Además, como le andaba buscando a eso de dejar de fumar, había asistido a una conferencia de Elba Rosa Leyva Huerta, coordinadora de la Maestría y el Doctorado, de las Ciencias Odontológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. La académica había dicho que padecen lesiones en la boca, el cuarenta por ciento de fumadores, que van desde la simple pigmentación de los dientes hasta heridas precancerosas.
No se imaginaba la vida sin fumar un cigarrillo. Todas las actividades del día estaban ligadas con el ritual del fumador. Desde el momento mismo de comprar la cajetilla y golpearla con la mano para “aflojar” el tabaco. El, como casi todos los fumadores, tenía su secreto personal que lo unía más al tabaco como a ninguna otra cosa. Antes de encender el cigarro lo pasaba a lo largo de la flama del cerillo (tenía que ser cerillo de madera pues de otra manera no funcionaba) y de esa manera lograba un bouquet insospechado. ¡Lo máximo, lo que lo distinguía a él de cualquier otro fumador, era que él dejaba “reposar” sus cajetillas en una mixtura de nueces y esencia del Canadá. ¡No era un fumador como cualquiera!
Los momentos de espera ansiosa ¿cómo los iba a resolver sin fumar? Ya no se parecería a Bruce Willis en la película “El Ultimo Boy Scout” cuando fumaba y de esa manera impresionaba a la bella muchacha. O a Humpery Bogart en El Halcón Maltés, caminando entre la niebla envuelto en su gabardina. Decía la psicología del siglo pasado que el cigarro es la imagen del falo que se le está enseñando a la novia al momento de fumar...También había la conciencia que los fumadores tienden a reducir su vida sexual debido al tabaco.
Las arterias reducen su espacio luz y ¿cómo quieres que llegue suficiente sangre al corazón y al falo? Había mucha compilación en esto de dejar de fumar. Se me hace que mejor dejo todo por la paz. Además el cigarro era como algo o alguien, como un fiel amigo, que lo acompañaba en su soledad. Ahora que ya tenía teléfono celular le hablaba a sus conocidos (o ellos le hablaban) en cualquier momento y de esa manera paliaba también un poco su soledad. Pero con el cigarro era diferente.
Además que era su compañero que llevaba en el bolsillo proporcionándole placer. Jamás se iba a la cama sin estar seguro que tenía al menos una cajetilla a la mano. ¡No podía soportar la idea de despertar en la noche y no poder fumar! Los días de quincena se compraba tres paquetes de cajetillas. Y si salía de viaje le angustiaba la idea que no pudiera conseguir cigarros a donde iba y por las dudas cargaba con dos paquetes de cajetillas.
¡Muy complicado eso de dejar de fumar!
Después de ese día se olvidó del asunto y siguió fumando como siempre durante otros tres meses. Hasta que cayó en la cuenta que había preferido seguir fumando, a tener una buena erección fálica. La erección es tal vez lo más apreciado por el hombre y él simplemente había escogido seguir fumando y le importaba un cacahuate el contacto con la mujer.
Y si eso no le importaba, mucho menos el riesgo de contraer alguna complicación en la boca de las que se había referido la doctora Elba Rosa Leyva Huerta., entre ellas las heridas precancerosas.
Así fue como se dio cuenta que dejar la adicción al tabaco era algo que estaba más allá de sus fuerzas y de su voluntad. Había algo en su personalidad que lo obligaba a fumar. Una carga narcisista, le había dicho su novia que era psicóloga. Ya no era cuestión de fuerza de voluntad sino que era un enfermo que requería con urgencia el auxilio de la ciencia. Uno en diez mil lograba dejar de fumar, después de hacerlo por años, tan sólo con arrojar la cajetilla de cigarros al cesto de la basura y no fumaron nunca jamás.
¡Pero él por lo visto no era de esos! ¡Él era de los que acaban en el hospital!
A la mañana siguiente de dejar de fumar |
A la mañana siguiente empezó su tratamiento en la Clínica universitaria.
"El tabaquismo es la adicción al tabaco provocado, principalmente, por uno de sus componentes activos, la nicotina; la acción de dicha sustancia acaba condicionando el abuso de su consumo. Según la Organización Mundial de la Salud el tabaco es la primera causa de invalidez y muerte prematura del mundo.[1] En Europa el tabaquismo provoca cada año 1,2 millones de muertes. Está directamente relacionado con la aparición de 29 enfermedades, de las cuales 10 son diferentes tipos de cáncer, y es la principal causa del 95% de los cánceres de pulmón, del 90% de las bronquitis y de más del 50% de las enfermedades cardiovasculares. En España cada año mueren más de 50.000 personas debido al consumo de tabaco, más que por los accidentes de tráfico y el consumo de todas las drogas ilegales juntas.
El tabaco tiene poder adictivo[2] debido principalmente a su componente activo, la nicotina, que actúa sobre el sistema nervioso central. El fumador sufre una dependencia física y psicológica que genera un síndrome de abstinencia, denominado tabaquismo. La nicotina genera adicción, pero tiene efectos antidepresivos y de alivio sintomático de la ansiedad. No se utiliza en farmacia, porque en la segunda mitad del siglo XX se descubrieron antidepresivos más eficaces y que no crean adicción. Tampoco se emplea para el alivio sintomático de la ansiedad, salvo en casos excepcionales, porque las benzodiacepinas, que son el tipo de tranquilizantes más utilizado, también crean dependencia, pero se consideran más eficaces y menos nocivas" Wikipedia.
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