CAIDA DE ESCALAR SIN ROMPERSE LAS COSTILLAS

 

Muy utilizado el nudo llamado sencillo de los guías. O bulin. Consiste en ir amarrado en torno de la cintura. En caso de caída, si es fuerte o de muy alto, lo más  seguro es que se rompan las costillas del  escalador o vertebras de la columna.


El nudo sencillo de los guías, abajo a la derecha

Del libro Técnica Alpina, de Manuel Sánchez y Armando Altamira

Editado por la Universidad Nacional Autónoma de México, 1978


O estas se deformen y con el tiempo aprisionen algún nervio y el escalador se vaya, en un segundo, al infierno del dolor que ni se imagina. Se conoce esta patología como ciática, o nervio ciático.

Un ejemplo de escalada libre, sin cuerda

En El Obelisco, Frailes de Actopan, Estado de Hidalgo, México

Libro Técnica Alpina

                                                            


                                                                       El Obelisco




Confeccionando el doble bulín,


Escalada libre, sin cuerda

José Méndez en la pared Los Perros, Salazar, Estado de México.

Sube con botas.

Los viejos manuales  recomendaban subir con botas. Así se estaba capacitado, acostumbrado, a escalar  aun  en cotas altas de roca, nieve y hielo.

Subir con tenis, aun especiales para escalar, es auto confinarse a cotas de nada más roca. Lo que en México se les llama "Dosmileros", "Tresmileros" hasta "Cuatro mileros". Más allá´ esta la nieve y el hielo. 




Sucede con más frecuencia, ya en las labores del valle, a los que se desempeñan en  trabajos de cargar cosas pesadas como albañilería, herrería, etc.


En la pared sur de Los Panales ( Sierra de Pachuca, Estado de Hidalgo, México ,3 mil s. n.m.) con cuerda sencilla en la cintura

Con botas



Manuel García en el paso llave de la  vía Whymper, pared este de El Chiquihuite, sierra de Guadalupe, norte de la Ciudad de México.

Participó en la conquista de la pared Norte de Las Inescalables (5 mil m.s.n.m.),  Cabeza de La Iztaccihuatl, México.

Con botas


 “Las deformidades vertebrales en el adulto son debidas a múltiples causas, algunas de nacimiento, otras por desgaste y algunas debidas a accidentes y traumatismos, dormir inadecuadamente, realizar ejercicio físico, mantener una mala postura laboral, vivir con estrés, utilizar tacones altos, cargar pesos excesivos”(Internet).


Subida en "chimeneas"

Izquierda: va con doble cuerda cintura-espalda.

Derecha con nudo sencillo en cintura

Libro Técnica Alpina



En regiones en los que solamente  se practicaba la escalada libre (sin cuerda y sin clavijas), como México durante muchos años, en la primera mitad del siglo veinte, el solo llevar una cuerda ya era demasiado. Por eso se consideró que el nudo simple de los guías era lo natural y no había porque exagerar.



Arnés reparte el golpe de caída en los dos hombros y la cintura.

Es mejor que el doble bulín que solamente reparte en un sólo hombro.

Pero requiere poner mucha atención al mosquetón que une los dos extremos de la cintura del arnés. En lo complicado de las maniobras de escalada puede abrirse, no obstante los mosquetones con seguridad.

Libro Técnica Alpina


El nudo doble bulín protege en el sentido de repartir el impacto en la espalda. Se confecciona con la misma cuerda de ataque. 

En la actualidad ya hay en el comercio sistemas confeccionados para obtener el mismo efecto de protección..



El doble bulín, o el arnés, se usa en especial en situación de escala de “techos” donde las maniobras puede prolongarse hasta horas.

Sierra de Pachuca, Estado de Hidalgo, México.

La flecha roja señala la cuerda en derredor de la espalda

Con botas

Del libro Alpinismo Mexicano  ECLALSA,1972 ,de Armando Altamira

 

  PEER GYNT, DE IBSEN

 

Ibsen

Libertad, permanencia y amor, son los tres ejes de esta obra.

 

Peer Gynt es un soñador trotamundos. Solveig es la muchacha que no se pierde en quimeras y espera hasta lo increible. Su presencia en el texto es furtiva y esporádica, como de una sombra. Pero es el personaje más fuerte. A tal grado que el mismo Ibsen debió pensar si el libro debería llamarse “Peer Gynt” o “Solveig”.

