“En la vida filosófica trata de
edificarse por sus propias fuerzas lo que ya no le aporta el mundo
circundante.” K.J.
Sucede en la filosofía y en la psicología. Ciencias muy respetables
que en ocasiones son buscadas como refugio de problemas intrínsecos personales
al parecer sin solución.
En una se pierden en la complejidad
del yo, del tú y del ello. En la otra se sienten perdidos en un panorama sin
fronteras que se resiste a sí misma en considerarse una ciencia académica, por la
desconfianza a comprometer la libertad y la verdad, en los pasillos de la
docencia, la investigación o la nómina del cobro quincenal.
Acaba por descubrir que la libertad
es una utopía porque hasta el que va manejando
el micro, en el que viaja, obliga a los treinta pasajeros a oír, y a todo
volumen, canciones de su preferencia aunque a ellos se les revuelva el
estómago. Así empieza el proceso de irse retrayendo gradualmente del grupo.
Todo individuo procede de una
historia regional, nacional, étnica local o étnica internacional.
Pero que pertenezca no quiere decir que la conozca.
Pero que pertenezca no quiere decir que la conozca.
En este caso no está comprometido con
la tradición, con la trascendencia, pero tampoco con lo contemporáneo. Son los
llamados a formar parte de un mundo en descomposición.
Se puede declarar, o sentirse,
independiente del grupo. Tal es el caso de los solitarios de la ciudad. Es una
independencia que depende de la comunidad.
Dibujo tomado de
El País
16 Dic.2017
En otras palabras, que alguien, en el
desierto o en las montañas, se declare independiente y lo veremos regresar
corriendo a refugiarse en la ciudad, donde puede exhibir su independencia.
No es el caso de los alpinistas, o de
los que cruzan el desierto que estando, por vocación, en la soledad del páramo,
tienen una conciencia muy desarrollada de lo valioso que es vivir en la ciudad.
En lo posible procurarán elevar sus valores o, al menos, no llenarla de
cochambre.
Algunos de los lobos esteparios son
filósofos del conocimiento, pero no del movimiento. A semejanza de un creyente que se la pasa orando pero, a la
salida del templo, cierra los ojos ante la necesidad del que auténticamente
estira la mano solicitando ayuda.
La experiencia dice que puede haber
más posibilidades de solidaridad entre la masa ignara y soez, que en esa cepa.
“Un mundo en descomposición en que
cada vez se cree menos en lo
tradicional, y en un mundo que sólo existe como orden externo, que carece de
simbolismo y trascendencia, que deja el alma vacía, que no satisface al hombre,
sino que ahí donde lo deja libre lo entrega
así mismo, a sus apetitos y tedios, a la angustia y a la indiferencia.
Entonces está el individuo reducido a sí mismo.”
Karl Jasper, La filosofía,
Es cuando anota: “En la vida
filosófica trata de edificarse por propia fuerzas lo que ya no le aporta el
mundo circundante”
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