EPICTETO SENTADO EN UNA PIEDRA VE PASAR A LAS AGUAS DEL RÍO

 


 

Referencias.

Epicteto: Manual

Marco Aurelio: Máximas

Balzac: La piel de zapa

 

Seguimos de vivac en  la impresionante cañada Jamapa, en los 3,800 de la ladera norte de la montaña más alta de México, el Poyahutecatl de los teotihuacanos, el Citlaltepetl de los aztecas, más conocido por los occidentalizados como Pico de Orizaba. Mañana subiremos al albergue de Piedra Grande, en los 4,260 de la ladera norte de este  volcán.

Anoche llovió fuerte. El viento pasaba con violencia, y agitaba los árboles de la parte alta,  pero aquí  en el fondo ni las hojas se movían. Hoy brilla el sol sobre bosques y barrancas cubiertas de nieve.

 



Pico de Orizaba visto desde el norte. La letra A señala el lugar de nuestro vivac en la cañada Jamapa

Foto tomada de Internet


Yuma va al río, todavía congelado, y con su martillo piolet rompe el hielo que trae para fundirlo y preparar el café para el almuerzo. Hay mucha nieve, le dice Luis. Me gusta el agua de hielo, no de nieve. ¿Por qué? La nieve viene de las  nubes  y el agua del hielo baja del glaciar…

Creo que necesitaré un año para descifrar esto. Consultaré a filósofos, teólogos   y a poetas.

Empieza a tallar tu pedernal para hacer la lumbre, le digo. Sin miramiento de mi pobre construcción gramatical dice: ¿la lumbre se hace? ¡Como decir mata al muerto! Entonces calienta el agua fría. Si estuviera caliente no tendría por qué calentarla. Bueno, yo hablo como quiera. No hablas, balbuceas. Cervantes debe estar furioso en su tumba por oír cómo asesinas su idioma, con ganas de venir y jalarte de las greñas. Es mi turno: es cabello, no greñas.

Empiezo a tallar mi pedernal, dice con ironía. Amontona leña, mete debajo el bote de alcohol  sólido, saca su moderno encendedor y ¡listo, ya está la fogata en toda su gloria que nos viene bien en estos diez grados bajo cero en los que estamos y todavía en las sombras de la noche acá en el fondo de la cañada!

Luis interrumpe nuestros mayéutico diálogo socrático: les voy a contar algo de Epicteto. Luis es ágil y muy claro en sus conceptos pero, para mi lento  entender,  algo enredado.

Deberías de dedicarte a la política le dice alguien, hablas muy bien, cautivarías a las masas. Es contundente: ¡Dejemos el presupuesto público en paz, por eso  tengo mi profesión, soy académico e imparto clases en una de las mejores universidades del país. ¡Con razón, le dice Yuma, con razón viajas en metro. El que vende tacos en la esquina de mi casa tiene coche propio,  una camioneta para traer la verdura y limusina para la familia.

Luis es uno de eso tipos raros en México que leen veinte o treinta   libros de cultura al año (el promedio es de  tres). Le hemos recomendado que vaya a ver al psiquiatra. Pero la revira y dice que nosotros, que vivimos todo el día frente a la telerrealidad,  somos los que necesitamos ir al psiquiatra.

Bueno, ya empieza tu relato de Epicteto.

Empieza pero no con Epicteto sino con Rafael. Rafael, el personaje de la novela de Balzac. Rafael, dice, es la metáfora de la vida a la que por salud mental, conviene siempre acudir. No por ser proclives a lo decadente sino para agarrar oxígeno en la vida. ¿Cómo está eso?, pregunto.

Este personaje, tan efímero, tan decadente, irónicamente nos dice el inmensurable valor que tiene este día en nuestra  vida (Hace un paréntesis para ilustrarnos  que en México hay  cerca de tres mil suicidios al año. Y ahora con la pandemia esa cifra ha aumentado considerablemente). Rafael nos enseña no cómo ganar cosas  sino a cómo gastar las que tenemos.  A dónde quiere llegar es que lo que tenemos es la vida.

Balzac da un paso más y dice que, efectivamente,  todo acabará por gastarse, por irse. Un billete de 500 pesos  en mi poder sólo está de paso en la bolsa de mi pantalón. Si soy un loco despilfarrador el billete se irá pronto. Pero si soy cuidadoso y lo gasto con provecho, positivamente, de todos modos se irá. Si tengo alma de avaro y guardo el billete sin gastarlo de todos modos se irá al  perder su valor adquisitivo. Guardo  en mi casa un frasco lleno de monedas que ya no circulan. Su esencia, es decir, su valor adquisitivo, ya se fue. Una vida que no se mueve,pudiendo hacerlo físicamente, se entiende, es como una moneda en mi frasco.

 En esta novela Balzac nos recuerda a cada paso a Epicteto, el filósofo del primer siglo del tiempo occidental. Epicteto dice que nos sentemos a la orilla de un río (a dos metros tenemos el arroyo  de deshielo Jamapa).

¿El deshielo se llama Jamapa? Luis corrige: el arroyo Jamapa de deshielo.  Que observemos cómo el agua fluye. Sólo por un segundo esa agua frente a nosotros corresponde al tiempo presente. Antes de pasar   no nos pertenecía y una vez que haya pasado tampoco la tendremos.

 


Manuel García. Fue uno de los escaladores del Club Exploraciones de México que conquistaron Las Inescalables de roca, nieve y hielo, en los 5 mil, de la Cabeza de la Iztaccihuatl. Participó en  primeras escaladas  en el flanco este del cerro del Chiquihuite, norte de la Ciudad de México, y era experto en la pared norte de la Rosendo de la Peña. En la Sierra de Pachuca, Hidalgo, México.Mexicano de origen español.

Empiezo a entender eso del río. Yo tenía un gran amigo, Enrique Martínez, que siempre le dio por investigar cosas de la ciencia, y acaba de morir. Una novia que quise en mi juventud también murió. Conocí escaladores con los que cada fin de semana jugábamos a meter un pie en la eternidad, ya murieron, (en su cama).Francisco Martínez E., alpinista de Monterrey, Nuevo León,  que en 1974 alcanzó la cumbre del monte Aconcagua por el Glaciar Noreste, acaba de fallecer. Manuel García, uno de los que abrieron la ruta de Las Inescalables, de roca, nieve y hielo, en los 5 mil de la norte de La Cabeza, de la Iztaccihuatl, y que gustaba mucho de subir la pared norte de La Rosendo de la Peña, en el Estado de Hidalgo, ya murió. Dos o tres veces al año lo acompañaba yo en esa escalada. También ya falleció Eduardo Manjarrez, “El Whymper”, que subía la aguja de El Colmillo, con suma facilidad, ahí donde otros se venía abajo en caída mortal. José Ángel Rubio,  el único amigo mío que olía a santidad. Puedo asegura que ya está en el Paraíso que él creía. En el cristianismo primero hay que pasar por el Purgatorio pero como en el tiempo metafísico no se cuenta como el nuestro, de acá en la Tierra, ya debe haber salido de él.

Sé que estoy parado ante lo ininteligible pero no dejó de preguntarme o preguntar: ¿por qué?

Epicteto me contesta: ¿Cómo podías creer que habías de poseer indefinidamente los seres que te son gratos?… ¿Quién te había prometido semejante cosa?”

 “Es el río”, me digo para mí en tanto oigo a Epicteto por boca de  Luis.

Marco Aurelio, el sabio emperador romano, exclama. “¿Cuantos de aquellos con quienes entré en el mundo ya salieron de él!”. Y más adelante: “¡Cuántos  Crisipos, cuántos Sócrates y cuantos Epictetos se absorbió ya el tiempo!”

Río como metáfora de vida y muerte en donde todo acaba por ser llevado. Para la parte americana nativa tiene  una fuente ese río y para la occidental otra fuente.

La muerte occidental es el castigo que recibe la humanidad por el pecado que alguien cometió en un lugar lejano de esta montaña, explica Luis. Un Paraíso que concibió a la criatura humana y después la expulsó de su seno  con un gesto punitivo y la espada en alto del arcángel  Gabriel. Hasta allá se puede rastrear el origen del premeditado aborto occidental 

La muerte náhuatl es a semejanza de una curandera que viene a aliviar los dolores de los que sufren. Por eso la muerte en México nativo es siempre bien recibida y festejada. En el punto en el que   es necesario profundizar es tratándose de cuerpos  que mueren sanos y en plena juventud o niñez. Se los dejo de tarea, dice Luis.

