ABBAGNANO, EL FACTOR INDETERMINADO PARA EL ESCALADOR

 


Referencia:

Nicola Abbagnano, Introducción al existencialismo, Fondo de Cultura Económica, México, 1975

 Anderl Heckmair, Los tres últimos problemas de los Alpes, Editorial Juventud, Barcelona, 1958

Kurt Salamun, Karl Jasper, Editorial Herder, Barcelona,Biblioteca de Filosofía número 23 , 1987

 

“Contra qué luchamos”, dijo desolada la bella doctora Maggie Rice (Meg Ryan) de la película Un ángel enamorado, con Nicolas Cage. 1998.

Concluyó con éxito una intervención quirúrgica pero el operado murió enseguida.

¿Contra qué luchamos al escalar una  montaña? Tomo todas las precauciones para subir por la pared y con el ánimo necesario para dejar que el destino haga su juego.

El control de la situación lo pongo bajo la lógica del razonar humano. Pero también estar consciente que hay cosas fuera de mí que pueden alterar el resultado esperado.

Vacunarse contra el coronavirus es un acto responsable pero hasta ahora no hay una vacuna que garantice la efectividad al cien. Conté con la feliz circunstancia que se me aplicara la vacuna que más alto porcentaje tiene sobre las otras vacunas pues sólo falta el cinco por ciento para la garantía plena. Y ese cinco por ciento es donde el destino, en la forma de virus, puede jugar sus cartas que yo no puedo controlar.

"Es la respuesta que tu organismo tendrá ante la vacuna" me dice un medico amigo mío. Sí, pero mi pasado ya no lo puedo controlar.Las grasas saturadas, la sal ingerida, el azúcar y la dulce vida dejaron su huella imborrable en mi cuerpo.

Los productos que anuncian en los medios para satinizar esto o aquello, no se arriesgan a una demanda y dice: Este producto es efectivo en un noventa y nueve por ciento.

El senador fulano tenía  en su bolsillo seguro la reelección pero de pronto se encontró con que algo lo había dejado fuera del presupuesto.

Abbagnano, un filósofo italiano del  existencialismo, nos invita a meditar sobre este factor indeterminado.

Las entrometidas diosas del Olimpo hacían cambiar de parecer a lo que Zeus tenía planificado para los hombres y para las naciones. Era enamoradizo y por lo tanto débil ante las bellas inmortales, y todo cálculo del Dios supremo se iba al traste.

Adquiero un tónico para la tos y veo en la etiqueta: alivia casi todo tipo de tos. Casi es el factor fuera de todo control de la previsión humana.

En el cristianismo todo está diseñado desde antes del  tiempo, para bien. Hay un factor que puede alterar eso. Se llama libre albedrío, o libertad, en  el laicismo.

El humano, siempre ingenioso para no responder sobre sus actos fallidos,  le echa la culpa al diablo. Llamada  a cuentas, la pareja primordial, en el paraíso terrenal, la mujer dijo: “el diablo me sedujo”, presionado, el hombre espetó a su creador: “Fue la mujer que tú me diste”.

En el Olimpo, está claro, las hermosas inmortales hacen y deshacen, sino pregúntenle a Héctor, el valiente guerrero de la bella Ilión. Pero en el cristianismo no. Dicho en otras palabras, qué o quién movió los dados para que se llegara a esa confusión. El diseño se salió de control. Es lo que Abbagnano llama, el factor indeterminado.

¿Es el humano, entonces,  a semejanza de un balón de futbol en la cancha, que es llevado y traído falto de voluntad ante el destino. No, dice Abbagnano, el hombre ha de realizarse como unidad propia. Luego aceptar que la existencia es continua apertura hacia el mundo y hacia los demás.

 “Yo sé-anota Abbagnano-, en todo caso, que afronto un  riesgo y este mi saber está presente en mi decisión y constituye un elemento  necesario para ella.”

Contra eso va el escalador y también contra eso el hombre y la mujer dentro del ruedo al pararse frente al toro. No es contra el toro, no es contra el obstáculo de la montaña por la que se moviliza el hombre. Es contra esa indeterminación que escapa a su control. Su antropocentrismo no lo acepta.

 


Ese es el juego que juegan los escaladores y lo toreros: retar al destino

Travesía en el Corredor Superior del Pecho de la Iztaccihuatl, México, a 4,800 metros.

 En la foto Mario Campos Borges y Salvador Alonso Medina.

Foto de Armando Altamira

 

Su yo se resiente. Ya calcula el desnivel de la montaña, sabe que en las altas cotas en las que se mueve la roca está erosionada, hay menos oxígeno para sus pulmones, oye al meteorólogo que le informa de las condiciones atmosféricas.

Más aún se sirve de su arma secreta que todo hombre  tiene, y en especial la mujer: la intuición. Fuera de todo cálculo del razonar humano, la intuición, ese saber antes del saber, ya otea el horizonte como el más efectivo de los sabuesos y, sin embargo, ese casi sigue estando presente. 

"Debe afrontarse siempre la posibilidad del fracaso", apunta Jasper como una condición natural de la vida. En el deporte, en   la guerra, en  las finanzas,en lo laboral, en el amor, en el fútbol,en las canicas, se gana y se pierde. Lo que importa es lo que sigue a ese descalabro en el alpinismo. El buen montañista sigue jugando.

