BORRACHO: ESTA NAVIDAD NO SALTES A LAS VÍAS DEL METRO, MEJOR LEE A CARL JUNG EN LA HISTORIA DEL ALCOHOLISMO

 

Fentanilo, alcohol, etc.= narcisismo

 

Referencia: Libro AA llega a la mayoría de edad

 

Jung ni siquiera se dio cuenta que fue pieza clave en la historia del  movimiento que ha salvado a muchos de la patología del alcoholismo.

 Es en realidad una antiquísima labor filosófica  de los griegos pero trasladada al terreno de la psicología del siglo veinte. Cirenaicos= hedonistas, estoicos= disciplinados y, al final, Anaxágoras, impotente de encontrar la solución, recurriendo por vez primera, documentada, al deus ex machina. Es la ruta de la cultura occidental.

 Hubo una vez, como en los relatos fantásticos, allá por el primer tercio del siglo veinte (no se conserva  la fecha exacta), que un hombre rico, pero muy borracho, fue a ver al Dr. Jung, en la ciudad de Zúrich, Suiza, para que le ayudara contra el habito de embriagarse. Ya los días de poder, vino, rosas y mujeres, habían sido  seguidos por amaneceres propios de la Casa de Usher.



Dibujo tomado del libro La psiquiatría en la vida diaria de Fritz Redlich, 1968

 


Había visitado a otros psiquiatras pero él seguía bebiendo. Ya tenía la suficiente información que arrastraba  una carga muy pesada de narcisismo. Le dijeron que Jung era de los mejores médicos y se puso en tratamiento.

 Pero después de algún tiempo seguía bebiendo. Con toda honradez Jung dio por terminado el asunto, diciéndole que  ya había puesto todos los recursos de su saber  y que no volverían a verse más. Desesperado el borracho exclamó, preguntó, ¿cómo era posible que eso le sucediera si él era un hombre de fe.

Las últimas palabras de Jung fueron”Si es un hombre de fe, aférrese a ello.”

 De haberse tratado de un psiquiatra  epistémico, laico y ortodoxo, como era la situación que corría en la psiquiatría en esa época en Europa, no sólo lo hubiera corrido a patadas de su consultorio sino que le habría puesto una camisa de fuerza y enviado al manicomio, por creer en esas cosas ilógicas.

 Enfrentado a su aporía, a su alcoholismo sin solución, no obstante, el borracho no olvidó las palabras de Jung: “Aférrese a su fe”.

 


                            Carl Jung


Jung no volvió a saber nada de este borracho. Fue como un grito desgarrador que se pierde en la noche, como una borla que se lleva el viento.

Muchos años después, cuando el movimiento de Alcohólicos Anónimos se había consolidado y se extendía por toda la Unión Americana y más allá de sus fronteras, Bill W, uno de sus fundadores, le escribió a Jung. Refiriéndose a aquel borracho le dio las gracias por lo que ello significó en el arranque del movimiento para alejarse de la enfermedad del alcoholismo. Por la respuesta Bill W. se dio cuenta que muy vagamente Jung recordaba al borracho motivo de la carta.

 De alguna manera aquel borracho, del que ni siquiera se ha conservado el nombre, se dio cuenta que la Iglesia no era un museo sino una especie de hospital al que acude la gente para buscar  llevar una vida de mejor calidad, según el caso personal de cada quien.

Puede llevar ese camino de calidad por el camino de la ciencia médica, y de la ética filosófica, laica, que son asuntos muy de la fenomenología, pero si la botella es más fuerte que la ética…¡kaput!

 Se infiere que las escuetas palabras de Jung lo llevaron hacia las regiones donde la conducta  tiene que rendir la plaza. Y  empieza a restablecer puentes que antes su solipsismo había destruido. Como haya sido, dejó de beber.

Este borracho le platicó su experiencia a otro alcohólico, al cual se le conoce como “Ebby, que  también dejó de beber. Pero no por otra cuestión sino porque habían hecho el  trascendental descubrimiento, propio, empírico, que al  hablar dos alcohólicos, sin que medie bebida de por medio, dejan de beber.

“Ebby” tenía un amigo, de los tiempos de la escuela, con el que se emborrachaba. Se llamaba Bill W. Supo que Bill estaba metido hasta el cuello en problemas de alcoholismo y, dice la historia, un día le habló por teléfono (se conserva la foto de la cabina de dicho teléfono). Le preguntó si podían platicar.

 “En este sitio del salón del Hotel Mayflower en Akron, se tomó la decisión histórica para el futuro de A.A. Aquí uno de los cofundadores rechazó la idea de tomarse una copa y prefirió hacer una llamada telefónica que lo condujo al otro cofundador, y de ahí a la gran cadena de recuperación que se ha extendido por todo el mundo”

Unos meses antes Bill había caído hasta lo más hondo imaginable del alcoholismo. Después de relatar como amanecía tirado en la calle, cerca de su casa, recordaría más tarde.”Volvía a beber, una, dos, tres botellas diarias de ginebra casera. Yo no podía parar y lo sabía.” Los que lo veían tomar de esa manera  le preguntaban: está usted loco, y él contestaba, desafiante: “Sí, lo estoy.”

 Bill aceptó gustoso de volver a platicar con su amigo que hacía años que no veía. Con la desconfianza que su amigo ahora fuera uno de esos afanosos lectores de la Biblia que van por el mundo anunciando que mañana se acabará todo.

 Recuerda:”yo había sido educado en una maravillosa facultad de ingeniería donde había obtenido la impresión de que el hombre era Dios”. Para su alivio “Ebby” no hizo nada de eso. Sólo platico un rato, habló de su antigua vida de alcohólico y regreso a Nueva York. El resultado fue que  Bill también dejó de beber, con sólo platicar sin la botella.

 La primera reflexión que Bill se hizo del asunto fue esta: “Ebby” se tomó la molestia de hablar por teléfono y luego viajar desde Nueva York hasta mi casa en Brooklyn. Todo eso requirió de su parte gastar tiempo y  dinero. Fue la primera vez que Bill, que había sido corredor de bolsa, tuvo la conciencia que el dinero y la espiritualidad pueden convivir “en el sombrero”.

 Luego la historia de AA arranca de manera decisiva cuando el propio Bill decide buscar a otro alcohólico, un médico al que se conoce como “Dr. Bob”. A regañadientes éste aceptó platicar con Bill. Porque platicar significaba dejar de beber aunque fuera por media hora. Pensó “sólo estaré unos minutos y buscaré dar por terminada la plática”.

 Cuando Bill s e marchó de la casa del Dr. Bob se había hecho de noche y las horas habían trascurrido sin apenas darse cuenta. También  dejó de beber. Así empezó esta historia, que se empeña por no ser historia, y sí permanecer  por siempre anónima.

 En la realidad este movimiento no arrancó de cero. El pueblo norteamericano tiene a  William James, gran pensador, al que se le ubica tanto en la filosofía como en la psiquiatría, y que de alguna manera su obra rebota por todos los rincones de Estados Unidos y del mundo y, de lejos o de cerca, fue permeando el panorama cultural de Norteamérica. Cuando salta el nombre  de Carl  Jung, y su labor psiquiátrica, no resulta de todo ajeno.



El gran Williams James 


Y lo que interesa para nuestro relato es que James, como Jung, no era un psiquiatra epistémico ortodoxo. Su obra, muy conocida, lleva por título Variedades de la experiencia religiosa.

 Sin embargo, tratándose de la salvación de la patología del alcoholismo, no toda cura  es en automático, como en la fenomenología, a la que una causa sigue un efecto y luego éste en  otra causa que va a provocar otro efecto. Lo lógico es  que en el alcoholismo se muere de alcoholismo. Lo ilógico es que se  evada ese desastroso final.

Aquí también hay una especie de determinismo con el que  los griegos de la antigüedad socrática ya se habían enfrentado. ¿Por qué unos son virtuosos y otros nacen provistos de colmillos con su bolsa de veneno? ¿Quién reparte esas inclinaciones? En el caso del alcoholismo sólo uno, de mil, se queda en AA.

 Por eso se piensa que aquí también  la causalidad se rompe para dar paso a lo aleatorio. Dicho con una metáfora, AA es como una panadería. Se necesita que la masa esté en su punto para hacer el pastel. En la medida que el individuo se aleje de su solipsismo tendrá lugar el milagro…

 “Carl Gustav Jung (AFI: ˈkarl ˈgʊstaf ˈjʊŋ) (26 de julio de 1875, Kesswil, cantón de Turgovia, Suiza - 6 de junio de 1961, Küsnacht, cantón de Zúrich, id.) fue un médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis; posteriormente, fundador de la escuela de psicología analítica, también llamada psicología de los complejos y psicología profunda.”

LEWIS, LA EXPERIENCIA LOCA DE LEER OCURRENCIAS DE FILÓSOFOS, NOVELISTAS, POETAS Y MECANICOS

 


¿Por qué leer tanta fantasía de filósofos, novelistas y poetas? ¡Tanta ocurrencia! Dicen que esa es la realidad de la vida. Pensadores idealistas y otros materialistas lo aseguran.

El positivismo se atrinchera en su abstracción del todo en el medir, pesar y comprobar. El romanticismo busca la aprehensión de lo absoluto.

La otra realidad, aparte de las ocurrencias mencionadas, son los programas hueros de la televisión, la propaganda con técnica de conflicto que se hacen algunos artistas, los pleitos de las familias de la realeza que, fuera de su establishment, nadie conoce ni conocerá y, por si algo faltara, las cínicas fake news.




Tomado de El Pais 20 octubre 2018



Diez minutos viendo canales de televisión para decidirse por la fantástica realidad de los novelistas.

¿Y la gente pobre (noventa por ciento de la población mundial) que no tiene para comprar tarjetas de programas televisivas seleccionadas?

Virgilio y Dante están listos para guiarlos en un tour por los mismísimos infiernos del estrés.

Abro las páginas del Quijote y ahora hay tres personajes, no dos. Lo leí cuando niño y luego de adolescente y lo sigo leyendo. A las andanzas de los legendarios personajes ahora saltan, por conexión, los recuerdos de mi propia experiencia que han vuelto a aparecer con esas siempre emocionantes lecturas de Cervantes. Escritor, personajes del texto, y lector ahora están en un mismo paquete, embrollo o aventura.

 “Como cuando volvemos a algún sitio hermoso que conocimos de niños-escribe C. S. Lewis en La experiencia de leer-.Apreciamos el paisaje con nuestros ojos de adultos, pero también revivimos el placer, a menudo muy diferente que nos produjo cuando éramos pequeños”.

En cada etapa de mi vida he pensado de manera diferente respecto de lo que Cervantes quiso decir. Los cien, o tal vez más, ensayos que se han escrito analizando esta obra, me dan la razón.

Cada quien ve  la misma calle de diferente manera. ¡Y por la tarde, esa misma calle le parecerá diferente a él mismo!

 Lewis: “Por naturaleza, cada uno de nosotros ve el mundo desde un punto de vista”.

El mismo autor de una obra, según pasa el tiempo, va considerando otro modo de ver de cómo lo escribió por primera vez. Los trabajos de filosofía son donde más se ve este fenómeno cuando encontramos la expresión “En mi obra de juventud…”

Kant, en la segunda edición de su Critica le agregó capítulos y le quitó otros.

Luego están los dogmatistas  que, a mi manera de ver una calle, me dicen cómo debo de verla. Si  se trata de un pais democrático no pasa de ahí la cosa. Si es otro pais no paso del día. 

Los filósofos escriben sendos trabajos enmendándole la plana a lo que escribió Aristóteles y Aristóteles, a su vez, no pierde renglón, al menos en su Metafísica, marcando lo que, a su modo de ver, cometió Platón, etc.

De ahí que Oswald Spengler escribió en La decadencia de occidente: “ Los posteriores se han originado en transformación de los anteriores”.


El Pais 14 diciembre 2019



Santayana, el filósofo estadounidense-español, se refiere a las teorías filosóficas de todos los tiempos, incluida su obra, como meras literaturas. En otras palabras, son trabajos liricos u ocurrencias que cada quien tuvo (Santayana se auto consideraba como ”un filósofo vejestorio”). Lewis hace esta reflexión:

“¿Qué valor tiene, e incluso, qué justificación puede tener, interesarse con tanto entusiasmo por unas historias que narran cosas que nunca han sucedido, y participar indirectamente de unos sentimientos que no nos interesaría en absoluto experimentar en nuestras vidas? ¿Qué valor tiene concentrarse para imaginar cosas que nunca podrían existir, como el paraíso terrenal de Dante…”

 Como ir por primera vez a escalar una montaña. Unos no sentirán nada interesante en esa acción y no volverán, se apoltronarán  en la deliciosa  ciudad industria, de los pantalones rotos, celular en la mano  y tatuajes en el ombligo, para ya nunca salir de ella. Para otros puede ser una experiencia tan trascendental y harán del alpinismo no su deporte ocasional sino su modo de vida. Así dice Lewis, en esto de la lectura:

“Para una clase de personas la primera lectura de una obra literaria suele ser una experiencia tan trascendental que sólo admite comparación con las experiencias del amor, la religión o el duelo. Su conciencia sufre un cambio muy profundo. Ya no son los mismos. En cambio, los otros lectores no parecen experimentar nada semejante”.


Cuando en el mundo no había teléfono de mano

El Pais,29 junio 2019


Leer literatura cultural, composiciones liricas, novelas o poesía, es como dice la insignia sagrada de la etnia tohono O’odham, de Sonora, México-Estados Unidos, en el Laberinto de la Vida, de calidad en el  que cada  individuo encuentra su realización como ser.

¡Que locura esto de leer! Estamos en  la disyuntiva.

Navegamos en el mar encrespado de las ideas de calidad de todos los tiempos o,

nos arrellenamos en el sofá, comiendo palomitas viendo los programas hueros, en espera que  Virgilio y Dante nos lleven en su próximo tour a la nada fresca mansión de Dite.

                                                           

ABRAZOS,NO BALAZOS.MANIFESTACIONES CONTRALA VIOLENCIA EN MEXICO Y EN EL MUNDO EL 12 DE DICIEMBRE.PRESIDE LA VIRGEN DE GUADALUPE.

 

 

 


Los mexicanos se dirigen, puntualmente, cada año,   el 12 de diciembre,   al mítico Chicomostoc,    en  su avatar, fenoménico, la Basílica de Guadalupe, norte de la Ciudad de México.



De cercanas y lejanas tierras se les ve llegar. Caminando a lo largo de mil, dos mil kilómetros o más (De Yucatán o de Chihuahua) en bicicleta, moto o en avión. De Estados Unidos, este continente y de otros.



Resumiendo (en atención al surmenage de nuestra vida en la ciudad industrial).

¿Qué cantidad acude este día a la Basílica? La cifra nos da una idea de lo que ésta Virgen representa para los mexicanos y aun para muchos extranjeros. Nota tomada de Internet:

 “CIUDAD DE MÉXICO.- El 12 de diciembre se celebra en México el día de la Virgen de Guadalupe, que representa una de las fechas más especiales para este país.

Durante este día aproximadamente 7.2 millones de personas visitan la Basílica de Guadalupe, una cifra equivalente a los visitantes extranjeros al año de la Meca, la ciudad sagrada del Islam, o los habitantes de Bulgaria.

Pero no es la única fecha en que la Basílica recibe a los católicos, a lo largo del año, el recinto recibe aproximadamente 18 millones de habitantes de acuerdo con información de la Secretaría de Turismo del Distrito Federal, equivalente a la población de Chile. La cifra además resulta sorprendente si se tiene en cuenta que supera el flujo de turistas extranjeros en las principales ciudades del mundo: Londres, París o Nueva York, de acuerdo con Euromonitor.”

Mitos, leyendas, supersticiones, religiones reveladas o no, filosofías teístas, ateísmo y teísmos, que no buscan el bien de la humanidad, no sirven  para nada bueno.

El guadalupanismo se ha abierto camino hacia la fraternidad de los pueblos a través de las endémicas bandas de guerra de NativoMexico, de la conquista española y su terrible inquisición y del relativismo del liberalismo moderno, y ha llegado fresco y vigente hasta este 12 de diciembre de 2023. Con su mensaje de amor. Como se menciona más arriba, de 5 a 8 millones en el país, y N millones en el mundo así lo sienten y lo viven.

Para conocer, en flash-back, el mito guadalupano: la misma divinidad femenina a través de milenios se ha distinguido en México con estos nombres y sus respectivas diferentes representaciones) como: Guadalupe, Tonantzin, Coyolhauqui, Coatlicue y Chicomecoatl, la diosa (o nombre original).

 


Peregrino solitario, entre las altas montañas (de más de 5,mil m), se dirige a la Basílica. Le faltan ochenta kilómetros para llegar. Al fondo el Popocatépetl

 Milenaria es la costumbre de los mexicanos de llevar a la espalda “el bulto” que contiene la imagen de la divinidad (véase, por ejemplo, Tezcatlipoca, obra excelente de  Guilhem Olivier, Fondo de Cultura Económica, México, 2004)

Foto de Cuarto Oscuro, tomada de Internet.

 


Al encuentro de su  mito.

En las altas montañas (más de 5 mil m.), para descender a Valle de México, lugar de la Basílica. Todavía deben recorrer a pie ochenta kilómetros. Al fondo el lado sur de la montaña Iztaccihuatl.

El “bulto” en la espalda del  peregrino  en el primer plano.

Foto Cuarto Oscuro, tomada de Internet.

 

 


 “12 de diciembre de 2019. La llegada de más de ocho millones de peregrinos a la Ciudad de México contará con un dispositivo de seguridad y vialidad que ya prepara la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la capital.

La Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México implementó el operativo "Bienvenido Peregrino 2019" con la participación de 3,134 efectivos, que se encargarán de resguardar la integridad física y patrimonial de los más de 8 millones de devotos que se esperan este año.

 


Con motivo del 488 aniversario de la aparición de la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre de 1531, las autoridades capitalinas también desplegaron 127 vehículos, 20 motopatrullas, 8 grúas y un helicóptero que vigilarán las inmediaciones del recinto ubicado en la alcaldía Gustavo A. Madero."

 


Chicomecoatl





Guadalupe


ELUCIDACIÓN

El guadalupanismo no es una exclusividad teológica de los mexicanos. No es un chauvinismo religioso. Es la divinidad de todos los cielos que cada nación representa ( o no representa), según su idiosincrasia, la llama en singular o en plural, conforme a su idioma o dialecto. En México se llama hora así: Guadalupe.



Para los que no están bajo el síndrome de Bournot o surmenage, el mito es como sigue:

La  religión náhuatl se sustenta en el número 7.De Chicomostoc (siete cuevas), salieron las tribus mexicanas para recorrer el mundo. En su primera etapa llegaron al Valle de México, siguieron al norte del continente, después se fueron para Estados Unidos y finalmente se desparramaron por el mundo.

 Por lo general a Chicomecoatl, la diosa primordial, se le representa con la boca abierta. A semejanza de la tierra seca que necesita el agua. En la práctica del rito a esta diosa ello significaba la sangre de los prisioneros de guerra que decapitaban en su presencia.

.Sólo que mientras dure la  permanencia de los mexicanos  en este mundo necesitan alimentarse. Para que los valores vitales se manifiesten se necesita resolver las necesidades materiales.

 De esto, precisamente, se va a encargar la diosa Chicomecoatl. Su cuerpo, que es la tierra, va a  generar la planta del maíz. El maíz va a estar simbolizado por la serpiente, Coatl.

 Del cuerpo informe, sin cabeza, de la Tierra, va a brotar la cabeza, la planta del maíz, en forma de serpiente. Y en  eso va a girar todo el mito.

  Este binomio tierra-maíz, que es la vida para los pueblos de Mesoamérica, va a ser interpretado en el siglo dieciséis, época en el que los dioses mexicanos se diabolizaron, como la cosa horrenda de una decapitación de la que salen chorros de sangre en forma de serpientes.

El criterio de los estudiosos  consiste en que la decapitación  es propio en los dioses mexicanos que tienen que ver con la generación del maíz y en general de las mieses. Tal es el caso de Coatlicue y de Coyolxauhqui. Ambas, madre e hija, sin cabeza, porque ambas representan la tierra generatriz. De ahí que la decapitación en los sacrificios de los prisioneros de guerra de los aztecas  fuera cosa ritual, habitual.

