MONTAIGNE, MÁS FILOSOFIA EN LA VIDA DE LOS NIÑOS Y MENOS VIDEOS

 


 

Montaigne, dice André Gide, en su obra Al filo de la pluma es de esos pensadores que, sin proponérselo, escribió para generaciones muy posteriores a la suya.

“Los contemporáneos de Montaigne sin duda leyeron muy superficialmente algunos pasajes que hoy son los que más nos estremecen; ¡no tuvieron ojos para verlo, o al menos para evaluar su importancia!

 

Nace Montaigne el 28 de febrero de 1533

 

 ¿Más filosofía en la vida de los niños? Epicuro empezó con la filosofía a los doce años de edad, Mozart, ya sabemos…

La filosofía es un plan de vida de mujeres y hombres libres no relacionadas con programas de estudio de institución alguna. Son los que tienen presentes las palabras de Voltaire:

“Tenemos dos días de vida: no vale la pena pasarla arrastrándonos bajo bribones miserables.”

También está la filosofía como disciplina que se enseña y se estudia en las universidades.

Para los religiosos el cielo, para los laicos la filosofía, ambas cosas para los ecuménicos, para los indiferentes la inanidad.

Cuatro sopas con las que tiene que lidiar todo Estado de la tierra. Veremos que esto ya se consideraba en el México amerindio y en muchos grupos de Nativoamerica.

 La predominancia de alguna de estas sopas siempre le cuesta  caro a la sociedad. 5 mil años de historia, entre el Romanticismo y la Ilustración, han aportado toda clase de lastimosa experiencia a la humanidad.¡ Ya en nombre del cielo o en nombre de la razón!



               Montaigne


Hay la obsesión  de siempre empezar de cero. ”Los que se fueron no saben, nosotros sí”. Es cuando se empiezan a levantar las barricadas por parte de los que se fueron. Antes con costales arena obstruyendo las calles, ahora las barricadas son   de una inusitada actividad a través de  los mass media. Son los mismos antagonistas, que los callejeros, pero ahora  en el nivel  de la intelectualidad.

Para nuestro asunto es como una tonelada de cosas que parece venírsele encima a la niña  cuando empieza a deja de lado las muñecas y los hombres los juguetes. ¿Cómo caminar, ecuménicamente, entre todo este panorama que les hemos hecho tan incierto?

 


El camino de la filosofía


Tomado del libro La psiquiatría en la vida diaria

de Redlich, 1968


 Así se llama el excelente libro de filosofía de Jean Wahl marsellés de los tiempos modernos: El camino del filósofo, que en algunas ediciones aparece como Introducción a la filosofía. Más adelante el niño   lo encontrará en su vida.

Por lo pronto confiarse a  los consagrados por los siglos porque en filosofía,  como en religión y en política, los contenedores rebosan de basura.

Desde la tradición filosófica el niño aprenderá a distinguir a los auténticos, valiosos, pensadores modernos que, aunque usted  no lo crea, los hay.

La confianza en la tradición filosófica es lo que la fe  en el terreno religioso. Sin esa confianza la brújula se descompone y todo acaba en la letrina del relativismo.

Relativismo se le llama ahora. Kant le dice escepticismo (el método escéptico es otra cosa): “Escepticismo, principio de una ignorancia artificial y sabia, que socava los fundamentos de todo conocimiento, para no dejar en parte alguna, si es posible, confianza y seguridad en el saber”.

Sin esa confianza, apunta Jasper, “No cargaríamos con el trabajo de estudiar a Platón y a Kant”.

Descubrir que uno de los  virus que envenena nuestras vidas, ¿quién lo creyera? se llama aburrimiento, tedio. Aburrimiento cuando alcanza los niveles patológicos. Igual se aburre un niño que un viejito. Aburrirse puede  ser la puerta de los más reprobables acciones.

Una vieja película francesa muestra cómo un devoto padre de familia acaba convirtiéndose en asesino serial por ver  que su vida no tiene sentido y ha caído en el enfermizo  aburrimiento. Tenía todo, esposa, hijos, una casa, pero se aburría.

 En el 2021 la policía de México llevó preso a un anodino ciudadano  que confesó haber dado muerte a cerca de cien mujeres que invitaba su casa con la promesa de proporcionarles trabajo, las asesinaba y las descuartizaba. Su aburrimiento sentía la necesidad de emociones fuertes.

Violencia en el hogar, mal trato a los niños, relaciones heterodoxas en las parejas, promesas al pueblo casi nunca cumplidas en campañas electorales, misoginismo laboral, etc: escepticismo, relativismo,  tedio, aburrimiento.

Un día el niño descubre que no habitamos en el mejor de los mundos posibles. Y que la paz predeterminada desde el cielo no se ve por ningún lado. De pronto se refugia desgranando las cinco cuentas de Aves Marías Y Padrenuestros, pero al final se da cuenta que el mundo sigue igual de calcopiritico.

La canasta básica tiene cada vez menos productos de primera necesidad, con más frecuencia se ven a las gente que duerme al cielo raso carente de casa y que las ciudades  perdidas proliferan, no obstante tratarse de  un país rico en recursos naturales.

El antídoto a cargo de Montaigne:

“Valoricemos los sencillos discursos de la filosofía, sepamos escogerlos, y empelarlos con eficacia, puesto que son tan fáciles de comprender como un cuento de Boccaccio. Un niño es capaz de sentirlos a su alcance tan fácilmente como aprende a leer y a escribir. La filosofía es rica en conceptos, lo mismo para el nacimiento del hombre que para su decrepitud” ( Montaigne, Ensayos)

Schopenhauer se solidariza con este punto de vista de Montaigne:

 “La vida intelectual no sólo previene del aburrimiento sino también de sus funestas consecuencia. En efecto, ella se convierte en defensa frente a las malas compañías y los muchos peligros, desgracias, perdidas y derroches en que uno cae cuando busca la felicidad en el mundo real.” ( Parerga y Paralipómena)

 La filosofía es por lo general carente de utilidad material. Para ganancias, como se entiende en el liberalismo moderno, de prosperidad económica, la filosofía no cuenta.

 Busca la felicidad, no atesorar monedas.

 Se gana más vendiendo tamales que logrando un doctorado en filosofía. Es bueno saberlo desde un principio. Su inmensurable ganancia esta, por lo pronto, en la búsqueda de la  libertad y la verdad, las cuales van en contrario de los centros de poder, en el sentido que entre más poderoso menos libertad.

Ni Francisco ni Biden pueden ir solos a la tienda de la esquina. De igual manera, aunque en otro contexto, los prisioneros de la cárceles tampoco pueden ir  a la tienda de la equina.