Es lo que nos dice la leyenda de los Soles Teotihuacanos:sólo se gana por un día pero, igual, sólo se pierde por un día.

Ese es el juego que juegan los escaladores y lo toreros: retar al destino. Destino, suerte o azar se le llama a esa partícula indomable por el humano.

“Todos los escaladores saben que la suerte tiene un papel primordial en los éxitos alpinos de la juventud”, escribe  Heckmair, el escalador alemán que tomó parte en la conquista de la pared norte de El Ogro, montaña de Suiza.

Leonel Terray, francés, un excelente escalador que superaba problemas alpinos en todas las cotas, un día se precipitó en caída mortal.

Juan Medina, mexicano, escalaba como pocos. Pero la reducida porción incontrolable se hizo presente y un día, él y su compañero de cordada, volaron en caída mortal sobre el flanco oeste del Pecho de la montaña Iztaccihuatl, 4,800 m., conocida la ruta como Rampa de Oñate.

Lo mismo puede decirse de Santos Castro, el destacado escalador originario de Real del Monte,  estado de Hidalgo, México. El factor casi otra vez se hizo presente y quedó oscilando, llevado por el viento, en la pared  norte de El Abanico, norte del Popocatépetl, a 5 mil metros de altitud.

Así pues se está consciente del riesgo de que las cosas no salgan como las he planeado y, no obstante me decido.

Abbagnano: “Esta pretensión implícita en la decisión está fundada sobre una indeterminación efectiva, esto es, sobre la posibilidad de que las cosas se desarrollen de distinta manera  de aquella  que decido; pero también  está fundada sobre el asumir, por mí que decido, este riesgo, y sobre la consideración de todas las posibles garantías que puedo conseguir.”

 

 

 

GLACIARES DE MÉXICO, ¿POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS?

 


Doblan por el ser humano. No es broma ni lugar común. Cuando los glaciares en las montañas desparecen todo en el valle entra en la precariedad.

 Esto se anunció por la ciencia  y por los poetas desde hace décadas. No se hizo caso por los que tenían   poder para  remediar la enfermedad.

 


Flanco noroeste del Pico de Orizaba, México. Se ven tres zonas de acumulación de nieve que surtían estos glaciares (A,B,C). Del cauce que desciende a la derecha de la foto surtíamos de agua a nuestro campamento.

En la foto Antonio Muñoz y Armando Altamira Areyán

 

Gente de la academia, de la Universidad Nacional Autónoma de México, fue recientemente a poner, en la morrena del glaciar Ayoloco, una placa que declaraba oficialmente muerto al glaciar.

No somos aguafiestas pero llegará el día en el que, el último de nosotros, colocará una placa con el siguiente epitafio: “Por un tiempo los humanos habitamos este planeta”.

Semejante a aquellas palabras de Nietzsche, en Aurora: "Dios ha muerto, nosotros lo hemos matado", nuestra placa en la morrena puede decir: "El glaciar ha muerto, nosotros lo hemos matado"

 


A-Glaciar noroccidental del Pico de Orizaba. En otras ocasiones nos proveíamos de agua del arroyo de deshielo D. Dejaba de fluir hacia las cinco de la tarde y volvía a correr como a las diez a.m. del día siguiente. Esta vez, 2003, ya el cauce estaba seco de manera permanente. La letra E es otro cauce que era alimentado por la zona de acumulación de nieve marcado el lugar con la letra B. Ya no fluye más.

 

Entretanto traemos a la memoria  fragmento de un relato, de tono filosófico publicado por nosotros hace algunos años, en el que se considera, lo permanente y la movilidad, y que relacionamos sirviéndonos de esa ascensión que, el invierno de 1995, efectuamos en el glaciar de Ayoloco, cuando este ya daba señales de extinción pero que aún contaba con sus grietas y su zona de acumulación de nieve en lo alto.

 


A.A.A. Desciende entre los lahares del Pico de Orizaba. Al fondo lo que queda de los glaciares del flanco oeste del volcán.

Foto de 2005.

 

El  glaciar de Ayoloco, al que ascendimos varias vece en el trascurso de los años, figuraba, por la cantidad de hielo y nieve que tenía, en los programas  que los alpinistas de la ciudad de México elaboraban para desarrollar en el siguiente medio año.

 


Glaciar Noreste. Conocemos los glaciares del lado este del Pico de Orizaba. En ocasión de haber trazado la primera vuelta al volcán en la cota 4,200 m. en el invierno de 2003.Pero no hemos tenido oportunidad de llevar a cabo una observación a lo largo de varios años. Por lo que sólo suponemos que, igual que en el oeste,  la presencia de hielo también está terminándose. No tenemos el dato de la fecha en que fue tomada esta fotografía.

 Foto en la casa  del Sr, Reyes, de Tlalchichuca

Nuestro relato dice que acampamos a la orilla del glaciar Ayoloco (“en el corazón del agua”, en náhuatl). El refugio estaba esa noche ocupado en sus literas de alpinistas que subirían precisamente por el glaciar y, como nuestra permanencia comprendía varios días, tanto de subir por el glaciar como llevar a cabo varias escaladas en las rocas de sus flancos adyacentes, organizamos nuestro campamento con tiendas de campaña. Subimos la montaña  por lugares distintos y regresamos a nuestras tiendas al atardecer descendiendo por el glaciar.

