cerca, de las
creencias del Méxiconativo. Los mexicanos con padres o abuelos de origen
extranjero, norteamericanos, francés, alemanes, españoles, japoneses etc. tendrán presentes
las bases culturales de sus ancestros tanto del área occidental como los del Cercano
Oriente, el sur del continente americano y la región asiática. Se entiende que en este caso no será
tan ajeno lo del Halloween.
En todo caso los dioses de
Nativoamerica se suceden, no se combaten. La primavera al invierno, el sol, la
lluvia. todo para la producción de víveres en la vida animal y el modo
antropológico.
El bien y el mal y su moderna interpretación
del Halloween, con criaturas tenebrosas, es, vale insistir, un recién llegado
para el mexicano que lo considera como hijo putativo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario