SÉNECA, EL EMPLEO DEL TIEMPO

 


Bibliografía:

Séneca, Cartas a Lucilio

Jean Wahl, Introducción a la filosofía

San Agustín,Confesiones

 

Sabemos que el tiempo es la única moneda que no regresa. ¿Sabemos? ¿En realidad me pongo a  pensar en esas cosas?

¿El tiempo? ¡Son asuntos del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad!¿Yo qué tengo que ver con esas cosas tan enredadas? ¡Nada  me atañe!

¿No regresa? Nanahuatzin volverá a pintar  de rojo cada amanecer y Tecuciztecalt, el Sol nocturno, alumbrará la noche cada doce horas siguiendo al Sol de día. Repetirán ese alumbramiento y ese ocaso por los siglos de los siglos.

Pero Huehueteotl no volverá a ser joven. Su rostro seguirá llenándose de arrugas y su espalda se doblará más cada año.

Aquiauhtzin, poeta náhuatl de Ayapanco, que vivió en Amecameca durante el siglo XV, dejó plasmado en un pensamiento la antinomia que ilustra la manera en la que la divinidad, eterna e inmóvil, en el tiempo, se manifiesta todos los días en lo perecedero:

“El dador de vida se hace presente en las flores  y en los cantos”

Es un  mensaje, una lección, un ejemplo, que está en los milenarios cimientos filosóficos mismos de la Ciudad Sagrada donde los dioses se sacrificaron por los humanos.

Pero yo sigo despilfarrando el tiempo de la pandemia en adquirir cosas que pronto serán cachivaches y en actividades que para esta tarde ya nada significarán. Tres horas de ver programas inanes y otras dos en  escuchar comentaristas que sólo buscan llenar espacios para incrementar el porcentaje de audiencia, o rating. Políticos, actrices y actores de la farándula, que hacen hasta lo imposible por no perder la imagen ante el público llenan las pantallas.

Lo anteriormente  anotado sería un tesoro si llegara a concientizar que todo eso  era necesario para yo adquirir lo que el mundo llama “experiencia”. Por contraste, haría lo contrario y el tiempo, mi tiempo, tendría calidad.

Wahl:

“Es de las cosas yuxtapuestas, pospuestas y antepuestas, de donde se derivan las ideas del tiempo y espacio.”

Tal como lo plasmó Aquiauhtzin.

Pero el tiempo pasa y sigo tomando  el efecto por la causa y el complemento por el sujeto.

Más se entiende la introducción de esta nota allende a nuestra fronteras. Un porcentaje alto de mexicanos jamás ha pisado la Calzada de los Muertos ni leído de los tiempos en que todo era oscuridad.

Cuando el dios Nanahuatzin se arrojó a la hoguera sacrificante para que los humanos pudiéramos tener luz y calor. Anhelo para toda la Humanidad. El contraste con los soles teotihuacanos que estallan, para dar lugar a otro, está el viejo dios del tiempo, Huehueteotl.

Erróneamente Huehueteotl es considerado como dios del fuego por el cenicero en forma de sombrero. Xiuhtecuhtli es el dios del fuego, no Huehueteotl.

Hay señales de lo anterior, de la realidad del tiempo, y utilización que los humanos hacemos del tiempo,  por todos lados del planeta.

San Agustín, platónico, se extiende ampliamente en sus Confesiones, en las consideraciones  del tiempo.

                                                Dibujo tomado del libro

                                         La psiquiatría en la vida diaria

                                              de Fritz Redlich 1968

Cuatro años antes de nacer Jesús nació Séneca el cual, ya adulto, alertó a su amigo Lucilio sobre la importancia del tiempo:

“Sí, mi querido Lucilio, devuélvete a ti mismo, y el tiempo que hasta aquí se te quitaba y se te hacia perder, aprende a aprovecharlo. Puedes estar convencido: nuestros momentos preciosos, o nos los quitan o nosotros mismos los dejamos escapar.”

Agrega recurriendo a la fenomenología :

“Dueño del presente, dependerás menos del porvenir.”

SÉNECA, ES MÁS FUERTE EL ÁNIMO QUE LA FORTUNA

 


 

Bibliografía:

Séneca, Cartas a Lucilio

Nezahualcoyotl, Pensamientos

Donella Meadows, Los límites del crecimiento

Lee Masters, El pensamiento vivo de Emerson

 

No es que yo te aconseje la indiferencia. Al contrario, evita lo que debe ser temido, y que abrace tu previsión todo lo que la prudencia humana debe prever. Séneca.