En tiempos ya del cristianismo en México, en algunas regiones de tradiciones agrícolas, se repite este rito de la decapitación degollando un ave, y regando su sangre en la tierra, para esperar una buena cosecha. La sangre hace la tarea del líquido generatriz, el agua, Tláloc.

 La serpiente, en la cosmovisión náhuatl, es el nagual de Quetzalcóatl.

 La víbora de  la mitología étnica no es el animal feo, apestoso, lascivo y maldito de la cultura occidental, origen de todas las perversidades del mundo.

No. Quetzalcóatl y su avatar la serpiente,  es el nagual del dios de la  religión náhuatl asociado con la sabiduría, la cultura y lo espiritual. Para el caso que nos ocupa Quetzalcóatl, la víbora, representa el maíz.

El nagual en México, el avatar en la India, es una cosa o animal que representa el espíritu de un sujeto. Por ejemplo, la paloma en el Espíritu Santo del cristianismo. El perro de San Juan Bosco de los salesianos. El colibrí de Huitzilopochtli. El coyote, en Tezcatlipoca, etc.

  El mito empieza con una mujer llamada Coatlicue, que será la madre de Huitzilopochtli, el dios tutelar de los aztecas. Coatlicue, una mujer, se encuentra un día barriendo el adoratorio de la divinidad en lo alto del cerro Coatepetl (cerro de la serpiente).

 Una borla, una pelusa, cae dentro de su  pecho y queda embarazada. Coatlicue tenía muchos hijos, conocidos como los centzonhuitznahua, entre ellos una hija llamada Coyolxauhqui. Se sienten humillados por el embarazo de su madre, que creen de relaciones ilícitas,  y traman su muerte.

Sólo que el niño que Coatlicue trae en su vientre es el dios Huitzilopochtli. Se da cuenta de lo que traman sus hermanos contra su madre y al nacer, ya armado con escudo y flechas,  da muerte a todos los  centzonhuitznahua.

Coyolxauhqui tiene otro destino. Huitzilopochtli ordena a un guerrero, llamado Tochancalqui, que la decapite.

 La ceremonia de la decapitación va a contener varios elementos. Un listón blanco, distintivo de los que iban a ser sacrificados, el número 7, generalmente en derredor del cuello, las manos en actitud propiciatoria para las buenas cosechas y la presencia del fuego, para calentar la tierra y broten sus frutos.

De ahí que, llevados de manera consciente, en tiempos precristianos, y ahora de manera que sólo está en el inconsciente, los mexicanos seguimos viendo (en las manos y en el cuello) los símbolos de la diosa Chicomecoatl, en la iconografía de  la Virgen de Guadalupe.

 Para los católicos mexicanos que tiene miedo de esta su realidad mítica histórica, recordamos las palabras del Papa Francisco expresadas en Ciudad Juárez, México, el 17 de febrero del 2016:

"México no se entiende sin la Virgen de Guadalupe".

En el cuello la Virgen de Guadalupe tiene un listón y  7 cuentas apenas distinguibles. Y sobre la falda blanca las borlas algodonosas simbolizadas por las flores. Las manos en actitud propiciatoria. El águila solar, sobre la que está parada, es la que calienta a la tierra y hace germinar la planta del maíz.

El desconocimiento de las iconografías sagradas ha sostenido la creencia que la Virgen de Guadalupe de España  patrona de Extremadura, venerada por la Iglesia católica, y cuya festividad es el 8 de septiembre, es la misma que la Virgen de Guadalupe de México. Esta imagen sagrada de los españoles carece de la simbología de la Diosa Chicomecoatl.

 En este sentido debe verse la aparente incongruencia de Huitzilopochtli, dios de la guerra, que ve por la vida de sus hijos. Y su madre Chicomecoatl (o Coatlicue o Coyolxauhqui o Tonantzin o Guadalupe), siguen permitiendo que se cumpla el ciclo morir (la calavera que, Coyolxauhqui y Coatlicue llevan en la espalda) para volver a nacer, no reencarnar, sino seguir viviendo, como Sócrates lo creía, pero ahora ya en las islas afortunadas o en Phtia, donde ya no hay tiempo ni espacio, que en México no se llama Ptia sino Chicomostoc (7 cuevas) de donde una vez salieron las tribus mexicanas.

 Otra vez, resumiendo:

Los mexicanos cada año, puntualmente,  el12 de diciembre,   se dirigen al mítico Chicomostoc, en su avatar  fenoménico, la Basílica de Guadalupe, tratando de hacer realidad la idea del bien.

 

 

 

 

 

 

W. STEKEL, LA MUJER FRIGIDA Y EL HOMBRE IMPOTENTE

 


 

Resumen:

La unidad amor-sexo es a lo que Stekel  se refiere en su libro.

Visto por separado es el amor que toca a las puertas del corazón, en busca de los valores esenciales, pero con disposición de entregar parte de su yo.

El sexo es la dualidad vaginismo-falismo que la diosa Afrodita Polimia está dispuesta a facilitarnos, en cualquier  vuelta de la esquina (o cita ciega), con el único requisito de estar el solicitante dispuesto a incursionar o seguir  en el solipsismo.

