M. Lowry, novela: OSCURO COMO LA TUMBA DONDE YACE MI AMIGO

 


En el 65 año de su fallecimiento

 

"Malcolm Lowry (Cheshire, 28 de julio de 1909 - 26 de junio de 1957) fue un novelista, poeta y cuentista inglés, que ha sido fundamentalmente valorado por escribir una de las mayores novelas de lengua inglesa del siglo XX"

 

Pocos individuos hay en México que amen  tanto a México como el inglés Malcom  Lowry. Y porque lo amaba  veía  lo que lo ensuciaba.  Diagnosticar la enfermedad es en la proyección terapéutica. En su libro Un viaje a través del Canal de Panamá, del primer tercio  del siglo veinte, arranca de tajo el esparadrapo y deja al descubierto la llaga en descomposición.

México es uno de los países, dijo, más corruptos del planeta. El mundo político mexicano de entonces se le fue a la garganta y algunos  intelectuales, que viajaban en el carro de la “institucionalidad”, simplemente guardaron  silencio.

Empero, de entonces para acá, los gobiernos han intensificado la lucha contra la corrupción.

En marzo del 2011, se inauguró en la ciudad de México un Frente Contra la Corrupción con representantes de varios sectores de decisión de la sociedad mexicana. El 31 de octubre, del mismo año, el presidente de la república, Felipe Calderón,desde la residencia presidencial, Los Pinos,en reunión con los gobernadores de los Estados,urgía a depurar los cuerpos policiacos como medida de reducir el crímen organizado, la practica del secuestro y la trata de blancas.El 13 de marzo del 2012 se dio la noticia, en los medios, que el Senado de la República aprobaba una Fiscalía Nacional contra la corrupción. El 7 de enero de 2015 se seguía haciendo esfuerzos contra la corrupción, ahora con la Creación del Sistema Nacional Anticorrupción. Hablaron en la sesión del grupo parlamentario diputados de diversos partidos políticos. Presidió el acto el entonces  diputado federal Silvano Aureoles Conejo.  En junio del 2016 Enrique Peña Nieto,  presidente de la república, anunció, a través de los medios, la iniciativa ante la Unión de Congreso,  la creación del Sistema Nacional Anticorrupción. El 18 de julio de 2016 el presidente la oficializó en ceremonia ante los medios.

 

 

El presidente Enrique Peña Nieto anunciando la promulgación del SNA

 

En esta novela, Oscuro como la tumba donde yace mi amigo, se cuenta cómo alguien injustamente  es acusado de falsificar un cheque: “Sabe usted quién había sido. La policía… Sí, robarían la cruz de Cristo esos tipos. México es un lugar  del que más vale mantenerse alejado”.  Pero, como contraste (como una antinomia), México  es un lugar que no puede ser evitado. Una prueba es el mismo Sigbjorn que  regresa a México, a su mítica Cuernavaca. 

La magia de esta tierra  se lleva hasta en los vestidos de las etnias o en el español –náhuatl de su idioma .Sus deslumbrantes colores naturales de las flores impresionarían al mismo Van Gog,300 días de sol, altas montañas, desiertos, tres mares...

 Y, sobre todo, si México implosión, ¿a dónde irían los millones de seres perseguidos por las dictaduras del mundo?

  En su primera novela que escribió desde el lado oeste,  Bajo el volcán, esa excusa se llama “doctor Vigil”. Es su alter ego alcohólico. En este retorno al país del mezcal este leit motiv se llama “Juan Fernando Martínez”. En su viaje de Canadá  a México se sientan él y su esposa Primrose Wilderness, hasta el fondo del avión y él la besa apasionadamente, pues la ama.

 Pero la verdad es que debido a su alcoholismo, como el Cónsul de su primera novela, aquí también siente que su vida ya no tiene sentido y más que vivir quiere morir. El matrimonio con su bella esposa se está viniendo abajo. Al igual que la casa que dejaron en Canadá: “Su matrimonio era una réplica casi exacta de su casa. Se había desplomado y aun no lo habían reconstruido como era debido”.

Buscar a Juan Fernando era un pretexto. Un camino que habrá de recorrer lleno de nostalgia. Primero por las calles de Cuernavaca. También irán, a instancias de Primrose, que es católica, a la Basílica de Guadalupe. Años atrás Sigbjorn, protestante, borracho, había dormido en la calle, afueras de la Basílica, apenas  envuelto en un sobre todo mugroso que alguien le había prestado. Su amigo alcohólico, doctor Vigil, de su primera novela, ya no existe pero ahora pregunta por Juan Fernando. No está. Se ha marchado a Oaxaca y trabaja en el Banco Ejidal.