 

Tengo muchas cosas materiales-le dice Séneca a su amigo Lucilio-.Al parecer la gente me da la importancia como un individuo que entre más cosas, tengo, más importante les parezco.

Ahora Séneca se pregunta ¿si los dioses le quitan todo lo que tiene? 

 En el siglo secular veintiuno los modernos se confían unos  al horóscopo, a la lectura de las estrellas, a las cartas, evitan pasar por debajo de la escalera y le sacan la vuelta por no encontrarse al gato negro.

Dibujo tomado de El País del 24 de noviembre de 2018

Lo mismo con mi mujer, sigue pensando Séneca, mis hijos y mi hogar doméstico (el hogar con familia, no el hogar a solas).Apreciarlo como valora el agua entre sus manos abiertas el caminante del desierto…agua que acabará por irse…Lo temible es en el  interior donde se barajan las cartas del juego. En otras palabras, los valores materiales o los de la volición.

Mesurar los  arranques  de júbilo cuando los seres queridos llegan a su vida, porque de esa manera será menos fuerte el dolor cuando se hayan ido.

Séneca:

“Posees tus hijos, tú esposa y tu patrimonio como posesión precaria, como objetos que no deben pertenecerte siempre y, de esa manera, si algún día los pierdes no te sentirás desgraciado... Los bienes todos que supones tuyos, los tienes en tu casa, pero no te pertenecen. Todos los bienes de los mortales son mortales.”

No son imperecederos. Las cosas materiales terminarán en el basurero y los seres por lo pronto nos desdibujaremos, como esas fotografías impresas en papel.

Nezahualcóyotl:

“Al lugar de los descarnados…

Tendremos que desaparecer

Nadie habrá de quedar.”

¡Desconfía de la fortuna, sólo cuenta con tu ánimo! Es el modo de pensar de Séneca y se dirige a los que esperan todo de fuera y desatienden de ejercitar sus propias fuerzas. Su ánimo, su ánima.

Es a los dioses a los que se confía en el tiempo de Séneca la orientación de la propia vida. La fe del pagano en sus dioses no tiene parangón. Sólo comparada con los pueblos náhuatl del Altiplano Mexicano y los del área maya el Popol Vuh.

“Los dioses lo han querido”, apunta Séneca sin importar lo que se tiene enfrente. Séneca no le hace al periodista entrevistando a  la divinidad: ¿Dónde, cuando, quién, por que, para qué?

En el siglo secular veintiuno los modernos se confían unos  al horóscopo, a la lectura de las estrellas, a las cartas, evitan pasar por debajo de la escalera y le sacan la vuelta encontrarse al gato negro en día martes… Son sus dioses.

 Otros, los lógicos, tantean el terreno con más cuidado, se confían a la intuición.

Esa intuición tan frecuentada por el pensamiento filosófico de todos los tiempos, por ejemplo Bergson. Ya antes que él Emerson se había referido a la intuición como  “el animal divino que nos lleva a través del mundo”

Ya no se cree en la divinidad, en plural, en el siglo de la cultura industrial sino en el crecimiento económico.  “Crecimiento económico, que suele identificarse con bienestar” Meadows.

Ya no hablamos con el viento ni dialogamos con la lluvia. Hablamos con  el celular. Y la televisión exige sólo ver y callar, pero no opinar. Los dioses, desde detrás de las nubes,  ven que ahora nos quejamos, amargamente contra el cielo, de nuestros dolores y miserias, mientras vemos la comedia de la tarde, sentados en frente de la televisión, y comiendo chetos…

“No interrumpas hijo, déjame ver  el partido de futbol, ¿los dioses, ha, por ahí deben de andar. No interrumpas, si La Fortuna lo quiere  gana mi equipo.”

Séneca previene:

“¡Guárdate de creer feliz a un hombre que depende de la Fortuna. Confía en un apoyo bien frágil quien funda su alegría en los bienes exteriores: su satisfacción pudiera irse del mismo modo que vino.”