 El mismo papa acaba de decirlo en una  nota reciente( 25 de enero del 2024) de la Agencia EFE  en la que  comenta, desde el Vaticano, que el dinero no es una enfermedad del corazón, sino de la cartera.. "Algunos hombres ricos no son libres, ni siquiera tienen tiempo para descansar. Podemos ser señores de los bienes que poseemos, pero a menudo ocurre lo contrario: son ellos al final los que acaban de  poseernos. Algunos hombres ricos no son libres, ni siquiera tienen tiempo para descansar, tienen que mirar por encima del hombro porque la acumulación de bienes también exige su custodia.  Estas personas están siempre angustiadas porque un patrimonio se construye con mucho sudor, pero puede desaparecer en un momento. Eso es lo que el avaro no comprende. Podría haber sido causa de bendición para muchos, pero en lugar de eso, se metió en el callejón sin salida de la infelicidad. Es una enfermedad del corazón, no de la cartera. Los monjes proponían un método drástico, pero sin embargo muy eficaz: la meditación de la muerte: "Por mucho que una persona acumule bienes en este mundo, de una cosa estamos absolutamente seguros: de que no cabrán en el ataúd".

Montaigne al parecer llegó también a ese estado de ánimo,  ya al final de su vida. “Gracias a Dios puedo mudarme cuando El  guste, sin que me pese cosa alguna. Me deshago de todo: ya me despedí de cada uno, menos de mí”

Por estas contra tesis  o antinomias de nuestro mundo del tener, no del ser, ya se puede ir  conociendo el valor de la filosofía.

Epicuro meditó mucho en torno a los átomos y los meteoros, pero la idea que tenía de la vida la dice en pocas palabras: “Nuestra vida no ha menester razones privadas o propias, ni menos gloria vana, sino pasarla tranquilamente”.



Capilla Sixtina, Miguel Ángel


¿Pero cómo se hace, vive o estudia la filosofía? Como hizo Epicuro, ¡desde niño! No nació filósofo, se aplicó oyendo a los filósofos de su lugar y tiempo. Después desarrolló su propia teoría de la vida.

 O Tomas de Aquino, desde los cinco años. Que luego  fue  “presbítero, fraile, teólogo y filósofo católico perteneciente a la Orden de Predicadores. Se le considera  el principal representante de la enseñanza escolástica​ ”.

Siempre es fácil decir: “desde niño”. Un niño piensa en jugar, no en filosofar.

¿Entonces?

Sólo hay un modo. Ya lo conocemos. ¿Cómo el individuo de familia religiosa aprende desde niño a rezar y cosas del cielo? Madre e hijo se inclinan al levantarse de la cama por las mañanas y empiezan a rezar. Es un hábito que dura toda la vida del individuo.

Los grandes filósofos de la antigüedad griega y  de los tiempos modernos, así empezaron en lo tocante  al conocimiento laico.

Era el modo en que los aztecas educaban a sus niños: desde niños en la casa antes de ir al Calmecac, escuela de altos estudios, que difería del Telpochcalli en donde se enseñaban manualidades para la vida práctica.

¿Madres enseñando filosofía al niño? Si le enseñaron a respirar antes de nacer, ¿por qué no a vivir?

Tener salud psicofísica es, por lo pronto, lo principal que persigue la filosofía. Para eso el individuo tiene que pensarse a sí mismo. No puede dar recetas con las que fracasa  él mismo. Sería un barato sofista, un charlatán, no filósofo.

 Para qué quiere la libertad, ni llevar una mochila llena de libros de filosofía sobre la verdad, si es esclavo de su propio sentir. Lo dijo Séneca: “El hombre que es esclavo, aunque sea de una pasión, ¿puede llamarse libre?”

¿Salud psicofísica? ¡Eso enseñanza la medicina!

La filosofía busca por qué no le hacemos caso a la medicina. Busca cómo ser feliz no siendo infeliz.

Entre otras cosas, la filosofía siempre se está asomando más allá de nuestra experiencia empírica y de la vida.

“Busca-dice Kant-, hacerse digno, por su conducta en este mundo, de ser ciudadano de otro mundo mejor”

Platón, hijo de Porcina, mujer humana, y del dios Apolo, apuró el razonar lógico para levantar al hombre hasta poder asomarse al universo inteligible de las Ideas.

La otra cosa que enseña la filosofía es que todo comienzo tiene su final. Tener el ánimo rectamente templado. Epicuro supo morir luego de 14 días de no poder orinar. Sócrates dialogaba con sus amigos filósofos todavía una hora antes de beber la cicuta.

Se ve lejos eso de tener que morir, pero basta mirar en el entorno inmediato para saber que está más cercano de lo que nos empeñamos en imaginar remoto.

El niño se topa con todo ese rico legado cultural tarde o temprano. Caerá en el escepticismo patológico al que se refiere Kant si sólo ve videos. Los videos, tabletas y demás, son parte de su niñez en los tiempos modernos, pero no saldrá si sólo ve videos.

Igual sucedió a los niños que antes sólo jugaban a las canicas y al trompo. Sin más información cultural aumentaron las filas de la inanidad.

Lugar para una perogrullada: La fortaleza de un Estado no está en la cantidad y adelanto de armas que tenga en sus cuarteles, ni siquiera en su economía así sea de punta, sino en la cantidad de  PIB que dedique a la cultura de su pueblo.

¿Quién puede decir lo que es bueno o malo? es el lugar común que nunca falta. Juan de la Bruyére, agudo pensador francés del siglo diecisiete ( nació en Paris en 1645) nos da la pauta para considerar lo que conviene o no en literatura:

"Cuando la lectura de una obra eleva nuestro espíritu y nos inspira sentimientos nobles y esforzados, no hemos menester otra norma para juzgar  tal obra: es buena y honra al autor"(Los caracteres)

¿Madres enseñando filosofía al niño? A la caída del impero romano empezó la depreciación de la mujer y eso  ha durado hasta los tiempos modernos, en  parte desde  las religiones y también  por los liberalismos que se han sucedido a través de los siglos.

No obstante, en filosofía nunca fueron menos que los hombres: Lastenia, Axiotea, Hiparcha, Teano, Mirto… Filosofas, unas en los presocráticos y otras ya en los tiempos de Platón.

Más adelante se encontrará el niño algo para detenerse a meditar en lo que Kant considera los fines supremos para los que vinimos a esta vida:

“..el conocimiento de esas ideas haría depender la teología, la moral y, por el enlace de ambas, la religión, supremos fines de  nuestra existencia”, (Lib. Segundo de Critica de la razón pura).

Saludos a Montaigne, en su onomástico, en donde quiera que se encuentre.

VOLTAIRE, CANDIDO Y LA NATURALEZA HUMANA

 

 

 


Recordando a Voltaire

En el aniversario de su nacimiento: 21 de noviembre de 1694

Libros malos y aburrimiento son las palancas que mueve a la mayor parte de la humanidad a cometer fechoría sin fin, dice Voltaire.

  Muy lejos quedaron los tiempos en que jugábamos a las canicas y al trompo.

El mejor de los mundos posibles se llama a esta vida porque  está hecho de los más grandes contrastes: amor sublime y gente moralmente miserable.

 


  Mefistófeles y Fausto.

Estoy aburrido de tanta ciencia, ¿dónde firmo?

 

 Es la mezcla que compone la vida. No hay pueblo en la tierra que vaya de otra manera. Según el nivel de cultura de ese pueblo su existencia será terapéutica o catártica. Humana o infrahumana, tranquila o calcopiritica.

 

 No el nivel académico sino el nivel cultural El primero busca el mejoramiento económico y el segundo el progreso cultural.

De teos y ateos está hecha la cultura occidental. Hay quien vive una sana espiritualidad en tanto procura llevar las cosas del mundo con el principio de razón. Y tienen una disposición de dialogo en la sociedad.