 


AAA y LBP en el desierto de Samalayuca, Chihuahua, México. El terreno de los tumbleweed.

Foto de Armando Altamira

Yuma es un hopi del norte con el que he escalado y caminado desiertos. Un día me preguntó, ¿sabes lo que es un tumbleweed? Ni idea. Si sabes, en el norte también les dicen  cachanillas, son esas bolas de hierba seca que lleva el viento. ¿De qué parte de la inmensa llanura (dos mil kilómetros) vienen y a dónde van? Nadie sabe, sólo por un momento los vemos pasar frente a nosotros.

Decimos que hay movimiento porque hay algo que no se mueve. El que no se mueve es el que observa pasar el agua bajo el puente.  Pero como todo lo que se mueve pertenece a la fenomenología, el que no se mueve está fuera del tiempo y del  espacio.

Bueno, así es Yuma. Cada año va con la tribu de los  Arapahos, en la reserva de Wind River, en Wyoming, Estados Unidos, y participa en la Danza del  Espíritu.

Pero nosotros,  mortales  que nos movemos en la idea occidental de la causa y el efecto (como bolas de billar) nada más  nos queda  pensar en la tesis de Epicteto: sólo tengo  24 horas para darle valor a mi vida porque mañana….mañana quién sabe.

Llegados a estas alturas de la elucubración, Yuma vuelve con sus ideas metafísicas: las bolas sobre la mesa verde  chocan unas con otras, siguiendo la ley de la causa y el efecto pero, ¿sabes quién maneja el taco?

Luego algo más empírico, más  real. Al anochecer, después de la cena y tomar una taza de café negro (Luis toma vino tinto, por eso de los flavonoides, dice), nos metemos a  nuestros sacos de dormir. Espero que no nos caiga el alud sobre las tiendas, digo.

 Me gustaría que eso pasara contesta Yuma, sería señal que a la zona de acumulación del glaciar, allá arriba del mismo, le ha caído la suficiente nieve como para que el glaciar recobre la vida, que no siga agonizando. Ya el glaciar  Ayoloco, en el talud oeste de la Iztaccihuatl, está  muerto…Que no doblen las campanas por el glaciar Jamapa.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mazzotti, a la montaña sin prisa

 


Referencias:

Mazzotti, Introducción a la montaña, editorial Juventud, Barcelona 1952

 

“Muchos alpinistas, en cuanto consuman su ascensión, experimentan el frenesí del retorno. Cuando alcanzan el refugio por la tarde o al anochecer, bajan, cansados, precipitados, rendidos, por interminables pedregales y derrumbaderos, atravesando prados y bosques, con el ansia de alcanzar en seguida el pueblo o el hotel de donde han partido.”

 

Estamos en el albergue de Piedra Grande (4,260m) flanco norte del Citlaltepetl o Pico de Orizaba (5,600).Tres días atrás salimos del pueblo Jacal (3,000m), en el noreste. Caminando, en una jornada ardua, se llega el mismo día al albergue. Esta vez hemos acampado, antes de llegar al albergue, dos noches en el bosque  helado al fondo de la cañada, hacia los 3,800, a la orilla del río Jamapa.

Es, en rigor, un arroyo que se surte del agua por el deshielo del glaciar Jamapa. El glaciar Jamapa es por el que suben  las cordadas que van a la cumbre del volcán por el lado norte, saliendo del albergue de Piedra Grande. 

Observamos que este glaciar también ha entrado en agonía. El calentamiento mundial lo está asesinando.

Desde las ciudades industriales, la computadora, el teléfono móvil, la estufa del hogar, el juego erótico,el cigarro que se enciende, las calorías mismas de los cuerpos de millones de millones de gentes habitantes de este planeta, hasta la lumbre de nuestra fogata del vivac, contribuyen a su extinción. Nuestra vida civilizada nos ha metido en el callejón de las aporías en donde parece no haber  salida.

 

A-A Ladera norte del monte Chichimeco. B-Parte alta del bosque de nuestro campamento en la barranca jamapa. C-C-C Barranca de Jamapa.E- ubicación del albergue  Piedra Grande.D-Subcumbre conocida como El Hombro.F-Pico de Orizaba norte.

Foto de Armando Altamira

 

¿Dos noches en el bosque  de la barranca Jamapa? Lleva tiempo considerar la idea de realizar una salida a la montaña, días, semanas y, en ocasiones, años ¿Para regresar a toda prisa ese mismos día una vez alcanzada la meta? En nuestra prisa occidental hemos olvidado el ocio terapéutico étnico   y lo hemos cambiado por  la poltronería.

En: Mis escaladas, Mummery escribe: “Encontré un día, a las once de la mañana, a un hombre que había efectuado la ascensión del Charmoz. Parecía muy orgulloso de su empresa y, desde luego, debía haber caminado  con extrema celeridad ¿Por qué, me pregunté habrá andado tan de prisa? ¿Cómo un individuo tan dotado de ojos y de alma puede abandonar las agrestes bellezas de las crestas del Charmoz, cambiándolas por la grey de los turistas que llenan y hacen insoportables las tardes del Montenvers? Aquel no era un caso excepcional. En Zermatt es fácil encontrar a hora temprana hombres que abandonan estúpidamente los rincones más bellos y secretos de los Alpes, como el Gabelhorn, el Rothhorn u otras cumbres semejantes, para correr en pos de alguna orquesta, algún cantor negro  u otras diversiones usuales en eso centros excursionistas.”

 

 En tanto preparamos la sopa para la cena, allá en el fondo de la fría y profunda, cañada, escuchamos por la radio del celular el tema de los 500 años de la conquista de México y sus 200 años de independencia de España. Gran polémica. Es natural. En toda historia de conquista y luego  independencia siempre hay dos versiones.

El práctico de nuestro grupo   dice: “Que se quiten de cuentos. En España que celebren a Hernán Cortés y en México nosotros a Cuauhtémoc. Lo degenerado  es que fuera al revés”.

Alguien se topa  en Internet con un trabajo publicado por el Dr. Roberto Rivera Pérez, con el título: La antropofagia y el canibalismo, ¿mito o realidad? Lo leen voz alta. Entre otras cosas dice el Dr. Rivera:

 “Todo lo descrito anteriormente, es parte del resultado de las crónicas, testimonios orales, falsas interpretaciones y leyendas, que en su momento elaboraron los exploradores, conquistadores, colonialistas, misioneros, buscadores de tesoros, sobre grupos culturales concretos. Donde el resultado, fue la circulación de falsas propagandas que terminaron por justificar el sometimiento y exterminio de muchas culturas en el mundo, pero en realidad se encubría empresas comerciales y deseos de expansiones territoriales.“

El escéptico del grupo exclama: las guerras no son encuentros de hermanitas de la caridad. En ambos bandos hay grandezas y vilezas. Así fue desde el principio y así será hasta que este planeta haga ¡plop! Y los que logren escapar en sus modernas naves hacia otros planetas, como en los cuentos de Ray Bradbury, llevarán las excelencias de su tecnología  y la misma grandeza y la misma vileza en sus genes.

Volvemos a lo de Mummery. Resolver los problemas de la ascensión, paso a paso, nos  impide ver la belleza del conjunto. Una vez que  hemos logrado la cumbre emprendemos presurosos el regreso a la ciudad. ¿La contemplación estética, la reflexión filosófica,  motivada por el medio natural, dónde quedaron?

Aparte de la contemplación estética tómese a la soledad como algo curativo, o bien preventivo, así como sucede en la medicina. Siempre se necesitarán menos monedas para una excursión a las montañas que una consulta al psiquiatra. 

Tenemos a la mano una nota:

“En datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) en 2020 se registraron 7 mil 869 suicidios a nivel nacional, la cifra más alta registrada en los últimos 10 años.

 "En el marco del Día Mundial del Suicidio, Amaranta Arias García, directora de Ciencias de la Salud de UVM campus Querétaro; explicó que la pandemia y el confinamiento, así como el cambio de hábitos fueron factor para agudizar rasgos de depresión, soledad y desesperanza en la población. “El aislamiento impactó en la sociedad en diversas conductas, como la ingesta de alimentos de manera emocional, el aumento en el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias, también hubo mayor presencia en la población de sentimientos de depresión, desesperanza y conducta suicida” explicó Amaranta Arias García."