 

 

 

 

 

 

 

Lucrecio,Cultura, Escalar

 




Bibliografía:

Tito Lucrecio Caro, De la naturaleza de las cosas

Ibsen, El Pato Salvaje

Jean Whal, Introducción a la filosofía

Desmond Morris, El zoo humano

 

Paliar la locura de estar encerrado en la ciudad, en los tiempos de la normalidad, solo hay los recursos de la cultura (sabido es que  no todo lo que se dice cultura  es cultura) y ejercicio al aire libre, para conservar, o recuperar, la salud mental. Es lo que proponen Lucrecio, Ibsen, Thoreau, Emerson y Morris.



                                               Dibujo tomado de

                                                      El País

                                              11 de junio 2016

En tiempos de la pandemia, además,  no hay que desestimar voltear la cara  hacia la ciencia psiquiátrica. ¿El psiquiatra, acaso estoy loco? Amigo, estamos en los tiempos de la medicina preventiva,  no para  volvernos locos.

Pasar horas frente a la pantalla chica, y la otra más chica del celular, más allá de cierta mesura, puede prolongar los tiempos de nuestro nada feliz presente social.

La tecnología carece de ánimo, de alma, sólo son tuercas y tornillos. Facilita los quehaceres del humano. Los pueblos han trabajado durante milenios para conseguirla.

Hay un obvio desfase. Llegamos al espacio exterior pero en la Tierra las cárceles están en sobrecupo y los pueblos del planeta gimen dentro de la precariedad alimenticia y cultural.

Es el resultado de la lucha por la sobrevivencia, no la lucha de estímulo por los valores vitales.  ¿La tecnología? Como la buena comida, es su exceso el que mata.

El alejamiento de los panoramas naturales, y nuestro auto confinamiento  en la jaula (la ciudad),   Morris dice que, de seguir así, todavía nos espera una jaula más reducida que es la de la  cárcel o la del  psiquiátrico.

Morris no tuvo que esperar mucho tiempo para ver confirmada su predicción.

Propone el recurso salvador de la cultura. Se refiere al artista, al inventor:

“Cuando estudiamos los progresos de la ciencia, leemos poesía, escuchamos sinfonías, presenciamos ballets o contemplamos cuadros, no podemos por menos de maravillarnos ante los extremos a que la Humanidad ha llevado la lucha de estímulo y ante la increíble sensibilidad con que ha sido abordada.”

Es un porcentaje reducido de la población global que puede hacerlo. Países hay en América en que se leen promedio dos o tres libros de cultura por cabeza-año, jamás han ido a la sala para oír una sinfonía ni a una sala de arte y contemplar una pintura.

Lucrecio estaba  en lo cierto ya en aquellos remotos siglos. Hoy en día hasta en la aldea agrícola más olvidada de la mano de Dios es frecuente ver a la gente con el celular en la mano  e irse adormir a media noche por estar viendo programas de televisión.

 ¿Acostarse a dormir al ponerse el sol y levantarse al rayar el alba?,  ¡Es  de épocas preindustriales, sino que  del Neolítico!


No está por demás insistir
  que  estar en contacto, constante, con la naturaleza, acampar, caminar, sentir el sol, el frío, el viento y las condiciones placenteras de caminar por la llanura, al menos nos da una oportunidad de contraste, con la ciudad, para reflexionar. 

Dibujo tomado del libro  Técnica alpina, de Manuel Sánchez y Armando Altamira

Editado por la UNAM, 1978

Lo que dijo Lucrecio hace veintiún siglos (Lucrecio: 99 aC.-55): “Los nuevos inventos perjudican a los antiguos y del todo  mudan nuestro gustos.”

Y lo anotado  por Morris en el siglo pasado inmediato: “Es significativo que en las comunidades fuertemente subordinadas o reprimidas, las salas de cine locales exhiben una cantidad extraordinariamente elevada de películas de violencia.” Peliculas en las que,curiosamente, los buenos acaban con los malos.En otras palabras, son más malos que los malos.

 Los nuevos inventos perjudican a los antiguos y del todo  mudan nuestro gustos. Y de película de violencia, en película de violencia…Apunta Whal: “Puede tener por consecuencia, en nulificar en cierto sentido la personalidad”.

Es muy probable que en Lucrecio se hayan inspirado Rousseau, Emerson, Thoreau…  No está por demás insistir  que  estar en contacto, constante, con la naturaleza, acampar, caminar, sentir el sol, el frío, el viento y las condiciones placenteras de caminar por la llanura, al menos nos da una oportunidad de contraste para reflexionar.  Las maravillas que la tecnología  puede hacer en nuestra vida o la deformación si abusamos de ella.