La mayoría milita o en el romanticismo o en la ilustración y desde su barricada atisba a los otros. Esto empezó  en la antigüedad con la Ideas de Platón y con el modo de pensar de Leucipo (Demócrito, Epicuro).

Ríos corren de literatura de un bando y del otro, lo cual, si dejamos de lado las invectivas, y pistoletazos en las barricadas, enriquecen el texto.

Leer con atención a ambos informa, leer a sólo uno fanatiza en contra del otro.

Sólo un escaso número de individuos pueden conciliar ambos valores y pasar por el ojo de la aguja. Los demás  son pura santidad, que ya tiene poco de humano. O pura corrupción, que de igual manera se aleja de lo humano.

 

De amor y egoísmo está hecha nuestra vida y lo practicamos diez veces al día. Soñando siempre con el mejor de los mundos posibles de Leibniz en tanto nuestro egoísmo acaba con el hielo de los glaciares de descarga en el mar, los glaciares de valle y los glaciares de las montañas.

 

 Voltaire no se siente llamado, al menos en su obra titulada Cándido, a dar los tonos cálidos de la existencia humana. Desde la Ilustración, en la que militaba, no hace concesiones al Romanticismo, la ideología de contraste.

Su obra se centra en la trapacería a la que tan inclinados son las mujeres y los hombres. Ni a cual ir, todos tienen lo suyo:

“Todo el tiempo se consume en impertinentes contiendas de jansenistas con molinistas, de parlamentarios con eclesiásticos, de literatos con literatos, de Palaciegos con Palaciegos, de financieros con el pueblo, de mujeres con maridos y de parientes con parientes; es una guerra interminable”

 


“François Marie Arouet, más conocido como Voltaire (1694-1778), filósofo, poeta, ensayista, dramaturgo e historiador francés, es una de las figuras principales de la Ilustración. Luchó, empleando su pluma, contra la ignorancia, la intolerancia y el fanatismo.”

 

Unas palabras de Schopenhauer sería la introducción perfecta para el libro mencionado de Voltaire:

 

“Como resultado de una larga experiencia se ha dejado de esperar mucho de los hombres; porque, tomados en su conjunto, no pertenecen a la clase de gente que sale ganando cuando se la conoce de cerca: antes bien, uno sabe que, exceptuando unos pocos casos felices, no encontrará más que ejemplares muy defectuosos de la naturaleza humana que es mejor no tocar”. (Parerga y Palípomena)

 

Pero guardémonos de pensar que Voltaire es un vinagrillo criticón, patológico, de esos que se encuentran a menudo en la calle con sus opiniones de pasillo y en algunos medios de información masiva.

Voltaire, a semejanza De la Bruyere, es un hombre muy culto y critico agudo. Es uno de esos escritores que no se pueden evitar, como tampoco se pueden evitar leer, conocer, sentir, Las Florecillas de San Francisco.

 Si se tiene valor para leer a ambos, lo que escasamente sucede. Nos atrincheramos en nuestra secta cultural y de ahí nadie nos mueve.

El mundo abunda de basura y los valores casi no se ven, pero están aquí.

No hay por qué asustarse. Jesús, en el llamado Sermón de la Montaña hace el inventario de cien toneladas de basura humana, a través de más de treinta imperativos categóricos: ¡No mataras, no fornicarás, no hurtarás…! Voltaire como Jesús, como Eurípides, como Emerson, no inventaron el mal, sólo lo describieron.

La novela Cándido es una serie de aventuras desafortunadas que viven sus personajes, empezando por su personaje Cándido, que, según se colige por su nombre, va por el mundo maldito y perverso con una candidez buscando a su amada Cunegunda de la que dice: “la perla de las doncellas, la obra maestra de la naturaleza”.

 Pero desde la Ilustración Voltaire, como muchos de ellos en sus novelas, no puede aterrizar en un final feliz y hace lo posible por quitarle los tonos cálidos a ese romance.

Algunas de las expresiones de la novela.

Dios no les dio (a los hombres) ni cañones de veinticuatro ni bayonetas, y ellos para destruirse, han fraguado bayonetas y cañones.

 

Candido,aterrado,sobrecogido,desesperado,ensangrentado, se decía: “Si éste es el mejor de los mundos posibles, ¿cómo serán los otros? 

 

No sé de nada más divino que esos padres, que aquí hacen la guerra a los reyes de España y Portugal y los confiesan en Europa

 

Estamos rodeados de peñascos inabordables y de precipicios, siempre hemos vivido exentos de la rapacidad de los europeos, que aman con furor inconcebible los pedruscos y el lodo (de oro) de nuestra tierra y que, para apoderarse de ellos hubieran acabado con todos nosotros sin dejar uno vivo

 

Los fetiches holandeses que me han convertido, dicen que los blancos y los negros somos hijos de Adán. Yo no soy genealogista: pero si los predicadores  dicen la verdad, todos somos primos hermanos; y no es posible portarse de un modo más horroroso con sus propios parientes.

 

Una mujer vieja, que, en el transcurso de los viajes por alta mar, fue violada por negros y piratas, vendida como esclava y pasado por las peores experiencias y vejaciones que una mujer puede pasar, se pregunta, reflexiona, sin embargo, que puede haber algo más terrible y peligroso que todo eso: el aburrimiento:

 

 Quisiera yo saber qué es peor. ¿ser violada cien veces al día por piratas negros, verse cortar una nalga, pasar por vaquetas entre los búlgaros, ser cortada y ahorcada en un auto de fe, ser disecada, remar en galeras y finalmente padecer cuantas desventuras hemos pasado, o estar aquí sin hacer nada?

 

Exceptuando siempre a El Dorado. Aún no he visto un pueblo que no desee la ruina del pueblo vecino, ni una familia que no quiera exterminar otra familia.

 

 A fuerza de sangrías, recetas y médicos, se agravó la enfermedad de Cándido. Un cura de barrio le ofreció, con mucha dulzura, una entrada para el otro mundo pagadera al portador.

 

Estoy tan hastiado de la inmensidad de libros  malos que nos inundan, que me he dedicado a jugar al faraón…de tres mil pasan y no hay treinta buenos

 

MAUGHAM, EN UN BELLO Y DEMOCRATICO PAIS DE AMERICA

 


 

Trato hecho, es el poco atractivo título de este cuento de W. Somerset Maugham, que se encuentra en su obra Cosmopolitas.

 

Era un Estado libre del continente americano, país civilizado, democrático y de gran tradición, con calles amplias y bien ventiladas, con uno que otro edificio viejo de origen español.

A este país llegó una bella joven, procedente de Michigan, de la que el presidente de ese país se enamoró. Para su buena fortuna ella estaba dispuesta a corresponderle, pero se detuvo ya que el presidente no era soltero.

Como  era un país  que observa rigurosamente  la tradición y el orden, el presidente llamó a los diputados de su partido y entre todos coincidieron que las leyes  estaban anticuadas.

