SIERRA DEL PINACATE, SON.MÉXICO



 Los arqueólogos han encontrado vestigios de hasta diez mil años de antigüedad, en lo que se conoce como Complejo San Dieguito, en el desierto de El Pinacate.
   “Para los O'odham (hohokam), El Pinacate y su área circundante llaman a la salud espiritual y física de los O'odham y de toda creación de Dios. Con suma y profunda reverencia y respeto, los O'odham deben asegurar y apoyar todos y cada uno de los esfuerzos de preservación de este lugar sagrado. Esta responsabilidad de preservación se toma como una responsabilidad encomendada por Dios.”




Aportación de  datos geográficos, geológicos y etnológicos de la Sierra del Pinacate.

Se localiza en el Desierto de Altar, en el Estado de Sonora, noroeste de la república mexicana.

Recorrimos en dos ocasiones el Desierto de Altar, caminando, de norte a sur.

La primera vez (16 de mayo de 1977) partimos del kilómetro 100 de la carretera Sonoita-San Luis Río Colorado y fuimos siguiendo el meridiano 113*50´, hasta alcanzar las aguas del Golfo de California

La segunda ocasión (en diciembre de 1979) salimos, caminando, de la misma carretera, en el kilómetros 130 y “descendimos” por el meridiano 114*10´, también hasta el mar.

En las dos fechas nos quedaban la Sierra del Pinacate hacia la izquierda, este,  y la Sierra del Rosario hacia la derecha, oeste. Por lo tanto nuestro conocimiento del Pinacate es puramente visual entre la lejanía  y en medio de una temperatura cerca a los cincuenta grados centígrados. Lo que se traduce en una impresión por demás imprecisa. Casi irreal entre las vibraciones solares.

Un dato de suma utilidad para los que vayan al Desierto de Altar (con la idea de cruzarlo caminando) es lo que  se relaciona con la temporada del año. La primera vez fuimos en mayo.Las temperaturas eran cercanas a los cincuenta grados. Esto obliga a consumir mucha agua. La segunda ocasión fue en diciembre,  con temperaturas máximas, en esa ocasión, de treinta y cinco grados. 

Estos quince grados de diferencia requiere de considerablemente menos agua para beber y evita la deshidratación o la postración,lo que se llama "golpe de calor", que no es otra cosa que la muerte por deshidratación. Esta diferencia de temperatura requiere menos agua,  permite cargar menos y avanzar más rapido.

De lo que estamos seguros es que su nombre lo recibe esta Sierra debido a que   en Altar hay abundancia de pinacates, enormes, que cruzan el desierto en todas direcciones.

Desde entonces conservamos un tríptico con información de la Sierra del  Pinacate. Y que ahora ponemos en línea  para los que se pudieran interesar en ese lugar. El material en blanco y negro fue publicado por la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, en colaboración con otras instituciones del país, en ingles y sus curvas de nivel están dadas en pies. La publicación no tiene fecha.

Esta  clase de material  tiene una distribución abundante cuando recién sale de la imprenta. Con el tiempo se agota y no es posible conseguir un ejemplar. De ahí que nos parece que pueda  ser útil esta aportación.

La publicación en color corresponde a la hoja NH 12-1 publicada por JOINT OPERATIONS GRAPHIC (AIR). Escala 1:250,000 y su elevación también está dada en pies.





































































Plano de la región.Ilustra nuestros  itinerarios de 1977 y 1979
Nota: Es probable que el ferrocarril que se marca en el dibujo ahora  ya no exista..




El 21 de junio de 2013 la Sierra del Pinacate y el Desierto de Altar fueron  declarados patrimonio  de la humanidad. Agregamos esta nota publicada el 22 de junio por EFE:






La reserva mexicana El Pinacate declarada patrimonio mundial de la Unesco
EFEPor grc/cat | EFE – vie, 21 jun 2013
La Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, en el estado de Sonora, fue declarada este viernes como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco


Bangkok, 21 jun (EFE).- La Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, en el noroeste de México, fue declarada hoy patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
En la reunión que se celebra en la capital de Camboya, la Unesco acordó la inclusión de esta reserva, la única propuesta iberoamericana nominada para entrar este año en la lista a petición del Gobierno mexicano.
El Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco destacó en un comunicado el impresionante paisaje con los volcanes dormidos y ríos de lava negra y roja de El Pinacate en la parte oriental, así como las dunas de arena cambiantes del desierto Gran Altar en el oeste.
"Diez cráteres enormes, profundos y casi perfectamente circulares también contribuyen a la belleza de este lugar cuya excepcional combinación lo convierte en especialmente interesante para la ciencia", señala el comunicado acerca de El Pinacate.
Recientemente, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de México destacó que la nominación de esta reserva, situada en el estado de Sonora y que ya ostentaba el título de reserva de la biosfera, comenzó hace ocho años cuando el Gobierno mexicano comenzó las gestiones.
Esta área natural protegida "alberga a más de mil especies de flora y fauna, por lo que es considerada como el desierto más biodiverso del mundo", detalló el ministerio mexicano.
La zona cuenta con 40 especies de mamíferos, 200 de aves, 40 de reptiles, así como anfibios y dos especies nativas de peces de agua dulce.
"Además de ecosistemas frágiles representativos de áreas desérticas y de vegetación de dunas móviles y estabilizadas que sustentan una enorme fauna silvestre", agregaron las autoridades mexicanas.
Según defensores del medio ambiente, en la zona hay especies endémicas, amenazadas y en peligro de extinción como el berrendo de Sonora, el borrego cimarrón, el monstruo de Gila y la tortuga de desierto.
México cuenta ya con cuatro sitios naturales que son patrimonio mundial o de la humanidad: la Reserva de la Biosfera Sian Ka'an (1987), el Santuario de Ballenas El Vizcaíno (1993), las Islas y Áreas Protegidas del Golfo de California (2005) y la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca (2008).
El Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, reunido desde el pasado domingo en Phnom Penh, aborda la inclusión en la lista de Patrimonio de la Humanidad de 32 lugares de importancia cultural o natural como el Monte Etna (Italia) o el Palacio de Golestán (Irán).
Además, el organismo, que clausurará la reunió el próximo 27 de junio en los templos de Angkor (Siem Reap), analiza el estado de conservación de lugares declarados patrimonio de la humanidad en Siria y Mali, afectados por la guerra, así como el Parque de Doñana en España y el casco histórico de Valparaíso en Chile. EFE











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Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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