De poseer buena dosis de vitaminas culturales, la   violencia en las pantallas nos parecerían curiosidades inocuas   de la industria de la diversión. Nada más que curiosidades ingeniosas. Pero no nos deformarían. Aunque  aún  si estamos formados,  pueden deformar, en la dirección de conductas sociales patológicas.

Desestimar el ejercicio al aire libre, lejos del efecto invernadero, que es la ciudad o, como dice Morris, la jaula, pueden hacérseme muy presentes las palabras de Ibsen en el Pato Salvaje:

 “Sí, amigo; no sabes bien lo feliz que es… ¡ha engordado y Todo! Bueno; la verdad es que lleva aquí tanto tiempo metido, que debe haber olvidado su verdadera vida salvaje, que es lo principal.”

 

 

 

 

 

 

EL PUNTO DE VISTA DE SÉNECA

 


Bibliografía:

Séneca, Tratados filosóficos.

Ibsen, Peer Gynt.

Jean Wahl, Introducción a la filosofía.


Si eres feliz no tienes necesidad de la felicidad, es el tema de esta nota

 

“Marchitase la virtud sino tiene adversario”

Con estas palabras Séneca me está diciendo que busco un mundo calcopiritico, de cosas temporales, en lugar de valores de trascendencia.

Los buenos padecen penuria y los malos tienen abundancia.

¿Misterio indescifrable,  o modo de enseñar de la divinidad?

Es lo que se han preguntado los pensadores religiosos, y filósofos en general, de todas las épocas.

Extraviados en el laberinto,  acaban por remitirse  al Deus ex machina, que es dejar todo en manos de Dios.

Y Dios, que lo sabe todo, tampoco es claro cuando se dirige a los humanos, sólo dice: “De los pobres es el reino de los cielos”. ¿Y, entretanto?

La pregunta es para esta vida, para la otra ya Dante fue bastante claro...y mucho antes Séneca había anotado en la misma dirección:

 “Dios endurece, reconoce y ejercita a los que ama; y al contrario, a los que parece que halaga, y a los que perdona, los reserva para venideros males."

Estamos hablando de una misma Providencia pero de dos modos distintos de verla: la pagana, de Séneca, y la cristiana que para los tiempos de Séneca no existía. Séneca nació 4 años antes que Jesús y murió 64 año más tarde, cuando el cristianismo aún se escondía en las catacumbas.

Para entonces empezaba, apenas, a extenderse en las capas bajas de la sociedad romana, llamada por algunos escritores, como la “plebe”. En tanto la aristocracia culta poseía desde siglos atrás el rico legado de la Paideia griega, que es a la que Séneca pertenecía.

El Deus ex machina es una forma de decir que una cosa es la razón divina, ininteligible para los humanos, y la otra, la razón humana.

Séneca no entra en el laberinto,  tiende un puente para poder penetrar en la clave del misterio: se trata de un modo didáctico de la “divinidad pagana” para educar a sus criaturas.

Y decir, como Peer Gynt: “Así, pues, amigo, has de ser fundido de nuevo.”

El borracho de la cuadra, ese que se queda tirado en la banqueta a plena luz del día, es la mejor lección propedéutica que tenemos a la vista para no hacer lo mismo. Pero nos metemos de  críticos en lugar de ponernos en la posición de aprender del error.



No descifraron el método didáctico de la divinidad para educar a sus criaturas, que propone Séneca.

Dibujo tomado del libro La Psiquiatría en la vida diaria, de Fritz Redlich 1968

De la misma manera disponemos de, al menos,  cien lecciones objetivas, de la praxis, en el plano lejano y en el de junto.

El padre, que debe ser cercano y positivo para el hijo, se comporta como un padrastro (respetamos las excepciones de los padrastros positivos).Es una excelente lección de la vida para que ese niño, aprenda la fea lección y,  andando el tiempo, actúe en contrario y sea un buen padre.

Lo quebrado de algunas sociedades actuales es señal  patente que ese padre, castigador,  fue para el niño un paradigma a emular, no un mal ejemplo para evitar. El misoginismo y el feminicidio no están lejos de esta conducta.

La riqueza en metálico, mal empleada y peor adquirida, es a la postre la ruina psicofísica del que la posee. Panteones, cárceles y hospitales pueden dar testimonio de tal situación.

