Cumplió 67 años la primera edición de La Filosofía Náhuatl del doctor Miguel León-Portilla. Haber nacido
en México, mexicano de origen, o mexicano de adopción, y no haber leído esta
obra es como haber nacido, o estar viviendo, en cualquier otro lugar del mundo.
Ser musulmán y no tener ni idea de qué trata el Corán o ser griego y no haber leído a Platón o haber nacido
argentino y no saber de la obra literaria de
Lucio V. Mansilla, ruso sin conocer a Tolstoi o ser terrícola y no conocer ni siquiera el nombre de
este planeta, ser español y no conocer a Cervantes.
Miguel León Portilla
Nosotros hemos puesto este “mexicano” entrecomillado
porque el mexica era una de tantas etnias. Pero ahora hasta los huicholes son
mexicanos, tlaxcaltecas otomíes y cincuenta etnias más… ¡ cosa tan extraña! Los
vencedores del siglo dieciséis llevan el gentilicio de los que cayeron luchando¡
Y lo extraordinario es que, si
acaso, hay mexicanos, es decir, aztecas.
Ellos cumplieron con su destino manifiesto y ahora son parte de la cauda solar.
A nosotros nada más nos dejaron su nombre! Pero esa es otra historia.
Quizá no
haya aztecas pero sí nahuas,
pensamiento náhuatl. Filosofía Náhuatl. Por eso no se llama Filosofía Azteca.
Creemos que para escribir La Filosofía Náhuatl el doctor León-
Portilla debió haberse preguntado: ¿los nahuas
se cuestionaban respecto del ser, del tiempo, del espacio, del noúmeno? ¡De la muerte no se diga pues en cada esquina de México -Tenochtitlan tenían erigido un zompantli( (muro de cráneos) ¿Podía
haber filosofía en los pueblos indios cuyo pensamiento es de orden
mitológico o cronológico, y se conducen
con categorías del pensamiento mítico?
Zompantli
1. Nezahualcoyotl (rey) de Texcoco, hombre ilustrado que expresó
sus interrogantes metafísicos en su obra poética.
Percibo lo secreto, lo oculto:
¡Oh vosotros señores!
Así somos, somos mortales,
De cuatro en cuatro nosotros los
hombres,
Todos habremos de irnos,
Todos habremos de morir en la
Tierra…
Nadie en jade,
Nadie en oro se convertirá:
En la tierra quedará guardado
Todos nos iremos
Allá, de igual modo.
Nadie quedará,
Conjuntamente habrá que perecer,
Nosotros iremos así a su casa.
Y ahí fue donde tuvo que
estudiar otra vez a Sahagún, Durán, Chimalphain, Cortés, Díaz del Castillo.
Toda una empresa intelectual. Sería hasta entonces cuando empezó el gran proyecto de escribir La
Filosofía Náhuatl.
Así como Virgilio nos va
relatando la epopeya del pueblo troyano, guiado por Eneas hasta Italia, así el
doctor León- Portilla nos va
describiendo la “Peregrinación” del pueblo náhuatl, pero en un horizonte de filosofía.
Diáspora, la eterna migración. Muchos miles de años atrás llegaron del Asia Oriental. Ahora salían de su mítica Chicomoztoc hacia el Anáhuac (ahora Valle de México).
El autor es de nuestro tiempo, estudia y viven en el mismo campus universitario en el que nosotros trabajamos todos los días
( el doctor Portilla falleció el 19 de octubre de 2019). Leer La
Filosofía Náhuatl es el más grande reconocimiento que podemos hacer al pensamiento nahuatl y
al doctor Miguel León- Portilla.
“Su tesis doctoral "La
filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes" escrita en 1956 (nuestra edición es la de 1979)bajo la
orientación de un notable nahuatlato (hablante de náhuatl), el padre Ángel
María Garibay. También logró reconocimiento a través de la traducción,
interpretación y publicación de varias recopilaciones de obras en náhuatl.
León-Portilla ha encabezado un movimiento para entender y revaluar la
literatura náhuatl, no sólo de la era precolombina, sino también la actual, ya
que el náhuatl sigue siendo la lengua materna de 1,5 millones de personas. Ha
contribuido a establecer la educación bilingüe rural en México.
León-Portilla también ha
contribuido a descubrir las obras de fray Bernardino de Sahagún, fuente
primaria sobre la civilización azteca, a quien polémicamente declaró primer
antropólogo de los nahuas.
Sahagún registró el
conocimiento de los sabios nahuas (tlamatinimê) en lengua vernácula. A
solicitud de las autoridades españolas, escribió en castellano una versión de
dicho conocimiento en su Historia general
de las cosas de la Nueva España, pero su obra original, el Códice
Florentino, nunca se publicó.
Antes de León-Portilla, el
códice había sido traducido sólo una vez (al alemán), y aún esa versión era
incompleta. En noviembre de 1998, la asociación Juchimanes de Plata, A.C. le
otorgó el Premio Juchimán de Plata a través de la Universidad Juárez Autónoma de
Tabasco.
Vendrían también traducciones
al ruso, al ingles…
“Como historiador,
León-Portilla nos brinda una comprensión de la figura de Tlacaélel.
Originalmente nombre turbio en algunas crónicas, hoy se ve a Tlacaélel como
arquitecto del Imperio azteca. Su discípulo más destacado es el
mexicano-francés Patrick Johansson K., autor de La palabra de los Azteca”
(Wikipendia)
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