Es un relato que, como se mencionó, tenía  consideraciones de tipo filosóficas que no viene al caso mencionar aquí y sólo ofrecemos lo relacionado con el glaciar. Con referencias un tanto ríspidas pero no por eso ajeno al humano:

“Alguien observa  la cáscara de naranja, que arrojamos al hielo del glaciar el primer día. Ahora está un poco más abajo, apenas unos centímetros, con respecto al “testigo” de alguien que fue a defecar en la orilla del  hielo. Entre tanto, comía naranja.

 


Refugio del glaciar Ayoloco, 4,600m.Foto de 1995.El glaciar conservaba todavía su hielo pero la zona de acumulación, en la parte superior, ya iba en retroceso.

 

Observamos desde la tienda que es una permanencia, una quietud total la del glaciar, así nos parece en una primera impresión. Pero las grietas curvadas en el centro y la cáscara de naranja, sobre el hielo, con relación al “testigo”, indican que hay un movimiento.

 


Izquierda. Glaciar de Ayoloco, 1975.En la parte superior del glaciar. Nótese la abundancia de nieve y al fondo varias grietas.

En la foto, primer plano Dr. Paul Krutak,geólogo, y el Dr.Enrique Martínez,biólogo.

La foto de la derecha corresponde al Pico cimero sur del mismo glaciar. Escalado por primera vez por Ubaldo Martínez y escaladores del club alpino Quetzales, México.

Fotos de Armando Altamira

De la velocidad acelerada, dice  uno de nosotros, que tenían las partículas del agua antes de congelarse en los corrientes de aire frío, y caer a la aparente inmovilidad del glaciar, no hay dos aguas sino sólo diferentes velocidades hasta llegar a la permanencia total... ¿Se llega a la quietud total? Cuando este tema de la permanencia, o del movimiento, es atraído por los filósofos…”

Y algo para no creer. Conocimos los relatos de viejos de Amecameca que en los tiempos pasados, pero hasta  principios del siglo veinte, cuando no había en el país los refrigeradores, en bestias subían a cortar hielo que, protegido en costales con sal, bajaban al pueblo para el negocio de las paletas y las nieves. No iban más allá del límite del bosque, lo cual nos da una idea de las amplias áreas cubiertas por la nieve y el hielo hasta, que descendían al   menos, a  los 4 mil.

 


Roca Los Yautepemes, en primer lugar, noroeste de la Cabeza de la Iztaccihuatl. Notase la abundancia de nieve en esta cota de los 4 mil. En el pie de figura de la publicación se habla todavía de “nieves eternas”.

Foto tomada de la revista Roca y Nieve, Pág. 16, año 1935 editada en la ciudad de México.

Desde finales del siglo pasado observamos este deterioro de los glaciares del Pico de Orizaba y lo publicamos como parte de una reseña de ascensión.  Pero ya para entonces los oídos  se habían cerrado y no escuchaban. Las tierras de los valles subyacentes de ese flanco oeste de la montaña ya no recibían la humedad necesaria para el cultivo como antaño.

Los campesinos, empobrecidos de todas estas áreas subyacentes de los volcanes, de México y Centroamérica, empezaban a pensar en formar parte de las caravanas de emigrantes ilegales  hacia los  Estados Unidos…Aprieta el globo de hule y el chipote aparecerá en alguna otra parte…

En tanto escribimos esta nota, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, dijo este domingo,25 de abril del 2021, que su gobierno se centrará en ayudar a los agricultores centroamericanos afectados por el cambio climático, en un esfuerzo por abordar una de las causas fundamentales de la migración.

Advertíamos entonces, como una de las consecuencias de la desaparición de los glaciares, que la profesión de guías de montaña estaba seriamente amenazada. Miles de individuos y sus familias, en el planeta, dependen económicamente de este modo de vivir trabajando conduciendo clientes a las montañas.

 El comercio, asimismo,  depende en buena medida de este tipo de economía, los fabricantes de artículos de montaña, el trasporte para la base de las montañas, los restaurantes en las zonas alpinas, etc.



"Este glaciar también ha muerto,nosotros lo hemos asesinado".

La actividad propia de este volcán y la irresponsabilidad humana acabaron con estas grandes grietas del Glaciar Norte del Popocatépetl,en los 5 mil m.

En la foto Julio Becerril

Foto de Armando Altamira invierno, de 1960

 

“No quieras saber nunca por quién doblan las campanas: ¡están doblando por ti!”

 parte del  poema de Jhon Donne

 

“En el marco del Día Internacional de la Tierra (de 2021), especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) declararon la desaparición del glaciar Ayoloco, uno de los mayores generadores de agua dulce, ubicado en la cumbre del volcán Iztaccíhuatl, y aseguraron que de no tomar acciones que inhiban su desintegración, el resto de glaciares mexicanos desaparecerán en las próximas décadas.