La sociedad internacional de la época, en la que estos personajes se mueven, es la segunda guerra mundial. El conflicto ha hecho proliferar el oficio de delatores y ladrones de secretos políticos e industriales. Hay espías por todos lados. De manera especial en el arco norte del Pacifico que une a Rusia, Canadá, Estados Unidos y México. Sigbjorn se queja  que las revistas de contenido intelectual no puedan cruzar las fronteras, aunque sí se les permite tal cosa a “toda clase  de revistas sensacionalistas”.

Sin embargo la guerra, su origen y su evolución, no es el tema de esta obra. El obsesionante leit motiv es el alcoholismo de Sigbjorn. Se da a la sazón en todo el planeta otro tipo de guerra y es precisamente contra el alcoholismo que ha enviado a millones  de individuos al panteón y a los hospitales psiquiátricos. Sobre todo la situación se ha exacerbado con la ley que prohíbe las bebidas espirituosas en Estados Unidos. 

El instinto social reacciona buscando la salud mediante el programa del doctor Bob y el corredor de Bolsa Bill, que gana adeptos con celeridad. Pero todas esas guerras económicas, o existenciales, no dicen nada a Sigbjorn, más allá de un pretexto para seguir bebiendo. Se imagina que su vida es como la Casa de Usher: “La Casa de Usher era una cruda”. Todo el que  ha vivido una cruda, o curda, como se dice en Argentina, conoce lo que significa la metáfora “Casa de Usher”.






                                        Malcolm Lowry







Sigbjorn arrastra consigo  a su esposa y recorre, nostálgico y borracho, las calles de Cuernavaca. Es cuando se entera que su amigo Juan Fernando s e ha marchado hace tiempo a vivir a Oaxaca. Oaxaca: “Aquel remoto lugar de civilizaciones muertas”. Es el país de Mitla, de su alcohólico Mictlán. Y hacia allá dirigen sus pasos. Luego se enterará,  en  Oaxaca, que  el banco Ejidal envío a  Juan Fernando   a Villahermosa, Tabasco.

Sigbjorn recuerda cómo, siete años atrás, que dejó de verlo, era  Juan Fernando: “sólo tenía veinticuatro años cuando lo conoció y medía un metro noventa y cinco. Por las facciones parecía más bien italiano. Se consideraba zapoteca, pero tenía también sangre española e inglesa”. Pero lo indio lo tenía bajo la piel: “Había recibido una buena instrucción, pero sus preferencias se inclinaban por dormir bajo las estrellas y comer tortillas y frijoles”.

En Oaxaca se encuentran con la noticia que Juan Fernando ya tiene varios años de haber muerto. Falleció en Villahermosa.

-Murió. ¡Muerte!- casi gritó de repente Sigbjorn-¡Quiere decir que está muerto!

-Murió.

-¡Quiere decir que  Fernando está muerto-gritó Sigbjorn- Ah, Dios mío, no!

Antes de emprender el regreso hacia las ciudades del Altiplano fueron a rezar por Juan Fernando. Primrose compró una vela. Al encenderla dijo: “Una vela es una declaración de fe”.

Para paliar un poco por lo que dijo de los mexicanos, y del país que tanto amó, Sigbjorn dirá en los últimos capítulos del libro  que México ya no era como cuando su primer viaje. Ahora el Banco Ejidal había trasformado en positivo muchas cosas y el nivel de vida también había cambiado.

En el fondo esta obra atormentada, nostálgica y bella, tiene la proyección clásica de las grandes obras literarias de la cultura occidental. Fausto, Historia de Dos Ciudades, La leyenda del Holandés Errante, el Buen Ladrón que murió junto a Jesús,Salambó… Un acto, un postrer acto de amor, o de humildad, puede redimir una vida de errores.

 Por eso Primrose  dijo: "encender una vela es un acto de fe".


DIÓGENES, UN LOCO LLAMADO PERRO

 


 

Referencia.

Diógenes Laercio, Vida de los sofistas

 

Decía cosas tales como que de jóvenes corremos y de viejos nos detenemos cuando debería ser al revés. Esto no gustaba a muchos y le decían can.

Ya con los años, cuando las arterias tienen poca luz, debido a la cantidad de grasas que hemos ingerido con los alimentos a lo largo de la vida, cuando las tensiones o estrés han dejado (y lo siguen haciendo) sus huellas en nuestro cuerpo y rostro, nos da por comer “palomitas” tirado en el sofá.

 




Así debieron ver los atenienses a Diógenes

Dibujo tomado del libro  La psiquiatría en la vida diaria, de Fritz Redlich, 1968





Varios tipos le dijeron a Diógenes, ya viejo, que no se acelerara, que le bajara al ritmo de su actividad, les respondió que pensarán en positivo, no decadentes.

