Hizo la invitación abierta el Club Red Winbreak, con sede en el sur de la
ciudad de México, para asistir a la
conferencia que desarrolló uno de sus
afiliados.
La primera media hora hubo (entre
tazas de café y más café) proyección de tablas de dificultad de montaña de los
diferentes sistemas tanto de Europa como de Estados Unidos.
La conferencia se convirtió en
seminario, no planeado como tal, cuando a media platica el ponente pregunto si
había alguna duda de lo expuesto hasta ese momento.
Foto tomada del libro
Alpinismo Mexicano
de Armando Altamira G.
“¿No sería mejor hacer una tabla de
dificultades del miedo del escalador?”, pregunto alguien. Otro dijo: “¡Noveno grado de miedo tuvo el escalador!”
Otros intervinieron y la conferencia
se puso como el mundo al revés. Dos horas más tarde los ánimos se calmaron al
irrumpir en la sala los bocadillos y los vinos tintos. Gradualmente el espíritu de fraternidad volvió a la “familia alpina”.
Algunas notas del “seminario” tomadas
al vuelo:
1
Las escalas de dificultad de la
montaña pertenecen a la escuela del romanticismo. Es la corriente de
pensamiento que considera que todos los
hombres tenemos el mismo valor y por lo tanto todos pensamos igual.
2
Por lo mismo, el sexto grado, por
ejemplo, va ser un sexto grado igual para todos.
3
El subjetivismo nos dice otra cosa,
muy distinta.
4
Las montañas son de átomos y es un
mundo que está fuera de mí. El subjetivismo es mi mundo interior con el que
tengo que lidiar al emprender una escalada.
Foto tomada del libro
Los Pirineos
de Patrice de Bellefon
5
La montaña nada tiene que ver con lo que yo pienso.
6La montaña nada tiene que ver con lo que yo pienso.
El subjetivismo hizo creer a algunos
en el valle que equis montaña no se podía subir. ¡Y no la subieron! Otros
creyeron que si se podía, ¡y la subieron!
7
Y la montaña siguió con sus átomos
igual antes que después.
8
Un subjetivismo (así sea del mismo individuo) tampoco va a ser el
mismo en los tres mil, donde las losas son firmes y tibias, que en los cinco mil,
con las rocas erosionadas por la denudación, causada por el agua que se mete en
las fisuras y al anochecer se congela, se expande y hace estallar a los bloques
de piedra.
9
El cuerpo humano, y su mente,
responde diferente a las diversas altitudes, menos oxigeno…
10
Un sexto grado, entonces, requiere
que todos seamos iguales y que la escalada esté en un mismo nivel y con las
condiciones de roca iguales.
11
Esto no es posible ni en las novelas, donde
el lirismo se permite cualquier fantasía.
La norte del
Abanico
México
Foto de A.A.G.
12
La cuestión entonces, dijo otro de los invitados, se reduce a dos escuelas: A) que todos somos iguales o, B) que todos somos diferentes, moviéndonos en derredor de cosas comunes, en este caso, la montaña,
13
El noveno grado sería real si el mundo fuera pura geología, pura roca. Pero el mundo alpino es más que pura materia, es subjetivismo, es dinamismo. En el escalador hay algo más, mucho más, que puros atomismo, hay emociones. Hay miedo positivo, hay determinación , hay alegría. Felizmente siente miedo, pues el miedo es una gran herramienta en la evolución de una escalada. Pero también tiene la capacidad de sobreponerse a ese miedo positivo, cuando aun no se llega al pánico.
14
El valor intrínseco de una escalada no debe verse como una rivalidad con la montaña, sino como un diálogo con la naturaleza.
15
En alpinismo, entonces, está la cosa(la roca) y la idea que tenemos de la roca(difícil, fácil).Así mi subjetivismo puede agregarle un número de dificultad a un tramo de la montaña. Pero es mi subjetivismo. De esta manera estoy estableciendo un imperativo categórico psicofísico hacia los otros que vendrán después de mí: "¡Este es un noveno grado y deberán aceptarlo tal como yo lo digo!"
16
El modo de ver analógico es más aceptable porque acepta las diferencias esenciales de un escalador a otro escalador. Dicho de otra manera: que cada quien se rasque las pulgas como quiera, o pueda, cuando esté frente a la "llave" de su escalada.
Nota:La cuestión entonces, dijo otro de los invitados, se reduce a dos escuelas: A) que todos somos iguales o, B) que todos somos diferentes, moviéndonos en derredor de cosas comunes, en este caso, la montaña,
13
El noveno grado sería real si el mundo fuera pura geología, pura roca. Pero el mundo alpino es más que pura materia, es subjetivismo, es dinamismo. En el escalador hay algo más, mucho más, que puros atomismo, hay emociones. Hay miedo positivo, hay determinación , hay alegría. Felizmente siente miedo, pues el miedo es una gran herramienta en la evolución de una escalada. Pero también tiene la capacidad de sobreponerse a ese miedo positivo, cuando aun no se llega al pánico.
14
El valor intrínseco de una escalada no debe verse como una rivalidad con la montaña, sino como un diálogo con la naturaleza.
15
En alpinismo, entonces, está la cosa(la roca) y la idea que tenemos de la roca(difícil, fácil).Así mi subjetivismo puede agregarle un número de dificultad a un tramo de la montaña. Pero es mi subjetivismo. De esta manera estoy estableciendo un imperativo categórico psicofísico hacia los otros que vendrán después de mí: "¡Este es un noveno grado y deberán aceptarlo tal como yo lo digo!"
16
El modo de ver analógico es más aceptable porque acepta las diferencias esenciales de un escalador a otro escalador. Dicho de otra manera: que cada quien se rasque las pulgas como quiera, o pueda, cuando esté frente a la "llave" de su escalada.
Estos apuntes se perdieron a la salida
del Red Windbreak. Lo que queda
señalado arriba es lo que recuerdo de las notas. Mejor dicho, lo que me dijo el que tomó las notas…
P.D.
Las dificultades alpinas, ya de la
montaña o ya del individuo, habían quedado en segundo plano. Lo que ahora
interesaba a la “familia montañista” era si los vinos tintos chilenos eran
mejores que los argentinos o los
alemanes o los franceses o los mexicanos…
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