La placa que colocaron en la morrena del glaciar dice:

“A las generaciones futuras: Aquí existió el glaciar Ayoloco y retrocedió hasta desaparecer en 2018. En las próximas décadas los glaciares mexicanos desaparecerán irremediablemente. Esta placa es para dejar constancia de que sabíamos lo que estaba sucediendo y lo que era necesario hacer. Solo ustedes sabrán si lo hicimos”.

CHESTERTON, SÓLO PARA CATÓLICOS

 

 

 

 

Referencias:

G.K.Chesterton, Santo Tomás de Aquino, Editorial Espasa-Calpe Argentina, S.A: Buenos Aires, México, 1942

G.K. Chesterton, San Francisco de Asís, Editorial Juventud, S. A. Provenza 101-Barcelona, 1925

 

San Francisco de Asís y Santo Tomás de Aquino, italianos ambos, son dos figuras del cristianismo a los que Chesterton dedica estudios sobre sus vidas.

Tales reflexiones tienen un  interés particular dada la personalidad de Chesterton. Hombre de letras, con marcado acento filosófico, muy conocedor de la Paideia griega, viene del campo protestante hacia el catolicismo.

Su conocimiento de la historia y la cultura de Inglaterra, y de Europa, lo llevó a investigar los orígenes del cristianismo, sus dogmas y de sus principales figuras, con una profundidad pocas veces vista aun en el mismo campo católico.

Es un relato que va hacia lo positivo sin dejar de señalar  las influencias desde afuera, contra la Iglesia, así como las deficiencias internas cuando la Iglesia se volvió cómoda.



El protestante común pocas veces va más allá de los que diga la Palabra. Por lo que las grandes ideas de los pensadores de 

Institución, ya sea religiosa o laica, que no sirve a los necesitados, está sirviendo a los no necesitados


la Paideia griega de la antigüedad no sólo le son ajenas sino que imagina que Satán está por ahí, agazapado, en cada página de los Presocráticos.

Y las masas de católicos tienen un conocimiento lamentablemente superficial de lo que se conoce en los centros de estudios católicos y en algunas áreas fuera de los seminarios.

Cada homilía dicha por el sacerdote, al celebrar el banquete de la Eucaristía, vista con los ojos de la razón humana, es toda una conferencia. Dicho en otras palabras, una pieza de oratoria preparada con conocimientos propios de la formación sacerdotal y referida en los puntos bíblicos en los que se apoya.

Pero  no se considera así por la masa de católicos. Se aburren, cuando no es que se duermen, al estar hablando el sacerdote. Se escapa así una oportunidad valiosa de enterarse de su religión.

Cuando Chesterton dio el paso hacia el cristianismo apostólico poseía ya un bagaje de reflexiones, filosóficas y teológicas, que tiene un valor enorme para el católico que quiera conocer el terreno religioso en el que  con sinceridad cree profesar pero del que  mucho desconoce en la realidad.

Chesterton sabe cabalmente la influencia que la filosofía  griega de tiempos pasados ocupa en la Tradición de la Iglesia.

Si bien, hay que decirlo, adolece del intento de querer hacer “padrinos” a los padres de la Iglesia de los grandes pensadores de la Paideia. Por ejemplo, Santo Tomas de Aquino no descubrió a Aristóteles sino que el cristiano trata de cristianizar al filósofo pagano…

El hombre común del  catolicismo, como en el campo protestante, adolece de fanatismo ciego, limitado, que por lo mismo no deja ir más allá en el conocimiento de las ideas.

 Pocos como Emerson, desde su capilla,  que se saltó el muro y se fue enriquecer  las ideas de los grandes, que tuvo que estudiar antes con detenimiento.

De las  condiciones magras culturales   nacen, y se alimentan, las seudo religiones que cada día aparecen y recorren nuestras calles.

Para los protestantes nada dice la Tradición de la Iglesia. Y los católicos sólo la conocen de oídas, nada detenido, nada profundizado. El mundo comenzó de cero con Jesús y antes nada se pensaba ni se decía…

Chesterton, al igual que San Agustín, dudó y dudó y dudó y en esa medida investigó. Es autor de dos obras de inmensurable valor didáctico sobre el cristianismo. Uno lleva por título Santo Tomás de Aquino y el otro San Francisco de Asís.

Epicteto, muchos siglos atrás, vivía la filosofía del no tener. Previene contra el consumismo. Un pobre no puede vivirla porque subvive. Es para los que sobreviven.

Se dice que Epicteto nunca cerraba la puerta de su casa porque los ladrones no encontrarían qué robar en ella.

Francisco  procedía de una familia de comerciantes de buen nivel económico en la sociedad de su tiempo y lugar.

Una de las cosas que le hizo ganarse la santidad fue cuando se refería al modo de vivir del no tener: “Si poseyéramos bienes nos serían indispensables armas y bienes para defenderlos.”

Ese modo de pensar fue lo que revolucionó a la Iglesia que para entonces se había vuelto muy cómoda olvidando que lo único que puede abrir las puertas del cielo es practicar la caridad.

En ese tiempo la Iglesia dejó la gran lección que la institución, ya sea religiosa o laica, que no sirve a los necesitados, está sirviendo a los no necesitados.