Afrodita Urania es equilibrio en las relaciones hombre-mujer que señala Stekel.

 El amor es  la negación del yo, casi por completo, frente a la otra persona para que entre ambos hagan posible en advenimiento de un nuevo ser: “El amor, es verdad, es el deseo de sumisión completa, el deseo de ser absorbido por el otro, de sumergirse en él para formar un nuevo individuo después de haber  abandonado la propia identidad. El que ama deberá abandonar siempre una parte de su yo, de sus hábitos, de sus necesidades y de sus tendencias naturales”.

 Esta intención muchas veces es barrida por las grandes olas que la vida suele levantar. Casi se necesita un milagro para que eso no suceda. En la mesa del juzgado civil los expedientes de solicitud de divorcio son más que los que solicitan casarse. Desde mucho antes había ya un divorcio emocional.

A semejanza de un partido de futbol con los dos contendientes (la idea de contendientes) de la misma categoría con patadas, codazos y la complicidad del árbitro (el juez del juzgado de  lo civil),uno acaba imponiéndose al otro.

"Negociar" es el lenguaje sindical y político. Los "yo" y los "ego" son del  terreno de Jung. Pero la dialéctica se emplea desde los Presocráticos. Dialogar, ceder algo o mucho ambas partes.

 Los expedientes en conflicto no atendieron el lenguaje de los tiempos. En la práctica sindical se encontró el recurso de “negociación” y su lema, no escrito, es: “Más vale un mal arreglo que una declaración de guerra”.

 Negociar es ceder exigencias de ambas partes. En cuestiones  de amor y sexo lo que se cede es su yo. En contrapartida de su ego que lo  quiere todo para sí a costa de la negación de la otra persona.

 Lo más peligroso para la humanidad no es la amenaza nuclear sino el analfabetismo emocional de las parejas. Despojado el ser amado de su divinidad significa el comienzo de su depreciación y el final del amor.

La amenaza nuclear es un juego de niños, frente a la destrucción real, de cuando los narcisismos entran en combate.

Los amantes ahora son contendientes para imponerse frente al otro. Esta lucha puede convertirse en una o varias patologías como impotencia en el hombre o frigidez en la mujer. Dispaurenia llama Stekel a ese recurso  de la mujer de decir no utilizado como arma en la lucha de los sexos.



En cuestiones  de amor y sexo lo que se cede es su yo.

El riesgo de la prolongada búsqueda del Príncipe  Azul o de su Blanca Nieves puede ser la frigidez  en la mujer o de la impotencia en el hombre.

La realidad en la unión hombre-mujer esta en el espíritu del alpinismo que es buscar resolver problemas. 

Sin este compromiso mejor seguir con las citas ciegas o los noviazgos sin fin


Dibujo tomado del libro Técnica Alpina de Manuel Sánchez y Armando Altamira(editado por la Universidad Nacional Autónoma de México, 1978)


De este combate de los sexos el individuo sale lastimado. Con frecuencia impedido para intentar de nuevo. Es cuando se encuentra susceptible de ser alcanzado por algún tipo de neurosis: “Vemos claramente que la Dispaurenia es una enfermedad social y que es un arma femenina en la lucha de los sexos. El problema de la Dispaurenia tiene contactos con el de la homosexualidad y el de todas las demás neurosis.”

Los pueblos refinados por la civilización, y puede pensarse en la ciencia, la cultura y la religión, están más impedidos. “Las segundas oportunidades” van dejando un sendero de escombros a sus espaldas.

Los pueblos naturales son más prolíficos. Se piensa en el amor sexual, no en la retirada. Aquí el genio de la especie se apresuró a dejar su concrescencia  antes que la pareja entre en conflicto.


El romanticismo color de rosa sin compromiso (de noviazgo o de cita ciega) ha quedado atrás.

Ahora, atados a una misma cuerda, la vida  es de juntos   resolver problemas, como en la ascensión alpina.

Dibujo tomado de Internet


Afrodita Urania es la metáfora de una ascensión alpina compuesta por una cordada hombre-mujer que, a partir del valle, se dirigen a la cumbre de la montaña resolviendo entre ambos los obstáculos. La vida, semejante a una carrera de obstáculos, es ir sorteándolos. Y ese es también el espíritu del alpinismo: la “cordada” ( del argot alpino de los individuos que se atan a una misma cuerda para así ayudarse) es resolver problemas de toda escalada: el bosque, el glaciar, la rampa nevada, el glaciar colgante, el diedro, el extraplomo, la tormenta, etc.

 Ante el conflicto se recurre a uno de  los dos grandes recursos de saneamiento. El espiritual para el creyente, y el mental para el laico, el confesionario y el sillín del psiquiatra, con “fe ciega” en la cura. El escepticismo metafísico y el escepticismo ante la ciencia es aferrarse a su solipsismo.

Dicho lo anterior, Stekel nos advierte que tanto el templo, como el consultorio, son, no siempre pero muy seguido, terreno minado.

En ambos casos hay el riesgo de presencias con escaso nivel de probidad. Stekel observa que la psiquiatría es un campo minado tanto para el psiquiatra como para los que acuden a él en busca de alivio.

