“ Gustave Flaubert (Ruan, 12 de
diciembre de 1821-Croisset, 8 de mayo de 1880) fue un escritor francés.12
Considerado uno de los mejores novelistas occidentales, es conocido
principalmente por su novela Madame Bovary, además de por su escrupulosa
devoción a su arte y su estilo, cuyo mejor ejemplo fue su interminable búsqueda
de le mot juste (‘la palabra exacta’)”
Las mujeres hicieron a
Flaubert el novelista. Y también lo deshicieron sentimentalmente. De esta
retacería de amores Flaubert hizo dos grandes novelas; Salambó y Madame Bovary.
Al igual que Goethe, y como no pocos jóvenes con inclinaciones escatológicas,
con facilidad empezaba amores sólo para asistir luego de un corto tiempo a la muerte del mismo.
Salambó es la obra maestra de Gustavo Flaubert. Habla del amor en los escenarios formidables de la política y la guerra. Pero Madame Bovary ha impactado al mundo porque su leitmotiv es absolutamente antropocéntrico.
Madame Bovary no es la rebelde de la sociedad. Es sólo la víctima de sus
propios aburrimientos.
Madame Bovary ha impresionado porque relata de alguna manera su vida llena de aburrimiento. Busca llenar su vacío con los momentos intensos junto a León. Después de eso caerá en el gran vacío del que ya no hay regreso.
En realidad Madame Bovary es un Frankstein que
Flaubert ha armado de las mujeres que conoció, amó dejó o lo dejaron. Un poco
de esta, otro poco de aquella. El mismo Flaubert le agrega otro parche, de él
mismo, al declarar: “Madame Bovary soy yo mismo”. Y su biógrafo Jackes
Suffel (Gustave Flaubert, Fondo de
Cultura Económica, México, 1972) agrega: “Contiene mucho de verdad. Madame
Bovary se aburre, se muere de tristeza, sueña en grandes espacios, soles desconocidos,
amores novelescos dignos de Scherezada. La mediocridad burguesa le produce
horror. Todos esos sentimientos los encontraba en su alma Flaubert”.
Madame Bovary es de ese tipo de mujeres, dice el propio Flaubert, que “nunca
han sabido resistir a nadie”. Aquí el modelo en la vida real es Louise Pradier.
Una mujer bella, viuda con mucho dinero que le dejó sus esposo “al que engañó
hasta la saciedad…Ella se conoce bien y decía: Nunca he sabido resistir a
nadie”.
Las aventuras de Madame Bovary
en veinte pueblos no la dejan satisfecha, con experiencias que aun en la
ancianidad recordaría con deleite. No. Ha vivido así porque en realidad es una
neurótica que buscaba llenar vacíos con otros vacíos. En ella no hay sociedad,
espiritualidad ni intelectualidad: “Cansada del adulterio y de sus duplicidades,
se suicida, en fin de cuentas por neurastenia”.
Flaubert
En cada mujer Flaubert creía descubrir la vida y al final sólo tenía la quiebra sentimental. Los amores inconsistentes han enseñado mucho al novelista.
Era frecuente que la falta de
dinero en ellas hiciera un tema que calaba las situaciones. En realidad Madame
Bovary escapará de esta vida por no encontrar con que llenar su existencia.
Intentó hacerlo por medio del erotismo pero fue en vano. Acabó más aburrida.
Entonces es cuando Flaubert
agrega el elemento de la falta de dinero en Madame Bovary para reforzar la idea
de la huida final: “Sólo después de largas reflexiones, se decidió el novelista
a complicar la situación de su heroína, con dificultades de dinero, que acaban
de precipitar la decisión fatal.
La gravedad de las cuestiones
de dinero, Flaubert había podido medirla, frecuentemente, entre quienes le
rodeaban. En casa de los Schlésinger,
por ejemplo, o en la de Louise Colet, siempre necesitada. Pero, en esto, había
de ser la señora Pradier quien, más que nadie, le documentara”.
Salambó
La experiencia para escribir
Salambó también esta hecha de decepciones pero ahora en el campo de las ideologías. Sus
experiencias parisinas nos recordarán más tarde los cambiantes intereses que
mueven a los ejércitos mercenarios de la Cartago de Salambó.
En una etapa temprana de su vida Flaubert, en compañía de algunos de sus amigos, se sintió llamado a ignorar las costumbres de la sociedad tales como el matrimonio, estudiar una carrera, las ortodoxias de la religión y la moral, ser para una sola mujer. Todo eso era terriblemente burgués.