Las dos grandes catarsis que la Iglesia ha hecho,desde su interior, la llevó  a cabo Francisco, en el siglo doce y, hasta cuatro siglo más tarde, Martín Lutero. El primero llevando flores en su sayal al Vaticano y el segundo a bayoneta calada desde los palacios de los príncipes germanos.


Chesterton:

“La Iglesia y todas sus instituciones tenían ya el aspecto de cosas viejas, cristalizadas y prudentes, tanto las instituciones monásticas como lo demás.”

En este contexto es cuando aparece Francisco, enseñando con su ejemplo que el cielo no se gana aprendiendo de memoria la Biblia y leyendo y releyendo todos los días sus versículos. Eso está bien, pero sin la práctica de la caridad,todo queda  en un sospechoso trasiego de las Escrituras.

Con lo que refrendaba lo que Pablo, otro gran espíritu  de la Iglesia, había dicho:

“Sin la caridad nada de esto sirve.”


                                Abrió sus puertas  y volvió a las calles del barrio

 

Francisco y los que lo siguieron vivían de la caridad y a la vez hacían la caridad.

Un modo de ser que la Iglesia tuvo que descifrar, abrir sus puertas  y volver a las calles del barrio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

N. MAILER, VOLVER ATRÁS

 


Referencias:

Norman Mailer, Pontificaciones, Conversaciones con Norman Mailer, Editorial Celtia, S.A: Buenos Aires Argentina 1983

 

Anderl Heckmair, Los tres últimos problemas de los Alpes, Editorial Juventud, Barcelona, España, 1953

 Debemos volver atrás: N.M.

Volver atrás es una idea que asusta a los que vivimos en la ciudad. ¿Cómo podré vivir sin mi control remoto,  mi celular y mi Internet? ¿Sin la tienda de la calle donde vivo? ¿Sin mi retrete?

La humanidad se fue hacia la tecnología para escapar de la magia, de la inseguridad del temporal y demás peligros naturales como el frío, la lluvia, el calor, el hambre y la sed.

Sus sistemas fisiológicos ya no tuvieron que estar sometidos a prueba, ¡ha, y ya ni siquiera tengo que levantarme del sofá para cambiar de canal la televisión.

Y para escapar  del tedio mortal veo durante horas a los súper atletas del reality show, esa telerrealidad que compite por el rating  contra los telecocineros. O me enteró de las vicisitudes que pasó la famosa actriz en su quinta operación facial. Escucho a los políticos en campaña que me dicen lo de la canasta básica que ahora sí va en serio.

¿Todo va bien?, le pregunto a mi médico que acaba de auscultarme. Su silencio, en tanto escribe algo en la receta, me hace temer por mi presión arterial  y mi glucosa.

Desolado, pasó las siguientes dos horas sentado en la banca del parque cercano. Lo último que dijo el médico, en tanto me entregaba la receta,  fue: tome agua y haga ejercicio.

 


                                          Norman Mailer

Recuerdo los primeros intentos que se hicieron para escalar la pared norte de El Ogro, esa montaña de Suiza, en el primer tercio del siglo pasado.

El primer obstáculo serio que encontraron los escaladores fue un tramo de roca de posible solución horizontal. El que lo logró se llamaba Hinterstoisser. De ahí que a ese lugar  se le  conozca como “Travesía Hinterstoisser”.

Una vez resuelto el obstáculo los que formaban la cordada retiraron la cuerda y siguieron decididos y optimistas hacia arriba. Pero en montaña el hombre no puede jugar con dados cargados. El mal tiempo llegó. Los hombres resistieron pero al final tuvieron que emprender el regreso.

Al llegar a la travesía se dieron cuenta del error de haber retirado la cuerda. Las condiciones pésimas del tiempo y las dificultades del terreno, ahora a la inversa, eran insuperables. Todos murieron ahí, frente a lo que inicialmente había sido su primer éxito, ahora convertido en trampa mortal.

¿Dónde quedó la magia del primitivo? ¿Dónde los afanes que tenía que afrontar mi cuerpo siempre sometido a las constantes variaciones del tiempo?

El brujo de la aldea recetaba tomar un té de una hierba que sólo se daba a diez kilómetros más allá y en la cumbre de aquel cerro.

¿Por qué los que curan tienen que decir: tome agua y haga ejercicio?

Para entonces no llegaban a América las bestias de carga y monta. Era necesario ir a pie y al final subir por la fatigosa pendiente, apresar la hierba, emprender el descenso y caminar otros diez kilómetros de regreso.

Todavía no se aplica  en el mundo un remedio tan efectivo como este que cure la hipocondría. Toxinas, depresiones reales y fantasmas incubados en la oscuridad de la noche que interrumpen el sueño, no resisten la prueba. Desaparecen, como las brujas de Walpurgis desaparecían de los brazos del doctor Fausto al amanecer.

¿Qué mundo tan absurdo! La exclamación de mi nieto de cuatro años (todo un experto en juego del Nintendo), me hace pensar que estamos de regreso ante la “Travesía Hinterstoisser”, de la que también nosotros hemos retirado la cuerda.