Se justifica esa prisa si mañana debo presentarme a laborar en la fábrica, en la oficina o la escuela. Pero igual me apresuro  si tengo tiempo libre por delante.

Es lo que se pregunta Mazzotti, ¿cuándo tiene lugar la convivencia con la naturaleza, el bosque o asistir a la disipación de las sombras nocturnas cuando el sol anuncia su proximidad en el horizonte rojizo?


A-Nuestro campamento.B-Cumbre del monte Chichimeco.C-Ubicación del albergue Piedra Grande.E-E-E Ruta de ascensión por el glaciar Jamapa.D- Pueblo de Miguel Hidalgo.F-Sierra Negra.G- Pueblo de Texmalaquilla(punto de partida para subir al volcán por el lado sur). 

Foto tomada de Internet

Pasaremos dos noches en el albergue de Piedra Grande y luego descenderemos al pueblo de Miguel Hidalgo, en el noroeste. A pie es un recorrido cómodo, por arena primero y después por el bosque,  de apenas dos  horas. Nosotros tardaremos otra noche con un campamento a la mitad del camino.

Parece una idea curiosa, o hasta ociosa, esto de buscar la soledad,  a través de una estancia en la montaña sin prisa, porque es fácilmente confundible con la huida patológica.

La soledad es el antídoto para la tensión, o el estrés, de los que habitamos en la ciudad. Al regreso al valle  encontraremos más calidad y calidez  en la vida humana. La vida es como es, yo soy el que necesito encontrar mi lugar, según soy, ya en la soledad ya entre la multitud.

 El frío, la lluvia, el calor,la incomodidad, hacen funcionar los mecanismos de adaptación al medio, pero también entran en ejercicio las potencialidades frente a las cosas intuidas, no razonadas, tenidas por inútiles, como la poesía, buscar la esencia detrás del fenómeno material,etc.

 Nos limitamos a observar  a  través de la copa de los arboles la parcela de cielo sobre nuestro campamento y nos preguntamos si las estrellas están sobre nuestra cabezas o estamos arriba, de cara al abismo, allá, muy lejos bajo nuestros pies. El bromista del grupo dice: ¡Conque dejara de funcionar esto de la gravedad, vaya susto que nos llevaríamos!

 Montaña bella desde cualquier lado que se le mire. ¡Y limpia, a diferencia de otras montañas frecuentadas por los humanos que son unos verdaderos muladares!

 Hace tiempo realizamos la vuelta a este volcán en la cota de los 4,200m.Requirió cinco días. Tiempo después, con Armando Altamira Areyán (uno de los cuatro de la circunvalación) incursionamos por varios días en la ladera oeste, también en la cota 4,200, acampando sobre los lahares y bajo los glaciares de ese lado.

 Son lugares de la montaña por completo solitarios. La gente llega a Piedra Grande, sin desviarse un metro, sube el glaciar y de ahí emprende el descenso a la ciudad. Traducido en números quiere decir que de 360 grados frecuentan 1 grado.

 




Plano de la región.La línea de los 3,800 es el camino de terracería.La de los 4,120 la ruta que seguimos para arribar al albergue de Piedra Grande.

Nuestra prolongada permanencia de esta ocasión en el albergue nos permite observar a los alpinistas que van a la cumbre. Se levantan a las cuatro de la mañana (personalmente la emprendo a las siete de la mañana), para remontar, linterna en mano, y casi al borde congelamiento, o hipotermia, la morrena y las primeras luces del día los encuentran en la cota de  las primeras nieves. Llegan a la cumbre (si antes no se los traga el glaciar, cosa que no es rara en este flanco porque todos van por la misma ruta de la  zona de grietas, que es en la que desparecen los alpinistas, en lugar de buscar otra vía de ascenso más segura hacia la izquierda. Después que  diez cordadas que han pasado por el mismo  lugar los puentes de hielo acaban por quebrarse…Los que la libran   descienden  hacia el medio día al albergue y, sin comer, abordan sus vehículos y desparecen camino del valle.

En algunas montañas de México se requiere de cierta estrategia para realizar la idea de la ascensión o de la travesía, pero en especial en el Pico de Orizaba.

Ahora que los glaciares dejaron de proporcionar agua de deshielo que los montañistas tomábamos para preparar los alimentos, hace falta un plan para no sufrir por esa causa.

Nuestra vuelta a esta montaña, en la cota 4,200, requirió de cinco días (ver reseña en este mismo blog). Nadie puede llevar agua para cinco días además de  equipo, comida y  tienda.

 Por algo verdaderamente circunstancial en esa ocasión  nosotros encontramos agua.

Fuera de eso se requiere de un mecanismo que se llama de lanzadera. Es decir instalar  uno o dos campamentos, aprovisionarlos de lo necesario  y después, el grupo emprender la travesía. Se trata de un trabajo de equipo, tipo expedición a montañas desconocidas o desprovistas de refugios y albergues. Cada lugar precisa de un planteamiento propio.

Semejante planteamiento sirve para las grandes travesías en los desiertos de México, como es Altar, en Sonora, y Samalayuca en Chihuahua.

Se entiende travesías en el más puro estilo alpino, es decir, caminando y cargando mochila.

Camellos, jeps y todo vigilado por helicóptero, es una  concepción que debe ubicarse en otro deporte.

Para nuestra travesía: Jacal, Piedra Grande y Miguel Hidalgo es necesario resolver cómo llegar a Jacal (desde la ciudad de Orizaba, Veracruz) y cómo salir por Tlalchichuca (Puebla).

Hay un camino de terracería para camioneta desde Orizaba hasta Tlalchichuca que conecta con el albergue de Piedra Grande. Y esto puede facilitar la estrategia.

La  travesía en las cotas altas de la montaña, que en esta ocasión llevamos a cabo: es de mucha belleza alpina teniendo siempre a la vista en las proximidades a la montaña más alta del país. En el día se puede andar en mangas de camisa pero por las noches el termómetro se cae más allá del cero.

 

 

 

 

 

 

 

 

UNA TAZA DE CAFÉ CON MONTAIGNE

 



Mejor que la aspirina para quitar  el dolor de cabeza, producto del encierro de meses en mi cuarto de tres  por cuatro, debido al coronavirus, y obligado por lo mismo a ver la telerrealidad y sus   programas inanes,  y ya casi al borde la histeria, logré una comunicación, por medio del celular metafísico, con Montaigne, uno de mis dos autores franceses favoritos.

-¿Tomamos una taza de café?-, dijo que sí.

-¿Presencial o por línea?

-Presencial, ya tengo siglos viviendo entre ondas sin átomos y quiero estar un rato entre la gente de carne y hueso.

-Le advierto que ahora hay mucha inseguridad en las calles de México.

                                                 Montaigne

-Era lo mismo en mis tiempos en Francia. Siempre ha habido granujas en todos los estratos de las sociedades, de la que no quedan exentos iglesias, partidos políticos, universidades y sindicatos. Bueno, estas opiniones me trajeron muchas enemistades en mis días de humano. Soy católico pero con decirte que hasta la Iglesia me veía de soslayo, no por ser  de origen judío sino por mi escepticismo. También soy monárquico pero algunos me toman por progresista, en mis tiempos no existía esta palabra, no me preguntes…

-¿De manera que también se sentía inseguridad en las calles de sus tiempos?

-“Mil veces me acosté en mi casa imaginando que me traicionarían y asesinarían en la noche misma.”

-Es muy reconfortante  leer sus  Ensayos, en estos días serían bets seller. Las editoriales promueven mucho las obras que salen de sus talleres, sería invitado de honor para hablar en las ferias de libros y  las monarquías, a las que usted pertenece,  lo premiarían. Ahora las monarquías, que quedan en el planeta, son las que dan el banderazo, mediante otorgar premios, a algún novelista como una manera de  decir “éste es el bueno”.

Mejor espero que el tiempo sanciones mis trabajos. “Los éxitos sonados como escritor no necesariamente corresponden  a los méritos de la obra: en mis días los escritos más detestables son los que provocaron la adhesión de la gente popular.”

-Sin ser filósofo de  academia sus escritos no quedaron entre las paredes del instituto de investigación de literatura.