“Una de las metas de Sócrates y Platón  fue mostrar la posibilidad del error, pues sólo si es posible el error, es posible el auténtico conocimiento, en oposición a él.” Whal.

En concordancia con lo anterior, aquí la propuesta didáctica de Séneca:

“El mejor medio de que Dios usa para desacreditar las cosas deseadas, es dársela a los malos y negarlas a los buenos.”

Séneca tiene otra manera de presentar el mismo pensamiento pero ahora  desde el punto de vista de alguien que ha caído de rodillas ante la adversidad.

Nosotros lo presentamos  así: el viajero del desierto busca el agua cuando tiene sed. Si está satisfecho no busca el agua.

Séneca:

“Tu felicidad consiste en no tener necesidad de la felicidad.”

EPICTETO, UN PEQUEÑO GRAN LIBRO

 


Bibliografía:

Manual, de Epicteto,

Manual para la vida feliz (Epicteto-Pierre Hadot)

Séneca, Tratados filosóficos.

 

 Epicteto presenta en su Manual la gran dicotomía que aboga  por que el hombre avance pero, a la vez, que no mueva un dedo intentando cambiar las cosas tal como las presenta el universo.

Todos los días tenemos que competir en olimpiadas donde el rival a vencer es mi yo y la meta es la paz interior.

Epicteto, filósofo turco, nacido en el año 50 de esta era, alumno de Musonio, no escribió y fue su discípulo Arriano, el que tomó nota de sus lecciones.

Se ha señalado que Epicteto no cree en los dioses, aunque muchas   veces los menciona como los autores de todo.

 Pero, sí cree en lo que llama el Principio rector, que es igual (en el Manual) a la Razón y la Razón como chispa  divina presente en el hombre. La Razón universal igual a voluntad de la Naturaleza que siempre aspira al bien.

Es probable que Chesterton se haya detenido en esta parte (suponemos, no estamos seguros que Chesterton haya leído el Manual) para asentar que la teoría de la Evolución, en todo caso,- (Chesterton creía en la Creación no en la Evolución) se debió a la solidaridad  entre los miembros del clan y no a la imposición de los fuertes.

Reiteradamente Epicteto se refiere a la virtud, que para él es el uso correcto de los deseos y lejos  del apoltronamiento.

Hay tela de donde cortar para los que son inclinados a las abstracciones. Sacado de contexto Epicteto es un laico o un creyente.

Y así será por siempre. Recordemos lo que Jean Wahl dice en su Introducción a la filosofía (Cap.1): “Cada periodo  del pensamiento humano tiene su propia interpretación de los grandes de la filosofía.”

Así es como Platón es más espiritual que San Agustín (en la vida real San Agustín, ocho siglos después que Platón,  fue un platónico) y más ateo que Tito Lucrecio Caro.

Epicteto dice que la salvación, o no, del hombre, depende  del uso que le dé a su libertad (para Epicteto todo en la vida está al margen de su alcance, excepto  la conducta moral que, dice, es lo único que le pertenece).

El hombre es libre pero, el Destino es el que nos impone el papel que debemos desempeñar en la vida y, más vale hacerlo lo mejor posible.

Entre tanto, es necesario mantenernos lejos de toda bajeza  a la vez que de cualquier ambición excesiva. ¡O pasaremos  a ocupar la nota roja de los diarios!

El modo en que Epicteto  comunica su modo de pensar es a la  manera  de  consejo o comentario, lejos de los  imperativos categóricos bíblicos.

Numerosos temas, que en la actualidad nos son familiares, circularon desde ese remoto tiempo en el Manual tales como el celibato en los filósofos, las relaciones sexuales sólo dentro del matrimonio. Epicteto se pregunta por qué no se da vía libre para que las mujeres frecuenten la filosofía.

 Así fue como su Manual, breve casi como material de mano, ha trascendido los siglos y llegado a los rincones del mundo. Estudiado con afán por los emperadores romanos  ilustrados como Marco Aurelio y pensadores como Séneca., Montaigne…

Es un pequeño  texto que tiene reflexiones como la siguiente, que viene al caso en los que practicamos el alpinismo ya sea como deporte o como plan de vida: “Lo que perturba a los hombres no son las cosas, sino los juicios que se hacen sobre esas cosas.”