Pero no. Todavía sentado en la banca del parque, recuerdo que los que siguieron intentando la primera escalada al Ogro, tuvieron la precaución de no quitar la cuerda, de no caer víctima de  su propia trampa. Siguieron adelante y consiguieron por fin la anhelada cumbre.

 


Del libro Los Tres Últimos Problemas de los Alpes


 Lo que Mailer nos propone con su, al parecer absurda solución, es no retirar la cuerda y poder regresar a las  condiciones del primitivo.

¿Tengo el suficiente ánimo para agarrar mi mochila en internarme en los bosques altos de las mil montañas que hay en todas las coordenadas del planeta?

No vivir sino volver a  convivir con la naturaleza.Media hora, tres días, un año, según las monedas en mi bolsillo

Entonces no tengo que renunciar a la tecnología que, vista ahora como un formidable recurso, pero no ya como un fin, mi presión arterial y mi glucosa podrán estar tranquilos. ¡Y mi nieto podrá disfrutar de su Nintendo?

Ante la “Travesía Hinterstoisser” de nuestra vida moderna, Mailer responde así la pregunta que le hacen en una entrevista:

“Los hombres Vivían exacerbadamente inseguros en los tiempos del primitivo y de su magia. Intentaron, al cabo, escapar de la existencia primitiva, de la vida existencial, y conseguir vida tecnológica. Precisamente porque creyeron que sería más fácil. Ahora descubrimos que no es así, que le vida tecnológica no ha resultado más fácil incluso puede ser mortal. Así pues, debemos volver atrás.”

CICERÓN, EPICUREISMO Y ESTOICISMO

 


 

Referencia:

Cicerón, Sobre la naturaleza de los dioses, versión de Julio Pimentel Álvarez, editado por la Universidad Nacional Autónoma de México, 1976

 

No es lo que digan los hombres, sino lo que hagan. Es el nudo de esta página de Cicerón. Si los seres son benéficos para el individuo, y para el grupo,  por qué no llamarlos dioses. Caso contrario, ¿qué caso tiene creer en ellos?  El asunto  es, como dijo Jesús a Pedro, piensas como hombre, no como Dios. En otras palabras, piensa bien lo que pides.

 

Cicerón, romano, es una fuente muy importante para el conocimiento de la filosofía griega.

Escribió muchos libros. En este, que tituló Sobre la naturaleza de los dioses, ofrece información sobre dos escuelas, la epicúrea y la estoica.

Epicuro buscaba la felicidad en el hedonismo como el equilibrio de los placeres. Estaba, en contra de creencias como el destino, los dioses y la muerte. El Placer y una vida tranquila era su ideal.

El estoicismo, con su figura principal Zenón de Citio en 301 a C. buscaba la sabiduría moral  a través del control de los hechos, cosas y pasiones. La felicidad, creía, es el destino de la vida humana.

Ambos buscaban la eudemonia, la felicidad, la dicha, pero cada quien por el camino que le parecía más adecuado para él. Cosa distinta es que se crea capacitado pensar por todos, lo que sucede con mucha frecuencia.

Para tal propósito Cicerón imagina  una conversación en casa de Cayo Aurelio Cota, hacia el año 77 antes de Cristo. Participan en la charla  el propio Cota, que es seguidor de la Nueva Academia, Cayo Valeyo, como representante del epicureísmo y Lucilo Balbo, representante del estoicismo.

La Academia fue fundada por Platón en el 387 antes  de nuestra  era. La Nueva Academia, en los siglos I y II a C. Primero estuvo contra los estoicos y siguieron periodos en los que, de manera ecléctica, une el platonismo y el estoicismo, entre otras escuelas.

En la charla Valeyo y Cota exponen tesis contrarias respecto de los dioses. Valeyo dice que no existen  y que en todo caso están formados por átomos. Aunque muy ligeros tiene principio y por lo mismo no son eternos.

Por sí, no pueden producir la inteligencia ni la virtud, que son cualidades propias de los humanos.

La tesis y contratesis son propios de la cultura europea y eso la hizo profundizar en muchos temas. Refleja además la naturaleza libre de los humanos.

¿Por qué todos los hombres deberían de creer en la existencia de los dioses? ¿Pero también por qué no creer que ellos existen? Hay cien argumentos  para exhibir al respecto.

 Pero el tiempo ha demostrado el juego peligroso que es hacer abstracciones del todo. Dicho de otro modo, donde no hay dialéctica, dialogo, discrepancia que escucha, hay robotismo.

El dialogo, ciertamente,  puede degenerar en alboroto de asamblea, por no decir pleito de comadres, relativizar todo y acabar en el nihilismo. Pero si ese pueblo  tiene una buena base cultural todo volverá a su cauce.

El robotismo se  da si falta la libertad de expresarse. Hay fuentes remotas que hablan de eso pero no tenemos que ir tan lejos. En nuestros días, como se dice, hay tela de donde cortar.

En los pueblos libres cuando se cree haber llegado a la verdad, sobre todo a la verdad universal, se le da el nombre de Morgana y, ¡se escapa! Para de nuevo emprender su búsqueda.

Como el alpinista que llega la cumbre y ya piensa en otra montaña.