 En realidad son dos soñadores. Sólo que Peer tiene muchos sueños, pues quiere ser emperador, y Solveig nada más un sueño. Este sueño se llama Peer Gynt. En un momento Solveig le dice “¿Vienes?” y Peer le responde: “¡Debo recorrer el mundo...Ten paciencia; lejos o cerca...tendrás que esperar!” Solveig sólo contesta “¡Esperaré!”.Espera medio siglo el regreso de Peer Gynt.

 

Peer Gynt soñando 


Esto sucedió a todo lo largo del siglo diecinueve ( la obra para el teatro se escribió en1867), en el valle de Gudbransdalen, en las montañas  vecinas de Noruega, en las costas de Marruecos, en el desierto de Sahara, en el manicomio de El Cairo, en el mar...

  Es la tesis de tener a la mano los elementos necesarios para la felicidad y, en cambio, pensar en vivir de otra manera. Un hombre casado, se pregunta, a lo largo de cincuenta años de rutina, cómo hubiera sido su vida entregado nada más a  la aventura. Peer es el hombre que vive en la aventura total pero, de vez en cuando, se pregunta cómo hubiera sido su vida junto a Solveig.

 El joven Peer no tiene nada en aquella helada aldea de noruega, entre los fiordos alimentados por el deshielo de las montañas. Zapatos viejos y pantalones desgarrados. Pero sueña en ser emperador. Quiere fundar un país que se llamaría ”Gyntania”. Inventa un ego que no se parezca a los egos de otros humanos. Será un “yo gynteano”. Y para que no haya lugar a dudas o riesgo de confundirlo con otro ego, se le ocurre que un “yo mismo” estaría mejor. Al momento parece que lo que le interesa es el poder: “ La comarca entera tendrá que arrodillarse ante mí”.

 En realidad no hay mucho que reprocharle a Peer Gynt por sus sueños fantásticos. Unos sueñan distorsionando la historia a  su medida, otros sueñas fumando mariguana y los más pobres tomando bebidas embriagantes baratas. ¿Qué de raro tiene que Peer también sueñe?

 No se ve cómo podría lograr su sueño de ser emperador pues ni trabaja ni estudia y se la pasa imaginando quimeras. Y enamorando a las muchachas. Ingrid se va a casar con otro pero Perr la seduce y luego la olvida. Anitra será una esclava suya, pero lo seduce y le saca cuantas joyas tiene.  “La mujer de verde” tiene un hijo que dice que es de Peer, pero él ni siquiera se acuerda de tal situación, pues “estaba borracho”. El único punto fuerte es Aase, su madre. Pero todos sus cuidados, ruegos, exigencias y más cuidados y más  exigencias, no logran apartarlo de su mundo de sueños.

 Se parece a su  padre. La madre reflexiona: “¿Qué queda ya de la próspera riqueza acumulada por tu abuelo paterno, el viejo Rasmus Gynt, que dejó para su hijo? Tu padre compraba tierras y viajaba en carruajes dorados. ¿Dónde está el dinero que derrochaba en los grandes banquetes, cuando estallaban las botellas, y los invitados estrellaban su copa luego de beber?” Peer le responde filosóficamente “¿Y dónde ha ido la nieve del año pasado?”

 Ingrid es una muchacha rica que se va a casar con otro pero quiere a Peer. La madre de éste le dice que es rica : “¡Ingrid es una muchacha tan  rica! Piénsalo bien. Serías dueño de Hagstad, si tú quisieras.” Pero lo que Peer quiere es su cuerpo y después largarse lejos. Sus sueños van más allá del dinero y del  poder. En realidad busca dos quimeras: la libertad y la  verdad.

 De todos modos llega a ser rico. Pero en las costas de Marruecos unos vivillos lo dejan en la ruina. Sin embargo Peer Gynt no es de los que se la pasan llorando el pasado como un pretexto para no seguir adelante. Tiene la mente de un verdadero peleador: “No todo acaba el día que termina la lucha”. Sus métodos para lograrlo no son muy ortodoxos, que digamos. Uno de ellos es la venta de esclavos negros. “Negros para Carolina y con ídolos para China”

 En El Cairo va a dar a un manicomio y aquí se encuentra con el viejo dilema de cómo hacer para llegar a la verdad. Un habitante del lugar tiene la obsesión de llegar a ser como el rey Apis. Pero no tiene dinero para construir pirámides y armar ejércitos para pelear contra los turcos, como dicen que hacía el rey Apis. Peer le revela la manera para que sea igual al rey Apis: “¡Muérete!” le dice. En el principio será un poco diferente, pero al final serás igual que él.