-Mi lugar de investigación estaba en el mundo. Observar la vida de la gente es como llevar un curso propedéutico, sólo hay que detenerse a observar sin importar  la condición social a la que se ve: “Debe acostumbrarse a penetrar los rasgos reveladores: el boyero, el albañil, la persona que pasa  por la calle, cada uno, pues todo es bueno para la casa; la misma torpeza y desacierto ajenos pueden  servirle de instrucción.”

-¿A qué corresponde que en ocasiones haya mucha animadversión entre el pueblo, en lugar de espíritu solidario?

-No hay que ir tan lejos. Con frecuencia la familia nos sirve de modelo. Pongo como ejemplo aquel pasaje famoso de Diógenes, que después fue citado por Epicteto y más acá por Schopenhauer. Me refiero a la metáfora de los perros.

-¿Los perros?

-Juegan entre sí muy contentos  y se unen para enfrentar una amenaza exterior pero, arrójales un hueso y verás lo que sucede. Se destruyen  por quedarse con la herencia familiar,  por ganar la dirección del lugar donde se labora o, como los espadachines de antes: la dama. “Entre hermanos naturales, la confusión de bienes, los repartos y el que la riqueza de uno determine la pobreza del otro debilita el vínculo familiar.”

-¿Y el pueblo, es decir, a nivel nacional, cuál sería el camino para que todo vaya bien. Lo pregunto porque ya sabemos que tanto la dictadura de asamblea como la dictadura del monologo, no dejan  lugar para que el otro se exprese, en este caso, la minoría. En ambos casos se subestima la opinión de los demás. Estos dos tipos de dictaduras se dieron, y en grande, en la guerra española de 1936 y el pueblo sufrió inmensurable. A México llegaron los conservadores  expulsados por los democráticos y después arribaron al puerto de Veracruz los democráticos expulsados por los conservadores. Países de América no han estado exentos, hasta la presenté,  de negar la voz a las minorías. ¿Qué opina de esto?

-Eso  lo ilustro con aquel relato de la posada en el que por la noche se reúnen los huéspedes y luego de la cena entablan una amena y serena conversación. Llega un hombre, toma parte en la plática y, de pronto, exclama: “Quién opine lo contrario no puede ser más que un embustero o un ignorante.” En otras palabras, digo: “La verdad y la razón son patrimonio de todos, y ambos pertenecen por igual al que habló antes y después”.

-En la práctica periodística hay al menos dos modos de relatar el mismo suceso, según los intereses de la Redacción, ¿cómo conocer la verdad?

-Leyendo los dos puntos de visita. El lector se identificará con el que esté de  acuerdo a su modo de pensar, pero al menos ya tiene conocimiento de cómo sucedieron los hechos, que no es lo mismo sostener una posición ideológica sin conocer la totalidad. Me refiero a este tema de escribir la historia, ¿quieres oírlo?

-Desde luego.

-Empiezo diciendo que “…los historiadores deben suministrar la historia según la reciben, no como la consideran”.

-¿No es así?

-Los historiadores de este calibre son más difíciles de encontrar que un trébol de tres hojas. Lo que llega al gran público es otra cosa. A ello me refiero: “Los historiadores medianos, que son los más corrientes, todo lo estropean y disminuyen; quieren servirnos los trozos masticados,  se permiten emitir  juicios y, por consiguiente, inclinar historias a su capricho, pues tan pronto como la razón se inclina de un lado  ya no hay medio  hábil de enderezarla del otro; permítanse además, los sucesos dignos de ser conocidos y nos ocultan con sobrada frecuencia tal frase o tal acción privada que sería más interesante para nosotros, omiten como cosas inverosímiles o increíbles todo lo que no comprenden, y acaso también por no saberlo expresar en  buen latín  o en buen francés.”

Los puntos de vista de Montaigne me parecieron, algunos, un tanto audaces. Como quien dice, sin pelos en la lengua. Fue entonces que decidí informarme de él.

 Montaigne era muy leído por Emerson y el que este gran hombre, de las letras norteamericanas, lo buscara, me dio la pauta de la estatura cultural de Montaigne.

En Paul Johnson encontré, en su obra El Renacimiento,  lo que sigue:

 “Pertenecía a una buena familia, poseía una vasta cultura libresca y contó con una sólida experiencia dentro de la administración, pero se sintió lo bastante decepcionado del mundo  como para dedicarse principalmente  a las letras, escribiendo una serie de reflexiones informales sobre el hombre, los acontecimientos, las costumbres y creencias, los diversos hitos de la vida humana: el nacimiento, la juventud, la madurez, el matrimonio, la enfermedad y la muerte. Era católico, pero escéptico; un hombre práctico, pero también agudo, un individuo que amaba el pasado, pero que vivía en el presenté y no temía el futuro. Por primera vez en la historia de la literatura europea percibimos un ritmo moderno, fácil y coloquial, así como la voluntad de hablar al lector sobre uno mismo. La aparición de sus Ensayos en 1580 marcarían el gran avance que había experimentado el mundo gracias al impulso  de la Reforma humanista desde que empezara la decadencia de la Edad Media.”

Hace ya muchos años-humano que tuvimos esta charla pero guardo frescas  sus palabras cuando le pregunté si conocía la formulan sencilla para vivir bien. No en la manera pesada, larga y enredada como la explican los filósofos porque, sabidos es, los filósofos hablan y escriben para los filósofos, no para el pueblo de banqueta que es el que los necesita. El gobierno, es decir, el pueblo, paga sus sueldos, prestaciones y jubilaciones, para que lleven la luz a la cueva de Platón y, ¿qué hacen? Siguen peleándose entre ellos tratando de hacer prevalecer su teoría de la vida sobre la de otros filósofos, tanto de  los contemporáneos como los de la Edad Media y los de la antigüedad griega. Siguen entretenidos refutando a Kant.

En pocas palabras Montaigne  me dijo: Mi punto de vista es que “miro con dulzura al cielo, más para agradecerle que para suplicarle. Cuido yo más bien aumentar la salud que reponerla cuando la pierdo”.


Dibujo tomado de El País

11 de junio del 2016


- ¿Es todo?

- ¿Para qué quieres más. Piensa que en estos tiempos de la pandemia, y de la contaminación global,  se ha hecho conciencia de que el sólo hecho de poder respirar ya es más importante que todos los tesoros del mundo.

Habla y habla y pienso que tiene razón.Los alpinistas lo sabemos."Tener los más valiosos diamantes en la punta de las narices" no es una metáfora sino la más salvajes de las realidades.Todo alpinista que ha rebasado la cota 4 mil, en una ascensión,caminando,lo ha vivido.Lo conocemos como "el mal de montaña". dificultad para respirar, dolor de cabeza, ganas de vomitar, el corazón... Es necesario  dar la vuelta y descender sin escuchar al ego. Retirarse a tiempo en la montaña es una virtud que no esta al alcance de todos.Se necesita cierta dosis de salud mental para no salir lastimado en nuestro narcisismo. Mañana, mejor aclimatados, volveremos. Descender es el mejor  y más inmediato remedio contra el mal de montaña. De otro modo puede morir en el termino de pocas horas.Hemos visto varios casos así. Circulaba hace tiempo un video, en Internet, de una expedición al Glaciar N.E. del monte Aconcagua, en el que un joven  guía argentino muere en el campamento 2, atacado por el mal de montaña.Esto sucedió unos diez años después de nuestra expedición al mismo Glaciar, en 1974.

-Respirar bien¡-dijo Montaigne en aquella ocasión-.Ha! y leer. 

¿Cuántos libros de cultura lees al año?

-Dos

-Con razón…

-¿Con razón qué?

-¿No sabes que el oxígeno da vida a los pulmones y la cultura oxigena al cerebro?


PD

El 19 de septiembre del 2021 fue publicada en Internet una nota referente al mal de montaña en el monte Aconcagua, en esta ocasión por la ruta considerada como la clásica o “normal”, es decir, la que va por Plaza de Mulas.

 

“Otro muerto en el Aconcagua

Drama: el andinista sufrió mal de altura en un refugio a 5400 metros y perdió la vida antes de que pudiera ser rescatado; es la séptima víctima fatal del año.

27 de enero de 2000

MENDOZA.- Fue la séptima víctima fatal en lo que va del 2000. Flavio Lisi, un ingeniero salteño de 37 años, se sumó ayer a la trágica lista de los que quedan en el camino a la cima del cerro Aconcagua, al sufrir una grave descompensación por el llamado mal de altura.