¿Cómo? ¿pues si yo corriera un largo espacio, y estuviera ya cercano a la meta, no debía entonces aligerar el paso en vez de aflojarlo?”

Vivía costumbres austeras y en ocasiones exageraba al punto que la gente le decía que estaba loco, tal como caminar descalzo en la nieve. Más locura son las costumbres de empezar a morir (por lo del sedentarismo) años antes del fin natural.

Pero  no se toma conciencia de lo cercano que  estamos de esa locura. Para hacerles ver esto a los atenienses, iba por la calle con el dedo   medio ( katapygon) extendido. Esto, desde entonces, se ha tenido como una cosa obscena. Al verlo así le decían: Estás loco. Entonces lo cerraba y extendía el otro dedo de junto (el índice).Ahora la gente lo tomaba como un gesto o señal inocua, que no causaba escandalo

Así de cerca está la locura de la normalidad:

Muchos distan sólo un dedo de enloquecer, pues quien lleva el dedo de en medio extendido, parece loco, pero no así el índice.

Una locura mayor, pero que no se piensa, es que poco caso  hacemos  de llevar a la práctica lo que dicen tanto el filósofo (para los laicos) como el sacerdote (para los religiosos), personajes cuyas enseñanzas buscan, en lo general, el bien del individuo y de la sociedad.

Tan absurda conducta, decía, como ir al médico y no surtir la receta. Increíble pero real, no hacemos caso: tomamos bebidas dulces en lugar de agua natural y, no caminamos o hacemos algún tipo de ejercicio físico terapéutico.

Mucha cosa como estas decía Diógenes por lo que los atenienses sólo movían la cabeza al oírlo y murmuraban: ¡Esta loco!

De Diógenes viene, no del cristianismo (siglo mas tarde éste adoptó la lección) el que las mujeres en el templo se cubran la cabeza.Un día Diógenes vio a una mujer enseñando sus desnudas en tanto hacia oración. Diógenes le preguntó si no le daba vergüenza que Dios, que lo llena todo, la viera por detrás.

“Diógenes Laercio (en griego, Διογένης Λαέρτιος) fue un importante historiador griego de filosofía clásica, durante el reinado de Alejandro Severo. Se le considera un gran doxógrafo, esto es, un autor que, sin una filosofía original, recoge por escrito la biografía, vicisitudes, anécdotas, opiniones (doxai) y teorías de otros, a los que considera ilustres.” Fue contemporáneo de Platón y de Alejandro, como veremos, aunque algunos señalan que vivió en el siglo III d.C

Le decían perro, apodo puesto por Platón, para dar a entender que Diógenes, con su manera de hablar, mordía a la gente.

 


                                Diógenes con el dedo katapygon en alto

 

Hay otros episodios que reafirman el apodo. En un convite alguien le arrojó unos huesos a su plato. Acto seguido Diógenes se levantó y procedió a orinarlo, como hacen los perros cuando llegan a un poste o árbol de la ciudad.

 

Para dar a entender que las cosas valiosas de la vida las tenemos a la mano pero no nos damos cuenta de ello, se dice que en una ocasión tomaba el sol.  Alejandro le comentó  que pidiera lo que consideraba más valioso y él se lo daría. Le dijo:

No me tapes el sol








SÉNECA, LOS ESTOICOS NO DUDABAN

 

 

Los estoicos no dudaban. Su fe en la existencia de la divinidad está fuera de  toda elucubración.

El resto del mundo es el que quiere ver a la divinidad con los ojos del cuerpo. A semejanza de cuándo vamos al médico: pesarlo, medirlo o, en manos de la policía, interrogarlo: ¿Por qué esto, porque aquello? Los malos viven bien y los buenos sufren etc.

Ya Jardiel Poncela nos ilustró que, aun en el caso que tuviéramos a la divinidad frente a nosotros, de carne y hueso, no sólo en espíritu, pronto se le perdería el interés.

Cuando Dios llegó a España, la plaza de toros, que fue el punto en el que descendió del cielo, o se hizo visible, estaba a reventar de gente de todos los modos de pensar. Materialistas pronto a descubrir el engaño, anarquistas listos a hacer explotar dos o tres bombas y  volar el estado en mil pedazos, gente de la Iglesia católica que también acudió llena de prevención por tantos mesías que en los siglos han aparecidos en las plazas diciendo Yo Soy el que Soy, protestantes ávidos de preguntarle qué le parecían las 95 tesis de Lutero.