 Otro habitante del lugar, un alemán, encuentra la clave para llegar a la verdad, ¿Cuál es, le pregunta Peer. Observa. El alemán  grita hacia la Esfinge y el eco  contesta en alemán. ¿Hay algo más fiel que esto para llegar a la verdad? Tal vez sin este loco nunca hubiéramos conocido a un Wittgenstein quien, para investigar acerca de la verdad, comparaba tres diarios del mismo nombre y del mismo  día, para ver  si decían lo mismo...

 Peer no cree mucho en los historiadores. Dice que él va a dedicarse, entre otras cosas, “al estudio de la veracidad de los tiempos pretéritos”. No a la historia sino a la veracidad de la historia.

 Entretanto Solveig sigue esperando: “Aquí te esperaré hasta que retornes, y si me aguardas allá arriba, ¡allá nos veremos; mi bien!”

 Una de las postreras experiencias que Perr tiene es cuando se le presenta la oportunidad de engañar al diablo que lo anda buscando para llevárselo. Sin identificarse Perr le dice que se lo lleve con él. Está tan cansado de trotar por la vida que lo que quiere es encontrar un lugar cálido ( aunque no demasiado) donde reposar.. El diablo (llamado en la obra como “El hombre flaco) le pregunta por  sus pecados. Porque el requisito es que sea pecados de peso, no cualesquiera clase de pecadillos. Peer procura decirle lo peor que ha cometido en su vida. Empieza por la venta de negros y otros por el estilo. El diablo le dice que no son suficientemente graves: “no querrá usted creer que por pecadillos como los suyos vayamos a gastar cantidad de combustible, mucho más con los precios de ahora...” La moraleja es qué pecados puede tener alguien que gana el sueldo mínimo, junto a los vivales que arrojan las cosechas al mar para encarecer los precios del mercado...

 




Peer Gynt aventurero


Al final Perr decide regresar a su aldea. Aunque ya no es rico va con una considerable cantidad de dinero. Pero una tempestad azota el barco en el que viaja y lo  pierde todo.

 Viejo, después de tantos años de vagabundeo, Peer compara las diferentes etapas de la vida de un hombre con la metáfora de la cebolla.Se refiere a sí mismo: una capa el náufrago, otra el buscador de oro, otra el traficante de negros, otra el jugador, otra el pescador de la bahía de Hudson, otra la corona de un rey, otra el explorador del pasado, otra el conquistador de mujeres, otra...

 Al final lo único que Peer Gynt conserva es su yo. No está seguro que todavía sea su “yo gynteano”. Sólo su yo.  Pero ese yo siente ahora que, para estar completo, necesita otro yo. Y se acuerda de Solveig. Va al encuentro de la muchacha con el temor de que lo rechace o que ya no viva. Pero ésta al verlo  sin titubear le extiende los brazos.

 Y, muy al margen de las corrientes psicoanalíticas que corren en la época, cuando Ibsen escribió  esta obra, Peer Gynt corre hacia Solveig, como un niño que vuelve a encontrar a su madre: “¡Mi madre! , ¡Mi esposa! ¡Mujer sin mancilla!¡Ah, ocúltame, ocúltame ahí dentro!

CÓMO BAJAR POR CUERDAS DE LA MONTAÑA Y NO MORIR EN EL INTENTO

 


Se le conoce en el alpinismo como rappel.

Hemos visto varias veces volar, en caída mortal, a montañistas que descienden por la cuerda.

En la norte de Las Ventanas, Sierra de Pachuca, México. En El Centinela, cañada de Milpulco, flanco suroeste de la montaña Iztaccíhuatl, cadena volcánica oeste del Valle de México. En  la aguja El Colmillo, región de Los Frailes, Actopan, Estado de Hidalgo….



rappel sin cuerda de seguro

Colmillo Frailes de Actopan




rappel sin cuerda de seguro 

Obelisco, Frailes de Actopan



En la primera semana de marzo de 2024,circuló en las redes un video de alguien que, al iniciar el rappel, se le rompió la cuerda y se fue al vacío en caída mortal, ante la estupefacción de sus compañeros, que no se ven en la filmación pero cuyos exclamaciones de incredulidad retratan mejor que nada lo traumático del momento. Lo increíble que, sin embargo, acaba de pasar ante sus mismos ojos.

El rappel en el alpinismo es  cosa seria. Queremos decir con esto que es, como todo en el alpinismo, parte de una técnica, en este caso, bajar con la mayor seguridad posible. Nadie va a la montaña con la idea de morir.


