Si se es por medio de la célula primordial o se es por el soplo divino, es otra discusión.
En el pensamiento mesoamericano, del Altiplano Central de México, hay la certeza de ser porque somos capaces de ver y sentir la presencia de la flor y el canto. De la flor es la metáfora de la que se sirve Netzahualcóyotl para sus cantos:
“ ¡Ah, solamente aquí en la tierra:
Con flores se da uno a conocer,
Con flores se manifiesta uno,
oh amigo mío”
Nos alegramos por tal presencia. Pero percibimos que la flor tiene una vida tan breve que también nos entristecemos:
“Por fin lo comprende mi corazón:
Escucho un canto,
Contemplo una flor…
¡Ojalá no se marchiten!”
Pero aquí, en principio, el discurso no tiene pretensiones antropocentristas. Aquí la flor y el canto son préstamos del Inventor de Sí Mismo:
“Sólo un breve instante sea así:
Por muy breve tiempo se tienen en préstamo las flores.
Ya son llevadas a su casa
Y al lugar de los sin cuerpo”
Cuando la flor y el canto se nos retiran, sólo queda el sitio del misterio:”Las flores, los cantos, solamente aquí perduran”.
Netzahualcóyotl insiste en una cosa, que esta tierra no es nuestro destino:
“No es aquí nuestra casa,
No viviremos aquí,
De igual modo tendrás que marcharte”
Del pensamiento de Netzahualcóyotl nos brinca otra pregunta. Si aquí estamos por breve tiempo y al final regresamos al sitio del misterio, ¿somos de aquí o somos del sitio del misterio:
“¿Acaso en verdad
Es lugar de darse a conocer
El sitio del misterio?” Texcoco se localiza al este de la ciudad de México,en la confluerncia de las carreteras 99 y 17 |
Esa incertidumbre, manejada desde lejos, no gusta a Netzahualcoyotl. Da un paso hacia el antropocentrismo y, decidido, enfrenta al mismo Inventor de Si Mismo”:
“Tú que dominas todas las cosas
Y eres el dador de Vida
¿Eres verdadero?”
Netzahualcóyotl, rey de Texcoco, vivió de 1402 al 1472
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