¿Una plaza de toros? Los puritanos se escandalizaron ¿Cómo se le ocurre a Poncela  semejante barbaridad?  ¿Por qué no en el Vaticano o en alguna de sus miles de grandes catedrales que tiene en el mundo? Tenía su base.  Si Jesús bajó a los infiernos  una plaza de toros era como un hotel de lujo. Sobre todo (  después de citar veinte  grandes párrafos de la Biblia), remarcaban este "sobre todo" a Dios nunca lo ha visto nadie.

 Ya Plotino ( neoplatónico y el ultimo de los grandes pensadores  paganos) en el siglo cuarto  escribió, en su tercera Enéada, hablando del Amor universal: 

Este ultimo está por entero en todas partes del universo donde le place, bajo las diversas formas  adecuadas  a cada parte se revela él mismo con figura visible, cuando esto le conviene.  

Como sea, a las conferencias que daba el Señor acudían cada vez  menos gente. Les recordaba lo que tiempo atrás ya le había dicho,  cuando les ofreció un desayuno  a base de pescados y pan: cuidado con las riquezas mal habidas, la lujuria, el egoísmo, la ataraxia  patológica. Finalmente ya no asistió nadie. El Señor consideró que era el momento de dar por terminada su Tournée aquí en la tierra y regresar a su espacio sideral vacío sin tiempo ni espacio.

Dios se quedó hablando solo.

Menos les interesaba a los de la prensa cubrir esa despedida. Dios había dejado de ser noticia y qué caso tenía? Por no dejar, buscaron un espacio en sus prensas. Lo encontraron en un  pagina que llenaba  el anuncio de una pomada contra los callos y, en letras chiquitas (para no incomodar al patrocinador de la pomada), aparecieron tres palabras: “Dios se va”.

 




Con el razonar empírico de los humanos se podrá llegar a la cumbre de la montaña, pero no más allá.

Del libro  Técnica alpina, de Manuel Sánchez y Armando Altamira, UNAM 1974









Séneca, considerado como  estoico, leído desde el siglo nuestro, parece repetir principios del cristianismo. Sólo que Séneca nació cuatro años antes de empezar lo que es el tiempo cristiano. Cuando Jesús muere en Jerusalén, Séneca tenía 32 años de edad con amplios conocimientos de la paideia griega.

 Años más tarde los primeros cristianos llegados a Roma eran sólo una pequeña y desconocida secta de tantas que pululaban por el suelo romano.

Lo que Pedro y Pablo susurraban en secreto, en lo profundo de las catacumbas, Séneca ya lo tenía publicado y distribuido con los pensadores de su contexto social.

 Un solo párrafo de sus Tratados filosóficos habla de la creación, de los hados que luego Leibniz llamaría noúmenos y el cristianismo almas. De un presente, de lo que sucede, como resultado de lo que antecede, que luego Kant, los desglosaría magistralmente dentro de la ley del enlace entre causa y efecto. De no detenerse mucho en cosas tan mudables de la tierra porque la meta del humano es el cielo imperecedero, que él llama universo. 

Los hados nos guían, y la primera hora de nuestro nacimiento dispuso lo que resta de vida cada uno; una cosa pende de otra, y las públicas y particulares las guía un largo orden de ellas. Por lo cual conviene sufrir todos los sucesos con fortaleza, porque no todas cosas suceden como pensamos; viene como está dispuesto, y si desde sus principios está así ordenado, no hay de qué te alegres ni de qué lo llores, porque aunque parece que la vida de cada uno se diferencia con grande variedad, el paradero de ella es uno. Los mortales sabemos recibido lo que es mortal; use, pues, la naturaleza de sus cuerpos como ella gustare; y nosotros, estando alegres y fuertes, en todo, pensemos que ninguna cosa de las perecederas es caudal nuestro. ¿Qué cosa es propia del varón bueno? Rendirse al hado por ser grande consuelo el ser arrebatado con el universo. ¿Que razón hubo para mandarnos vivir y morir aquí? Aquel Formador y Gobernador de todas las cosas escribió los hados, pero síguelos, una vez lo mandado, y siempre los ejecuta. 

Fe inquebrantable en lo dispuesto por el Formador, como él lo llama,  pero conscientes por tener, desde antiguo, al menos quinientos años atrás, los diálogos de Platón en toda su maravillosa obra construida a base de tesis y contra tesis. Con sus puntos centrales de la tierra y el cielo o, como ahora se dice,  la razón humana y las ideas de corte neumónico o metafísico.

 Como Hegel más tarde, Platón es un idealista y también un materialista. Paradigma de todas las variantes del pensamiento occidental ulterior.