Las ciencias exactas ya llegaron a la luna pero en el modo de pensar seguimos en Platón. Hay N cantidad de pensadores, de primera línea, que han elaborado tesis y más tesis, dignas de leerse y releerse, porque  discrepan de él  en esto o en aquello. Otros lo siguen, sin mencionarlo. Otros lo refutan, sin mencionarlo.

El humano es feliz en este su modo de actuar, entre ellos Cicerón cuando anota: “La felicidad se basa en la virtud y la virtud es activa.”

 


                                                La virtud es activa

En las montañas del estado de Hidalgo, México. Al fondo la peña La Colorada.


Es uno de los puntos que Cota le refuta a Valeyo .Los dioses del epicureísmo son inmóviles ¿para qué sirve unos dioses así? No se preocupan por lo humanos y, en consecuencia, los humanos no tienen por qué venerarlos ni creer que existen.

Y de aquí Cota  pasa a otra consideración, atrevida, por cierto: no creer en los dioses hace el caldo de cultivo de la descomposición social. Al decir: “Los perjuros y los impíos no serían tales si creyeran en los dioses.”

Luego el cristiano dirá: “El que conoce a Dios no puede ser malo”.

Decirse laico para no ser llamado a cuentas, en lo moral, es una ingeniosa coartada.

El laicismo no hace a los hombres, estos, con su probo proceder, dan, o mejor, viven, una existencia de calidad. Y ennoblecen el término laicismo.

Con lo que tanto laicos, como religiosos, están en la misma perspectiva: no es lo que digan, sino lo que hagan.

Tiempos remotos conocieron, en lejanos paralelos del mundo,  que partidos políticos de derecha andaban en la izquierda y algunos de izquierda andaban en la derecha. Los del centro para donde apuntara el vencedor.

En México  no había partidos políticos en el siglo diecinueve sino logias masónicas, los yorquinos y los escoceses. En ocasiones estos andaban con aquellos y aquellos con estos y en medio los que se iban con el ganador del momento.

De ahí que pensadores como Cicerón escribieran: “no es lo que digan, sino lo que hagan.”

En la Ciudad de México había, hasta 1960, un templo católico, a unas calles hacia el este del primer cuadro. Un día específico del año los pillos iban a pedirle a la Virgen que A) los protegiera de la policía y, B) que les pusiera al alcance de la mano lo más posible de dinero.

A la Basílica de la diosa Chicomecoatl, llamada Guadalupe desde el siglo dieciséis, por los europeos, en el norte de la Ciudad de México, van (con mucha devoción) los boxeadores profesionales. Le piden a la diosa-virgen que le permita ganar en su ya próxima pelea al contrario. En la banca de más allá está el oponente pidiéndole le permita dar una paliza al otro.

Uno de estos dos va a dejar de creer en la diosa-virgen y en  la espiritualidad o al menos se va a resfriar en cosas de la religión.

En el siglo de Juana de Arco dos países europeos, católicos, entraron en conflicto…

En ocasiones  el cielo  deja, a los países cristianos en conflicto mutuo, en un empate, igual que a los boxeadores del ring. Como las diosas hacían manipulando la voluntad de Zeus, según relata Homero en La Ilíada.

 


Del libro La Psiquiatría en la vida diaria

De Fritz Redlich, 1968


Valeyo y Cota, los “contrarios” que describe Cicerón, llevaron su combate de ideas en la casa de éste y nos dan un ejemplo del modo de ser de los individuos y de los pueblos de aquellos tiempos.

Un primer resultado de esta plática en casa de Cota es que se cree en los dioses pero no como se dice que son. Habla Cota:

“Yo, al igual que todos salvo los totalmente impíos, considero que los dioses existen, pero no tus argumentos, Lucilio, de ninguna manera lo demuestran. El consenso universal no es una razón válida porque “asuntos tan importantes” no pueden ser juzgados por los necios”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

GLACIAR NORESTE DEL MONTE ACONCAGUA, REPÚBLICA ARGENTINA. DATOS PARA SU ASCENSIÓN

 



 


Aconcagua y su glaciar del lado este.

La cumbre más alta del continente americano,7,040 m..Montaña limpia sin montones de basura.

En temporada de montaña la ciudad de Mendoza, en la precordillera, ve llegar expediciones de lejanas tierras y continentes para intentarla por su diferentes vías de acceso. El Glaciar Noreste es, por su larga marcha de acercamiento, poco frecuentada.Véase plano. 

En Mendoza hay guías profesionales para la montaña. Nosotros, que ni siquiera conocíamos el país,  llegamos a la montaña sirviendonos del plano topográfico, de la brújula y el altímetro.

  En la foto los integrantes de la expedición mexicana de 1974 se dirigen al emplazamiento del campamento base.

Después de los días de viajes desde México (México, Buenos Aires y Mendoza) y los trámites para obtener permiso para seguir hacia la montaña (en Mendoza) y sobre los exámenes médicos, fue necesario volver a  “estirar las piernas”, cargar con las mochilas en todo el trayecto, a partir de  la aldea Punta de Vacas. 

Abajo, en el lado derecho de los montañistas, se ven los animales de carga que llevan equipo de campamento y víveres.

En ese tiempo no había relaciones diplomáticas entre México y Argentina y eso nos obligó ir hasta Buenos Aires. En la Actualidad se puede llegar a Santiago de Chile, muy cerca del sector del Aconcagua.

