La Filosofía Náhuatl es la revelación que nos permite conocer las alturas alcanzadas del pensamiento lógico del “mexicano” prehispánico. “La obra del investigador emérito significó una distinta y original visión del pasado indígena de México y la apertura de una nueva luz que iluminó, desde el alma profunda de este pueblo, el conocimiento de los hombres que hablaron lengua náhuatl”, dijo Mercedes de la Garza Camino, directora del Instituto de Investigaciones Filológicas,de la Universidad Nacional Autónoma de México, al celebrarse el medio siglo de la primera edición de esta magna obra.
Miguel León Portilla |
Quizá no haya aztecas pero sí nahuas, pensamiento náhuatl. Filosofía Náhuatl.Por eso no se llama Filosofía Azteca.
No, no he leído esta filosofía ni ninguna otra, yo sólo leo novelas. Los novelistas son imaginativos, no aburridos como los filósofos. ¡Estás en un error! Los científicos tienen más imaginación que los novelistas. Así fue como las islas y los continentes empezaron a navegar por todos los mares. Los dinosaurios se hicieron pajaritos, les salieron alas y ahora vuelan. Y todos estamos pegados a la Tierra nada más por el área reducida que ocupan nuestros zapatos pero la cabeza la tenemos colgando hacia el vacío sideral. Las estrellas que vemos brillar arriba en realidad están allá abajo. ¡O ya no existen! ¡Eso sí es imaginación! Sólo que la imaginación de un científico se detiene para preguntarse, mirar y comprobar.
Un científico se dijo una tarde, que tomaba una taza de café: se me hace que las Antillas estaban frente a San Francisco. Pues sí pero ahora tenía que comprobar que entre la costa oeste de los Estados Unidos y las Antillas había coincidencia de tipos de roca y de fósiles.
En cambio un novelista se deja llevar por su imaginación lírica pues lo que escribe sólo existe en su imaginación y no tiene que darle cuentas a nadie. “La lectura novelesca es un tipo de sueño que no realizamos dormidos sino en estado particular que no corresponde enteramente al estar despierto”, escribió Silvia Adela Kohan. Se nos ocurre que para escribir La Filosofía Náhuatl el doctor León- Portilla debió haberse preguntado: ¿los nahuas se cuestionaban respecto del ser? ¿Podía haber filosofía en los pueblos indios cuyo pensamiento es de orden mitológico o cronológico,y se conducen con categorías del pensamiento mítico? Y ahí fue donde tuvo que estudiar otra vez a Sahagún, Durán, Chimalphain, Cortés, Díaz del Castillo. Toda una empresa intelectual. Y,creemos, fue hasta entonces cuando empezó el gran proyecto de escribir La Filosofía Náhuatl. Así como Virgilio nos va relatando la epopeya del pueblo troyano, guiado por Eneas hasta Italia, así el doctor León- Portilla nos va describiendo la “Peregrinación” del pueblo náhuatl, pero en un horizonte de filosofía.
El autor es de nuestro tiempo, estudia y viven en el mismo campus universitario en el que nosotros trabajamos todos los días. Leer La Filosofía Náhuatl es el más grande reconocimiento que podemos hacer al pensamiento nahuatl y al doctor Miguel León- Portilla.
“Su tesis doctoral "La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes" escrita en 1956 bajo la orientación de un notable nahuatlato (hablante de náhuatl), el padre Ángel María Garibay. También logró reconocimiento a través de la traducción, interpretación y publicación de varias recopilaciones de obras en náhuatl. León-Portilla ha encabezado un movimiento para entender y revaluar la literatura náhuatl, no sólo de la era precolombina, sino también la actual, ya que el náhuatl sigue siendo la lengua materna de 1,5 millones de personas. Ha contribuido a establecer la educación bilingüe rural en México.
León-Portilla también ha contribuido a descubrir las obras de fray Bernardino de Sahagún, fuente primaria sobre la civilización azteca, a quien polémicamente declaró primer antropólogo de los nahuas. Sahagún registró el conocimiento de los sabios nahuas (tlamatinimê) en lengua vernácula. A solicitud de las autoridades españolas, escribió en castellano una versión de dicho conocimiento en su Historia general de las cosas de la Nueva España, pero su obra original, el Códice Florentino, nunca se publicó. Antes de León-Portilla, el códice había sido traducido sólo una vez (al alemán), y aún esa versión era incompleta. En noviembre de 1998, la asociación Juchimanes de Plata, A.C. le otorgó el Premio Juchimán de Plata a través de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
Como historiador, León-Portilla nos brinda una comprensión de la figura de Tlacaélel. Originalmente nombre turbio en algunas crónicas, hoy se ve a Tlacaélel como arquitecto del Imperio azteca. Su discípulo más destacado es el mexicano-francés Patrick Johansson K., autor de La palabra de los Azteca” (Wikipendia)
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ResponderEliminarFrom San Miguel Tzinacapan, Cuetzalan, for the world.
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[o ser griego y no haber leído a Sócrates]... Algún libro de Sócrates?
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