El libro La mujer frígida, una psicopatología de la vida amorosa de la mujer, apareció publicado en la primera mitad del siglo pasado (1926).

Era el tiempo en que unos psicólogos creían que la cura del enfermo se alcanzaba dando rienda suelta a sus instintos.

 Otros psicólogos en cambio observaban que el libertino de todas maneras  seguía neurótico. “Ha reprimido la religión y la moral, pero si ustedes descifran el lenguaje  de sus sueños y de sus síntomas neuróticos, hallarán que sufre precisamente por la supresión del componente anagógico.”

Stekel se refiere al fenómeno o al recurso de la “trasferencia”. Buen método porque el enfermo trasfiere su enfermedad hacia el psiquiatra. Pero por eso mismo el enfermo no podía separarse ya de su psiquiatra. Los tratamientos eran prolongados. Y hubo psiquiatras que se aprovecharon de la situación para hacer de sus pacientes lo que se les veían en gana: “Estos últimos, desconociendo la psicosis oculta, hicieron del hombre normal un hombre casi loco”.

El sacerdote, que desde la antigüedad remota ha buscado el bienestar de sus semejantes hurgando en la conciencia de estos, cuenta con el recurso de remitir a Dios. El confesante trasfiere sus cosas al confesor y éste las trasfiere a Dios. El psiquiatra empero, es un laico que debe habérselas sólo con su ciencia ¡y con su humanidad!:

 “La mayoría de los psicoanalistas, debo confesarlo francamente, son ellos mismos neuróticos; se someten al psicoanálisis para ser curados y tratan a su vez de curar a los demás sin tener derecho a obrar como guías de la salud ajena. Uno de los más grandes  peligros del psicoanálisis es que es aplicado por hombres  poco equilibrados, que sufren tal vez ellos mismos, imponiéndose como amos de almas extrañas. El número de las personas practicantes del psicoanálisis que se han suicidado es espantoso. El psicoanálisis no es un método con el cual se pueda jugar”.

El pueblo mexica, desde épocas remotas anteriores a la conquista española, tenía el recurso de la confesión ante el sacerdote (vease a Fray Bernardino de Sahgún) que remitía a Tlazolteotl las faltas confesadas. Cuando el mundo occidental conoció la existencia y los atributos de esta diosa quedó horrorizado. Tlazolteotl es "la comedora de inmundicias".



Tlazolteotl

Come inmundicias y arroja a un ser nuevo

Códice Borbónico


Era difícil imaginar una divinidad que comiera excrementos. Debió pasar el tiempo y profundizar en el estudio de esta diosa para entender que no es otra cosa sino lo mismo por lo que Jesucristo murió, por tragar las inmundicias de la humanidad.

Al final del camino el psiquiatra, lo mismo que el sacerdote, va a desempeñarse según sea él mismo. Hay médicos extraordinarios en la perspectiva de ayudar contra los males que aquejan  a la humanidad, en contraste con otros colegas que son el negativo del molde.

Lo mismo en la religión hay auténticos santos junto a demonios vestidos de frailes.

 En esta materia tan delicada Stekel cita lo que su maestro Motnagel tenía la costumbre de decir: “Sólo un hombre bueno puede ser un buen médico”. El hombre es como es, decía Schopenhauer siguiendo a Aristóteles, y sus  obras  se van a ver reflejadas en la edificación o  destrucción de los individuos que tratan. El equipo con que los dotó  la academia lo van a emplear de una u otra manera, según él es.

"No puedes escapar de lo que realmente eres" le dijo el coronel a John-Rambo III

Emerson, en sus Ensayos, anota que: "Un hombre bueno está siempre en unión con sus obras y constituye la figura central de la esfera posible."

Máx Scheler dice que " la proposición de normas ideales como normas obligatorias es un acto que en sí mismo será bueno o malo, según la bondad esencial o maldad esencial de la persona que realiza ese acto...el valor positivo o negativo del contenido prototipico se determina según la esencia valiosa positiva o negativa de la persona que actúa de prototipo." (Ética, capítulo segundo)

Leibniz es de la misma opinión: " Todo depende de la aplicación o del mal uso de las cualidades que se posea." (Nuevo tratado  sobre el entendimiento humano)

¿Qué hacer ante este mar tan turbulento? ¡Inútil preguntar a Sócrates, el sabio entre los sabios, nos dejaría en las mismas! Recuerdan: "Si te casas te arrepientes y sino te casas te arrepientes". Nos queda el recursos de confiar en el cielo o en la ciencia y que  los resultados nos vaya informando…

 Stekel no corre a la pareja del paraíso y ahora se las arreglan como puedan. No les revela sus enfermedades  y la abandona a su suerte. Despojado de su romanticismo el hombre o la mujer se encuentra sin brújula, y en medio de invisibles  gérmenes patógenos, producto de su analfabetismo emocional.

Lo que hace en este libro Stekel  es advertir, ya lo vimos, como en un enigma, que el terreno está sobradamente minado pero que al final hay una respuesta. La mujer (o el hombre) que busca mucho lo hace porque no ha encontrado “su amor”.