 


Pared sur del Monte Ameghino.

Un "terreno de juego" sólo para escaladores de alta montaña

Foto de Armando Altamira







 Llegada al campamento base         

R Arroyo de deshielo del Glaciar de los ingleses del que se provee agua para el C-B,

La línea de color indica la dirección que se seguirá para la instalación de los campamentos superiores.

Para los años setentas del siglo pasado esta área carecía de refugios o albergues  fijos.

 

 

                 


 Aconcagua, izquierda, y monte Ameghino  

Vistos desde el arroyo Relincho de los Huanacos.

 

 

                                                               Plano de la región

                                               Dibujo de Javier Osorio Betancourt







Del libro 28 Grados bajo cero, de  Luis Costa. Valiosa información de la región del monte Aconcagua.

Hemos añadido la flecha roja para indicar la posición del Glaciar Noreste,señalado en el plano como Glaciar Relinchos. 






En primer término el Glaciar de los Ingleses, al fondo el Glaciar Noreste o Glaciar de los Polacos







                              Foto tomada desde el  emplazamiento del Campamento 2.

                                              A-emplazamiento del Campamento 1

                                              Collado y línea ascendente del C-B- .

                                      En la foto Jorge Rivera sube víveres al C-2

                  Otra vista de la sur del Ameghino y su probable vía de retirada desde la cumbre.

 

 






                                       A-Emplazamiento del Campamento Base.               

                           1,2 y 3 los emplazamientos de los campamentos de altura.

Según las condiciones de la nieve el C-3 puede quedar un poco más debajo de lo señalado, junto a un reborde rocoso.

 

 

Emplazamiento del campamento 3,bajo un resalte rocoso.No es un lugar cómodo pero en cambio está al abrigo de cualquier desprendimiento de nieve o hielo de las cotas superiores. Desde ahí nuestra expedición  lanzó el ataque final hasta la cumbre. Si las condiciones del terreno lo permiten (nieve abundante y dura) se puede instalar más arriba  un campamento 4. El trayecto para la cima será más corto y en caso de mal tiempo la cordada podrá contar con más seguridad en el regreso.

Para  escaladores, familiarizados con los vivacs, queda el recurso de las tiendas-vivacs aseguradas con clavos para hielo.

La línea punteada señala el camino que seguimos para la instalación del campamento 3. La acumulación de nieve y hielo que se ve a la derecha presentaba condiciones inestables y eso nos obligó ir hacia la izquierda.

A la izquierda del lugar donde se ve nuestra cordada es el lugar en el que  este glaciar vierte hacia el Glaciar de los Ingleses. En la foto se ve el punto de quiebra de las masas de hielo



 

                                                 Nuestro Campamento Base de 197

                                              Tiendas para dormir y al fondo la tienda-comedor 

                          En la foto Ubaldo Martínez prepara su carga para llevar al campamento 1  

Ubaldo fue el primero en explorar una vía directa en la pared norte de El Abanico,flanco norte del Popocatépetl,México               

                                                

OBSERVACIONES:

La ascensión al Glaciar Noreste, muy bella y fatigosa,  no presenta obstáculos propiamente para escalar en vertical.

 Requiere estar familiarizados con el trabajo sobre nieve y hielo. Y ser un buen andarín para disfrutar  las inmensas y tediosas  laderas andinas. 

Y tomar muy en serio el proceso,gradual, de aclimatación, a las sucesivas cotas de  altura. En este glaciar se han dado casos fatales debido a lo que se conoce como "mal de Montaña" o "puna". 

No se ha considerado así, pero aclimatarse fisiológicamente, a la altura, es parte del equipo de escalada.

Ascender por etapas dando tiempo a la aclimatación. Hay tablas ya publicadas que ilustran el proceso.En todo caso consultar a la ciencia médica.

Se considera como un factor del acaso, que puede presentarse o no. Es un error, como decir: "puede darse el caso que nos caiga encima el alud del glaciar, o no." 

Todo esto es mensurable, todo es posible y todo puede ser escalado, pero  requiere ser estudiado con detenimiento. 

El acaso ciertamente existe en el alpinismo, pero el razonamiento puro busca meter  a  esos factores del destino  en una camisa de fuerza. Lo demás es parte del juego.

Es conocido lo inestable del tiempo, por su cercanía de la cordillera con el mar. Se dice que el mal tiempo en el Aconcagua es como el guerrillero: ataca de sorpresa y se retira dejando todo destruido.Entonces es necesario ir preparados para anular la sorpresa. Sólo un ejemplo: esta montaña tiene 7,040 metros de altitud.Llevamos sacos de dormir para los 8 mil. En el campamento 3,  en los 6,200 metros, pasamos la noche con una temperatura de 32 grados bajo cero.y vientos fuertes. Nuestros sleepings nos abrigaban tanto que sólo era posible permanecer en ellos con un simple suéter. 

¿Grados de dificultad de la ascensión? Creemos que las tablas matemáticas de la escalada son una construcción subjetiva. Cada quien es libre de construir sus fantasías. El  individuo  encontrará la ascensión  según su experiencia alpina, su preparación técnica, física y filosófica.







 


Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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