Se aprobó por mayoría, en fasttrack, facilitar las cosas cuando se tratará de divorcio. Ahora sería muy rápido, en lugar de aquellos plazos dilatados y llenos de inconvenientes legales. Las   nuevas disposiciones de sólo treinta días era el plazo máximo y estuviera de acuerdo o no, y hasta en ausencia, de uno de ellos, el divorcio sería un hecho dentro de lo legal.

El presidente que promovió esta nueva modalidad de divorcio pronto cayó ante una revolución, pues era un país en el que, no obstante, ser tan libre y democrático, siempre había revoluciones. El presidente fue apresado y colgado de un poste y la bella dama de Michigan se fue del lugar.

Sin embargo, la iniciativa de la nueva ley se respetó y el divorcio flashtrack siguió su curso. Se acabaron los eternos matrimonios monogámicos rígidos de  los antiguos.

 Eran los tiempos modernos de los pantalones rotos y tatuajes en las orejas. Casi el paraíso de los  citas ciegas y las segundas y terceras oportunidades.

 Innovación del siglo veinte  que, a su vez, parece  estar destinado a quedar    obsoleto por la nueva corriente del siglo veinticuatro llamada sologamia (autogamia o automatrimonio, casarse él con él mismo o ella con ella misma).

Entretanto era, como se apuntó, un país con una democracia fuerte en verdad, con el resultado lógico de contar con una oposición también fuerte. Sus marchas muy frecuentes y gigantescas de protesta, que  llenaban las principales avenidas, no eran recibidas a balazos, como sucede en otros países del área, sino atendidas de manera conveniente por funcionarios del gobierno.

Aunque  nunca faltan los cabezas huecas que quieren arreglar todo a balazos. Tal fue el caso del presidente que colgaron del poste.

Pero, aun así,  a estos rebeldes, los poderes del Estado de ese país les facilitaban el camino a la legalidad y la democracia como excelente recurso para dirimir las diferencias.

 Con el feliz resultado que, con no poca frecuencia, los rijosos entienden cuál  es el camino correcto y algunos( obrando con sensatez en bien del pueblo)  ahora ocupan curules de las cámaras baja y alta de legisladores, que antes tanto criticaban.

Aun los más rebeldes entienden que eso de comprar votos o robarse las urnas a punta de balazos, ya pertenecen a tiempos remotos y definitivamente superados.

La normalidad y al orden son señales de los nuevos tiempos en este democrático país. Las urnas de votación son respetadas y, mediante una limpia y ordenada votación, los progresistas de la oposición se ven favorecidos con la voluntad del pueblo y llegan a la presidencia de la república. Al tiempo, y siempre mediante todo dentro de la ley, los conservadores recuperan la presidencia, pero ante sus gestiones blandengues, los progresistas conquistan otra vez el poder, cuando el pueblo entiende que al populismo se le pasó la mano, regresan los tradicionalistas, cuyos abusos, abren las puertas para el regreso de los progresistas. 

Ahora  no es como antes, ahora es el pueblo el que dice quién se queda y quién se va. En un continente tan convulsionado, este país es paradigma a seguir.

Todo esto Maugham no lo dice explícitamente pero  lo da a entender cuando escribe: “era un país civilizado, democrático y de gran tradición”.

El caso, para nuestro asunto, es que no tardaron en llegar a ese lugar mujeres de prácticamente todo el planeta a tramitar su divorcio. Viajar para visitar a su mamá que vive en el extranjero o algún argumento parecido, facilitaba a  las mujeres en cuestión el ausentarse sin que el marido sospechara los planes de divorcio de su pareja.

Llegaban a alojarse en el Gran Hotel, el mejor hotel de la localidad. Permanencia de treinta días y el propietario vio crecer su fortuna de manera considerable.

Para no aburrirse las mujeres se reunieron a tomar café y organizaron bailes. Pronto el lugar se llenó de generales, coroneles y caza fortunas con quienes bailar.


                                       Maugham


Entre tanto, un viejo y próspero oficio se vino abajo. Fue cuando tres distinguidas damas de  la localidad se reunieron con Manuel el nuevo presidente para exponerle los problemas económicos de sus trabajadoras y los propios.

Carmencita, una de las damas, tenia  dos hijas estudiando en un convento en Nueva Orleans y la otra dama, conocida como la “Gorda”, un hijo estudiando en Harvard. Sus casas, así en cursiva, ya no eran frecuentadas. ¿Qué iban a hacer? ¡Su situación realmente era desesperada!

Carmencita le recordó al presidente los días de su extrema pobreza, cuando trabajaba en su casa llevando recados, digamos subrepticios.

En efecto, en esos tiempos Manuel era muy pobre pero con habilidades para abrirse camino en la vida y tanto que llegó a ser presidente de ese bello país.

Les prometió que estudiaría la situación. Con felicidad las tres mujeres escucharon las palabras del presidente: “!Trato hecho!”

Prohibir el divorcio rápido imposible pues era señal de los civilizados nuevos tiempos que corrían por el mundo  y el país no iba a dar un salto para atrás o, como ahora se dice, flashback.

 Los concejeros del presidente no tardaron  en encontrar la solución: toda mujer que llegara al país a solicitar su divorcio, tendría que llegar acompañada con su esposo.

 De inmediato la nueva disposición se puso en práctica. Con el resultado que generales, coroneles y los pisaverdes regresaron a frecuentar las casas.

El relato termina de la siguiente manera:

“Se modificó ligeramente la ley, dentro de los términos que había sugerido don Manuel, y la prosperidad volvió a reinar en la capital de aquel simpático país.

“Las dos hijas  de Carmencita pudieron terminar sus estudios en el convento  de Nueva Orleans y el hijo de la “Gorda” se graduó en la Universidad de Harvard.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

MAUGHAM Y LOS NOVELISTAS

 

 

W. Somerset Maugham :De la miscelánea de siempre 

Es un abuso utilizar la novela como púlpito o estradoW.S.M


Lo que contiene una novela sólo existe en esa novela.

Es una obra de ficción, no el Baldor de matemáticas.

A semejanza del poeta que le canta a su amada, que jamás existió en la realidad y sólo fue una creación de su alma.

Ni el novelista ni el poeta están obligado a escribir como yo pienso que deberán escribir.

¿Novela progresista con final patológico? ¿Novela desde el romanticismo con beso apasionado al final? Huele al viejo pleito entre Ilustración y Romanticismo.

Unos por convicción sincera y otros por mercenarios de la pluma.

Unos serán premiados por los poderes del Estado, según el color que en ese momento tenga éste, y otros por los príncipes de la Iglesia, según sean del área progresista-metafísica o de la espiritualidad-conservadora…

Como persona particular, según nuestro carácter, o personalidad nos inclinamos, honradamente, hacia un lado o al otro. O si somos blandengues culturales nos llevarán para allá o para acá, según sean sus intereses.

Muchos compramos la ropa ya hecha y pocos la diseñan a su gusto.

Una novela intentando conducir a la persona colectiva, o masa, hacia un final determinado sin despegar los pies de la tierra, como el programa de un partido político con título de novela, la otra llevarla hacia el reino de los cielos, como dice el catecismo.

La tercera corriente de la intelectualidad es la nihilista que ya agarró el camino del eclecticismo disolvente. Las obras de estos son las más solicitadas a las editoriales.