No es la montaña la que impacta la subjetividad de los escaladores sino las cosas que estos imaginan de la montaña: difícil, inescalable abordable. Hasta se han elaborado tablas  de la nerviosidad que el hombre experimenta en el trascurso de una ascensión. Se presentan estas tablas como la dificultad “real” que tiene cada paso de la montaña.

En otras palabras, como si las rocas ígneas tuvieran la facultad de mostrarse más difíciles o menos, terroríficas o benévolas…

De los juicios que los hombres se hacen de las situaciones Nietzsche decía que había que trabajar porque, como están las cosas, la angustia de saberse enfermo mata más que la enfermedad misma.



“…nos asustamos de fantasmas que nosotros mismos hemos creado, que nuestras pasiones son a menudo fruto de espejismos, que nos negamos a ver la realidad tal como es.” Hadot.

Dibujo tomado del libro Técnica alpina, de Manuel Sánchez y Armando Altamira, editado por la UNAM en 1978.

Sedujo tanto a la mentalidad cristiana que el Manual circuló ampliamente en los conventos del los primeros siglos y durante la Edad Media.

Destructora y rescatadora de lo que acaba de destruir, la Iglesia es el modo en el que se conocen algunas de las grandes ideas y civilizaciones. Debido a ese afán de buscar la empatía de la nueva religión con las religiones ancestrales que va encontrando a su paso.

Verbigracia, la manera “pagana” de pensar en el nivel de la filosofía de la Grecia antigua, y las culturas del continente americano entes del siglo dieciséis, como el Popol Vuh.

Por lo demás una lectura textual de la Biblia deja fuera toda tradición étnica, el modo católico, en cambio, tiende a conservarla.

Por el empeño en mostrar las virtudes del Nuevo Testamento  estudiaron con cuidado, y seriedad, los monjes el Manual. Para aprender de él muchas de las actitudes que la ascesis convenían a la nueva religión, sobre todo si ésta aspiraba a ser considerada también en el campo de la filosofía, entendida ésta como ejercicio espiritual.

Después una amplia gama de matices apócrifos tuvo el Manual en los salones de estudio de los monjes. Copias textuales a los que se les cambiaba el nombre del autor. Interpretaciones hasta lograr una presentación cristiana. Sustitución de alguna partes del Manual con injertos del Antiguo Testamento. Ausencia de toda relación antigua para hacer al Manual (con otro título) como obra reciente, etc. La apología se convirtió en cosa apócrifa.

De antiguo hay ideas como la del himno de Cleantes donde Zeus es el Padre de los hombres.

 Pero, como queda dicho, y ya en manos el Manual de los paleógrafos, el cristianismo fue el vehiculó en el que viajo la obra de Epicteto a través de los siglos, paralelos y meridianos.

Así como corrió la especie, fantástica, pero que llegó a creerse en plena Edad Media, que San Pablo había convertido al cristianismo a Séneca, así de esa manera el Manual conoció padres gratuitos sin fin.

Epicteto es claro al  decir que los discursos de los filósofos, como Crisipo, no son nada sino se vive en armonía con ellos. ¡No aparentes ser filósofo, mejor vive como filósofo!

¿Pero qué es, en la realidad, lo que contiene el modo de pensar de Epicteto? Hadot lo explica así: “Lo único que importa es el puro  amor al bien”.

LA CONQUISTA DE LA AGUJA LOS FRAILES DE ACTOPAN -5

 


 

                       La aguja del fondo(izquierda) es El Fraile

                                         Visto desde la roca  El Conejo

                                            Foto de Armando Altamira

Es nuestra última noche de vivaquear en esta región. Mañana descenderemos al valle. Ese valle  que ha permanecido infestado  de coronavirus por medio año. Esperamos encontrar el semáforo en verde. De otro modo volveremos a remontar la cuesta y acampar otra vez en los valles altos de la Sierra de Pachuca.

Lejos de los valles frecuentados por los montañistas y escaladores, instalamos nuestro campamento de cinco tiendas individuales. Valles altos cerrados a todos, escaladores y turistas, por lo de la pandemia mundial.

 Ante tal prohibición buscamos el rincón más apartado del grupo de Las Monjas, en los 3 mil metros  sobre el nivel del mar, arriba del pueblo de Chico, Hidalgo, México.

Kiva, la muchacha escaladora, nos preguntó si conocíamos los detalles de la primera escalada a Los Frailes de Actopan, como le llamamos en el alpinismo (en la región se le conoce como Los Órganos de Actopan).