Jacques Suffel, el autor mencionado de la biografía de Flaubert, escribe que eran “burgueses que despreciaban a burgueses, románticos que se burlaban de los románticos”.
Casi todos sus libertarios amigos de esa época la vida les va
diciendo cómo es la jugada y uno a uno va entrando a la vida de la sociedad con
el inevitable sarcasmo de los que siguen. Uno de ellos se llama Henry: “Henry
se casa y se convierte en despreciable burgués”.
W.Stekel, psiquiatra, al
referirse a ciertos rebeldes que luchan contra la autoridad y toda ley,dice:
" Después de un período de rebelión contra la moral consagrada, estos individuos se vuelven
burgueses limitados que retornan a la moral
de sus padres y que incluso la exageran." (La mujer
frígida,Ediciones Imán, Buenos Aires, 1956).
Se encontraba en Paris y los gobiernos se sucedían con increíble rapidez. Eran, dice Flaubert, refriéndose a la revoluciones parisinas de 1848: “gobiernos al tuntún”.
Por su privilegiada observación de escritor y por su
reiterado trato sentimental con lo femenino, Flaubert conoció a la mujer desde
la romántica, la erótica, hasta la que “Peroraba apasionadamente” en los
mítines revolucionarios, cuando por todas partes en Francia “se plantaban
árboles de la libertad pero casi no se trabajaba y se hablaba en exceso”.
En esta etapa de su vida
Flaubert fue madurando experiencias para su novela Salambó.
Salambó es la deslumbrante novela, llena de exquisitos perfumes orientales, que llenan los campos de cadáveres dejados por los ejércitos mercenarios que defienden Cartago, la rival de Roma.
Requirió de Flaubert un trabajo de investigación histórica y
arqueológica muy minuciosa.
Salambó es una mujer tan erótica como Madame Bovary. Pero es la gran sacerdotisa que no puede mezclarse con los humanos ni estos pueden acercarse a ella. Hasta que conoce a Matho. Un guerrero mercenario al servicio de Cartago.
Pero, ahora las cosas ya se han complicado pues Matho se ha
enamorado de Salambó y ésta de él. La república ya no paga a los mercenarios y
estos se han vuelto contra Cartago.
Flaubert escribió mucho. Cartas, novelas inéditas… Pero Salambó y Madame Bovary fueron sus grandes mujeres… Nació Gustave Flaubert en Ruan, Alta Normandía, el 12 de diciembre de 1821, murió en Croisset, Baja Normandía el 8 de mayo de 1880.
Fue un escritor francés.
Está considerado uno de los mejores novelistas occidentales y es conocido
principalmente por su primera novela publicada Madame Bovary y, no tanto por su
mejor obra Salambó. También es célebre
por su escrupulosa devoción a su arte y su estilo, cuyo mejor ejemplo
fue su interminable búsqueda de "la palabra exacta". A este respecto
Flaubert se quejaba: “Se hacen libros sin inquietarse por las frases”.
Estamos aquí con un panorama
fascinante histórico-mítico-literario.
Eneas escapa de la destrucción
de Troya y se dirige hacia la Península italiana con la idea de hacerse fuerte
y regresar por la revancha contra los griegos. Lo jura ante sus dioses troyanos. Pero no puede dirigirse
a ningún puerto de Sicilia ni de la "bota" debido a que desde tiempo
los griegos han establecido colonias en esa parte sur de la Península.
Va a dar a Cartago, enemiga de Roma, por la costa africana con la idea de lograr alguna alianza con los cartaginenses. Permanece algún tiempo en Cartago. Surge un idilio entre Eneas y la reina de Cartago, Dido.
Pero Eneas
debe cumplir su promesa hecha a los
dioses troyanos y parte hacia la Península. De decepción la reina Dido se
suicida. Hasta aquí el dato histórico. Algo de esto se puede encontrar en la
interesante, obra de R.H. Barrow, Los
romanos, Fondo de Cultura Económica, México,2014.
El que conoce la no menos fascinante novela de
Flaubert, Salambó, encontrará mucha semejanza con el dato histórico. Amílcar
Barca, los mercenarios al servicio de Cartago y después, cuando ya no hay paga,
esto se vuelven contra Cartago, etc. El mismo Flaubert dijo que para escribir
su novela fue a Cartago, ahora Túnez, y se documentó leyendo trabajos de
arqueología y de historia.
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