Una universidad de Estados Unidos llevó a cabo, durante ochenta años y con veinticinco millones de personas, una encuesta y el resultado fue que lo kaputt, kaput,  caput, nos llama más que nada.  Nos identificamos más con lo quebrado de la vida que con los angelitos de Rubens.

 


William Somerset Maugham / ˈwɪljəm ˈsʌməsət ˈmɔːm/, CH fue un escritor británico, autor de novelas, ensayos, cuentos y obras de teatro. Durante la década de 1930 fue considerado el escritor más popular y mejor pagado del mundo. Wikipedia

 

Aquí es donde Maugham escribe:

 Es un abuso utilizar la novela como púlpito o estrado

 En ese tono  está lo que Maugham dice de  la novela :

Sólo los muy ingenuos pueden suponer que una obra de ficción ha de dar informes fidedignos sobre temas importantes para sus vidas. Por la naturaleza misma de su capacidad creadora, el novelista es incompetente para tratar dichos asuntos; él no se debe a la razón sino al sentir, al imaginar y al inventar. Es parcial. Los temas elegidos por el escritor, los personajes que crea y su actitud ante ellos, están condicionados por su parcialidad. Lo que escribe es expresión de su personalidad, manifestación de sus instintos, emociones, intuiciones y de su experiencia. Arregla sus dados a veces sin saber cómo, pero otras sabiendo muy bien lo que se propone; después usa toda su destreza para evitar que el lector lo descubra.

Y de los novelistas:

Los escritores llevan vidas oscuras. Ni son invitados a la mesa del alcalde, ni se los nombra ciudadanos honorarios de las ciudades. No es para ellos el honor de romper una botella de champaña contra el casco  de un barco pronto a salir al océano en su viaje inaugural. No se agolpan multitudes, como ocurre con las estrellas de cine, para verlos salir de su hotel y saltar dentro de un Rolls-Royce. Tampoco son invitados a inaugurar bazares pro-ayuda de nobles damas venidas a menos, ni se les ve ante una aclamante multitud entregando una copa de plata al campeón de singles en Wimbledon.

 

 

PICO DE ORIZABA, MÉXICO, LA MONTAÑA DESCONOCIDA

 

 

 

 

 

 


 

 

 

De los 360 grados, del Pico de Orizaba, debidamente documentados, solamente se conocen dos: norte glaciar Jamapa y sur, por Texmalaquilla.

 Ascendida desde los tiempos del México precristiano, según cuenta Fray Bernardino de Sahagún, el Citlaltépetl, ahora conocido como Pico de Orizaba, es prácticamente una montaña desconocida.

 

 Hay que caminar hacia los mundos que todavía no están destruidos.

 Ernest Jünger novelista, 1944

 

 

 

Presentación

 Esta montaña(5,636m) presentaba seis problemas alpinos. Comprendían las ascensiones de las vertientes sur, norte, oeste, este y las circunvalaciones a su cráter y a la base.

Los dos primeros fueron resueltos en tiempos prehispánicos bajo la concepción religiosa del Tepeilhuitl, como era conocida la fiesta de las montañas. Se celebraba a partir del 24 de octubre. Fray Bernardino de Sahagún (siglo XVI) y Francisco Javier Clavijero (siglo XIX) ofrecen amplia información a este respecto.

La primera circunvalación al cráter tuvo lugar en 1930 (ver revista Sierra Club, editada en la Ciudad de México, página 13, del mes de julio de 1938).

 Quedaban por resolver la Pared Oeste, la Vertiente Este y la Circunvalación a la base.



 Pico de Orizaba(5,636m). La letra A es el punto donde se localiza el refugio de Piedra Grande, en la vertiente norte. Las flechas es en el sentido de nuestro recorrido.

foto tomada de Internet

 

Es probable que en la Oeste se hayan efectuado algunas ascensiones por el centro de su pared. Aquí hay una falla, un talud, que permite el paso sin necesidad de escalar. Nosotros realizamos una escalada en su sector norte, en 1957 (ver La Pared Oeste del Citlaltepetl 1995, trabajo editado por el Sindicato de Trabajadores de la UNAM, STUNAM, Ciudad de México). Si no hay una escalada debidamente documenta, anterior a 1957, esta escalada podría tornarse como la primera, es decir, la conquista de lo que sería propiamente la pared. noreste,no obstante lo anterior, la Pared Oeste sigue sin ser escalada hasta la fecha .La Vertiente Este, asimismo, carece de historia alpina.

En diciembre del 2003, como se detalla más adelante, realizarnos la primera vuelta a su base en la cota de los 4,200. Y con esto se dio un paso más hacia la conquista total de la montaña.

 


Cuaderno de comunicación sindical # 75 del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, Armando Altamira Gallardo.  México, Distrito Federal, septiembre 2004


Adelantamos que al final escuchamos en Tlalchichuca que esta vuelta a la base ya había sido realizada. Son relatos orales sin apoyo hemerográfico ni bibliográfico.

Si estos existen, y son dados a conocer, pasarán con toda legitimidad a formar parte de la historia alpina de esta montaña, la más alta del país.



 Nuestro intento de 1994.

 

En el sector noroeste Antonio Muñoz y Armando Altamira Areyán.

 

 

 

 

 Bella y horrible. Es lo que se puede decir de la Circunvalación al Pico de Orizaba que llevamos a cabo cuatro alpinistas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue a pie y en la cota promedio de los 4,300 metros de altitud. Nos llevó cinco días, del 18 al 22 de diciembre de 2003. Jornadas efectivas de ocho horas de caminata y doce dentro de las tiendas de campaña obligados por las bajas temperaturas. En el grupo había tres geólogos.



 Cumbre del monte Chichimeco(4,150m)

Campo excelente para practicar la escalada a esa altitud (después de una buena marcha de aproximación, subiendo desde el fondo de la cañada Jamapa) 

 

Fue un constante subir y bajar de cañadas abruptas en los primeros 180 grados a partir de la cañada Jamapa, en el norte, en la ladera este y en el sector sureste. Originalmente trazamos en el plano una línea a seguir en la cota de los 4 mil, pero con frecuencia las cañadas nos obligaban a remontar hasta su cabecera para poder salvarlas. En el sureste fue preciso subir hasta los 4,660 metros, que es en donde se encuentra ubicado el refugio de piedra “Fausto González Gomar”.



 

Punto marcados por AAA que señalan nuestro recorrido

 

 

 

 

Puede decirse que, en esas cotas, toda la circunvalación es de unos 20 kilómetros. Si bien, para dar idea de lo accidentado del terreno, baste mencionar que, del campamento dos al tres, pudimos avanzar sola mente dos kilómetros en todo un día en el sector sureste.

 Para el efecto de caminata horizontal, en derredor de su base, esta montaña es semejante a un pulpo visto desde arriba. Con sus múltiples cañadas, como tentáculos, vertiendo la mayor parte de ellas hacia el este. Coincide tal característica volcánica con la orientación de su cráter W- E siendo la cumbre más baja también hacia el este.

 


 Sector sureste,  campamento dos.