Lisi era el jefe de una expedición de siete personas del Club Amigos de la Montaña, de Salta, que transmitía por radio sus vivencias a miles de personas que seguían con entusiasmo el ascenso, tal como informó  La Nación  en su edición de ayer.

El montañista se descompuso y comenzó a sentirse mal anteanoche, en el refugio Nido de Cóndores, a 5400 metros. Estaba desorientado, tenía cefaleas y pérdida de conciencia por una insuficiente oxigenación de la sangre, que se debe a la falta de adaptación del organismo a la altura.

La expedición se comunicó en la mañana de ayer con los guardaparques para informar que Lisi estaba enfermo. Un médico preguntó los síntomas y les indicó que lo bajaran de inmediato porque el estado del deportista era preocupante.

Horas más tarde llegó al refugio una patrulla de rescate de alta montaña y constató que Lisi había fallecido, al parecer a causa de un edema pulmonar agudo.

La patrulla de rescate de alta montaña informó que el cuerpo fue trasladado hacia el campamento base de Plaza de Mulas, mil metros más abajo. Hoy sería llevado a un hospital para practicarle la autopsia.

Lisi es la persona número 99 que muere en el Aconcagua desde 1926, fecha en que se comenzó el registro, y la séptima en lo que va de esta temporada de ascención. Este año también murieron en el cerro la mejicana Justina Julia Martínez, el japonés Yshigli Tamiharu y los argentinos Daniel Morales, Germán Brena, Walter Toconás y Gustavo Martín.”

 

 

 

 

 

 

 

 

15 DE SEPTIEMBRE Y LA EXPULSIÓN DE LOS ESPAÑOLES DE MÉXICO

 


Referencias

La expulsión de los españoles de México (1821-1828).

Harold D.Sims, Fondo de Cultura Económica, Secretaria de Educación Pública, 1985, Lecturas Mexicanas número 79.

 

Pontificaciones, Conversaciones con Norman Mailer. Editorial Gedisa, S.A. Buenos Aires Argentina.1983

 

El Teniente Coronel Bernardo Tello recibe, de parte del gobierno mexicano, su pasaporte de expulsado y en ese momento cae muerto.

Le seguirán en el proceso de expulsión unos mil 700 españoles. Se quedarán en el país, por lo pronto, otros 4 mil.

El episodio de Tello nos da una idea del estrés, como ahora se dice al extremo sentimiento de angustia, que vivían los expulsados.

Quince años vivieron estos españoles de México  en  un ambiente que se les había vuelto muy violento. De lo que  se conoce como el abrazo de Acatempan, cuando cesó la guerra entre españoles e insurgentes, en 1821, y el reconocimiento de España en 1836.

Fue el tiempo en el que España aceptara por fin reconoce la independencia de México. Violencia que en momentos cobraba más intensidad por las noticias que llegaban de que España intentaría la reconquista. O bien por los movimientos pro españoles  internos que buscaban con las armas volver a retomar la hegemonía, entre ellos, el alto clero de la Iglesia católica, en oposición del bajo clero que, en numerosos casos, encabezaba en el campo de batalla  esa independencia: Hidalgo, Morelos, Matamoros…

Este éxodo comenzó a principios de 1828 por disposición de   la ley  del 20 de diciembre de 1827:

 “Es mucho el número de coches salidos (de le ciudad de México) hoy con gachupines, no se tiende la vista por ninguna calle que no se vea uno o dos carrages cargadas.”

¿Qué había sucedido en una ciudad, y en un inmenso territorio, en la que por trescientos años ellos fueron los amos, en la que habían destrozado toda una cultura milenaria náhuatl, haciendo añicos los edificios del hermoso coatepantli azteca y en su lugar erigido sus edificios de arquitectura europea  e impuesto con violencia,  sus modos de conducta a su antojo y su religión.

Era algo más que “un inmenso territorio”. Eran amos de dos millones de kilómetros cuadrados de terreno, en lo que va de Yucatán, en el sur, hasta los actuales estados de Arizona, Nuevo México, Utah, Colorado y Texas. Para no mencionar el caso de Florida.

Lo que comprende las áreas geográficas actuales de  España, Italia, Francia, Alemania y Polonia juntas. Un solo hacendado  se consideraba dueño de tal cantidad de terrenos,  poseía tales  riquezas, y gente  esclava, que dos reyes juntos  de Europa.

¿Qué había sucedido? Era tarde para considerarlo y más para remediarlo. Ahora había que agarrar el camino del éxodo.

La historia en el planeta para entonces ya era otra. España había perdido la fuerte presencia que tenía en países de Europa y los Estados Unidos hacían lo suyo para acabar con los últimos bastiones del poderío español en América.

El conde de Aranda, español con elevado cargo en el gobierno de España, ya había advertido con respecto a Estados Unidos con toda antelación en el memorial de 1783 :"! Vendrá un día que será gigante, un coloso temible en esas comarcas", pero ni españoles ni mexicanos le hicieron caso.

España, no obstante, se cerraba al reconocimiento de esta nueva realidad. Se considera que  de haber enviado el reconocimiento de la independencia de México (como lo haría quince años más tarde), el asunto de los españoles, no obstante el resentimiento que con su   vesánica actitud provocaron durante tres siglos, las aguas no se levantarían más allá de un oleaje.

En el camino  del destierro hacia el puerto de Veracruz  sufrieron  de sobresaltos no ya por los contarios políticos sino por los ladrones comunes que los despojaban de sus pocas pertenecías que habían logrado llevar:

 “Las desgracias de los españoles que partían eran muchas. No era raro que alguno de ellos fuera robado o hasta asesinado en el camino de Veracruz…Algunos españoles que lograron abordar su barco, no llegaron a su destino. Por ejemplo, los 82 pasajeros y tripulantes que se encontraban a bordo de la corbeta francesa Paquet N° 3,que zarpó de Veracruz el 3 de abril, fueron sanguinariamente asesinados por el pirata  Pájaro Verde mientras navegaban rumbo a Burdeos.”

Para recorrer los  caminos de la ciudad de México, hacia el este, a lo largo de 500  kilómetros, hasta el puerto de Veracruz, debían cruzar,  la elevada cadena montañosa nevada por el poblado de Río Frío (2,980 metros, 9,777pies o por Ituhalco 3,687 metros, 12, 096 pies) entre los  volcanes   Iztaccihuatl y Popocatépetl, cumbres nevadas de más de cinco mil. 

 


Popocatépetl, 5,426m.  En el camino al puerto de Veracruz.

Foto de Notimex, tomada de  Internet

Pillaje, resentimientos y sed de venganza por mil atropellos sufridos contra las poblaciones indígenas, violencia racial y política, se desataron a lo grande contra los expulsados. Ya desde los días de Hidalgo en Jalisco jóvenes españoles eran llevados a una barranca y acuchillados como animales en el silencio de la noche.

Se confirmó una vez más la antigua lección de historia que  los excesos de la primera generación de conquistadores la paga, y con  creces, la última generación de sus connacionales cuando esa conquista llega a su fin.

En octubre de 2021 América latina (también parte de la población anglo en Estados Unidos) se decidió a derribar estatuas de Cristóbal Colón. Incluido México. Una nota de Diego Flores, aparecida en Internet el 13 de octubre del 2021, resume lo que a la sazón apareció publicado en los medios

“El 12 de octubre se conmemora la llegada de Colón al continente Americano, ese día su estatua se verá en cenizas por haber masacrado y esclavizado brutalmente a los Indignas.

Ira desatada contra las estatuas de Cristóbal Colón en América latina han sido derribadas, decapitadas y pintadas de rojo que simboliza la sangre derramada de Indignas en diferentes ciudades que fueron brutalmente asesinados y apropiados sus recursos naturales”

El mar de los Sargazos, del Océano Atlántico, se le conocerá como la Ruta del Éxodo Español. Un siglo más tarde (111 años) cientos de españoles cruzarán de nuevo estos paralelos oceánicos en otro éxodo tan penoso como este, pero ahora en dirección contraria, del este hacia México, expulsados de España por sus mismos connacionales.

Sin embargo de todas las barbaridades que se cometieron contra los expulsados, es una distorsión  de algunos historiadores comparar  este suceso del siglo diecinueve, en México, con la revolución francesa. Es querer meter con calzador  el águila azteca dentro del gorro frigio. ¡Esos historiadores!