Allá en Grecia, Pablo se nutrió de ideas platónicas (como luego lo haría San Agustín), que luego esparció en las catacumbas romanas enmarcadas ya en el mensaje de Jesús.

 Pablo conoció allá  los dos modos de la divinidad El monoteísmo vertical, con Zeus  a la cabeza, y el politeísmo horizontal con diosas y dioses y poder propio no siempre obedientes a Zeus, según  relata Homero. Se identificó con el primero.

Hombre sabio, con una educación rabínica amplia, en contraste de los sencillos apóstoles de Jesús, Pablo estaba, sin embargo, consciente que el mandato lo tenía Pedro. A Pedro había que seguir en las duras y en las maduras, así  llueve, truene o relampaguee.

Andando los siglos, con la Ilustración, la duda en la existencia del Formador se hizo presente con más fuerza y muchos carecieron ya de aquella fe inquebrantable  de los estoicos.

Pero tampoco nada fue nuevo. Ya entre los contemporáneos de Sócrates estaba Aristófanes (450 a C.), el filósofo irreverente que, de manera formidable y sintética, es como el Jardiel Poncela español, para ilustrarnos qué sucede cuando ya no se es dueño de la fe estoica.

En su obra de teatro, conocida como La Paz, dos criados del palacio de Trisgeo dialogan y uno de ellos pregunta. ¿Cómo le haré para ir derechito a Zeus? Luego se puso a fabricar unas escaleritas débiles y de poco sostén y por ellas intentaba subir al cielo…pero se vino abajo y se quebró la cabeza.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LUIS ECHEVERRIA A. DESDE EL (ACONCAGUA) ALPINISMO INTERNACIONAL

 


 

El Glaciar N.E. del monte Aconcagua, la montaña más alta de América (7 mil m.s.n.m.), fue ascendida por los mexicanos, en el invierno (de México) de 1974, merced al financiamiento del licenciado Luis Echeverría Álvarez, entonces presidente constitucional de México.

Un artículo publicado en Internet por NEWSLETTER, el  10 de julio de 2022, cita al periodista Jesús Michel quien, entre otras cosas, escribe que:  “Michel dijo que Echeverría tenía una particular forma de estar con la gente de menos recursos, pues su jefe de escolta personal, conocido como El Junior, portaba un maletín con dinero….Entonces ahí se repartía el dinero a la gente de mano directa, así como se hace ahora, o como se presume que se hace ahora, sin intermediarios, y le gustaba estar cerca de la gente, era un hombre demasiado estricto para consigo mismo, nunca me enteré siquiera de que tomara una gota de licor, no fumaba y era muy difícil estar en los eventos oficiales en donde solamente se servía agua de horchata o agua de Jamaica”.

                           Plano nuestro que muestra el acercamiento al Aconcagua por el N.E.

                                                             Dibujo de Javier Osorio B.


En el episodio alpino que ahora recordamos no fue por medio de El Junior sino personalmente Echeverría fue el que entregó 600 mil pesos al entonces presidente de la Federación Mexicana de Excursionismo de México( FME).

Acabado de leer el programa de la expedición, que le presentamos del Aconcagua, de inmediato firmó el cheque. Una cantidad jamás otorgada hasta entonces al alpinismo mexicano por organismo deportivo oficial alguno.



                               Glaciar N.E. del Aconcagua


Echeverría practicó el excursionismo en sus años juveniles. En alguna ocasión vi publicada, en una revista de alpinismo, una foto en la que él aparece con su grupo de excursionistas y el clásico banderín de su club.

Corría la idea, nunca supe si sería real o pura leyenda, que en sus años de estudiante él y José López Portillo estuvieron estudiando becados en Santiago de Chile, al pie de la cordillera de los Andes. De ser cierto seguramente soñó subir alguna vez el Aconcagua. De alguna manera lo logró por medio de nuestra expedición. En parte eso explica no haber hecho objeción alguna a nuestro proyecto de ascensión a esa montaña y firmar sin más el cheque.

La cantidad mencionada, sólo para dar una idea del poder adquisitivo del peso mexicano de entonces, cubrió con generosidad los gastos, durante un mes que duró la expedición,  de  los   15 alpinistas que fuimos, en avión a la Argentina, y vuelos de ciudad en ciudad desde Buenos Aires( en esos días no había relaciones diplomáticas con el gobierno de Chile, por lo de Pinochet, y en lugar de llegar a Santiago,  a sólo un tiro de piedra del Aconcagua, nos vimos obligados a volar hasta Buenos Aires de ahí a  la cuidad de Mendoza, en la precordillera), equipo alpino de primera adquirido en Anchorage, E:U y aun regresamos a la FME 200 mil pesos.