Con Kiva y con Yuma escalamos hace tiempo, conectando, la pared oeste de la Torre Negra y la norte del Abanico (dicho relato está en este mismo blog, en la sección de alpinismo).

Raúl y Rafael ya nos habían hablado de diferentes temas en los días anteriores. Raúl de los dioses, que se deslindan, y  nada tienen que ver cómo fermenta la pasta humana. Rafael comentó la película Stanley & Iris, del director Martín Ritt, 1990, con   Robert de Niro y  Jane Fonda, Pancho hizo una remembranza del día que regresaron los muertos, el 1 y 2 de noviembre de este 2020. Y en particular recordó a nuestros amigos del alpinismo muertos en la montaña en el trascurso de las ascensiones.

                      Un modelo de arnés,de tantos modos,  para asegurarse a la cuerda
                                     Dibujo tomado del libro Técnica Alpina

                                  de Manuel Sánchez y Armando Altamira

Ninguno de nosotros conocía la historia de la conquista de Los Frailes.

Interesante porque esta aguja  se encuentra en lo alto de la sierra de ese sector, de tal manera que se le distingue, bella e impresionante,  desde muy lejos, casi desde la misma Pachuca, o desviación de la carretera que va hacia Actopan.

En su tiempo debió requerir una muy especial presencia de ánimo en los hombres que pensaron en su conquista.

Más que no había los recursos técnicos para escalar de la actualidad como cuerdas de perlón (eran de ixtle - cáñamo) o cuando más de algodón que, en alta montaña, al contacto con la nieve, se mojaban y adquirían la dureza del metal), tiendas para acampar (dormían en cuevas o bajo desniveles de  los taludes o a campo raso bajo las estrellas o la lluvia), sacos de dormir (sólo cobijas), clavijas de diseño diverso para asegurar (no eran rara la utilización de los clavos de vía del ferrocarril), etc.

En cambio prevalecía la mentalidad de lo que se conoce como “escalada libre”. Se conoce ahora en la literatura pero casi desconocida  como práctica. Treinta metros o más a puro musculo estuviera como se presentara el terreno.

 No existía la pervertida práctica de asegurar al primero de la cuerda desde arriba…

Proliferaban los clubes alpinos en la capital de México. Se acostumbraba dejar una nota al llegar a la cumbre con el nombre del club o de los componentes de la cordada.

Se llegaba por primera vez a la cumbre y, como veremos en este relato, tenía lugar en fecha posterior “La escalada oficial” en la que se daba conocer al alpinismo  tal ascensión. Había ritual, ceremonia y, en síntesis, algo muy necesario para el deporte, había “atmósfera”.


                                                Nudo bulin sencillo,para sólo la cintura
     Raúl recuerda que con este nudo se realizaron las más grandes escaladas de México en el siglo veinte de la Sierra de Pachucha y de alta montaña




                                          Nudo bulin doble para cintura y espalda

Usado de preferencia en escalada de extra plomos. La idea es repartir el peso del cuerpo y en caso de caída, protege la cintura.

Se aplica en la Directa de El Centinela (cañada de Milpulco,suroeste de la Iztaccihuatl) y en algunas ascensiones de la Sierra de Pachuca,Estado de Hidalgo, México


Fue en 1934 el año que se llevó a cabo esta primera escalada. Dijo Kiva siguiendo textualmente la reseña tal como Enrique Elizaga la escribió,  y está publicada, en la revista Sierra Club, México, D.F. del mes de octubre de 1934.

En el Estado de Hidalgo, kilómetro 109 de la carretera de México Laredo, se encuentra situada la ex hacienda de San José Tepenené.

Desde este lugar, se ve al N.E. y a unos cinco kilómetros de distancia, un crestería y acantilados, cuyos puntos culminantes son: La Peña Ancha y El Fraile. La primera escalada a esta aguja rocosa tuvo lugar el 25 de noviembre, se supone que fue en el año de la publicación del relato, es decir, en 1934.

El que tenga información histórica del alpinismo mundial recordará que es la época de las grande primeras escaladas en los alpes europeos que aun quedaba por conquistar. Las Jorasses, la norte del Cervino y El Ogro.

Kiva busca en su celular. Encuentra la publicación original de la conquista de Los Frailes y nos la muestra.




 

 

 

 

 

 


Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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