Con base en esta idea, de Sócrates, Aristofanes escribió una comedia llamada La Asamblea de las mujeres.
El siguiente relato es extracto de un trabajo que escribí con título Una taza de café con Aristofanes” (está en este mismo blog). Proxágora es el personaje femenino que encabeza la revolución de estas mujeres griegas. Blépiro, su marido,que no entiende de qué se trata, hace las preguntas.
Eso fue 392 años antes de Cristo. Las mujeres de Atenas dijeron que la ciudad tenía muchos problemas pero los hombres, por estar parloteando en el Ágora, no hacían nada. Entonces deciden hacerse del mando de la ciudad por medios democráticos. Para ello necesitarían participar en la asamblea legislativa. Pero las mujeres no tenían acceso a ese lugar. No votaban (no votaban muchos siglos después con Rosseau). Entonces se les ocurrió, guiadas por Praxágora, disfrazarse de hombres. Se ponen barbas postizas y ropa de sus maridos. Nadie las descubre y ganan la votación de una nueva ley que proponen.
Lo primero es abolir la propiedad privada. Poner todo en un fondo común. Incluidas las cuestiones sexuales. Los diversos personajes que intervienen en la comedia, como por ejemplo Blépiro, marido de Proxágora, van haciendo una serie de preguntas de cuestiones que todavía no se comprenden bien de la nueva ley. Proxágora va contestando. ¿Ya no habrá ladrones? ¿Pero qué caso tiene, si todos los bienes son comunes? ¿La casa para dormir? Toda la ciudad será la casa y podrás mudarte a gusto. ¿Ya no podré jugar a los dados? ¿Qué caso tiene? ¿Cómo pagaré mis deudas? Ya no habrá prestamistas. ¿Dónde comeré? Lo que antes fueron los tribunales ahora serán comedores públicos?
Aristófanes |
Blépiro se pregunta qué hará un hombre cuando “ ¿ ve a una chica que le gusta y quiere darse gusto con ella, de sus propios bienes le dará un buen regalo y, seguirá gozando de los bienes comunes después de haber gozado con ella? Proxágora responde: “Pero eso podrá hacerlo sin paga: yo también hago que las mujeres sean comunes, para todos los hombres. El que quiera la toma...” Es decir que si había un fondo común, la exclusividad sexual en la pareja no tenía razón de ser. La pareja exclusiva busca funcionar en la propiedad privada, no en la comunal.
Y sigue una serie de consideraciones con lo del sexo. Todas buscarán a las hermosas y desdeñarán a las feas. Pero esto también ya ha sido legislado por la Asamblea de las Mujeres. Hermosas y feas estarán todas juntas. “Si alguien quiere acostarse con una hermosa primero tendrá que darle a la fea”.
Blépiro quiere dejar todo en claro de lo que dispone la nueva ley. “Tal como está previsto, ellas huyen de los feos y se entregarán a los bonitos”. Proxágora ilustra a su marido: “A las mujeres no se les permitirá entregarse a los hermosos, y a los de buena estatura, sino han dado tributo antes a los feos y a los chaparros... De ahí para adelante la mujer puede llevarse a la cama al hombre que ella diga. Conocido, o no, en el momento que una se lo encuentre se lo lleva, si le gusta, y por ley el hombre tiene que obedecer. Si se resiste, porque a él no le guste, la mujer llama al guardia y el otro es obligado a entrar a la casa a tener relacione sexuales.
-Formidable sistema para los hombres y para las mujeres. ¿Cómo fue que no perduró hasta nuestros días? ¿Fue el cristianismo el que acabó con eso? Porque acuérdate que luego aparecieron los puritanos que no permitían que la mujer enseñara ni siquiera una uña del pie.
- No. Fueron las mismas mujeres atenienses. A la postre las bellas y jóvenes perdieron la batalla. Resulta que en esa asamblea legislativa las mujeres de la tercera edad, como ahora ustedes llaman a las viejas, levantaron la voz. Dijeron que quedaban en desventaja frente a las mujeres jóvenes. Estas se llevarían a los hombres a la cama y a ellas no les dejarían nada. Entonces fue cuando se aprobó una cláusula que decía que las viejas tenían prioridad sobre las jóvenes. La ley dice: “ Pareció bien a las mujeres que si un joven quiere tener trato con una joven, no podrá hacerlo, sino da antes a una grande la parte que le corresponde. Y si se niega a cumplir con esta ley y se dedica a la joven, las ancianas tendrán derecho de aprehenderlo y arrastrarlo por las calles bien agarrado de la parte más sensible de su cuerpo”. También protestaron la viejas. Porque hay mujeres de edad pero bonitas. Por eso se me ocurrió que tendrían la preferencia las más viejas y las más feas.
La obra termina cuando una muchacha quiere llevarse a la cama a un joven. Este va encantado y ella también. Pero aparece una vieja y se lo quita. Después otra más vieja y más fea se lo arrebata y finalmente aparece una tercera mujer, más fea y más vieja que las anteriores, y es la que gana pues así decía la ley: “La más vieja y la más fea tiene derecho sobre las otras”. La vieja le dice: “¡Yo no te llevo, la ley es la que te lleva!” Bueno, esa ley se echó abajo y todo volvió a lo de antes. Es decir, que cada quien se atenga a sus habilidades, empatía, dinero, suerte o como quieras llamarle.
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