En el inicio de nuestra  ascensión al Glaciar N.E. del Aconcagua. 

Al fondo la pared sur del monte Ameghino

Foto de Armando Altamira


La expedición cumplió su objetivo y el aporte nuevo para el alpinismo internacional de México, con Francisco Martínez, de la ciudad de Monterrey Nuevo León, en la cordada de dos que llegaron a la cumbre el 8 de febrero de 1974.

El Aconcagua es una montaña muy amada por los mexicanos, pero todos hasta entonces abordaban su ascenso por la vía normal o clásica, que es desde Puente del Inca, Plaza de Mulas… 

Decir “normal” no es la intención de subsumir sino sólo señalar que se trata, la nuestra, de otra ruta de la montaña, sólo eso.

 Problemas alpinos a resolver lo hay tanto de un lado como del otro, con un peligro por igual para todos que consiste en la altitud de su cumbre y el correspondiente factor “mal de montaña” que puede ser mortal para cualquiera.


                              1-Glaciar de los ingleses-2-Glaciar N.E.


La siguiente ocasión que vi a Echeverría fue en el auditorio de Medicina. Él que verdaderamente haya asistido (se lee y se escucha, como con  la guerra española de 1936, o el 2 de octubre en Tlatelolco en México, que  todos fueron) ese día a CU  sabe que era imposible penetrar al recinto por la  increíble cantidad de gente. No cabía, literalmente, ni un alfiler.

Como corresponsal de prensa del STUNAM logré, a  duras penas,  abrirme paso hasta llegar al “circulo de seguridad” del presidente. Le explicaba a uno de sus guardias que necesitaba entregarle, personalmente, al presidente el libro que de la expedición escribí (El libro tiene por título Los mexicanos en la ruta de los polacos).

Fue el momento que algo cruzó los aires y fue a dar a  la cabeza del presidente. El “circulo de seguridad” se hizo más compacto, el caos llegó y ahora hasta para salir del auditorio era difícil.



                        Luis Echeverria Álvarez



Le envíe un ejemplar del libro a Los Pinos y de regreso con acuse de haberlo recibido.

El expresidente falleció el 8 de julio de 2022 (  dos días después, el 10, escribimos esta nota), a la edad de 100 años. No supe si alguna vez leyó el libro.

 

 

 

 

 

 

SAN AGUSTÍN Y JASPER, SÓLO PARA CATÓLICOS

 




“Nuestra vida occidental”, dice Jasper en su obra La Filosofía, hablando del humanismo. Un eurocentrismo que ya está en casi todo el planeta, pero referido ahora como  “ pensamiento europeo”. o   "cultura occidental".

La filosofía de Jasper es como una historia de la filosofía en la que no aparece para nada el modo de pensar original de América milenaria de antes del siglo dieciséis. Sólo de Europa hacia el Cercano Oriente.

América india no cuenta en la cuenta, pero para los americanos la realidad es que ahora tenemos en suerte dos grandes culturas.

La milenaria que arrancó de Ulman (con irradiaciones hacia Centroamérica y el área maya con el Popol Vuh y hacia el Altiplano Mexicano con la Leyenda de los soles teotihuacanos. Y, a partir del siglo dieciséis, el pensamiento occidental.  

Gran y bella cultura la occidental hecha de tesis y contra tesis, arrancando de esa manera, dialéctica, al estilo de novela a base de diálogos, como lo hizo Platón. 

¡Platón y su gran influencia en los pensadores de los siglos que estaban por llegar! ¡Uno de ellos, precisamente, San Agustín, declarado por el santo mismo!

En América, por desgracia, empezamos con el pie izquierdo a conocer el cristianismo, por la manera de imperativo con aplicación de muerte el que no lo siguiera.

Para salvar la vida se empezó a fingir, por parte del pueblo, el haberse convertido. Y desde la Iglesia se fingió y se declaró el haber convertido, en pocos años de concluida la conquista española, de millones de indígenas.

 ¡Indígenas que ni conocían el idioma español ni los españoles sabía de los cincuenta dialectos diferentes naturales! Sahagún, Durán y otros pocos frailes fueron las excepciones.

 Todo fue un gran teatro con repercusiones dañinas para una ulterior formación cristiana. 

Ahora la idolatría era la religión del demonio. Se calló que la esencia está en la cosa consagrada. Todas las filosofías europeas de los últimos 25 siglos, a partir de los presocráticos, giran en torno a esto, ya para negarlo o para afirmarlo: 

“Todo fenómeno contiene lo permanente”. Es uno de los postulados del más grande filósofo, después de Platón, y se encuentra por ahí, en alguna página de La crítica de la razón pura.