Ya Norman Mailer había advertido  cuando dice que si quieres saber de historia leas novelas y si te interesa la novela leas historia. De tres mil notas sobre su escritorio, dice,  escogen treinta y así arman su historia.

Lo hemos dicho con mesura.

Mailer no se anda por las ramas: “Cuando uno conoce los vacíos y arreglos con los cuales  los historiadores escriben su historia, trabajan sobre diez mil  hechos  y seleccionan trescientos que les parece  bastantes  para ilustrar las cosas, por mucho que a eso  se le llame historia todos sabemos  que es ficción. La señal del gran historiador  es su capacidad como gran escritor de ficción…La historia no es historia, sino una serie de novelas  inmensamente sobrias  que han escrito  unos hombres  que no suelen disponer  de gran talento literario y tiene mucho menos  que decir del mundo  real  que los novelistas. Se trata de un descubrimiento perturbador: los historiadores no tratan  con los hechos  sino con las hipótesis que desarrollan  en relación a una serie de datos  aislados”.

Aquí el “corte de cabezas” lo sufrieron no los de hasta arriba sino  los españoles pobres que no tenían recursos para moverse hacia otros estados donde el sentimiento antiespañol era menos fuerte.

Un “corte de cabezas” entre comillas porque las familias de los desplazados no fueron abandonados por completo por los mexicanos. Sims relata el caso del gobierno de Oaxaca:

“El gobierno de Oaxaca, y su legislatura dominada por los escoces (logia pro española) sentían compasión por las esposas e hijos  de los españoles forzados a salir por las leyes  locales y federales de expulsión. El 31 de enero  de 1828 la legislatura ordenó al gobernador que  elaborara una lista  de las familias que vivían  en la pobreza  como resultado de las expulsiones, y que pagara una pensión diaria de dos reales(a las esposa sin hijos o con uno solo) cuatro reales (a las que tuvieran  tres o más descendientes).

¡Imaginemos a los jacobinos de la revolución francesa pensionando a las familias, en Francia,   de los aristócratas en el exilio! ¡O a los dirigentes del Frente Popular español, de 1937, ayudando con despensas y pensiones a las familias de los  fascistas caídos en combate!

Los españoles ricos (sucede con los ricos en todos los tiempos y en todos los paralelos) con toda anticipación agarraron sus fortunas y volaron para Europa o para Nueva Orleans (todavía no  de Estados Unidos).Dejaron tras de sí un caos que se le vino encima a sus connacionales pobres.  Sims pone como ejemplo de lo anterior:

“el conspirador Aviraneta y el comerciante Rivas pagaron cada uno cien pesos por pasaje de primera clase  de Veracruz a Nueva Orleans en el barco ingles Hibernia, a  principios de 1828.”

“Muchos barcos estadounidenses, británicos y franceses se dirigían a Veracruz para llenar sus cabinas con españoles que partían al exilio en Nueva Orleans, La Habana o Europa. Los barcos extranjeros preferían llevar pasajeros que carga: podían tener mayores utilidades llevando españoles a los Estados Unidos o a La Habana que trasportando mercancía a Europa.”


Iztaccihuatl y Popocatépetl, vistos desde la Ciudad de México.

Ituhalco es el nombre original del collado que queda enmedio de los dos volcanes. La otra vía para el Puerto de Veracruz es el pueblo de Río Fío, que se ubica a  la izquierda de la Iztaccihuatl.

Foto tomada de Internet


Nueva Orleans, por quedar tan lejos de la ciudad de México, se había convertido en el punto de reunión de los conspiradores que preparaban con las armas en la mano la reconquista:

“Los funcionarios españoles emprendieron entonces una campaña efectiva cuyo centro fue Nueva Orleans para reclutar y trasportar a La Habana (todavía de España) a los emigrados españoles, como preparación para un futuro  intento de reconquista de México.”

Y más adelante:

“Los españoles refugiados  en Nueva Orleans se convirtieron en una  nueva fuente de conjuras y por ello, en un nuevo problema para el gobierno de México. En 1828 existan proyectos  entre los exiliados  en el extranjero para realizar expediciones filibusteras contra la costa texana (todavía de México), y se hicieron intentos de establecer una cabeza  de puente española sobre la costa  del Golfo de México y de apoderase de la fortaleza  de San Juan de Ulúa una vez más.”

Este intento de reconquista, en efecto,  se llevaría a cabo. Pero, el contexto ya era otro. En comparación con el encuentro de los conquistadores del siglo dieciséis, con armas modernas para ese tiempo, cañones, pólvora, arcabuces, caballos, virus, miles de indígenas incondicionales, peleando contra lanza y macanas de los valientes aztecas.

 Ya para la guerra  de reconquista los mexicanos tenían las mismas armas que los españoles, el soldado español montado sobre un caballo había dejado de ser un dios,  poseían resistencias virales contra lo traído por los españoles, ya no contaban con tribus  incondicionales.

Ya el romance con los españoles se había acabado cuando los  aliados indígenas, destructores de su misma cultura ancestral y de su religión, fueron convertidos en esclavos de las tiendas de raya de los hacendados.

 El intento fracaso muy desafortunadamente a manos de Antonio López de Santa Anna. Tan vergonzosamente que el general español, que dirigía el ataque, se fue a vivir a Estados Unidos y jamás regresó a España.

No obstante este descalabro,  españoles del estatus medio encontraron muchos de ellos el medio de defenderse no sólo de permanecer en México sino buscando la manera de recuperar la hegemonía militar, política y económica.

En tanto el congreso de la capital  se ponía de acuerdo con los términos de expulsión en una ley general, cada estado elaboraba su propia ley, unas muy virulentas contra los españoles y otras protectoras.

Los que pudieron se desplazaron hacia otras provincias del país. Recurriendo a políticos contrarios a la idea de expulsión. Y teniendo a algunos periódicos de  la logia escocesa que protestaban contra los yorkinos, que era la logia que buscaba a toda costa sacarlos de México:

“El gobierno estaba seguro que los españoles  apoyaban a los revolucionarios con su dinero y consecuentemente, en la ciudad de México se hicieron entonces esfuerzos extraordinarios para expulsar a los peninsulares.”

Durante tres lustros, a partir de 1821,  España no hizo nada, deliberadamente no hizo nada,   por buscar paliar el golpe de los españoles en México sino, como anotamos, todo lo contrario. Que reinara el caos  para encontrar tierra fértil de apoyo a la reconquista. Entretanto, quedaron   estos españoles, como se dice, siendo la carne del sándwich: triturados entre el gobierno español y los yorkinos. Por lo mismo, parte  de la sangre  española que corrió entonces en México  se le debe imputar a España.

“los expulsados españoles que llegaban a Filadelfia tenían grave urgencia de obtener ayuda de alguna fuente. El cónsul general de Francia informó en marzo que numerosos exiliados españoles, después de haber sido abandonados por su propio cónsul se dirigían al consulado francés en busca de ayuda”.

Los yorkinos sin duda que cometieron excesos por ese deseo (aquí si semejándose a la revolución francesa: quitarles el mando político, el militar y quedarse con los mejores contratos y puestos burocráticos  manejados por el gobierno español) de desquite que bullía en el inconsciente colectivo del pueblo en revancha por todas las carnicerías y persecuciones de que fueron objeto los grupos étnicos a partir de la conquista en el siglo dieciséis.

Sin embargo los españoles del  estatus medio que ocupaban los mejores puestos en la política y en el ejército ( y que no había tomado parte en algunas de las conspiraciones contra el gobierno), fueron removidos pero en tanto España no reconociera la independencia de México sus sueldos se les seguirían pagando. Si era expulsado pero dejaban familia en el país con mexicanas, podían cobrar en el extranjero medio sueldo.

Además los españoles casados con mexicanas en general no fueron objeto de persecución ni de expulsión.

¿No está por demás insistir: ¿podemos imaginar a los jacobinos de la revolución francesa enviando sus sueldos a los aristócratas en el exilio? ¿O a los bolcheviques procurando paliar la pobreza de los familiares de los zares ya depuestos?

El movimiento de independencia consignado en Los Tratados de Córdova, de tono católico, pronto se volvió secular y en momentos jacobino. Y los sacerdotes españoles peninsulares fueron reemplazados, a señalamiento del obispo, por sacerdotes americanos:

“Entre las ordenes que eran menos “españolas” se encontraban los agustinos, que eran mexicanos en un 92.5 por ciento, y los mercedarios, en cuyas filas sólo había un español.”