El riesgo de la prolongada búsqueda del Príncipe  Azul o de su Blanca Nieves puede ser la frigidez  en la mujer o de la impotencia en el hombre. En cambio, “Donde el corazón y el cuerpo han encontrado su complemento, la lucha ha terminado”.

En especial los hombres somos los que padecemos el complejo de Blanca Nieves. Preguntaba San Agustín ¿ y si la mujer preguntara por la pureza del hombre?

Los matrimonios para siempre son los hombres que se casan con las virtudes y los defectos de su pareja, y viceversa.

 La halitosis no sólo está en la boca de los hombres. La descalcificación de los huesos (sobre todo de las rodillas) no es exclusivo de las mujeres...Los cambios hormonales, por la edad, hace que cada año, tanto hombres como mujeres, nos parezcamos menos al galán encantador rompe corazones de los veinte años. Esa realidad también hay incluirla en el paquete de los matrimonios para siempre.

Los matrimonios de repuesto, los  que siguen buscando a su Blanca Nieves, los de las segundas oportunidades, son los que se casan nada más con las virtudes de la pareja...

En la actualidad esta situación se ha facilitado por las leyes de algunos países al dar entrada al "matrimonio exprés". En él la decisión del divorcio es unilateral, no acordado por ambos componentes del matrimonio.

De esta manera los hombres libertinos tenemos la puerta abierta para seguir buscando a nuestra Banca Nieves,   sin importar dejar atrás a madres solteras e hijos desprotegidos. Alguien, que no recordamos su nombre, dijo que el hombre puede embarazar a cien mujeres en el año y la mujer sólo un hijo puede tener en ese tiempo.

Stekel, al que luego seguirán zoólogos, pedagogos y sociólogos, termina  así su célebre obra:

“El primer deber de los padres es la educación de los hijos para la felicidad y la independencia. Los hijos no son ni el juguete de los padres, ni la realización de su necesidad de vivir, ni sucursales de su ambición insatisfecha. Los hijos significan la obligación de formar seres dichosos…Al decir libres quiero decir seres interiormente libres, que no han de ser neuróticos.”

 Nota:

Al final Stekel también se suicidó, se casó en dos ocasiones y tuvo dos hijos.

 "Nacido en Bujon, Bucovina, escribió un libro titulado Auto-erotism: A Psychiatric Study of Onanism and Neurosis (Autoerotismo: un estudio psiquiátrico sobre onanismo y neurosis), publicado por primera vez en inglés en 1950. También es meritorio por acuñar el término parafilia en sustitución de "perversión".[3] Stekel contrastó lo que él llamó "fetichismo normal" de intereses extremos, "Solo llegan a ser patológicos cuando han empujado todo el amor objetal a un segundo plano y ellos mismos se apropian de la función de un objeto de amor, por ejemplo, cuando un amante se satisface por la posesión de un zapato de mujer y considera a la mujer como secundaria o aún inquietante y superflua" (p. 3).[3]

Su autobiografía fue también publicada en 1950. Stekel falleció en Londres por suicidio. Estuvo casado en dos ocasiones y dejó dos hijos.[4] Su mujer Hilda Binder Stekel murió en 1969.[5]Analizó, entre otros, a los psicoanalistas Otto Gross y A. S. Neill.Es citado en El guardián entre el centeno de J. D. Salinger diciendo, "La marca del hombre inmaduro es que quiere morir noblemente por una causa, mientras que la marca del hombre maduro es que quiere vivir humildemente por una" (p.188). Esta cita es también utilizada en el anime Ghost in the Shell.

También se ha especulado que Stekel era el analista tras el cual Italo Svevo modeló al narrador en su famosa La conciencia de Zen.

    Stekel W. (1911). Die Sprache des Traumes: Eine Darstellung der Symbolik und Deutung des Traumes in ihren Bezeihungen

    — (1911). Sexual Root of Kleptomania. J. Am. Inst. Crim. L. & Criminology

    — (1917). Nietzsche und Wagner, eine sexualpsychologische Studie zur Psychogenese des Freundschaftsgefühles und des Freundschaftsverrates

    — (1922). Compulsion and Doubt (Zwang und Zweifel). Liveright

    — (1922). The Homosexual Neuroses

    — (1926). Frigidity in women Vol. II. Grove Press

    —, Boltz O.H. (1927). Impotence in the Male: The Psychic Disorders of Sexual Function in the Male. Boni and Liveright

    —, Van Teslaar J.S. (1929). Peculiarites of Behavior: Wandering Mania, Dipsomania, Cleptomania, Pyromania and Allied Impulsive Disorders. H. Liveright

    — (1929). Sadism and Masochism: The Psychology of Hatred and Cruelty. Liveright

    — (1943). The Interpretation of Dreams: New Developments and Technique. Liveright

    —, Gutheil E. (1950). The Autobiography of Wilhelm Stekel. Liveright

    —, Boltz O.H. (1950). Technique of Analytical Psychotherapy. Liveright

    — (1961). Auto-erotism: a psychiatric study of masturbation and neurosis. Grove Press

    —, Boltz O.H. (1999 reprint). Conditions of Nervous Anxiety and Their Treatment

    — (2003 reprint). Bisexual Love. Fredonia" (Wikipedia)

Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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