Jean Wahl en su gran obra Introducción a la filosofía, capitulo XVII, dice que Augusto Comte distinguió tres etapas del pensamiento teológico: fetichismo, politeísmo y el monoteísmo: "Comte mismo reconocía  que no hay una separación completa entre las distintas etapas y que, por ejemplo, ciertas huellas del politeísmo o incluso  del fetichismo pueden encontrarse en el monoteísmo."

También la Divinidad se afana, en todas las religiones, por revelarse, dentro de la fenomenología, a los humanos: la paloma, el gusto por el olor a carne asada, el rostro que permanece inaccesible, etc. Así fue como al derribar  el ídolo en México-Tenochtitlán, en el siglo dieciséis, se erigió otro ídolo: la cruz. 

El catolicismo entonces, en México, empezó sobre bases nada deseables para conocer esa gran religión.



San Agustín


Salvo individuos creyentes, devotos y estudiosos en la actualidad (aparte de los centros de estudios e institutos universitarios laicos y otros de reciente creación directamente de la Iglesia, ¡hasta hay una universidad católica!) el pueblo en su (inmensa) mayoría carece de conocimientos bíblicos más allá, si acaso, del catecismo. Como se dice: "católico de bautismo, casamiento y muerte".

¡Mucho donde pescar para las sectas protestantes!

Entre este suelo nada estable, el materialismo, la inanidad de la vida de una ciudad llena de semáforos que no dejan ver el cielo, y el  relativismo del liberalismo moderno que tiende a echar todo al contenedor de la basura, es el contexto actual del católico mexicano y, por razones históricas, igual para algunos países del continente.

Hora de voltear la vista hacia los orígenes intelectuales del cristianismo. A semejanza de Platón, para el terreno de la filosofía, es San Agustín para el cristianismo.

Agustín de Hipona o Aurelio Agustín de Hipona, ​ conocido también como san Agustín, ​ fue un escritor, teólogo y filósofo cristiano. Después de su conversión, fue obispo de Hipona, al norte de África y dirigió una serie de luchas contra las herejías de los maniqueos, los donatistas y el pelagianismo. Wikipedia

En el libro tercero de sus Confesiones, dice San Agustín dirigiéndose a Cristo y sus polémicas con otras sectas filosóficas: “Repetían:¡Verdad, verdad! Y me hablaban mucho de ella.  Pero no se encontraba en ellos por ninguna parte, antes enunciaban falsedades, no solo a cerca de ti que eres verdaderamente la Verdad, sino también acerca de los elementos de este mundo, creación tuya.”

Y, por estas correrías entre sectas de pensamiento filosófico griego antes de llegar a Roma, no sólo es una figura prominente, trascendente,  para  el cristianismo sino también lo es para la filosofía laica  general.   Antecedentes, la formación de San Agustín, de inmensurable valor cultural y espiritual en los tiempos que llegarían después del derrumbe del imperio romano, así dice Jasper:

Entre los Padres de la Iglesia se alza con sobresaliente grandeza Agustín. Con el estudio de su obra se conquista el filosofar cristiano entero. Aquí se encuentran las numerosas e inolvidables fórmulas en las que se hace palabra la intimidad que falta aún  en la filosofía antigua con este alto grado de reflexión y pasión. La obra, inmensamente rica, está llena de repeticiones, a veces de una hinchazón retorica; en conjunto, quizá sin belleza; en detalle, de la perfecta concisión y fuerza verdaderas profundas. Se consigue conocer a sus adversarios por sus citas y referencias en la polémica con ellos. Agustín es con sus obras la fuente de donde mana hasta hoy todo pensar que indaga el alma en sus profundidades

BION, EL MUNDO Y MI REALIDAD

 


Referencia:

Diógenes Laercio

 

Bion es un filósofo de los tiempos de Platón. Dice que el mundo es como es. Pocas veces es como yo creo que es.

O creo que el mundo sigue mis mismos intereses, ya empíricos, ya ideales.

Las ideas de Bion  están presentadas de manera sintética, casi como axiomas. Tres ejemplos:

1

No hay amigos malos, el error mío   fue no haberlos escogido entre los buenos.

Se deben conservar los amigos, de cualquier condición que sean, a fin de que no parezca los habemos tenido malos, o no los elegimos buenos

Tengo la Intuición, razón objetiva y todo ese apriorismo antes de la experiencia, que se conoce como entendimiento puro, que me permite ir con muchas probabilidades de certeza entre la gente que habita la ciudad moderna,  el desierto desolado lleno de dunas y alimañas mortales, y las montañas con sus aludes y glaciares.

Pero un remanente cavernícola de los instintos se sobreponen a la hora de seleccionar y…¡kaput!