En alpinismo, ciertamente, existe lo que se llama la suerte, el acaso el caos,  lo que sucede aun con toda minuciosa planeación. La técnica, precisamente, está pensada para reducir al mínimo ese factor inasible por la razón pura (en México  este fatum se llama Mictlantecuhtli)

Transgredir los cánones técnicos alpinos suele dar dolores de cabeza, como es el caso que hemos mencionado. No hay ningún misterio en esto: la tragedia es que se baja por la cuerda de descenso sin la cuerda de seguridad. Y eso es todo.

Piénsese. Poner  la vida misma, la situación familiar, empleo, educación de los hijos, tanto si es casado como si todo esto está  en la perspectiva del soltero.

Poner, exponer, todo esto en una sola cuerda por la que se baja, es una temeridad.  Tiene un adjetivo más feo.




Cuerda de seguridad en rojo.

Dibujo tomado del libro Técnica  Alpina de Manuel Sánchez y Armando Altamira.

Editado por la Universidad Nacional Autónoma de México, 1978





En la actualidad las cuerdas para rappel son de una calidad y resistencia como para soportar el peso de un tractor, por decirlo de alguna manera.

Pero hay factores que las  pueden hacer vulnerables. Los que conocemos de primera mano es el haber estada expuesta la cuerda, en casa,  o en el automóvil,   a sustancias  que minan su   tejido.



Las circunstancias del terreno obligan, en ocasiones, que el último en descender lo haga sin la cuerda de seguro

Del libro Técnica Alpina



Una cuerda requiere ser tratada con especial  atención  y no ser empleadas, por ejemplo, para trabajos rudos de construcción. O el permanecer arrumbadas en casa en sitios de humedad. 

Ya en la montaña puede ser alcanzada la cuerda por una caída de rocas a la hora de estar efectuando el descenso de la montaña, etc.

Y ya ni que decir de esos  brincos o saltos exhibicionistas que suelen  hacer algunos y  que ponen a prueba la resistencia y el buen estado de la cuerda.

RESUMIENDO

Sólo en muy especiales situaciones el escalador tiene que jugarse el todo o nada. Así es como se han conquistado las montañas, deportivamente hablando. Normalmente pegarse rigurosamente a la técnica. 

Un escalador consciente del terreno que pisa es bajar  con cuerda de seguridad, atada al cuerpo, obviamente aparte de la cuerda por la que desciende y cuelga en el vacío. ¡Y caminando, no saltando!




rappel con cuerda de seguro

Sierra de Pachuca, Hidalgo, México.

en la foto Omar Altamira Areyán



Si hace esto, el joven escalador seguramente conocerá a sus nietos.

COMO NO MORIR EN EL PICO DE ORIZABA, MÉXICO

 


Las vías de ascenso de este volcán, igual la del norte como la del sur, no tienen, en rigor, problema de escalada. Son laderas sin interrupción, lisas, monótonas y, sin embargo la del norte tiene un historial de  no pocas tragedias. De vez en cuando, en algún estío de mucho calor, la nieve se funde y deja ver cadáveres de alpinistas que llevan allí hasta medio siglo.

 Se asciende y se baja, a lo largo y por el centro del glaciar Jamapa, en su último tramo superior, que es el frecuentado por los alpinistas. El que va del refugio de Piedra Grande,  hasta la cumbre borde o labio de la  boca del volcán. Es precisamente la ruta de los aludes y su fondo, como corresponde a un glaciar, está estructurado de grietas. En otras palabras, de manera inconsciente, se sube y se baja caminando encima de una trampa mortal. Todos saben que allí hay grietas pero como decir, sin mayor cuidado, sí y qué, en el cielo también hay nubes…




cara norte, glaciar Jamapa. 

La línea interrumpida señala  su víá clásica

El alpinismo es de estudio del terreno y su consecuente planeación, ya para ir por la vía más accesible o de manera premeditada por la más difícil. Pero ir a la montaña de altura como ir aun pic nic suele dar dolores de cabeza.


Albergue de Piedra Grande


La norte se trata de esas laderas  fáciles donde mueren más alpinistas que en las escaladas de mucha dificultad. Pero es la clásica, es decir, la ruta por donde todos suben y bajan, tanto los grupos con guías profesionales como los sin guías.


Esta foto, arriba de los cinco mil, muestra un tramo de la ruta clásica, lisa, monótona y al parecer sin obstáculo a la vista...Tanto que los alpinistas ni siquiera van encordados...