En realidad fue el momento, con el argumento de expulsar a los sacerdotes peninsulares, en que el proceso de secularización empezaría en la vida de México. Medida sana como recurso dialectico con lo religioso. Pero que en ocasiones perdería la tolerancia.

El movimiento levantaba una polvareda que envolvía a los activistas escoceses y yorkinos, a los representantes de  los gobiernos extranjeros en México y al alto clero.

Sims hace notar “la hostilidad que existía entre los diplomáticos europeos y el plenipotenciario (Poinsett) de los Estados Unidos.”

Empero, todo esto fue menos que inútil. Con el tiempo, los que lograron escapar al éxodo y se quedaron a vivir en México, no aprendieron la lección de historia. Mejor dicho, hicieron una mala lectura de esa lección.

Así es como termina el libro de Sims. Se reagruparon de la mejor manera para no volver a ser sorprendidos y en cambio defender la tradición.

¿Pero cuál tradición? ¡La de su estatus! La que había empezado con los conquistadores del siglo dieciséis: la tradición de la destrucción y la esclavitud por medio de las tiendas de raya de las haciendas.

“Los que quedaban pronto, muy pronto aceptaron el desafío y buscaron el modo de defenderse. Los que en el decenio de 1830-40 surgieron como defensores de los fueros tradicionales y de las propiedades  de la Iglesia, eran gente decidida a impedir en el futuro cualquier ataque sobre los derechos y privilegios heredados de la tradición.”

No la tradición del pueblo mexicano con su cultura milenaria y sus necesidades de comida, vestido, educación y cultura.

Un estatus social, solipsista, es solo la abstracción del todo. Es jugar su  peligroso juego al margen de los demás estatus o, como ahora se dice, clases. Muy pronto se vería en México cuan peligroso es ese juego.

Ahora recién tenían los mexicanos dos grandes culturas, la suya de los soles teotihuacanos y la de la Paideia griega. ¿Pero de qué servía si ni siquiera sabían leer por carecer de escuelas públicas para el pueblo.

Sería hasta el  25 de julio de 1921, que el presidente Álvaro Obregón decretó la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP), “medida que fue aprobada por unanimidad en la Cámara de Diputados. Posteriormente, el 3 de octubre del mismo año, fue publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF).”

 Exactamente a 400 años de la conquista y a 100 años de la independencia. ¡Tiempo  en que, por extraños  y por propios, a la educación del pueblo no se le dio ninguna atención o se le combatió con la indiferencia! ¡Un pecado de omisión muy grave de los políticos de entonces y de  la Iglesia!

Eurípides, Cicerón, Epicteto, Shakespeare, Platón, Aristóteles, San Agustín, Santo Domingo de Guzmán, San Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino, San Francisco de Asís, Cervantes  y otros, eran absolutamente desconocidos para esta gente. Ni qué decir de las corrientes de filosofía  que estaban en su apogeo en ese siglo diecinueve en Europa: Kierkegaard, Schopenhauer, Goethe…¿Cómo se puede alimentar al espíritu así? ¿Cómo se nutre el espíritu alejado por la fuerza de sus representaciones propias de la Divinidad Nanahuatzin-Tezcatlipoca y Chicomecoatl? ¡La espada y la cruz lo habían mutilado todo en el siglo dieciséis!

Ahora tenían una bella religión pero por haber sido impuesta a la fuerza por los conquistadores,  siempre fue mal comprendida y peor practicada.

En breve, solo noventa años  más adelante, la Iglesia pagaría el precio de no haber enseñado, en esos tres siglos de la colonia, filosofía y teología al pueblo (a ese pueblo, 90 por ciento de la población, compuesto, como dice Fray Bernardino de Sahagún, de “maceguales y gente baja”). Las masas de esclavos de las tiendas de raya de las haciendas, sólo   conocían, mal conocían, el catecismo de Ripalda. Eso es lo que la Iglesia, y los centros de  investigación académica, incluso universitarios, llaman “la evangelización de América”. Se refieren al diez por ciento de la población, no al noventa por ciento.Siglos más tarde, tal como lo hiciera con Juana de Arco,la Iglesia aceptó esa conducta errática para con las etnias mexicanas y sus tradiciones y el haber impuesto a la fuerza el catolicismo. En el otoño de 2021 el Papa hizo todo un valiente reconocimiento de todas estas injusticias desarrolladas por los españoles y  los frailes a lo largo de 300 años:

"El papa admite errores en evangelización por imponer solo un modelo cultural

Agencia EFE

mié, 13 de octubre de 2021 3:54 a. m.

Ciudad del Vaticano, 13 oct (EFE).- El papa Francisco admitió que se cometieron "errores en la historia de la evangelización queriendo imponer un solo modelo cultural" que llevaron incluso a "guerras", durante su catequesis de la audiencia general celebrada hoy en el aula Pablo VI del Vaticano.

Reconoció que "son muchas las tentaciones de querer imponer el propio modelo de vida como si fuera el más evolucionado y el más atractivo" y admitió: "¡Cuántos errores se han realizado en la historia de la evangelización queriendo imponer un solo modelo cultural!".

"A veces, no se ha renunciado ni siquiera a la violencia para que prevalezca el propio punto de vista, incluso guerras. De esta manera, se ha privado a la Iglesia de la riqueza de muchas expresiones locales que llevan consigo la tradición cultural de enteras poblaciones", reconoció Francisco asegurando que esto es "lo contrario de la libertad cristiana".

Carencia de la que se alimentan abundantemente no sólo las iglesias protestantes históricas, sino las seudo iglesias que a diario se arman sobre las rodillas.La Iglesia veía ahora la realidad de haber vivido durante tres siglos la ilusión que llamó "evangelización".

Ya a pocos años de caído México –Tenochtitlán los frailes festejaban el triunfo de la cruz por haber  convertido al cristianismo a millones de indígenas. Esos millones de indígenas ni entendían el idioma español ni los españoles, salvo excepciones, habían aprendido a hablar como los naturales (más de cincuenta etnias con sus diferentes dialectos).

 En otras palabras el pueblo del 90 por ciento  carecía de vitaminas culturales para saber convivir, con el sano  laicismo, y prevenir el jacobinismo  que después se les vino encima.

Ya desde entonces el cierre de las iglesias, en el país, y la prohibición de la religión, tocaban a sus puertas.

Como resultado de esa ignorancia muchos serían lanzados a la guerra a favor del jacobinismo sin saber de qué se trataba éste  y otros muchos a defender lo religioso sin tener conciencia de lo que estaba defendiendo sino movidos por el ciego fanatismo.

Para filosofar se necesita la duda a través de la cual se busca la certeza. Para creer en la Divinidad se requiere una fe que es dotada desde el cielo mismo, no porque se tiene enfrente una presencia punitiva. Pero nada de esto, Filosofía y Teología, caben donde  se hace todo para que no haya libertad para pensar.

En rigor, laicismo no es una meta en si. Más bien se trata de un camino para llegar a un fin. Este fin es el Humanismo. Humanismo es donde el individuo puede vivir con toda libertad de pensamiento en el universo de las ideas y las artes tales como la filosofía, el teatro, la literatura... Cómo se anotó, aquí solo se mal conocía el catecismo de Ripalda.

Ya en pleno siglo veinte, cuando las naciones habían agarrado el pulso de  los nuevos tiempos, los  mexicanos seguían de esclavos de la tienda de raya de las haciendas.

En realidad, insistimos,  a la postre todo quedó colgando de un hilo. La  expulsión de los españoles fue muy a la mexicana. Los odiaban, pero en algunas provincias, no tanto.

La gran cultura occidental que trajeron los españoles y los grandes centros de enseñanza que fundaron recién la conquista (Tlatelolco, San Ildefonso en la ciudad de México, Colegio San Nicolás Obispo de Valladolid, Michoacán…) fueron pensando en los hijos de los conquistadores y en las familias de los grandes caciques indígenas al servicio burocrático de los españoles. Pagando así los servicios que habían prestado en la guerra de conquista y destrucción de  México-Tenochtitlán.

“Quinientos años de Resistencia indígena” es el slogan oficial y popular que se oye en septiembre del 2021 en México.