2

Lo mismo con las mujeres. Un divorcio es señal que seleccione mal. Hay error pero no hay maldad. Ella tenía una idea del matrimonio diferente a la mía.


















Dibujo tomado de El País agosto 2018


3

Voté  en las urnas por tal político,  ahora lo sé, tampoco supe votar por el bueno.  

 

 

TRES APORÍAS, UNA DE SÓCRATES


 

1

Si te casas te arrepientes, sino te casas te arrepientes, dijo Sócrates cuando alguien le preguntó en la perspectiva del matrimonio.

Sabía lo que decía. Sócrates tuvo dos mujeres. Una chismosa y otra filosofa. Dicen los estudiosos de estas cuestiones que la filosofía le debe mucho a la chismosa.




    Mefistófeles y Fausto

Si te casas te arrepientes, sino te casas te arrepientes





En ella Sócrates conoció, in situ, como se dice, o empíricamente, al ser humano, antes que éste se meta en las exquisiteces de la cultura y adquiera modos en los que ocultar su verdadera naturaleza. Igual en la mujer que en el  hombre.

“El término aporía, a veces escrito como aporima, hace referencia a los razonamientos en los cuales surgen contradicciones o paradojas irresolubles; en tales casos las aporías se presentan como dificultades lógicas casi siempre de índole especulativo.”

Son callejones (planteamientos) sin salida, aunque nunca falta alguien que descubra, al final, una puertecilla que resuelva la situación.

2

El alpinismo si lo practicas te arrepentirás, sino lo practicas te arrepentirás.

En el primer caso no hay lógica para abandonar las comodidades que la cultura industrial nos brinda. El confort, la taza del WC (ésta de insospechada importancia en la vida moderna, en especial para la gente después de los sesenta años de edad), las hamburguesas, los días de  futbol…



El alpinismo es una actividad humana ilógica, pero menos ilógico que la vida en la ciudad moderna.







En el segundo caso no sabría que hacer con el tedio, con el sobre peso y el rosario de enfermedades como resultado del sedentarismo que poco a poco llega con la edad. Y en muchos casos todavía dentro de la juventud.

En México la tónica dominante, no la totalidad, es que se hace deporte intenso de los 15 años a los 35. Después ya nunca jamás.

Hospitales del Sector Salud, sanatorios para la clase media –alta, los panteones y las cárceles, están en sobrecupo ( ver estadísticas, un sugerencia para los escépticos).Ocupamos el segundo lugar, y en temporadas, el primer lugar, con respecto a Estados Unidos, en eso del sobrepeso corporal).

Pero sobre todo la experiencia estética, el encuentro con la belleza natural, en el ejercicio de subir por los altos bosques. Los mecanismos de adaptación al medio ambiente tan cambiante del frío al calor, el sol, la lluvia, del encuentro con  ese “techo” real fenoménico, pero invisible, de la altitud en el que empieza a escasear el oxígeno para el humano, llamado convencionalmente como “mal de montaña”.

 

 

 

3

 

La filosofía parece no sirve para nada, pero la humanidad la necesita para alejarse de la animalidad.

Instalado cómodamente en la ciudad moderna, con distintivo de prosperidad económica, en la que los valores de la trascendencia hace tiempo fueron arrojados al traspatio de los cachivaches.




Si creces hay problemas, sino creces hay problemas


Dibujo tomado del libro La psiquiatría en la vida diaria de Fritz Redlich, 1968




Kant, en su obra Critica de la razón pura, anota que hasta ahora no se ha logrado avance en este terreno del pensar y más pensar.

“La filosofía parece no ser necesaria y hasta más bien perjudicial, porque después de todos los ensayos hechos hasta ahora, poco o ningún terreno se ha ganado.”

Pero… para prevenir los malos juicios que con frecuencia tenemos. “Hay que apelar a la filosofía con su penetración y su arte para someterlo todo a examen”. 

Jasper señala,  duramente, otra aporía en su libro La filosofía, cuando se refiere   a la filosofía, no a la a independiente, sino a la académica que está, por así decirlo, como la carne del sándwich, entre los poderes del mundo: 

"La filosofía vive  bajo la protección accidental de las potencias del mundo, incluso las eclesiásticas...Pero cuanto más pone  su verdad al servicio  de los poderes temporales, tanto más tienta a engañarse a sí misma con los intereses vitales y la anarquía del alma. Cuanto más, por último, no quiere ser sino ciencia, tanto más vacía se vuelve, como un juguete que ni es ciencia, ni es filosofía."


¿Casarse o soltería? ¿Alpinismo o sedentarismo patológico? ¡Filosofía o sólo opinar?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

Seguidores