 

 

 

Esto de subir y bajar es consustancial a la práctica del alpinismo, desde luego. Más aquí la práctica tuvo su factor limitante y fue la sed. La falta de agua para beber es el problema número uno que debe enfrentar todo aquel que quiera realizar la vuelta a la base del Pico de Orizaba. Además de poder contar con un equipo humano unido, resistente y obstinado como el que se dio en esta ocasión. Cada individuo necesita al menos 4 litros de agua por día para dar la vuelta. Estaríamos hablando de veinte o veinticinco litros en total, más el equipo de acampar y viveres…

 En el segundo día, y ya en el sector sureste, pasamos por una situación angustiante por la falta de agua. Parecida a la de los navegantes que sufren de sed en medio del océano. Muy arriba de nosotros las cumbres blancas de nieve y hielo del cono volcánico ¡pero abajo las cañadas estaban secas! Al menos en 270 grados de la circunvalación, o tres cuartas partes del recorrido, no encontramos agua. De haberse dado en semanas anteriores alguna gran nevada todo estaría húmedo y arriba mucha nieve. Pero no fue así. En las cotas superiores había nada más hielo. Y el sol débil del invierno era incapaz de fundirlo.

 En el segundo campamento disponíamos de sólo 2 Litros de agua en total para los 4 componentes del grupo. Tomamos un cuarto de litro en la cena y el otro en el almuerzo del día siguiente. Con esto se echaron a andar todos los graves síntomas de la sed. Nuestras mochilas repletas de comida y nadie pudo comer un solo bocado por falta de agua. Se carecía de agua para beber y para preparar los alimentos. Es probable que los habitantes de la City sepan que los más exquisitos bocados de nada sirven si no hay agua para beber.

 


 Sector sureste.

 

 

 

 

 






B-A Torrecillas.C-F-B el modo que franqueamos esta cañada(B-refugio Fausto González Gomar 4,660m). D-Descenso hacia el emplazamiento de los tinacos, ladera sur).

C-E por explorar en la idea de un mejor paso hacia la ladera sur.

 

 

 

 Como consecuencia siguió una debilidad creciente para enfrentar el terreno que teníamos por delante. Una progresiva deshidratación que, junto con la altitud en a que nos movíamos, amenazaba afectar el ritmo cardiaco. Principios de trastornos visuales. Como cuando se mira hacia el interior de una tortillería...Un estreñimiento agudo...Al escupir, la saliva quedaba colgando de la boca, como si fuera una liga de hule...

 Entre tanto, los 7 grados bajo cero de temperatura congelaba las secreciones de las narices y quedaban colgando, como estalactitas. En lugar de limpiarlas con el pañuelo las rompíamos dándole un golpecito con la uña. Taza de café hirviendo, a la mitad se había enfriado y al final podía haberse congelado, en sólo unos minutos. Tener 30 o 40 grados bajo cero en los macizos alpinos de otros continentes puede parecer impresionante. Pero no lo es tanto si se piensa en una aclimatación progresiva que va teniendo la expedición conforme se va acercando a la montaña final.

 


 A- Nuestro ascenso hacia el refugio Fausto González Gomar. B- por explorar.

 

 

 

Pero tener 7 grados bajo cero, cuando el día anterior se emprendió el ascenso de los valles calientes de México, ya estamos hablando de por lo menos 25 grados de caída en el termómetro.

 Llevamos a cabo esta circunvalación tres estudiantes del Postgrado de Geología de la UNAM y un fotógrafo. Respectivamente: Laura Rosales Lagarde, Pedro Arredondo Guerrero, Armando Altamira Areyán y Armando Altamira Gallardo.

 


 El paso de la ladera sur hacia el suroeste

 

 

 

 

 

La Circunvalación fue en el sentido de las manecillas del reloj: norte, este, sur oeste y norte. Salimos del albergue de Piedra Grande, en el norte, a las 8:59 horas de la mañana del 18 de diciembre de 2003 y regresamos al mismo a las 12:36 horas del 22. Sobre todos los relatos orales no documentados que hay en la región, respecto de esta fantástica circunvalación, nosotros trajimos cerca de 300 fotografías digitales a color, de prácticamente todos los ángulos de la montaña y 60 fotografías fotomecánicas en blanco y negro. Además de un registro de nuestra ruta mediante señal satelital conocida como “GPS” (Global Positianing Sistem). Esta gráfica arrojó una especie de elipse de la base de la montaña en sentido noreste- suroeste.

 La primera noticia de esta empresa deportiva salió publicada en el periódico Unión, diario informativo del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, número 670, el jueves 12 de febrero del 2004, pág.8. Sucinta por naturaleza, como son las noticias cuando se dan a conocer por las vías del periodismo. Es la reseña que aparece arriba. Ahora tengo la oportunidad de referirme a algunos detalles que entonces fueron omitidos y que en su momento tuvieron un valor decisivo para el éxito de la circunvalación. Los consigno aquí porque pudieran ser de utilidad para los que en el futuro emprendan esta “vuelta”.

 En la tarde del segundo día, a la hora de instalar el segundo campamento, casi se nos habían agotado las reservas de agua que llevábamos en nuestros envases de dos litro cada uno. Esta cantidad de cuatro litros es suficiente para una jornada. Los habíamos llenado el primer día en la barranca Ojo Salado. Llevábamos cuatro litros por individuo en la esperanza de encontrar otro sitio en donde poder volver a llenarlas. El problema es que no hay lugares a la mano para recargarlos cada vez que se han terminado. La solución sería cargar muchos más litros. Y esto deberá hacerse en la medida que el peso de las mochilas lo permita.

 


 En el sector  sursuroeste

 

 

 

También hay que llevar tienda, víveres, ropa de abrigo, bolsa de dormir, enseres de cocina, cámara fotográfica, instrumentos de orientación...

 En la fuerte caminata de la tarde del primer día, y la caminata entera del segundo, esas existencias de agua prácticamente habían llegado a cero. De esta manera, a la instalación del segundo campamento, disponíamos de dos litros en total, para ser repartidos entre cuatro. Pero entre cuatro que tenían sed. Es decir que ya acusábamos los síntomas de la deshidratación. Nos tocaba medio litro para que cada uno lo distribuyera entre la cena y el desayuno del día siguiente.


 

Buscando el paso hacia el refugio  entre los acarreaderos  de los 4,400m, ladera este

 

 

 

 

 

 

 Medio litro de agua, arriba de los cuatro mil, para preparar la cena y el desayuno y además tomar agua y deshidratados, hace que, de manera mecánica, sin pensarlo casi, se rechace todo intento de comer algo. No se puede comer, en las condiciones que estamos describiendo, sino hay agua para beber. Cualquier bocado va a requerir un trago de agua. Preferimos repartir un cuarto de litro para mojar la boca durante la noche y tener otro cuarto para beber en la mañana, antes de emprender de nuevo la marcha. Fue una noche marcada por la sed. En la mañana siguiente, en efecto, tomamos el último trago de agua.


 

"Perdidos" en el lado suroeste, Armando Altamira Areyán Y Pedro Arredondo Guerrero.

 Habíamos llegado, así, al momento de la disyuntiva. Frente a nosotros seguía el panorama de cañadas por demás accidentadas que, por la experiencia de los días anteriores, sabíamos que no podríamos encontrar en ellas ni gota de agua. Sobre nuestras cabezas tuvimos siempre los grandes mantos blancos helados. O las cascadas congeladas. Pero no era nieve sino hielo que el sol no alcanzaba a fundir.