Foto de Armando Altamira 


La estructura de un glaciar sus masas de hielo contienen grietas que en el centro de su línea horizontal que se curvan hacia abajo Y allí es precisamente en donde las grietas son más profundas.




Las cordadas suben por el centro del glaciar: B-B-B





El conocimiento de esta estructura aconseja precisamente evitar caminar por el centro del glaciar. Lo apropiado es, en consecuencia, subir o bajar en las orillas del glaciar en donde las grietas tiene la menor profundidad.

En el caso del Pico de Orizaba la orilla del lado este, es la de menos riesgo. La orilla opuesta, la del oeste, se conecta con todo un amplio campo de grietas del último tercio de es ladera que es preciso evitar

El glaciar Jamapa es considerada la ruta clásica va de la cota  cinco mil a sus casi  cinco mil setecientos. Este tramo de setecientos de ladera blanca lisa, sin obstáculos, llana, de perspectiva monótona, es donde desaparecen las cordadas tragadas por alguna grieta  oculta, cubierta, de una capa de nieve reciente.

Mexicanos, japoneses franceses, etc. han permanecido meses, y hasta años sin poder ser localizados. Estamos hablando de una montaña con buen tiempo y bajo plena luz solar.

Cuando hay niebla, cae la nieve y el mal tiempo se generaliza en la región durante días, esa montaña requiere de los alpinistas  dos condiciones para salir bien librados: Estar familiarizado con la estructura de al montaña: qué hay en el sur, en el norte, en el este y en el oeste. Muy pocos lo saben. Para dónde dirigir el descenso en caso de mal tiempo. En ocasiones la niebla helada y pegajosa es tan cerrada que no se puede distinguir una roca a dos metros de distancia.



Pico de Orizaba vista aérea  desde el norte, con su profunda cañada Jamapa.La letra A marca el emplazamiento del albergue de Piedra Grande.

La línea circunvalarte señala la cota que recorrimos hace algún tiempo. Su reseña está en este mismo blog.

Foto tomada de Internet


Por el norte, el sur y por el lado sureste. En esas direcciones hay cañadas  con fuerte inclinación pero que sin embargo, se puede  sentir con los pies la pendiente.

En el lado noreste está próximo él glaciar con una inclinación hacia lo vertical muy pronunciada. En el lado oeste está la pared cortada de tajo.

Sureste

Suroeste




sur





noroeste








cañada del sureste


La segunda condición es llevar ,cada individuo, una brújula para orientarse con seguridad dentro de la niebla cerrada. Pero llevar brújula es cosa que nadie hace, o muy pocos en México.



En el caso de descender y dejar atrás la cerrada niebla y la persistente aguanieve, llegado a la región de los bosque ya con visibilidad, hacia dónde dirigirse. Este plano elaborado por nosotros con base en hojas topográficas, señalan varias poblaciones cercanas al volcán. Nosotros conocemos Miguel Hidalgo en el noroeste, Texmalaquilla en el sur y Jacal en el noreste un poco abajo de Vaquería. 

Del resto de los poblados que aquí aparecen  no podemos opinar. Hay lugares en los que la gente extraña no es bienvenida...





Acaba de pasar, En este mes de febrero del dos mil veinticuatro   un grupo numerosos  subió la montaña y los sorprendió el mal tiempo. Fue necesario que entraran en acción los grupos de salvamento. Dos no pudieron  ser localizados hasta días después. Uno de ellos murió por hipotermia.

RESUMIENDO. Hace años publicamos una reseña donde señalábamos las dos posibles vías más lógicas para subir. Por el lado este del glaciar donde, ya apuntábamos, la profundidad de las grietas es somera. La otra ruta es muy próxima a esta. Se trata del  rosario, es decir, la serie de pequeñas rocas que se ven desde abajo en el borde izquierdo, lado este. Es de hecho el vértice entre el glaciar Jamapa y el glaciar del noreste ya mencionado.




La vía más segura es la señalada con las letras A.

F Es el glaciar noreste




La lógica es que esas rocas o son parte firme de la ladera rocosa del volcán, o están afianzadas sobre la ladera por el hielo y la nieve, misma que a esas alturas debe tener una consistencia sólida.

Seguir esta ruta requiere un poco más de tiempo para ser remontada, o descendida, que el ir por la clásica. Tal vez una hora o dos. Pero seguramente se vivirá para contarlo.

 Nuestra publicación referida tiene  años pero por lo visto nadie hace caso y, de entonces para acá, la historia del glaciar Jamapa continúa sumando tragedias alpinas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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