 Si todas las etnias (excepto las etnias del norte) se unieron al español contra México-Tenochtitlan, en el siglo dieciséis, la lectura del slogan es un reconocimiento  a que los mexicas fueron los únicos que resistieron contra la invasión europea. La esclavitud sufrida durante trescientos años hicieron que se reconociera el error y ahora los otrora enemigos del azteca  se arropan  bajo el gentilicio de los mexicas, mexicanos. Arropamiento,gentilicio,  que viene siendo un reconocimiento al heroísmo  azteca que cayó en defensa de la original  y milenaria cultura náhuatl.

Todas estas etnias adversas fueron utilizadas de inmediato por el español para que destruyeran las pirámides del  centro ceremonial azteca que estaba rodeado por el gran  coatepantli o muro de las serpientes, muro de Quetzalcóatl.

 

 


Aquí empezó la resistencia indígena, hace quinientos años.

Coatepantli de los aztecas

La traumática situación vivida ochenta años atrás no fue suficiente como para enmendar la actitud hacia el pueblo de los maceguales. Al contrario,  se dio un acercamiento entre los altos mandos mexicanos, ya independientes de España,  y el alto clero,  con los hacendados que había logrado evadir la expulsión.

Ese “borrón y cuenta nueva”, dicho en otras palabras, era hacerse cómplice esos mexicanos del genocidio sufrido por las etnias durante tres siglos por los españoles, decir: “Hicieron bien en casi  exterminarlos, esclavizarlos y marcarlos con hierro candente en la cara y en llevarse todo  el oro y la plata que pudieron, y quemar vivo al que se resistía creer en Jesucristo” o ser devorado vivo por los perros de los españoles. 

"En otros casos se utilizó la Inquisición como medio para acabar con las prácticas prehispánicas que aún se continuaban realizando en muchos lugares de México.” se dice en el libro de Eduardo Matos Moctezuma Muerte a filo de obsidiana, editado en 1975 por El Instituto Nacional de Antropología e Historia, México.

Un acuerdo, una actitud dialéctica,  entre los antagónicos de poder, siempre es bienvenido en nombre del bienestar del pueblo. Esa fue, al menos la intención, del famoso abrazo de Acatempan, en el que realistas e insurgentes se dieron  la mano  para  dar por terminada una lucha que ya llevaba dos décadas. Ese sería la actitud de España cuando tres lustros más tarde decidió reconocer la independencia de México.

Y esa es la misión de los príncipes de la Iglesia católica, estar en el mundo, en otras palabras, cerca de los poderes con la misión de paliar el sufrimiento de  los pueblos y, en la posibilidad de las circunstancias, hacer por  desterrar su pobreza económica. Si eso no se da…

Cuando ese acercamiento es en perjuicio del pueblo, es cuando recibe el feo calificativo arriba anotado.

Cincuenta etnias   en México siguen viviendo, para 2021, sus costumbres y sus ritos ancestrales a lo largo de todo el país. Lo que se conquistó en el siglo dieciséis  fueron los grandes centros de poder, cultura y población y el más importante de todos  México-Tenochtitlán.

En otras palabras, el México precristiano no fue borrado. Sigue vivo. Pero también en el abandono por extraños y propios, “por los siglos de los siglos”.

 Y hubo periodos, en el siglo diecinueve,  de los gobernantes mexicanos, que persiguieron con saña a etnias del norte con la misma vesania que tres siglos atrás lo hicieron los españoles. Despojar  las tierras a  las tribus y “blanquear” la piel de los étnicos era la idea.

Sí, dos genocidios. El primero ejecutado por los conquistadores y el segundo por algunos gobiernos de mexicanos ya independientes de España.

Para lo escépticos,  de lo que aquí se dice, tenemos esta nota de El Universal publicada en Internet el 28 de septiembre del 2021.Es una aceptación valiente de reconocer los errores tanto del gobierno federal como de la misma Iglesia, ésta, nada menos que del Papa.

 "Ciudad de México, 28 de septiembre (EFE).- Con la petición de disculpas al pueblo yaqui, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, culminó este martes las ceremonias del perdón por los agravios cometidos contra los indígenas desde la conquista hasta la actualidad, en las que no ha participado el Gobierno español.

 “El Estado mexicano no debe permitir nunca más la marginación, los abusos y las injusticias en contra de los yaquis ni de ningún otro grupo étnico o cultural de nuestro país. Primero deseamos ofrecerles perdón”, declaró López Obrador en un acto con el pueblo yaqui, en el norteño estado de Sinaloa.

Durante el evento, titulado “Petición de perdón a los pueblos originarios”, arremetió especialmente contra la persecución de indígenas bajo la dictadura de Porfirio Díaz (1877-1911), un capítulo que consideró “vergonzoso”, y criticó la “concepción racista que se padece desde la llegada de los invasores españoles”.

 “A 488 años de la llegada de los conquistadores a estas tierras del norte de México, venimos hoy a honrar la digna historia de resistencia y dignidad del pueblo yaqui”, declaró Adelfo Regino, director del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.En cambio, el papa Francisco mandó una misiva este lunes en la que reconoció “los errores del pasado” y reiteró su petición de “perdón por los pecados personales y sociales” cometidos por la Iglesia durante la conquista y evangelización del actual México."

Si bien la antropología social profesional e institucionalizada nació en México en  1917  con  Manuel Gamio, sería hasta el 3 de febrero de 1939, por mandato  del presidente Lázaro Cárdenas, que se fundaría el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Una   dependencia del gobierno federal de los Estados Unidos Mexicanos.

A ochenta años de gobiernos ya mexicanos, y de aquel sangriento 1828, el noventa por ciento de los mexicanos eran analfabetas, andaban descalzos y vivían en chozas. Los hijos heredaban la deuda que el español hacendado había anotado en las tristemente tiendas de raya que cada hacienda tenia, esto, como se ha anotado, con la venia de  gobernantes mexicanos.

 El niño mexicano recién nacido en esos tiempos ya tenía que pagar dos deudas: una deuda en la tienda de raya del hacendado  y otra deuda en la iglesia  con el nombre de “pecado original”.

Lo grave de esta indolencia hacia el pueblo, vendría en los tiempos que estaban por llegar. Unas masas así, carentes de todo, se precipitan a la primera oportunidad, a la prosperidad, al tener, que lleva la consumismo, incluida la telerrealidad. Seguirán ignorando el progreso, que apunta hacia la evolución universal. Evolución en la que el Romanticismo y la Ilustración caben, para bien, dialécticamente en el alma del individuo.

 Para mejor decirlo, llenar el desván de la casa con trebejos y no el alma con las luces de la cultura.

Uno del pueblo se encontraba en la calle a un español, o a un catrín (mexicano cerca del poder), debía bajarse de la banqueta y no levantar la vista bajo riesgo de ser golpeado en la cara por insolente. O enviado al presidio  de San Juan de Ulúa, islote en el mar,  de donde jamás regresaba.

Y se daba por hecho, bajo la mirada de la Iglesia, lo que se llamó el derecho de pernada: en situación de casamiento el primero que se acostaba con al novia era el hacendado.

 


La División del Norte, cruzando el desierto de Samalayuca, en el camino de librar la batalla final, en Zacatecas.

El 20 de noviembre de 1910, con la toma de Ciudad Juárez, por Francisco Villa y Pascual Orozco, a las órdenes de Francisco I Madero, empezó el movimiento revolucionario que se ha considerado como la primera gran revolución popular del siglo veinte en el mundo.

Francisco Villa, Pascual Orozco y Maclovio Herrera no eran militares. Eran gente del campo de la infinita llanura norteña que conocía las montañas, sabían montar  caballos y disparar en plena carrera,  y tenían muy desarrollada la intuición del guerrillero.

 


El pueblo del 90 por ciento, vejado durante tres siglos, ahora iba  contra los corruptos  mexicanos en el poder  y sus compadres los hacendados.

En  tanto los once generales de división  del viejo orden huertista, que comandaban la impresionante columna de trenes del ferrocarril con soldados del gobierno, trazaban un plan de batalla para controlar el norte del país, la División del Norte de  Villa, compuesta de campesinos, ya había tomado la ciudad de Torreón, hasta entonces en manos de los huertista,   penetraba las  defensas  de Paredón y   preparaba el ataque decisivo que tendría lugar  en Zacatecas.

En Zacatecas, último bastión del gobierno federal, batalla decisiva, Madero, Villa, Natera y Herrera, iban contra los corruptos  mexicanos en el poder  y sus compadres los hacendados.

La revolución mexicana casi barrió  con toda esa perniciosa connivencia. Casi…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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