 La humedad que había en los tejidos de nuestros cuerpos nos alcanzaría para descender en la forma más directa y rápida hasta alcanzar un lugar habitado en donde poder encontrar algo de beber. Significaba abortar el plan y buscar una salida para evitar la postración por sed. Yo conocía, en las travesías del desierto, lo que pudiera llamarse la” escala de la sed” antes de la inanición total. En una escala de diez, en Altar habíamos llegado al nueve. Si ahora seguíamos con la circunvalación, arriba de los cuatro mil, a través de las cañadas, al concluir el día habríamos alcanzado el punto nueve. La fisiología de la sed no es ningún juego.


 

Pico de Orizaba desde el lado este

 

Autor desconocido

 

 

 

Tiene que ver con la buena o mala marcha del corazón y una serie de consecuencias colaterales. Estas podrían hacerse presentes en el transcurso de la noche de este día, si es que para entonces no habíamos podido alcanzar la ladera sur. En la ladera sur era el lugar en el que yo sabía encontraríamos agua en unos grandes tinacos de plástico instalados por los de Texmalaquilla. De no haber podido alcanzar esas cisternas, en la noche entre el tercer y cuarto día, de seguro habríamos llegado al punto diez...

 En esas condiciones, de fuerte deshidratación y debilitamiento por no haber ingerido alimentos debido a la falta de agua, era cada vez más difícil poder seguir avanzando. Y a lo mejor ya sin fuerzas suficientes para bajar completamente. Fue cuando les propuse que abandonáramos la idea y empezáramos a bajar sin perder un minuto. El último trago de agua que habíamos podido ingerir estaba ya contra reloj siendo aprovechado por nuestro organismo... Lo hubiera planteado con otros cualesquiera. Una vida es una vida sea quien sea. Pero era el caso que estos tres era geólogos que cursaban diferentes niveles del postgrado de esa disciplina académica. Con cien millones de habitantes, y en un país tan pobre como México, la educación de cada uno de ellos había costado infinitos esfuerzos al pueblo. En la actualidad pocos son los que a nivel universitario, terminan una licenciatura en el área de las llamadas ciencias exactas. Y menos aun lo que llegan al doctorado.

Si nos apresuramos, dije, tal vez al anochecer habremos alcanzado algún caserío, de tantos caseríos que se ven brillar en la noche, del lado sureste del Citlaltepetl A lo mejor hasta vamos a dar a Orizaba... Pero ellos no querían abandonar sin haber hecho un último esfuerzo. Bajemos esa cañada, dijo Armando, y remontemos la pendiente que tenemos enfrente. Si del otro lado no logramos distinguir Torrecillas, que quiere decir la ladera sur, entonces abandonamos y mañana empezaremos a descender hacia el sureste. Los otros fueron de la misma opinión. ¡juventud!

 Me pareció que ese “mañana” ya sonaba muy lejano. Pero entendí. Yo mismo había estado en situaciones extremas por no haber sabido renunciar a tiempo. Parece que el alpinismo se caracteriza por reunir entre sus filas a cabezas duras que no saben renunciar a tiempo. No es ninguna casualidad que las laderas de muchas montañas del planeta, incluida esta del Pico de Orizaba, estén sembradas de cadáveres. Como son empresas arduas y costosas, ir por esos cadáveres, ahí se les deja. Pregunté a Laura y a Pedro. Dijeron que eran de la misma opinión de Armando. Seguimos.


 

Campamento tres, ladera sur

 

 

 

Hacia el medio día alcanzamos lo alto de la cresta que teníamos enfrente por la mañana. Hasta donde se podía ver, bajo nuestras botas se abría una abrupta cañada y más allá seguramente había otra. Es decir que la situación se presentaba nada alentadora.

 Más al ver hacia lo alto del Citlaltepetl identifiqué con toda certeza los tramos superiores de la ruta de ascensión de ladera sur. Y por ver hacia lo alto no me fijé lo que había en los planos inferiores. Hasta que Armando preguntó de la alta roca en forma de cresta en Torrecillas. En efecto, era Torrecillas. Al final, en el lado norte, o sea el más alto, el pegado a la montaña propiamente del Citlaltepetl, estaba el refugio “Fausto González Gomar”. No se veía desde ahí pero yo estaba seguro de tal cosa. Ahora ya sabíamos con certeza el terreno que pisábamos. Faltaba ver si podíamos superar lo que nos faltaba para pasar del otro lado de Torrecillas. El camino más corto era dirigirse hacia el oeste. Buscar un paso de descenso entre la ladera vertical de la cañada que teníamos justo debajo de nuestros pies. Luego remontar la ladera de enfrente y volver a descender la otra cresta. Esta era propia mente la pequeña cordillera de Torrecillas. La incertidumbre consistía si desde esa cresta que teníamos enfrente podríamos encontrar un paso dentro de la verticalidad de su otra ladera.

 Sugerí lo que me pareció entonces la línea más segura, aunque era la más ardua. Bajar hacia el norte esta cresta en la que nos encontrábamos. Descender hasta el fondo, a través de pronunciados acarreaderos con una pendiente y un material erosionado y suelto a punto de ponerse en movimiento hacia el fondo. Luego remontar la pesada pendiente hasta alcanzar el refugio. De ahí, desde los 4, 660 metros, bajar por el sendero de las caravanas hasta la cota de los 4,400. Así lo hicimos y eso nos llevó casi toda la jornada.

 Efectivamente, como habíamos imaginado, la sed fue creciendo a cada esfuerzo. Y junto con ello aparecieron los fenómenos de la deshidratación. La primera alteración fue visual. En un ambiente tan frío, no obstante, veíamos hacia lo lejos como en el desierto cuando la temperatura está cerca de los cincuenta grados calientes.. . La segunda era la extrema sequedad en la boca. Los labios habían desaparecido. En su lugar quedaban dos como costras a punto de sangrar. Escupíamos y la saliva quedaba colgando de la boca..

 Aparecería también el estreñimiento. En situación de deshidratación el organismo empieza a echar rnano de líquidos (se orina menos) y de cuanta humedad contenga en todas partes. Una de ellas es el sistema digestivo, particularmente la humedad que hay en los intestinos. El resultado va a ser un estreñimiento que puede volverse tan severo que provocará una peritonitis o la aparición de las hemorroides.. .

En un momento cuando ya nos aproximábamos al refugio, sentí nauseas. Son los síntomas que experimentan los que están siendo atacados por el esfuerzo en alta montaña. Vomitar es la manera que tiene el corazón para defenderse en principio. A mi edad de los 68 años no se debe forzar la marcha cuando aparecen estos síntomas. Reduje la cantidad de pasos entre descanso y descanso. A veces daba sólo cinco pasos y volvía hacer alto. Pienso que, a la sazón, habíamos llegado a la cifra 9.5 de la “escala de la sed”.

 Finalmente llegamos al albergue. Teníamos la esperanza de encontrar algo de agua que los alpinistas suele dejar en algún lugar para no cargarla de regreso. Pero esta vez no fue así. En el lugar estaban dos montañista de Orizaba. Nos regalaron una coca cola de medio litro.

 La tomamos entre Armando y yo. Fueron apenas unos tragos pero suficientes para sentir que la “escala” se alejaba del punto fatal hasta, digamos, tal vez la cifra de 7. Cuando reemprendimos la marcha nos sentimos mejor. Al menos para bajar por la ladera sur sin tanto apremio. Los otros venían más abajo.


 

Extremo sur de la pared oeste

 

 

 

No nos detuvimos hasta los grandes tinacos en la que los habitantes de Texmalaquilla guardan el agua de lluvia. Teníamos pensado acampar en ese lugar y así lo hicimos. Fue nuestro tercer campamento. La sorpresa consistió en que las cisternas estaban vacías. Buscamos con desencanto y desesperación. Todas estaban vacías. Finalmente descubrimos que varios de estos depósitos tenían una costra de hielo en el fondo. Eso volvió a animarnos. En todo caso fundiríamos el hielo y obtendríamos agua. No fue necesario ya que por debajo de la capa de hielo había agua en cantidad suficientes para beber cuanto quisiéramos y volver a llenas nuestros recipientes. Era una agua que no inspiraba confianza. Pero llevábamos gotas purificadoras eso resolvió el potencial peligro de una infección. Un rato después llegaron al lugar nuestros compañeros.

 Laura y Pedro se habían rezagado durante todo el día. Se debió a que Armando y yo apresuramos el paso tratando de buscar los lugares más adecuados para ascender o bien para cruzar los acarreaderos. Varias veces nos equivocamos en algún tramo y debimos rectificar. Los otros observaban desde lejos y evitaba nuestro yerro. De esa manera economizaban tiempo y energía. Por ejemplo, la tarde del segundo día remontamos una pendiente muy pesada, muy arriba llena de rocas erosionadas tratando de encontrar un paso alto por el cual salvar la cañada que teníamos enfrente. Pero al final nos topamos con un acarreadero imposible de cruzar debido a su inestabilidad. Avanzamos en sentido horizontal y cuando habíamos llegado a la mitad, toda la ladera se ponía en movimiento arrastrando lo que en ella se encontrara. Regresamos y desde arriba gritamos a los otros que desistieran. Bajamos y nos reunimos con ellos en el lugar que instalamos el segundo campamento. La maniobra de exploración tan agotadora e inútil nos había llevado al menos tres horas.


 

En el suroeste

 

 

 

Ya en el campamento tres, levantado entre las cisternas, Laura nos comunicó que en la mañana siguiente abandonaría la circunvalación y bajaría a Texmalaquilla. Era terreno seguro pues estábamos ya en un área de la montaña muy frecuentada por los que suben al Citlaltepetl por el lado sur. Del lugar en el que nos encontrábamos acampando, en los 4,400, al pueblo, quedan unos siete kilómetros de descenso a lo largo de un terreno sin dificultad y muy marcado.

 No es que estuviera particularmente cansada sino que creía que nos venía retrasando pues su paso era algo lento. Más o menos como el mío. Le expliqué que nuestra prisa de esa jornada era por encontrar agua pero una vez que ya la teníamos, que nos habíamos rehidratado y llenado de nuevo nuestros envases, no había en adelante ninguna prisa. Nos encontrábamos a la sazón dentro de un periodo de vacaciones y nuestras mochilas contenían suficientes víveres. Calcularnos que en dos ornadas más cerraríamos la circunvalación. Pero si fueran necesarias tres o más jornadas tampoco habría prisa. Además conocíamos la ladera oeste y esta ofrecía un terreno en el que podríamos avanzar con más velocidad y menos esfuerzo Con excepción del sector suroeste, en el que hay que enfrentar dos cañadas agrestes, lo demás era ya sólo cosa de distancia. Desistió de su idea y a la mañana siguiente continuamos los cuatro.


 

Pared oeste


En 1994 bajaba agua abundante de deshielo por la barranca Alpinahua (D) a partir de las diez de la mañana y se volvía a congelar hacia las seis de la tarde. Pero este día la barranca estaba seca por completo. El glaciar(A) había retrocedido de manera considerable en apenas nueve años.

El campamento cuatro lo instalamos en la barranca Alpinahua. Exactamente en el lugar que habíamos acampado dos noches en el invierno de 1994. En esa época fue cuando hicimos el primer intento de la circunvalación pero en sentido inverso. Es decir, de norte hacia el oeste.

 Nos dimos cuenta en esa ocasión que la empresa era de mayores vuelos y desistimos. Entonces éramos Antonio Muñoz, Armando Altamira Areyán y yo. Lo tres de México- Tenochtitlan. No obstante, aquella experiencia ahora nos sirvió mucho para caminar por el terreno ya conocido del lado oeste.


 

 En la foto Pedro Arredondo Guerrero, Laura Rosales Lagarde y Armando Altamira Areyán.

Al fondo la vista completa de la pared oeste.


En 1994 bajaba agua abundante de deshielo por la barranca Alpnahua a partir de las diez de la mañana y se volvía a congelar hacia las seis de la tarde. Pero este día la barranca estaba seca por completo. El glaciar había retrocedido de manera considerable en apenas nueve años. Todo estaba seco por lo que, al menos en esta ocasión, el agua ya no bajaba como producto del fenómeno de deshielo. Seguramente volvería a hacerlo en temporada de lluvias y con sus abundantes nevadas, aunque fáciles de volver a desaparecer. Esto deben de tenerlo en cuenta los que en adelante intenten esta circunvalación.

 No nos preocupó la falta de agua pues aun nos quedaba suficiente para dos días más. Y para este cuarto día ya habíamos recorrido 310 grados de la circunvalación (ver dibujo), por lo que esperábamos alcanzar el albergue de Piedra Grande hacia las primeras horas de la tarde del día siguiente. Como en realidad sucedió.


 

En la mañana del último día, el quinto de caminata, fue cuando no pudimos encender la estufilla. La temperatura era de siete grados bajo cero y el gas no fluía. Las secreciones de la nariz se congelaban apenas salían de nuestras fosas nasales...

 


 El penúltimo obstáculo(4,130m)

 

Sector noroeste

 

 

 

 

 




Armando Altamira Areyán en los lahares de la vertiente oeste.



Para el desayuno recurrimos al viejo expediente de la humanidad haciendo una fogata. Era la primera fogata que encendíamos de toda la expedición. Como siempre fuimos cerca del límite superior del bosque, podíamos disponer de la leña que quisiéramos. Pero una fogata hace humo que se ve desde lejos. Y si es de noche su luz también se distingue a mucha distancia. Los tiempos son inseguros y en caballos los depredadores podrían remontar desde los valles lejanos. Pero ahora se trataba de la última mañana y podíamos darnos ese lujo de la fogata.

 


 ¡Quinto día! Al fondo el albergue de Piedra Grande (4,260m). Visto desde la ultima cresta(4,320m)

  A lo lejos el monte Chichimeco. Por su base pasamos el primer día del recorrido.


 


 En efecto, Armando A.A. llegó al albergue de Piedra Grande y enseguida a las 12:36, del día 22, nos reunimos con él. Con esto quedó realizada la circunvalación a la base de la montaña.


Laura
                         
  


Armando AA

                        


Armando AG

Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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